martes, 6 de febrero de 2007

La sonrisa etrusca

A pesar de que ya había leído este libro hace varios años y guardaba un buen recuerdo de él, no recordaba lo suficiente como para hacer un comentario coherente y completo sobre lo que me había transmitido. Terminada pues su segunda lectura ocho años después de la primera puedo reafirmarme en mi admiración hacia la obra y comprobar que mi capacidad para maximizar mis propias emociones ha mejorado con el tiempo.

"La sonrisa etrusca", escrito por José Luis Sampedro en 1985, relata la visita de un campesino calabrés a la acelerada ciudad de Milán con un doble propósito: tratar con mejores especialistas un cáncer terminal que padece y, lo más importante para el viejo, conocer y guiar a su nieto Brunettino en el camino correcto para hacerse un hombre. A pesar de que se mantiene de fondo una permanente tristeza por el mal que se va apoderando velozmente del cuerpo del viejo, al mismo tiempo la novela emana una gran ternura y un aroma a vida a través de la figura del pequeño bebé, que entabla una estrecha relación con su abuelo.

El personaje de Salvatore Roncone, hombre de campo rudo y asilvestrado, antiguo partisano y orgulloso poseedor de un carácter macho y a la vez machista, choca de bruces con la deshumanizada gran ciudad donde las mujeres luchan por independizarse y hacerse un camino al margen de sus maridos. Es el caso de su nuera Andrea, estirada milanesa profesora de arte que cría a su hijo según los consejos de un libro de pediatría y exaspera a su suegro con su quisquilloso control y su fría organización. Sólo el pequeño de la familia mantiene al viejo Roncone al pie del cañón, recreando una guerra particular aplicada a los dominios de su cuarto y haciendo guardias nocturnas contra un enemigo imaginario.

La relación entre los dos transcurre paralela a la última relación sentimental que vive el hombre, con una mujer de pueblo pero adaptada hace años a la gran ciudad que encuentra en él una razón para vivir tras su viudez y consiguiente soledad. Recordando antiguos escarceos con mujeres de toda condición, Salvatore encuentra a su vez en Hortensia la atención y serenidad que siempre le había faltado, la sabiduría de una mujer más allá del mero disfrute sexual, lamentándose de que ese decisivo encuentro se haya producido en el declive de su existencia y no antes.

Aún sabiendo que la muerte es el camino irremediable para el viejo enfermo, no pude evitar que las lágrimas acudieran a mis ojos, sobre todo porque el corazón se encierra en un puño mientras el hombre se ilusiona y vive al máximo sus últimos días de vida, precisamente porque sabe que son los últimos. Esa valentía hace que los demás nos sintamos cobardes y deseemos llegar al final de nuestra existencia con esa fuerza y esa razón de vivir que el viejo encontró en las cosas simples con las que el destino nos premia de vez en cuando.

Sobre el autor, ésta es hasta el momento la única novela que he leído de José Luis Sampedro, economista además de escritor nacido en Barcelona en 1917. A mí me recuerda al Salvatore de "La sonrisa etrusca", porque en cierto modo él mismo dice que cree que morirá pronto (acaba de cumplir 90 años) pero que lo hará satisfecho, y en el libro se describe la sonrisa de las figuras de arte etruscas como una muestra de felicidad en sus sarcófagos. En este link podéis leer algunas de sus últimas declaraciones. Y la novela, como ya he comentado, es una obra sincera y emotiva altamente recomendable.

4 comentarios:

  1. o meu libro español favorito logo da árbore da ciencia de pío baroja. como novelista é xenial. é un pequeno deus. un anxo. bicos!

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  2. La verdad q tiene una ternura increíble. No sé cómo serán sus otros libros, pero en este su forma de narrar me parece de lo más acertada porque, sabiendo casi el desenlace, es muy difícil mantener el interés hasta la última página, y Sampedro lo consigue.

    bezitos

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  3. De Sampedro solo leí "El amante lesbiano" y te la recomiendo muy mucho.
    Recuerdo que al principio me costó un poco sentirme atraída, pero luego no pude parar de leerlo.
    Siento no poder decirte nada más, no soy buena para explicar por que algunas cosas para mi tienen interés, solo puedo decir que me gustó y por eso te lo recomiendo
    Un apunte, no es por nada, pero prácticamente siempre acierto al hacer una recomendación ;)

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  4. Laura, gracias por la recomendación :) La tendré muy en cuenta porque, además, me apetece leer algo más de Sampedro.

    Sobre los gustos, a mí tb me ocurre con muchas de las cosas q me gustan. Yo creo q las razones son tan personales a veces q no creemos q a los demás les vayan a servir. Muchas cosas nos gustan porque sí, y eso tb tiene su gracia, no? Será una cuestión de buenas vibraciones :)

    saluditos!

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