jueves, 31 de agosto de 2006

Luis Royo

Descubrí hace pocos años el mundo de la ilustración, sin que hasta entonces me hubiera interesado demasiado. De entre las imágenes que veía, destacaban para mí unas muy realistas, formadas por figuras femeninas casi en su totalidad, con paisajes fantásticos, motivos mitológicos y de ciencia ficción. Se trataba de Luis Royo, dibujante nacido en 1954 en un pueblo de Teruel y que con los años se ha convertido en el más fiel exponente de la ilustración española, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Como se puede observar en la imagen de arriba, sus dibujos son de una factura limpísima, con todo lujo de detalles. A mí, que no sé dibujar, me parece que rozan la perfección tanto en proporciones como en colores y expresión, transmitiendo un montón de sensaciones que sin embargo en imágenes de otros autores no consiguen plasmarse. La mayoría de los trabajos de Royo se han editado en forma de libros, recopilatorios o barajas de cartas, de gran valor entre los coleccionistas y los habituales de las esferas de los comics, el rol y otros mundos paranormales que todavía dan valor a la cultura y el arte.

Advierto, eso sí, que las ilustraciones de Luis Royo no son para todos los públicos; se trata de imágenes para adultos en gran parte, con toques de erotismo rozando la pornografía. En ellas se muestra un sensual culto al cuerpo, relaciones entre monstruos y humanos y otras parafilias con cabida en los mundos de fantasía creados por el autor. El artista ha centrado gran parte de sus libros, editados desde 1983 por Norma Editorial, en la estrecha relación entre el placer y el dolor, con profusión de fetiches, cueros, cordajes y demás accesorios, en los mundos futuristas con tintes apocalípticos, el sufrimiento y el abandono, la mitología en amplia variedad y sobre todo en las mujeres desnudas en todas las posiciones y situaciones imaginables, con una expresividad realmente fascinante y admirable para mí.

Posiblemente postee alguna otra imagen suya por aquí algún día, pero si os interesa el autor no dejéis de visitar su página oficial en el link que puse en el primer párrafo, con una extensa galería de ilustraciones, su evolución artística y mucha información de primera mano sobre sus obras.

miércoles, 30 de agosto de 2006

Amaral

Hacía muchos años que ningún grupo o artista nacional me llenaba lo suficiente como para querer escuchar un disco completo suyo sin aburrirme. Cuando surgió Amaral y empezó a sonar con uno de sus primeros éxitos importantes, "Sin ti no soy nada", pensé que era posible que el panorama musical español todavía ofreciera algo nuevo, inteligente y que aún encima sonara bien.

Amaral está compuesto por Eva Amaral y Juan Aguirre, que comenzaron como formación musical en Zaragoza a principios de los noventa y poco a poco fueron trabajando hasta publicar su primer disco en 1998, con letras cuidadas, guitarras muy auténticas de la mano de Aguirre y una mezcla de sonidos e influencias que los convertían ya desde sus inicios en un grupo de difícil clasificación. Su gran triunfo de público, porque de crítica ya lo tenían desde sus primeros pasos, llegó con su segundo trabajo, "Una pequeña parte del mundo", en 2000 y se afianzó con un tercer disco en 2002, "Estrella de mar".

Con la inconfundible voz de Eva el grupo se caracteriza por unos directos cargados de fuerza y unas letras que a mí personalmente me transmiten miles de emociones. Del último disco "Pájaros en la cabeza" (2005) he escogido uno de los temas que más he escuchado en estos meses, "No soy como tú", con letra post-apocalíptica y que a mí me recuerda siempre a la escena de "Terminator 2" en la que Linda Hamilton sueña con una explosión nuclear que lo arrasa todo. Al mismo tiempo, la canción ofrece una curiosa mezcla de sonidos que hacen que Amaral suene siempre como Amaral pero que no suene siempre igual, algo a lo que deberían aspirar todos los buenos músicos.

lunes, 28 de agosto de 2006

La vida de David Gale

Vi esta película hace unos meses sin saber apenas nada de ella, como es habitual en mí. Ni siquiera sabía quién era su director, ni sus intérpretes, ni el tema que trataba. Mi veredicto finalmente fue muy favorable, descubriendo una película interesante, impactante, con grandes dosis de reflexión, de crítica social, sorpresas y algunos otros ingredientes propios de los buenos thrillers. A continuación, por supuesto, spoilers.

"La vida de David Gale" (2003) cuenta la historia del susodicho David Gale, profesor universitario, abogado y activista en contra de la pena de muerte que por paradojas del destino se encuentra en prisión condenado a muerte por violación y asesinato de una colega activista. Gale, interpretado por Kevin Spacey, concede a tres días de su ejecución una entrevista exclusiva a una ambiciosa reportera (Kate Winslet), que poco a poco se irá implicando en el caso más allá del ámbito profesional. El planteamiento no es nuevo, y basta decir que nada es lo que parece para que se pueda pensar en cualquier thriller al uso. Pero todo eso de la mano del director Alan Parker se convierte en una convincente cinta que al menos a mí me enganchó de principio a fin y me sorprendió bastante más de lo que esperaba.

No estoy especialmente sensibilizada con el tema de la pena de muerte, quizás porque en nuestro país no es legal y no nos vemos obligados a situarnos a un lado u otro de la línea cuando algún caso concreto salta a los medios de comunicación. Por principio todos podemos decir que estamos en contra de la pena capital, pero pensemos si algún familiar, amigo o incluso conocido fuera violado y asesinado brutalmente... pensaríamos lo mismo? Quizás sí, quizás no; la conciencia y educación de cada uno, las creencias religiosas, las propias experiencias, todo influye a la hora de tomar partido por uno de los polos. De base, yo creo que ningún ser humano debería tomarse la libertad de decidir sobre la vida de otro para quitársela, sea de modo legal o ilegal.

En el cine estas reflexiones no han dado para menos, teniendo todos en mente la película "Pena de muerte" (1995), sobre la que haré un pequeñísimo comentario. Y digo pequeñísimo porque la película no me gustó en absoluto, me aburrió soberanamente y ni siquiera Sean Penn, que suele encantarme en sus actuaciones, me resulta creíble en su papel. No me niego a una revisión más actual de la cinta, aunque no creo que mi criterio varíe.

Supongo que influye también el hecho de que Susan Sarandon no se encuentre entre mis actrices preferidas y que en este caso, dirigida por su marido Tim Robbins, esté sobrevalorada en su papel de monja comprensiva (a pesar de que ganara el Oscar por su interpretación, a mí no me transmitió nada).

