domingo, 30 de diciembre de 2007

La mariposa negra

No suelo leer best-sellers por miedo a que me gusten, la verdad. Y lo malo es que normalmente están bien escritos, enganchan y al final me agradan más de lo que me permito reconocer porque, aunque sea literatura comercial, no deja de ser correcta en la forma y entretenida en el contenido. Es el caso de “La mariposa negra”, un libro de la escritora británica Ruth Rendell bajo el pseudónimo de Barbara Vine.

Reconozco que nunca lo hubiera escogido si no fuera porque la encargada de la biblioteca me lo recomendó. Se trata de una novela con cierta dosis de suspense, que poco a poco va desgranando la historia de una familia construida con tiralíneas que ha vivido bajo el azote de las apariencias desde el comienzo. (Spoilers!) Gerald Candless es un escritor de éxito que adora a sus dos hijas tanto como ellas lo adoran a él pero que sin embargo excluye a su esposa de ese círculo. Con el tiempo, las hijas también aprenden a mantener a su madre al margen de sus vidas, criticándola por no ser más cariñosa con su padre y sin comprender que ella se mantiene alejada porque así lo exige su marido, que apenas le dirige la palabra ni la valora.

La trama familiar es como un culebrón, la verdad, con todos los ingredientes para protagonizar una saga familiar cercana a los grandes seriales ochenteros. Cuando el escritor muere, debido a una dolencia cardíaca, su hija mayor comienza a escribir su biografía descubriendo detalles que no encajan con la realidad que ella conocía de su padre. La investigación la lleva a conocer que su padre cambió de identidad antes de casarse con su madre y que quiso alejar de su entorno todo aquello que le unía a su vida anterior. Ni sus hijas, ni la esposa, ni ningún allegado sospecha de la existencia de ninguna sombra en la intachable vida del hombre.

Sin embargo, la parte más cruda de la historia de Gerald Candless no la conocerán hasta un tiempo después. El escritor se había encargado de dejar antes de su muerte un manuscrito con su última novela a otro escritor fracasado, que ahora pretende publicarlo con su nombre tras la desaparición del exitoso Candless. El estilo delata la pluma del fallecido en una trama personal en la que un joven homosexual huye de su vida y su familia tras un extraño y turbador suceso ocurrido con uno de sus hermanos, también gay.

Aunque el misterio no resulta tanto misterio para el lector, puesto que desde el principio de la novela nos muestran indicios de la homosexualidad de Candless, en la narración se ven las reacciones lógicas de los protagonistas a cada descubrimiento sobre la vida pasada del padre: de quién tomó su nuevo nombre y por qué, quienes eran sus verdaderos padres o familiares y, sobre todo, en qué parte de sus libros, en los que él reconocía tomar ejemplos de la gente que le rodeaba, se encuentra algo que pueda arrojar luz sobre esos años perdidos del escritor. Una de las pistas más sólidas es una mariposa negra que el autor utiliza en las portadas de todas sus obras, especie denominada “hijo del deshollinador” y que guía a su hija Sarah en el camino hacia la verdadera historia de su padre.

La obra no deja de ser interesante y mantiene muy bien la tensión. No sin razón la autora es una de las escritoras británicas más reconocidas de los últimos tiempos. Además es una de las más prolíficas, dedicada principalmente a escribir novelas de misterio muy bien valoradas por la crítica y que firma con el pseudónimo de Barbara Vine las obras que no encajan dentro de la línea del crimen que aborda en sus demás libros. Escribe a menudo historias de perversiones y obsesiones sexuales, profundizando siempre en la mente humana y los comportamientos de sus personajes, con una gran dosis de inteligencia para implicar al lector.

En total ha publicado más de 50 novelas, doce de ellas con el nombre de Barbara Vine y una veintena con el inspector Wexford como protagonista, en una serie policíaca muy conocida entre los seguidores del género y de la que ha surgido una serie televisiva. Sin embargo, en España sus obras no se conocen demasiado, o al menos no tanto como en otros países. Muchos de sus libros ni siquiera han sido traducidos al español pero sí han servido como argumento para varias películas. Uno de ellos,
“Carne trémula”, fue llevado al cine por Pedro Almodóvar en una película del mismo nombre, que personalmente me parece muy acertada.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Morriña down

Llevaba muchos meses sin visitar mi tierra y a mi familia. Ahora por fin la morriña se ha ido y he vuelto con energías renovadas para mantener la distancia de nuevo durante un tiempo. Me traigo para mi segundo hogar las luces navideñas de las calles y el calor personal que me transmite el frío compostelano. No pude hacer tantas cosas como quería ni ver a tantas personas como deseaba, pero concentré mis esfuerzos en mi familia, que este año me necesitaba más que nunca. Espero que el año que viene nos depare momentos menos duros y nos permita disfrutar de la vida sin contratiempos.

Por lo demás, he sentido de nuevo el espíritu de lo conocido y lo cercano. El pasado vuelve y los recuerdos se agolpan en la mente intentando arañar su parcela de atención. Sé que esto sólo lo pueden entender los que alguna vez dejaron atrás todo lo que conocían para emprender un camino nuevo y distinto. Todo cambia pero todo permanece, ciertamente, y la sensación no deja de ser agridulce. Me gustaría estar allí por muchas razones pero sé que debo estar aquí por otras tantas. No se puede tener todo lo que se quiere y la pelea interior no tiene sentido :)

Pilas recargadas pues, ganas de hacer un montón de cosas, alma compostelana revitalizada y contador de la morriña a cero de nuevo. Si es que no doy hecho :P

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Please come home for Christmas

Aunque no me gustan nada los villancicos me apetecía poner una canción que representara esta época del año en la que estamos. Y la que se me ha ocurrido es “Please come home for Christmas” (“Por favor ven a casa por Navidad”), un tema original de Eagles pero interpretado en esta ocasión por Jon Bon Jovi.

La canción fue publicada por la banda de rock americana en 1978 pero ha tenido varias versiones en la voz de artistas como Vonda Shepard, Luther Vandross, Pat Benatar o Jon Bon Jovi, entre otros muchos. Bon Jovi aporta al tema un sonido algo country y más cercano al blues, muy característico de su etapa más popera pero alejado del rock duro que hacía con su banda a principios de los ochenta. Nada como “LIvin’ on a prayer” o “Bad medicine”… pero es el momento de los villancicos, no de las melenas al viento y los rasgueos de guitarra.

Cuando Jon Bon Jovi grabó esta versión de “Please come home for Christmas” ya se había cortado el pelo, lo que fue considerado uno de los peores tragos en la lista de los 100 peores momentos del heavy metal según la cadena televisiva especializada en música
VH1. Con su corte de pelo le pasó como a Sansón: no sólo perdió el cabello sino también toda su fuerza (musical), pasando al universo soft rock y pop que tanto despreciaban sus seguidores. Su salto al cine y a la televisión con papeles de chico bueno y guapo no mejoró su imagen musical pero sí le propició un nutrido grupo de nuevas fans (sobre todo femeninas) amantes de su carne tatuada.

Para los que les interese, el
vídeo musical de este tema navideño de 1992 estaba protagonizado por el propio Jon y por la modelo Cindy Crawford, muy cotizada por entonces y que a mí personalmente nunca me ha gustado. El vídeo es un ejemplo del empalague más absurdo pero oye, cada uno se recrea la vista con lo que quiere :P

*** Es posible que en los próximos días no pueda actualizar el blog ya que voy a seguir el consejo de la canción. Disfrutad de las fiestas en general y de la vida en particular :)

martes, 18 de diciembre de 2007

Grease

En 1978 se estrenó otro gran éxito musical del cine de la década: “Grease”. La película estaba basada en un musical del mismo título creado en 1972 por Jim Jacobs y Warren Casey, que se ha representado miles de veces a lo largo de los años con muy buenas críticas. Personalmente me parece una película entretenida y muy divertida, que he visto como media docena de veces y de la que nunca me canso.

La película contaba el último curso de unos jóvenes en un instituto a finales de los años 50. Tras un verano cargado de emociones, la australiana Sandy Olsson (Olivia Newton-John) llega a un nuevo colegio para finalizar su educación secundaria. Allí se encontrará con su amor de verano, Danny Zuko (John Travolta), que sin embargo ha cambiado totalmente su dulce actitud veraniega para mantener su status de chulo entre los miembros de su pandilla. La historia no tiene más aliciente que los números musicales, que se han convertido en grandes hitos de la música y continúan vigentes casi 30 años después.

Aunque Olivia Newton-John no estaba muy decidida a participar en el proyecto, John Travolta la convenció de que merecía la pena. Casi todos los intérpretes superaban con creces la edad que se suponía que tenían en el film (algo clásico en las películas de adolescentes, recordemos la inolvidable serie “Sensación de vivir” :P) e incluso algunos como Stockard Channing, la mayor del elenco con 34 años, había estado ya casada en tres ocasiones.