Ambas películas, "Pena de muerte" y "La vida de David Gale" tienen en común el fondo argumental pero enfocan sus historias desde puntos de vista casi opuestos. En el primer caso el convicto se confiesa culpable (siéndolo realmente) pero manifiesta asimismo su arrepentimiento por los atroces actos. En el caso de David Gale, un minucioso plan urdido para engañar a la justicia pretende convertir en mártires a los inocentes que defienden la abolición de la pena de muerte. Inocentes y culpables se confunden en ambas películas, sin llegar a saber muy bien si los condenados te dan pena, los perdonas, los odias o no te transmiten nada en absoluto y te da igual cómo terminen, como es mi caso con Sean Penn en "Pena de muerte" (y que condenen a la monja también por pesada) :P

Volviendo a "La vida de David Gale", señalar que el reparto me parece muy convincente y que una vez más Alan Parker me aporta lo que otros directores no alcanzan a ofrecer, que son temas entretenidos a la par que comprometidos. Para los que aún no lo hayan situado, algunas de sus películas más destacadas son: "El Expreso de medianoche" (crudísima), "El corazón del Ángel" (impresionante), "Arde Mississippi" (interesante) o "El Balneario de Battle Creek" (divertidísima e ingeniosa). Algún otro comentario sobre su cine caerá por aquí próximamente.

domingo, 27 de agosto de 2006

Meridiano

El Centro Comercial Meridiano se ha convertido en uno de nuestros puntos de visita habitual los fines de semana. Tiene tiendas, hipermercado, restaurantes y sobre todo, salas de cine :D
Esta foto fue tomada desde la terraza en una concurrida noche y me gustó cómo quedó la hilera de luces subiendo por la avenida.

viernes, 25 de agosto de 2006

In & Out

Buscando información sobre esta película he descubierto que no cuenta con tanta aceptación como yo imaginaba, cuando a mí me parece una de las comedias más divertidas de la década de los noventa. De hecho, me ha costado encontrar críticas y opiniones sobre ella, y las puntuaciones en algunas webs de cine no alcanzan el seis de media. Ante esto, me revelaré, porque aunque la película tenga un guión simple (a la par que inteligente) y no sea una retorcida maraña de sentimientos de profundidad incalculable, "In & Out" es lo que tiene que ser, una comedia alegre, sincera, sin pretensiones, sin prometer más de lo que da, que yo creo que ya es bastante.

La película nos presenta a Howard, un profesor de literatura de un pueblecito de Indiana próximo a casarse con su prometida, que ve en televisión cómo un antiguo alumno suyo dedica el Oscar que acaba de ganar a su profesor de literatura del instituto "que además es gay". Sin caber en sí de asombro todo comienza a cambiar a su alrededor, comenzando por su novia, sus alumnos, familiares y amigos, que no saben cómo afrontar la noticia. Su vida privada se ve acosada por la prensa rosa, comandada por un periodista gay que intenta convencerlo de su condición homosexual. Los enredos y situaciones estrambóticas se suceden sin que el propio interesado sea capaz de confirmar o desmentir su nueva identidad sexual.

El personaje de Howard, interpretado por Kevin Kline, hace gala del entusiasmo y profundidad sentimental propios de cualquier profesional entregado a su trabajo, forma de ser que confunde mucho más a los que le rodean, que no ven en su actitud más que amaneramientos y comportamientos propios de un gay en el armario. Una de las escenas más divertidas de la película es precisamente cuando Howard escucha la grabación "Explorando tu masculinidad", en la que la voz en off intenta hacer del oyente un hombre hecho y derecho, al estilo John Wayne o Schwarzenegger ("Arnold no baila; difícilmente puede andar"), y alejar de sus actitudes aquellos gestos que le puedan identificar con un gay ("los hombres no caminan con los brazos en jarras!"). Personalmente me parece un fragmento divertidísimo (las traducciones del inglés son aproximadas, ya que no me acuerdo exactamente del doblaje en español).

Aunque la cinta sí deja ver un resquicio de burla o crítica hacia el cine de gays saliendo del armario que copó las carteleras en los finales del siglo pasado y principios de éste (ser gay se puso de moda), no creo que la película ofenda en ningún aspecto a los homosexuales, muy al contrario, muestra los típicos tópicos sobre el mundo gay que no difieren mucho de los que cualquiera conocería sobre el mundo de los juegos de rol, por poner un ejemplo.

Sobre el reparto, decir que Kevin Kline me parece que está genial en su interpretación, y no menos lo están sus compañeros Joan Cusack en el papel de su novia (nominada al Oscar como mejor actriz secundaria), Matt Dillon como estrella de Hollywood dedicando su premio al antiguo profesor gay, y Tom Selleck encarnando al carroñero reportero homosexual. Su director, Frank Oz, es conocido por bastantes comedias facilonas, alguna que otra película de culto ("La pequeña tienda de los horrores") y un par de películas recientes que no están mal ("The Score" y "Las mujeres perfectas", esta última con una Nicole Kidman impresionante para mi gusto). Fuera de la dirección también será recordado por ser la voz de Yoda en la saga de "La guerra de las galaxias". Y como anécdota señalar que en 1998 el beso entre Tom Selleck y Kevin Kline fue nominado como mejor beso en una película en los MTV Movie Awards, premio que ganaron Adam Sandler y Drew Barrymore por su unión de labios en "El chico ideal".

jueves, 24 de agosto de 2006

La tarde de un escritor

Como ya comenté en otros posts, tengo un criterio un tanto anárquico para la elección de mis lecturas. En general, me gustan más los libros escritos originalmente en español que las traducciones, pero a veces me dejo llevar por otros aspectos que me llaman la atención. Así fue en el caso de "La tarde de un escritor", cuyo sugerente título me animó a darle una oportunidad a su autor, el austríaco Peter Handke, totalmente desconocido para mí hasta ese día.

Se trata de una novela corta, de apenas 125 páginas, que cuenta, según su contraportada, la historia de un escritor solitario que una tarde de diciembre decide salir a pasear y descubrir así la realidad de afuera al mismo tiempo que la interior. Y eso es todo. Me encontré con un libro en el que no sucede absolutamente nada de principio a fin, algo que según la editorial se traduce en "una pesonal indagación en las relaciones del hombre consigo mismo y con lo que está a su alrededor". Ni la forma de escribirlo ni lo que cuenta (aproximadamente, porque todavía no sé muy bien qué cuenta en realidad) me gustó en absoluto. Una narración muy descriptiva al estilo de lo que yo llamaría ida de bola, con un poco de autobiografía, ensayo y otros géneros que estoy lejos de practicar en mis hábitos literarios.

Parece ser que el autor, Peter Handke, es uno de los escritores en lengua alemana más prestigioso, con incursiones en el mundo del teatro, la poesía y el guión cinematográfico. No dudo de su calidad literaria, pero personalmente no recomendaría este libro porque ni siquiera podría explicar de qué va. Incluso con independencia de haberlo entendido o no, podría haberme tocado alguna fibra en especial, pero lamentablemente tampoco ha sido así. Y sólo viendo el título de algunas de sus otras novelas ("El miedo del portero al penalty", "El momento de la sensación verdadera" o "El chino del dolor") me doy cuenta de que no estoy preparada para afrontar este tipo de lecturas. Continuaré mi preparación mental con obras que al menos me hagan pasar un rato agradable y no me líen más la cabeza, que no me hace falta :P

PD. Brandelia, estoy esperando tu comentario diciendo que te encanta este autor, pero no pasa nada, podré superarlo :D

miércoles, 23 de agosto de 2006

Los Piratas

La canción que hoy suena fue parte de mi selección personal durante mucho tiempo y, sinceramente, creo que es uno de los temas más perfectos compuesto por una banda de nuestro país. A raíz de esta canción de Los Piratas comencé a escucharlos y a descubrir un grupo que, hasta entonces, no me había interesado lo más mínimo, en parte porque lo que conocía de ellos hasta la fecha (el porno-estilo de "Quiero hacerte gritar") no me aportaba nada que me instara a querer escuchar algo más suyo.

Pero poco a poco me fue sonando mejor la voz rasgada de Iván Ferreiro, compositor además de la mayoría de los temas, y en mi repertorio de mp3 entraron "Oh, nena", "M.", "Años 80" o "Mi coco", además de otras canciones más cañeras y con más sonido guitarrero. La historia del grupo no la conozco demasiado pero sé que nacieron en Vigo, publicaron su primer disco a principios de los 90 y que en el año 2004 se disolvieron definitivamente, después de haber producido casi una decena de discos. Hace unos meses el antiguo vocalista del conjunto Iván Ferreiro sacó al mercado su primer álbum en solitario, mientras que los otros miembros del grupo se han dedicado también a trabajar en sus propios proyectos. He escuchado algunas canciones de Ferreiro y me han gustado, ya que las letras tienen una estrecha relación con las composiciones que hacía para Piratas. Esta semana la canción se merece también la letra, ahí va: "Promesas que no valen nada".

Prometo no mandar más cartas y no pasar por aquí
Prometo no llamarte más y no inventar ni mentir
Prometo no seguir viviendo así, prometo no pensar en ti
Prometo dedicarme solamente a mí.

Prometo que a partir de ahora lucharé por cambiar
Prometo que no me verás, que no voy a molestar
Y sabes que lo digo de verdad, que no voy a fallarte en nada
Que tengo mucha fuerza de voluntad, que no te fallaré en nada

Prometo no seguir así
Prometo que no voy a pensar en ti
Prometo dedicarme solamente a mí

Y el aire que me sobre alrededor y el tiempo que se quede en nada
nunca más escucharé tu voz de energía nunca liberada
Promesas que se perderán en estas cuatro paredes
como lágrimas en la lluvia se irán.

Siempre que no tengo sueño y no puedo descansar
invento más de mil palabras y busco una verdad
Intento que suenen de forma genial, intento que no digan nada
Nada es siempre toda la verdad, nada significa nada.

Y rompo las promesas que me hice a mí
prometo pensar en ti
ahora prometo sólo pensar en ti

Y hago que suenen de forma genial, prometo que no dicen nada
Nada es siempre toda la verdad, nada significa nada
Palabras que no dicen nada en estas cuatro paredes
Promesas que no valen nada, nada, nada, nada.

Y el aire que me sobre alrededor y el tiempo que se quede en nada, nada
nunca más escucharé tu voz de energía nunca liberada
Promesas que se perderán en estas cuatro paredes
como lágrimas en la lluvia se irán.

Se irán... como lágrimas en la lluvia, se irán
Se irán se perderán, se irán se perderán
se irán se perderán, se irán se perderán
Se irán se perderán como lágrimas en la lluvia.

¿Dónde estabas entonces
cuando tanto te necesité?
Te necesité

lunes, 21 de agosto de 2006

Poker II: Omaha

Últimamente estoy jugando bastantes torneos de poker en la modalidad de Omaha, derivada del Texas Hold'em. En esta variante cada jugador recibe cuatro cartas, de las que deberá usar sólo dos para su jugada. En la mesa habrá, al igual que en el Texas Hold'em, cinco cartas comunes, pero en Omaha sólo podremos usar tres de ellas. Es un tipo de juego que ofrece muchas más posibilidades de jugada, ya que una mano que inicialmente no parezca muy buena puede convertirse fácilmente en una escalera o un full house.

Dentro de Omaha (y también de otras modalidades como el 7Stud) existe la variante Omaha Hi/Lo, juego que a mí me parece divertidísimo aunque tengo que reconocer que soy bastante mala. En este caso, se siguen las mismas premisas señaladas para el Omaha normal con la salvedad de que el bote lo ganará el que tenga la mejor mano compartido con el que tenga la peor. La peor mano se considera reunir las cinco cartas (dos nuestras y tres de la mesa) más bajas y desemparejadas, entre el 8 y el As contando hacia abajo y sin que influyan el color ni la escalera para configurar la jugada. Según esto, la mejor mano Low en Omaha Hi/Lo sería 5, 4, 3, 2, A. En caso de que no hubiera jugada a la baja, el bote completo se lo llevaría el que tenga la mejor mano High, como en un Omaha común y corriente.

Por ejemplo, la mano de la imagen de arriba J-T-4-3, con dos picas, un trébol y un diamante, sería una mano regularcilla, mejor para una partida de Hi/Lo puesto que la jota y el diez nos dan una posibilidad de escalera tirando a alta y de color (las dos son picas) y por su parte el 4 y el 3 encajarían bien en una mano baja si en el flop salen otras tres cartas diferentes de 3 y 4 y menores que 8.

Si os parece entretenido podéis echar un vistazo a mi anterior post sobre poker y si tenéis curiosidad, en la web de Barry Greenstein, un conocido profesional del poker, hay una pequeña referencia a famosos actores y otros artistas que también se dedican en sus ratos libres a jugar a esto. Ah, y os recuerdo que hace bastante que el poker es legal en España, que a veces se oye de todo por ahí :P

sábado, 19 de agosto de 2006

Código 46

En los posts anteriores dedicados a los recuerdos y la capacidad de borrarlos permanentemente olvidé (jeje, qué paradoja) mencionar esta película, "Código 46", producida en 2003 y que plantea también esa posibilidad en el marco de un futuro cercano dominado por la tecnología y el control institucional. La vi el año pasado y me despertó unas importantes ansias de debate sobre lo que cuenta. (Spoilers! si sigues leyendo).

La cinta narra la historia de un detective felizmente casado y padre de familia, interpretado por Tim Robbins, infectado por un virus psíquico que le permite leer la mente de los demás. Su trabajo será descubrir un fraude en una compañía de seguros y visados de Shanghai. Allí conoce a María (Samantha Morton) y se enamora de ella, aún sabiendo que se trata de la falsificadora de "papeles" -mezcla de seguro, pasaporte y visado- que debe entregar a las autoridades.

La película ofrece una visión diferente de los sentimientos, determinada por la compatibilidad genética que asusta por su sorprendente credibilidad. Igual que hoy te haces un análisis de sangre, "Código 46" muestra la obligación de realizarse una prueba de ADN para comprobar si dos personas son compatibles genéticamente, en cuyo caso podrán convivir y reproducirse. Los protagonistas del film son incompatibles y, por ley, no deben mantener relaciones. Pero quebrantan el código 46, siendo sometidos a los castigos correspondientes. Para evitar que vuelvan a caer en el mismo error, borran de la mente de María todos los recuerdos acerca de su encuentro con William, los momentos de pasión que vivieron y el posterior embarazo y consiguiente aborto que le practicaron. En este punto, la película mantiene una estrecha relación argumental con "Olvídate de mí" (2004), sobre la que hablé en un post anterior, pero enfocando el tema desde un punto de vista algo menos romántico.

La reflexión sobre los excesivos controles de la sociedad y sus movimientos resulta inevitable. Sólo se puede permanecer en determinadas ciudades o países si se está en posesión del correspondiente seguro, y por una duración estipulada por las autoridades. El ansia de libertad de los ciudadanos hace resquebrajarse un sistema en el que María falsifica los "papeles" para viajes a lugares no autorizados. En defensa del entramado institucional, hay que señalar que esas prohibiciones están fundadas en motivos de salud de los solicitantes o en riesgos que, por supuesto, el interesado prefiere correr en detrimento de su seguridad. Los que no siguen las normas son desterrados a las afueras de las ciudades, lugares sin nombre, sin ley, en los que pueden ser dueños de sus recuerdos... y de nada más. Es una interesante dicotomía en la que, como en otras muchas ocasiones, cada uno tiene sus motivos y cree que son los mejores.