La película se convirtió pronto en una de las más taquilleras del momento aunque, como ya había sucedido en “Fiebre del sábado noche”, lo que más éxitos le aportó fue la banda sonora. También los Bee Gees estaban en parte involucrados en esta producción, ya que Barry Gibb compuso el tema inicial del film, con el título de “Grease”. La balada “Hopelessly devoted to you”, escrita por John Farrar e interpretada por Olivia Newton-John en la película, fue nominada al Oscar en el apartado de Mejor Canción Original.

El director
Randal Kleiser, que ya había dirigido a John Travolta en el telefilme “The boy in the plastic bubble” dos años antes, volvió a contar con el ya por entonces famoso actor para esta película juvenil, su primera producción para la gran pantalla. En los años siguientes Kleiser se especializaría en el género con otros trabajos como “El lago azul” (con la inolvidable Brooke Shields en cueros por la playa), “Un amor de verano” o “Colmillo blanco” con otra joven estrella en ciernes, Ethan Hawke.

El éxito de “Grease” propició una secuela que se rodó en 1982 de la mano de Patricia Birch, que había trabajado como coreógrafa en la original.
“Grease 2” no era gran cosa y no tuvo apenas reconocimiento, ni siquiera en los temas musicales, aunque sí fue un buen trampolín para una nueva estrella rubia del cine, Michelle Pfeiffer. También hacía su debut en la película el guapo Maxwell Cauldfield, que a mediados de los ochenta se convertiría en todo un seductor gracias a sus apariciones en las series “Dinastía” y “Los Colby”, las telenovelas más seguidas del momento.

domingo, 16 de diciembre de 2007

SL: Second Life Fever

El universo de Second Life tampoco se escapa a la fiebre disco de los setenta. Existen multitud de locales que pinchan música de ese estilo para sus clientes y discotecas que realizan eventos con look setentero premiando al mejor vestido o al que mejor baile.

Las fotos de esta entrada están tomadas en Second Life Fever, un local decorado con inspiración de "Fiebre del sábado noche" y en el que se puede disfrutar de música disco de los 70 y 80 los fines de semana.

Otras muestras relacionadas con las películas musicales más taquilleras de entonces son las shapes de los avatares (formas del cuerpo). En la tienda Body Doubles se encuentran más de 200 figuras inspiradas en otras tantas celebridades, entre actores, actrices, cantantes, deportistas y un largo etcétera.

Entre ellas, está a la venta la silueta de John Travolta en la película "Fiebre del sábado noche" y en su siguiente éxito musical, "Grease" con su personaje de Danny Zuko. Su compañera de reparto en ese film, Olivia Newton-John, también tiene su shape en esta tienda, recreada como Sandy. El precio de cada pack es de 500 lindens, no demasiado caro para lo que suele ser habitual en estas prestigiosas tiendas.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Detrás de la fiebre

Como toda gran producción, “Saturday Night Fever” está rodeada de multitud de curiosidades y anécdotas de rodaje. Por ejemplo, la discoteca a la que van a bailar se llamaba “2001 Oddyssey”, nombre procedente de la película de Stanley Kubrick de 1968 “2001: Una odisea del espacio”. La sala funcionó como tal hasta 1987, cuando se convirtió en una disco de ambiente gay que pasó a llamarse “Spectrum”. En 2005 fue demolida a pesar de las protestas de los nostálgicos de “Fiebre del sábado noche”.

El reparto del film no tuvo demasiado éxito en su posterior carrera, salvo el protagonista
John Travolta, que se convirtió en una de las estrellas más solicitadas del momento y fue nominado al Oscar por aquel trabajo. Los demás se perdieron en películas menores, series de televisión e incluso la actriz principal, Karen Lynn Gorney desapareció totalmente del panorama cinematográfico durante los siguientes 14 años. El 40% del elenco artístico hacía su debut en esta película, en la que también interpretaban breves papeles la propia hermana de Travolta y su madre.

El actor se involucró enormemente en el film, practicando la coreografía durante nueve meses, adelgazando más de ocho kilos para adaptarse a su papel y soportando la tristeza para continuar en el rodaje tras el fallecimiento de su novia, la también actriz Diana Hyland. El traje blanco que viste Travolta en el film durante el concurso de baile de Odisea 2001 se subastó por 145.000 dólares. Dicho traje iba a ser negro hasta que comprobaron que con la oscuridad del local y las luces no se distinguiría nada. El álbum que incluía la banda sonora se convirtió en el más vendido de la historia con más de 20 millones de copias. Le desbancó de ese puesto el
“Thriller” de Michael Jackson seis años después.