En algunas de las críticas que he leído se comenta que la película es excesivamente fría y distante, aunque yo opino que esa atmósfera es totalmente deliberada por parte de su director, Michael Winterbottom. Hablamos de una cinta futurista, un drama tecnológico, con su parte de romanticismo, ciertamente, pero no tiene por qué ser un ejemplo de sentimentalismo lacrimógeno; desde mi punto de vista contiene la justa y necesaria emotividad. El sufrimiento interior de los protagonistas es lo que realmente importa, la sensación que tienen de que deberían estar en otra parte, de que han hecho algo que no recuerdan, de que conocen a alguien sin conocerlo, de que están dejando de vivir mientras siguen viviendo. Muy interesante y original.

viernes, 18 de agosto de 2006

Project Entropia

Otro de los juegos online a los que dediqué parte de mi ocio hace unos meses fue el Project Entropia, un interesante proyecto que pretendía crear un sistema de economía real dentro de un mundo virtual. Con una estética industrial, un tanto cyberpunk incluso, el mundo se componía de dos continentes, uno de ellos completo para PVP (Player Versus Player) al que accedías a través de un portal dimensional.

Tras la creación básica de tu personaje (la foto de arriba pertenece al mío, Nubla), debías conseguir armas o cualquier elemento que te permitiera avanzar en el juego y, para ello disponías únicamente de una habilidad para principiantes: "recolectar sudor". Sí, sudor, habéis leído bien. La táctica consistía en acercarte a un animal, usar la habilidad correspondiente y con ello obtenías de vez en cuando unas botellitas de sudor que podías vender a jugadores más veteranos, que las usaban en habilidades avanzadas. Con el dinero que te pagaban podías comprar un arma, un hacha o un arma de fuego y munición y, por fin equipado, salías a campo abierto a cazar e intentar conseguir pieles u otros objetos de animales o monstruos susceptibles de venta en el mercado del juego.

El juego, que ahora ha pasado a llamarse Entropia Universe, exige una importante dosis de paciencia y esfuerzo para conseguir cualquier cosa. Todo en él cuesta dinero, las armas se rompen, las armaduras son muy caras y hay que repararlas también y, para colmo, las bestias que matas no siempre sueltan dinero o material (loot). Para evitar que la gente se desespere, los responsables del juego crearon la opción de cambiar dinero real por dinero del juego, es decir, depositando en su cuenta 10,00 € se trasladaba al juego la cantidad de 100 PEDs (Project Entropia Dollar). De este modo, la diferencia entre la gente que depositaba y la que no, se agrandaba en un juego en el que prácticamente todo se puede comprar con dinero.

Quizás ése sea precisamente el único pero que yo le pondría al juego: que por mucho tiempo que le dediques, por mucho que trabajes tus habilidades, mates bichos, etc, etc, jamás llegarás a situarte al nivel de los que desembolsan cierta cantidad de dinero para jugar. En el resto de aspectos, el sistema de habilidades es muy completo, hay interesantes trabajos para desempeñar (sastrería, construcción de armaduras, de máquinas, minería), tiene un sistema de venta de objetos por subasta que no precisa que estés conectado para completar la transacción, unos gráficos agradables y unos monstruos realmente originales (toc!). En este link hay una interesante galería de imágenes enviadas por los usuarios.

Además, dispone también de un apartado que fomenta las relaciones entre jugadores, más allá de la necesidad de formar grupos para cazar. Se trata del discipulaje, un sistema mediante el cual un jugador veterano adopta como discípulo a un novato y le va explicando cómo desenvolverse en el juego, ayudándole en ocasiones con algún material o comprándole las botellitas de sudor. Para terminar el discipulaje debes completar una serie de habilidades, realizado lo cual también tú podrás tomar a tu cargo discípulos y tu maestro recibirá una recompensa por el buen trabajo realizado contigo. Mi maestro en Project Entropia fue Reg, un inglés al que le guardo mucho cariño por su paciencia y los buenos ratos que me hizo pasar en el juego. Y mi compañera de fatigas, en éste como en tantos otros juegos, Giela :D

jueves, 17 de agosto de 2006

El Reino del Dragón de Oro

Sé que Isabel Allende es una de las escritoras con más aceptación entre la comunidad de lectores de todo el mundo, muy conocida también a nivel político y social y, además, por las adaptaciones al cine que se han realizado de sus novelas. Con riesgo de ser linchada por una mayoría de visitantes de este blog, he de decir que a mí me gusta sin más, no me aporta grandes cosas, se deja leer, entretiene lo justo... y poco más.

En mi contra añado que sólo he leído dos o tres novelas suyas, de las que apenas recuerdo nada (qué raro en mí, jeje) salvo de la que leí más recientemente, "El Reino del Dragón de Oro", que me prestó mi amiga Giela.

Con referencia a ese libro, se trata de una novela juvenil perteneciente a una trilogía iniciada con "La Ciudad de las Bestias" en 2002. La novela cuenta las aventuras de un grupo de visitantes al pequeño Reino Prohibido, situado en pleno Himalaya y donde antiguas tradiciones hablan de la existencia de la estatua de un dragón milenario, hecho de oro y piedras preciosas, capaz de contestar a todas las preguntas del que lo posea. La avaricia también lleva hasta allí a los malos, cómo no, que mantienen un peligroso encuentro con los buenos, que sólo ansían el bien, la paz, la tranquilidad... Para mí es un libro un tanto ñoño, con buenos muy buenos y malos muy malos, con una historia difícil de situar en la actualidad y poco creíble, aunque parece ser que el Reino Prohibido sí existe, o al menos tiene su equivalente en el reino de Mustang, en Nepal.

No deja de ser un libro muy bien escrito y fácil de leer, pero pensado para un público más infantil y juvenil que adulto, con un tratamiento amplio de la filosofía budista que a mí tampoco me llama demasiado la atención. Pero en general no me aporta nada sobre lo que reflexionar, sobre todo porque no llego a creerme la historia ni me identifico con ningún personaje concreto, algo que desde mi punto de vista dificulta la relación o el vínculo que se crea con toda lectura. Estoy segura de que si lo hubiera leído con 16 años me hubiera encantado, pero duplicado ese número simplemente me ha gustado sin más, porque tampoco sería justo decir que no me ha parecido una buena novela. Veremos si leyendo algo más de Allende en el futuro consigo acercarme más al criterio general.

Por cierto, del link que puse arriba a su web oficial, os recomiendo la lectura del texto titulado "Del oficio de la escritura", una descarnada narración de su vida, su trabajo y sus inquietudes, realmente interesante y emotivo.

miércoles, 16 de agosto de 2006

Ray Heredia

La canción que hoy ocupa este blog me parece una de las más bonitas que se han cantado nunca, con un sentimiento que sólo puede poner a la música un alma gitana. Escuché por primera vez este tema de Ray Heredia, "Alegría de vivir", en el año 1991 y, mientras en mí nacía una admiración y un respeto profundo por el nuevo flamenco, Ray moría de una sobredosis de heroína sin poder disfrutar del éxito que le aguardaba tras la publicación de su primer disco.

Ray Heredia fue miembro del primer grupo que se formó bajo el nombre de Ketama, que luego abandonaría para centrarse en su carrera en solitario. "Alegría de vivir" sonó con fuerza durante aquel año y, tiempo después, recuperado por la Barbería del Sur en una versión más pop para incluirlo en la banda sonora de la película "Sobreviviré". He escuchado ambas versiones y la original sigue guardando para mí una magia de la que carece la nueva, a pesar de que también me gusta.

Nadie sabe hasta dónde podía haber llegado la carrera de Ray de no haber sido truncada por la droga, así que me tomaré la libertad de maldecir a la heroína que tanto daño ha hecho al colectivo musical en general y a la etnia gitana en particular, haciéndonos perder grandes promesas y realidades de la canción.

martes, 15 de agosto de 2006

Galiñanes - Auga e Natureza

Bajo el título "Auga e Natureza", mi madre realizará una exposición de pintura en Guitiriz (Lugo) desde el próximo día 17 de agosto hasta el 5 de septiembre. Desde que yo era pequeña siempre recuerdo a mi madre pintando e intentando enseñarnos a mi hermana y a mí. Con ella lo consiguió (quiero esa Marilyn!!) pero yo fui un fracaso total y jamás conseguí hacer algo digno con una paleta y un lienzo.

Mi madre lleva ya muchos años dedicada casi exclusivamente a la pintura, con una capacidad de creación que incluso a mí me sorprende a veces. Cada vez que voy a casa veo cuadros nuevos, de estilos diferentes; su mano y sus pinceles parecen un hervidero de inspiración. Y además es mi madre... qué más puedo decir :D

Sí, puedo decir algo más, que habrá dos muestras simultáneas: una en el Concello de Guitiriz, con horario de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 h. y los sábados y domingos de 11.00 a 14.00 h., y la otra en el Hesperia Balneario de Guitiriz con horario de 11.00 a 24.00 h. todos los días de la semana. Además, también puedo decir que la exposición es de óleos, que a mí me encantan (y no porque sean de mi madre), que no me van a pagar por esta publicidad (aunque sea para mi madre, o precisamente por eso) y que su nombre artístico es Galiñanes (aunque para mí siempre será mi mami). Ah, y besitos para mi papi que es el apoyo técnico de todo este tinglado y para mi hermana que algún día me regalará su Marilyn :D

Os quiero.

lunes, 14 de agosto de 2006

Blog libre de humo

Three years, 0 minutes and 11 seconds.
21920 cigarettes not smoked, saving 2.192,00 €.
Life saved: 10 weeks, 6 days, 2 hours, 40 minutes.

Hoy he cumplido 3 años sin fumar. Estoy orgullosa de haberlo conseguido, estoy orgullosa de que mi ropa y mi casa huelan ahora mucho mejor, de no tener mal aliento constantemente ni los dedos sucios de nicotina, ni la carcasa del ordenador amarillenta. Descubrí que los pulmones llegan mucho más abajo de lo que imaginaba y que no es normal tener flemas por la mañana al levantarse.
Después de unos 10 años como devota fumadora dejé de adorar al dios tabaco (viva el ateísmo...) y, aunque reconozco que durante unos meses cambié de religión para unirme a los seguidores de Solano (sin azúcar, faltaría más), ahora puedo considerarme ya libre de toda atadura adictiva relacionada con el hábito de fumar. No se puede decir nunca aquello de "de este agua no beberé", pero hoy por hoy puedo asegurar que no tengo pensado recaer en ese vicio porque no habría ningún motivo que lo justificase y básicamente porque no me da la gana.
Me he ahorrado, como señala arriba mi SilkQuit, más de 2.000 euros en este tiempo y, aunque no sé en qué me los he gastado, estoy segura de que los he disfrutado mucho más que fumándomelos. Y desde aquí gracias a todos los que me han animado / aguantado / acompañado en el proceso de alejar el tabaco de mi vida, felicidades a los que también lo han dejado en los últimos tiempos, y decir a los que quieran dejar de fumar que es posible (por supuesto), que es más fácil de lo que parece y que conseguirlo te hace sentir increíblemente poderoso (un poquito megalómano, vale... pero de música ya hablamos otro día) :P

sábado, 12 de agosto de 2006

Piratas del Caribe

Ayer fuimos a ver "Piratas del Caribe. El cofre del hombre muerto", con la seguridad de que nos encontraríamos con una secuela digna de la primera película. Y así fue, nos reímos muchísimo y disfrutamos como niños, quitando un par de detalles un tanto excesivos de las escenas de efectos especiales y la presencia de Orlando Bloom que personalmente me sobra de principio a fin.

Hacía tiempo que en el cine no se hacían buenas películas de aventuras hasta que se estrenó "Piratas del Caribe. La maldición de la Perla Negra", que contaba las andanzas del capitán Jack Sparrow, un pirata sin principios, mentiroso, cobarde, ambicioso, engreído, pero que al mismo tiempo conseguía despertar en el espectador una sensación de ternura y simpatía. Johnny Depp, con una buenísima interpretación, ha aportado a su personaje un amaneramiento y unas expresiones características que lo convierten ya en un mito para el cine de piratería.

La película narra una típica historia de aventuras, de búsqueda de tesoros, buenos y malos, como en todo buen cine de género. Aparece también el papel secundario de una hechicera negra, algo que recuerda bastante al antiguo juego de ordenador "Monkey Island", con el que he visto muchas similitudes en la película, o al menos una inspiración bastante explícita. Hay secuencias realmente divertidas y, aunque en internet he leído algunas críticas acerca de la excesiva duración del film, a mí se me pasó el tiempo sin aburrirme, aunque sí he de reconocer que el argumento se detiene en ocasiones más metraje del que debiera en aspectos que no lo merecen. Pero en general, la película está bien contada y, salvo lo comentado anteriormente, con todos los ingredientes bien mezclados.

Por otro lado, personalmente Johnny Depp me parece uno de los actores más versátiles de la actualidad, con algunas de las interpretaciones más recordadas de la historia del cine de los últimos años. Por citar unas cuantas: "Eduardo Manostijeras", "Ed Wood", "Miedo y asco en Las Vegas", "Sleepy Hollow", "Desde el infierno", "Charlie y la fábrica de chocolate" o la propia serie de "Piratas del Caribe". En el caso de ésta última, el director Gore Verbinski vuelve a demostrar que le tiene cogida la medida a las películas entretenidas y que incluso debutando en la dirección con "Un ratoncito duro de roer" se puede llegar a hacer posteriormente buen cine :P

viernes, 11 de agosto de 2006

¡Olvídate de mí!

Hace unos cuantos días nombré en un post dedicado a Ray Loriga la película "¡Olvídate de mí!", a raíz de un tema relacionado con los recuerdos y la posibilidad de borrar de la memoria determinados traumas o datos que no nos fueran útiles (puedes revisar ese post aquí). He visto por fin la película y me ha gustado mucho, a pesar de unos cuantos detalles negativos que ahora comentaré (spoilers, por supuesto).

En primer lugar, plantearé una queja sobre la traducción del título de esta película, algo que roza la ineptitud desde mi punto de vista. El film en sí es un drama romántico, con algún toque tragicómico, pero no una comedia facilona como se puede entender a primera vista y tras comprobar que el protagonista principal es Jim Carrey. El título original es "Eternal sunshine of the spotless mind", que viene a decir algo así como "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos", como en efecto se tradujo en el resto de países hispanohablantes. Por esta razón, ni se me había pasado por la cabeza ver esta película hasta que leí en alguna parte de qué iba la historia y qué tipo de cine era. En el link de arriba a una página de la Wikipedia está perfectamente explicado el origen del título, algo que me parece muy interesante.

Queja planteada pues, mi segunda duda era la presencia de Jim Carrey, actor que en sus papeles cómicos me desquicia sobremanera y del que hasta el momento sólo mantenía un recuerdo agradable de su interpretación en "El show de Truman". Pero prejuicios iniciales aparte, la película me encandiló desde el primer momento, sin saber muy bien cómo planteaba la historia. Pensé que no me enteraría de nada, debido a un montaje totalmente endiablado a la par que soberbio, pero poco a poco cada pieza del guión encaja en su parte del puzzle y vas comprendiendo todo. Buenas interpretaciones, que también es justo decirlo, de la pareja protagonista, Jim Carrey y Kate Winslet.

"¡Olvídate de mí!" cuenta la historia de un joven que un buen día descubre que su novia le ha borrado no sólo de su vida, sino también de su mente, a través de un novedoso sistema de eliminación selectiva de recuerdos. Destrozado por la situación, decide someterse él también al proceso y olvidar todo lo que tenga que ver con ella. Pero mientras avanza el proceso, su mente comienza una lucha consigo mismo para evitar que Clementine sea eliminada, iniciando una huída de recuerdo en recuerdo, mezclando la realidad con la ficción creada por millones de vivencias que perviven en la memoria. A través de este flash-back conocemos qué ocurrió con Joel y Clementine y descubrimos que, como realmente deseaban, han vuelto a conocerse y a empezar de cero, en una especie de vínculo predestinado después de haberse olvidado mutuamente.

Lo que da miedo de películas como ésta es la sensación de realidad que desprenden. No parece estar tan lejos la posibilidad científica de eliminar ciertos recuerdos dañinos de nuestras mentes, pero la duda moral reside en si será peor el remedio que la enfermedad. Pensar en los usos que se le pueden dar a una tecnología de este tipo, fuera de los estrictamente médicos legales, produce un escalofrío. Por cierto, reniego totalmente de la escena en la que, mientras el ordenador trabaja con el cerebro de Joel, los encargados de supervisarlo se montan una fiesta de sexo, alcohol y porros en la casa, ocasionando, como era de esperar, que el programa falle, que ellos no se enteren, etc, etc. Jamás comprenderé la justificación de este tipo de argumentos: me niego a pensar que existan profesionales tan incompetentes y me niego a creer que sea necesario siempre incluir este típico momento de desfase en cada película.

Acerca de los datos técnicos del film, su director Michel Gondry es un conocido creador de videoclips, mundo que se está convirtiendo en la perfecta cantera del cine de los últimos años. El otro baluarte de la película es el guionista Charlie Kaufman, autor también del guión de una de las producciones más impactantes y novedosas de la pasada década: "Cómo ser John Malkovich". Y desde mi punto de vista, se nota la mano de Kaufman en "¡Olvídate de mí!", sobre todo en algunos detalles surrealistas que hacen que la película no sea un simple drama romántico y plantee aspectos mucho más profundos de las relaciones humanas.

jueves, 10 de agosto de 2006

El almanaque de mi padre

No soy lectora habitual de cómics, pero de vez en cuando me recomiendan alguno o ciertas historias me llaman la atención. No valoro demasiado los dibujos, así que no sabría distinguir entre un buen dibujante de cómic y uno mediocre. Sin embargo, me gustan los argumentos con fuerza, con cierta originalidad y que despierten mi interés por encima de las imágenes que, en la mayoría de las ocasiones, prefiero que apoyen al texto y no a la inversa.

Mi amiga Margu me prestó hace unos días "El almanaque de mi padre", un cómic compuesto por tres libros escrito e ilustrado por el japonés Jiro Taniguchi. Parece ser que Taniguchi es un autor bastante apreciado dentro del mundo del manga, con trabajos muy variados y merecedores de importantes premios en certámenes especializados. "El almanaque de mi padre" es lo único que yo conozco hasta el momento de su obra, y he de decir que me ha resultado bastante agradable leerlo, a pesar del punto de moralina que figura como trasfondo.

El tebeo cuenta la vida de Yoichi, haciendo un flash-back a través de su infancia y juventud, desde el presente en el que asiste al entierro de su padre. El pequeño protagonista japonés crece feliz con su familia hasta que una serie de acontecimientos precipita el divorcio de sus padres y el abandono de su madre del hogar. El joven Yoichi culpa a su padre de la situación, sin ser consciente de la cantidad de factores que influyeron en el deterioro y la posterior ruptura de ese matrimonio. Años después, habiendo abandonado el pueblo durante años para comenzar una nueva vida y formar su propia familia en la capital, Tokio, regresa con los suyos para enterrar a su padre que acaba de morir. Allí, por boca de familiares y amigos, descubre el verdadero carácter de su padre y todo lo que rodeó a aquella época de infelicidad marcada por el resentimiento hacia su progenitor.

La historia te hace reflexionar sobre algo que está tan de actualidad hoy como hace 50 años: te vas alejando de tu familia buscando nuevos horizontes y nuevas formas de enfocar tu vida y tu futuro, intentando ver en una nueva ciudad las cosas buenas que no ves en la tuya, y poco a poco los vínculos se van debilitando hasta hacerse casi imperceptibles. Hasta que algo, un suceso, un cambio, una noticia, hace que la nostalgia se apodere de ti y desees con más fuerza que antes volver a tu antiguo mundo, pedir perdón a las personas que allí estaban por haberte ido y sentirte por fin en casa.

Es curioso todo lo que puede aportar una historia que sólo reivindica el sentimiento de tener un pueblo, un origen, unas raíces. Es increíble cómo se puede interpretar la misma historia a miles de kilómetros de unas raíces de las que nunca se fue abanderado. Y me gustaría añadir aquí una frase que uso bastante últimamente y que me aplico desde la primera letra hasta la última: nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Por cierto, en "El almanaque de mi padre" se cuenta cómo un terrible incendio asola casi toda la ciudad de Tottori, donde viven los protagonistas, y cómo a partir de ahí todo cambia. No puedo evitar pensar en el fuego que se está comiendo mi tierra, Galicia, y espero que esas llamas permanezcan en la conciencia de los culpables.

miércoles, 9 de agosto de 2006

Tam Tam Go!

Allá por el año 1988 sonaba con fuerza una canción titulada "Manuel Raquel" que se convirtió en canción casi de culto para una parte del colectivo transexual que despuntaba por entonces. Con una historia profundamente humana y arriesgada, así entraban en el panorama musical español los extremeños Tam Tam Go!, grupo formado por los hermanos Nacho y Javier Campillo y un amigo común, Rafa Callejo. Recién llegados de Londres, los hermanos Campillo componían e interpretaban la mayoría de sus temas en inglés, muy influenciados por los sonidos anglosajones. En sus dos primeros discos apenas incluyeron tres o cuatro temas en español, pero fueron precisamente éstos los que más aceptación tuvieron entre el público.

Su gran éxito llegaría en 1990 con "Espaldas mojadas", que invertía la tónica de sus anteriores discos y ofrecía todos los temas en español salvo dos. Los sonidos más latinos de ésta y sus siguientes producciones causaron una mayor aceptación en los círculos musicales nacionales, con un pop diferente, letras más trabajadas y directas, estilos más variados y sonidos más limpios. Su música comprometida vinculaba a gran parte de la sociedad, identificada siempre con alguna de las canciones de Tam Tam Go!.

Hacia finales de los noventa el grupo se separó para trabajar en sus proyectos individuales y personales, volviendo Javier a colaborar con su hermano Nacho en posteriores proyectos bajo el nombre de Tam Tam Go!. Nacho Campillo, en cierto modo voz y alma del conjunto, editó sus discos en solitario también en esa época. En 1999 volvieron a la primera plana del panorama musical español con el tema "Atrapados en la red", que se convirtió en un himno para los internautas y protagonista en las kdds de chats.

Para ellos no ha existido nunca el miedo a tratar cualquier tipo de tema en sus canciones, decantándose por las desigualdades y las historias con fondo humano a la hora de expresarse con su música. En sus inicios, el desaparecido cineasta Ricardo Franco compuso las letras de algunas de sus canciones más sentidas, como la propia "Manuel Raquel" o "Lucía de los cartones", basada en la vida real de una indigente de la Gran Vía madrileña. Otros asuntos que han tomado forma de canción con ellos han sido el amor en la tercera edad (precioso tema "Los besos que nos quedan"), el abuso del zapping y la televisión o los desequilibrios propios de la sociedad acelerada que nos rodea. Yo he elegido hoy "Suicidio del arcángel niña", una canción de su segundo disco que me parece muy profunda y reveladora, en la que también colaboró Ricardo Franco.

lunes, 7 de agosto de 2006

La señal (The ring)

Me considero una fan bastante incondicional del cine de terror, que incluya sólo el justo despilfarro de sangre, una enorme dosis de tensión y la suficiente lógica como para hacer creíble lo increíble. En este aspecto no soy muy exigente pero valoro aquello de sentir la necesidad de encender todas las luces cuando termina la película... por si acaso. Dentro de este grupo se encuentra "La señal (The ring)", remake americano de su homónima japonesa "Ringu (El círculo)".

Ni que decir tiene que este post está plagado de spoilers... léelo bajo tu responsabilidad :)

Precedida de un notable éxito en su país, "Ringu" (1998) se convirtió rápidamente en una cinta de culto, que sirvió de base para otras muchas películas de terror nipón producidas en los siguientes años. Como le ocurrió a casi todo el mundo, a mis oídos y a mi vista llegó antes la versión americana, que vi con una mezcla de expectación y duda. Pero avanzada la película, todas mis dudas se habían disipado: inmersa en una sensación de continua inquietud y una considerable concentración de adrenalina, la película me iba convenciendo de la maldición que se cernía sobre la cinta de vídeo.

Sobre las películas americanas siempre pesa la crítica de que son de baja calidad, faltas de ideas, con exceso de derroches técnicos y poca sustancia. De esta circunstancia solamente se salvan algunas obras de cine independiente, alguna ópera prima de jóvenes talentos o las producciones de directores consagrados que ya da igual lo que dirijan que siempre estarán bien considerados. En el caso de los remakes, se confirma para ellos la falta de ideas comentada y aumenta el desprestigio del film en cuestión, el director y por supuesto el reparto. El guionista figura ya en estos casos como un ente inexistente.

Pues bien, voy a llevar un poco la contraria a la tónica general, puesto que a mí "La señal" me gustó más que "Ringu" y además me pareció una muy buena película de terror, que mejora sin duda el embrollo argumental de la original japonesa y utiliza con mesura los efectos especiales tan criticados en el cine hollywoodiense. Sin aportar ciertamente grandes novedades, se limita a realizar una versión occidentalizada del film dirigido por Hideo Nakata en Japón, eliminando puntos negros del guión, que hacían bastante dificultosa la comprensión de la historia. Al fin y al cabo, la película japonesa se basaba a su vez en una novela del escritor Kôji Suzuki, por lo que tampoco es una idea original del director cinematográfico. Las escenas impactantes que comparten ambas películas (el pozo, la salida de Sadako/Samara de la pantalla...) me parecen igual de logradas en las dos producciones, pero en general prefiero la americana porque quizás se acerca más a mi forma de ver el mundo. Como nota negativa, señalar que para mí la escena del caballo en el ferry sobraba (o al menos yo no supe interpretarla dentro del contexto que se me ofrecía), pero en general me parece que la película cierra muy bien los "círculos" argumentales que plantea.

Tras su éxito con "Ringu", Nakata continuó explotando la gallina de los huevos de oro, con más adaptaciones de novelas de terror de Suzuki, dirigiendo una segunda parte de "Ringu" en 1999 y haciéndose un remake a sí mismo con "The ring 2. La señal 2" en versión americana el año pasado. En 1999 se realizó también otra versión de la película en Korea del Sur, "Ring Virus", que obviamente no he visto así que no puedo opinar. Por su parte, el director estadounidense Gore Verbinski había debutado prácticamente en la gran pantalla con "The Mexican" el año anterior (su primera película fue "Un ratoncito duro de roer"...), película que personalmente no me gusta nada, pero que intento no tener en cuenta; su siguiente film tras "La señal" fue "Piratas del Caribe. La maldición de la perla negra", y ésa sí que me parece maravillosa.

domingo, 6 de agosto de 2006

Refinería

La última vez que GeekDraz y yo estuvimos en el Centro Comercial Meridiano hicimos esta fotografía de la refinería de Santa Cruz que, aunque en la imagen no se aprecie demasiado, evoca un paisaje al más puro estilo Blade Runner. Lamentablemente, no teníamos un trípode para hacer una foto más fiel a la realidad, tal y como se presenta la escena ante nuestros ojos. De todos modos, creo que el efecto del movimiento (la apertura del obturador? No entiendo mucho de técnica fotográfica; los profesionales sabrán mejor cómo denominarlo) hizo lo suficiente para que la imagen quedara al menos inquietante y comprobemos que incluso una vulgar refinería de combustible tiene su encanto en la oscuridad de la noche.

sábado, 5 de agosto de 2006

El amor molesto

Buscando en la biblioteca algo para leer cayó en mis manos este libro, que en un primer momento me llamó la atención por el título. Luego leí la solapa con la información sobre la autora, Elena Ferrante, y me quedé sorprendida: Vivió mucho tiempo en Nápoles. Actualmente reside en Grecia. "El amor molesto" es su primera novela. Éstos son los únicos datos que se conocen de su personalidad.

Por un momento me vino a la cabeza una broma, un fragmento de Les Luthiers (dos palabras sobre el autor: realizó... estudios). Pero no, parece ser que esta escritora italiana se ha mantenido deliberadamente al margen de la vida pública, hecho que no ha evitado que sus novelas hayan obtenido un enorme éxito en su país y fuera de él. (Spoilers si continúas leyendo).

"El amor molesto" (1991) trata de una madre que muere en extrañas circunstancias y una hija que trata de reconstruir cómo sucedieron los hechos y qué hizo su madre en las últimas horas de su vida. A lo largo del libro se analiza una traumática relación entre ambas, con una mentira infantil que marcó sus caminos. El planteamiento es bastante interesante, pero a veces resulta confuso. Supongo que será algo intencionado por parte de la escritora, que juega constantemente con la actualidad y el pasado de la protagonista, mezclando lo que sucedió, lo que ella deseaba que sucediera y lo que ella cree recordar pero que nunca ocurrió.

La novela mantiene muy bien la intriga, pero para mí da demasiadas vueltas. Muestra comportamientos absurdos de los personajes, sin que esas formas de actuar se fundamenten en nada lógico o consecuente, por lo que a mí me cuesta entenderlos. Aunque comprendo que ahí precisamente reside el encanto del libro, en la confusión que crean los flecos de la memoria de Delia, la protagonista, y así propiciar que el lector se vaya montando su propia historia como un puzzle a raíz de lo que ella va mostrando. En definitiva, un libro al menos interesante, que ya es bastante.

En Italia parece ser que la novela tuvo una importante relevancia, siendo incluso llevada al cine en el año 1995 con el mismo título original, "L'amore molesto". Pero no me suena que se haya estrenado en España, por lo que me da la impresión de que el film no salió del circuito italiano de exhibición o tuvo una distribución muy limitada fuera de su país.

viernes, 4 de agosto de 2006

El bosque

Entre todas las películas que despiertan amores y odios quizás "El bosque" sea una de las más polémicas. En este caso concreto, no sólo el film, sino la obra completa de su director, el hindú M. Night Shyamalan, se encuentra en el ojo del huracán. Para mí "El bosque" es una inmensa película, muy original a mi modo de ver y con una estética de producción muy cuidada, envoltura realmente agradable para un sólido guión.

Posiblemente este post contenga algún spoiler, así que si no has visto la película, no sigas leyendo.

La parte negativa de la obra, lo que todos critican, comienza en la propia traducción del título (original "The village", el pueblo, no "bosque") y continúa por una estrategia de promoción totalmente errónea. La mayoría de los detractores de este film se sintieron engañados porque esperaban una película de terror, con muchos sustos, criaturas sobrenaturales, monstruos... Y sin embargo se encontraron con una historia de suspense, tocada por una tierna historia de amor y una inocencia que perdura al margen de la acelerada vida urbana. Creo que si la película se hubiera vendido como lo que es, la mayoría de los "defraudados" no habrían sido tan crueles a la hora de criticarla (aunque ciertamente muchos ni habrían ido a verla). Por ello, soy de las que intento recibir la menor información posible sobre una cinta antes de verla; ni siquiera me gusta ver los tráilers porque siempre enseñan más de lo que deben. El interés de una película muchas veces reside en no saber lo que te esperas y así no desilusionarte cuando ves algo que no encaja en la idea preconcebida que te habías formado.

Por otro lado, el gran éxito de M. Night Shyamalan con su primera película conocida, "El sexto sentido" (1999), también ha sido utilizado en su contra a la hora de valorar sus posteriores producciones. Yo considero esa película impresionante, de las que te dejan con la boca abierta, y he de reconocer que las dos siguientes cintas del hindú, "El protegido" y "Señales" me aburrieron de un modo soporífero y no me transmitieron nada positivo. Aún así, cuando fui a ver "El bosque" (2004) intenté liberarme de todo prejuicio y conseguí meterme en la película desde el principio: conseguí que me engañaran con el pueblo del siglo pasado, conseguí creerme que había un monstruo acechando en el bosque y me quedé tonta cuando al final se va descubriendo el gran teatro. Para otros, la situación de las familias del pequeño pueblo estaba clara desde casi el principio de la película; por una vez me alegro de que mi inteligencia sea tan torpe y tan lenta que me permitiera disfrutar de la película sin enterarme de nada tan "obvio" para los demás.

Acerca de los protagonistas, ninguno de los intérpretes se encuentra entre mis favoritos, aunque para mí Bryce Dallas Howard desarrolla muy bien su papel de invidente. Joaquin Phoenix y Adrien Brody resultan un poco cargantes en los suyos, sin emocionarme lo más mínimo pero guardando la corrección justa para no llamar la atención. Lo mismo opino de los veteranos William Hurt y Sigourney Weaver, que solamente ofrecen su presencia al film sin aportar nada, a mi modo de ver, destacable. Queda claro que la interpretación no es el punto fuerte de esta película, puesto que el resultado hubiera sido el mismo barajando los papeles dentro de un saco y haciendo que cada uno eligiera al azar el suyo. Pero nadie primaría a los actores en un film como éste, con una música y una fotografía realmente sobresalientes, un diseño de producción y un montaje impactantes, y algunas escenas dignas de las mejores obras de terror psicológico de los últimos tiempos.

miércoles, 2 de agosto de 2006

Presuntos Implicados

Durante la época de la Universidad tuve una especial predilección por las canciones de este grupo valenciano, que nació allá por mediados de los 80 y consiguió un notable éxito con temas suavemente acariciados por la voz de su cantante, Soledad Giménez, y arropada musicalmente por su hermano Juan Luis y por Nacho Mañó.

Presuntos Implicados significó para mí un mar de sensaciones, con canciones tan tiernas y tan dulces que a veces escucharlas era como abstraerse a un mundo irreal de cuento de hadas. La canción que he elegido de ellos es "Llovió", la primera que yo canté en un karaoke y que está estrechamente relacionada con unas personas y una época muy concreta en mi vida, tiempos que guardo en el recuerdo con extraña nostalgia.

Alejado de mis gustos habituales, Presuntos Implicados hace letras optimistas e intimistas, sinceras y cercanas, llenas de energía, un pop suave que de vez en cuando también es bueno escuchar. Desde que publicaron el álbum de versiones y se acercaron más a los ritmos latinos he perdido un poco su pista, puesto que ese tipo de música ya no se encuentra entre mis gustos. El grupo también se separó durante un tiempo para abordar sus proyectos personales en solitario, sobre los que, la verdad, apenas me he interesado.

A pesar de todo, seguirán siempre en mi memoria las melodías de muchos de sus temas de finales de los 80 y principios de los 90, entre los que destacaría "En la oscuridad" (por su fuerza), "No hay palabras" (por ese lazo que une a dos personas), "Cada historia" (por su amargura), "Mil mariposas" (por su inocencia), "La noche" (por su tristeza) o "Nunca es para siempre" (por su sinceridad).

martes, 1 de agosto de 2006

Los renglones torcidos de Dios

Esta novela es el típico ejemplo de libro que a todo el mundo le suena y del que todos conocen a su autor, pero que nadie o casi nadie ha leído. Decidí comprarlo precisamente por eso, porque al leer la solapa me pareció que podía interesarme y que por fin cerraría en este caso la coletilla "lo conozco pero no lo he leído". Lo que cuenta este libro me sorprendió; no me esperaba en absoluto nada parecido. Imaginaba un libro más serio, más retorcido, mucho menos directo. Aunque algo de retorcido sí que tiene: desde el principio, Torcuato Luca de Tena juega con el lector al ratón y al gato, logrando en mi caso (y supongo que en el de muchos otros también) que desarrolle una empatía natural con la protagonista de la historia. (Spoilers!).

La propuesta inicial es bastante sencilla: Alice ingresa en un psiquiátrico alegando que es víctima de un engaño urdido por su marido y su médico, mientras que su carta de ingreso la define como una paranoica obsesiva con instintos asesinos hacia su cónyuge. Quedaría pues claro el trastorno psiquiátrico de la protagonista si no fuera porque su comportamiento aparentemente normal, su extrema sensibilidad y sobre todo su increíble inteligencia termina por confundir a médicos, enfermeras, compañeros de hospital y todo personaje que aparece por las páginas del libro. Puedo asegurar, con total sinceridad, que tras la lectura de la novela todavía me quedaban dudas sobre si Alice tenía un problema o si la habían convertido en una desquiciada ahogándola con mentiras, provocándole al final una crisis real a fuerza de presiones.

A pesar de la extensión (unas 450 páginas), el libro se lee con mucha facilidad y contiene la suficiente intriga como para no querer soltarlo en varias horas. Tiene un fuerte componente de humanidad, plasmado en algunos de los personajes creados por Luca de Tena, que nos acerca al mundo desconocido de los enfermos psiquiátricos y su día a día, con sus miserias, sus peligros, sus dudas y su inocencia. De hecho, por si todavía alguien no sabe a lo que se refiere el título, los renglones torcidos son precisamente aquellas personas con ciertas taras mentales, aquellos hombres y mujeres que, según el autor, a Dios le salieron erróneos cuando los creó, las faltas de ortografía del Creador. El libro es, en conjunto, tan cruel y tan duro como puede serlo el tema que trata, con independencia de sus componentes estrictamente literarios. Que quede claro que hablamos de una novela, ficción en definitiva, no un ensayo literario ni un documental sobre la vida de los enfermos mentales.

Como último detalle, señalar que el libro fue publicado en 1979 pero hasta que no vi la fecha me podría creer perfectamente que se escribió el año pasado (bueno, hace unos cuantos años más, antes de que Torcuato Luca de Tena se muriera, vamos :P). Sobre lo antiguo que parece de ayer mismo hablaré posiblemente algún día por aquí, porque cada vez me sorprende más cumplir años y no darme cuenta de que el tiempo pasa para mí pero también para lo que me rodea.