La película tiene varias referencias al cine de aquellos años. El personaje de Stephanie Mangano habla sobre la película
“Romeo y Julieta”, dirigida por Franco Zeffirelli en 1968. Los jóvenes hacen también referencia a estrellas del momento, como Al Pacino, Bruce Lee o el personaje de Rocky, cuya primera película había sido un rotundo éxito de taquilla un año antes.

Por su parte, a “Fiebre del sábado noche” se alude en multitud de películas posteriores, sobre todo en cuanto a la música y el personaje de Tony Manero. Aunque directamente no se menciona la obra, en “Pulp fiction” tiene lugar el recuerdo más nostálgico de aquel film cuando el mismo Travolta baila en un bar junto a Uma Thurman. Los pasos de baile de los protagonistas de “Fiebre del sábado noche” han sido profusamente imitados en todo tipo de eventos, desde otras películas hasta funciones escolares de fin de curso.

La música de la película ha continuado sonando a lo largo de estos 30 años sin descanso y es reconocible por todos. En muchas otras películas y programas de televisión se han hecho parodias de las canciones de Bee Gees y del look de tupé y pantalones de campana de los protagonistas. En este
link que me ha pasado Rubenvike figura una parodia de “El informal” sobre el famoso tema “Staying alive”. Para mí, uno de los homenajes más divertidos es el baile de “Aterriza como puedas”, con las revoluciones del disco aceleradas acentuando así el típico falsete de los hermanos británicos. Ha sido también muy comentado el paseo de Tobey Maguire en “Spiderman 3” al más puro estilo Manero. Finalmente, en este vídeo podemos comprobar cómo Travolta podría bailar perfectamente al ritmo de OffSpring y su “Pretty fly (for a white guy)”, fusionando el movimiento de antes con el sonido de hoy.

*** Toda la información de esta entrada ha sido extraída de internet, sobre todo de la Wikipedia y el IMDB, y de la propia película.
*** La cabecera es mía, podéis criticarla abiertamente :D

jueves, 13 de diciembre de 2007

Fiebre del sábado noche

A mediados de la década de los setenta la música disco causaba furor en todo el mundo. Para reflejar las inquietudes de la juventud de aquella época el británico Nik Cohn publicó un artículo en el que describía los "ritos tribales" de estos jóvenes, apasionados del ritmo sin mucho interés en ninguna otra actividad más que disfrutar de los fines de semana y gastar su dinero en ropa y alcohol.

Inspirada en ese texto se estrenó en 1977 "Fiebre del sábado noche", dirigida por un John Badham que por entonces rondaba los 40 años y tenía amplia experiencia en la dirección televisiva pero nula en la gran pantalla. Como estrella de la película se eligió a John Travolta, cuyo bagaje cinematográfico hasta aquel momento también era bastante limitado a sus 23 años. El drama de Tony Manero los llevaría a ambos hacia el éxito más inmediato, convirtiéndose en la película musical más taquillera de todos los tiempos en 1978.

Hoy en día se recuerda la película como una producción normalita, sin estridencias pero tampoco sin más genialidades que las de un montaje musical notable con los temas de Bee Gees y otros artistas del momento. La película en sí tiene poco argumento fuera de la pasión por baile y, de hecho, supone una revisión del oscuro futuro de unos jóvenes que por entonces no tenían planes más allá de la noche del sábado siguiente, que consistía en ir a bailar, gastarse el sueldo de la semana en copas, tabaco y algún que otro psicotrópico e intentar conseguir algún polvo sin complicaciones. Nada que ver con la juventud de hoy, verdad? Pues después de 30 años poco ha cambiado la cosa, ciertamente.

De todos modos, la película muestra para mí una visión muy pesimista y desesperanzada de la juventud que, obligada por las convenciones sociales y religiosas (hoy por suerte menos definitivas) llevaba una vida que no quería llevar pero que realmente tampoco sabían cómo convertir en algo mejor porque no conocían otra cosa. Para Tony Manero, sin estudios, con un trabajo decente pero pobre en una droguería y cuya familia lo considera la oveja negra ante su hermano sacerdote, el único momento de expansión personal y de felicidad se produce cuando acude a bailar a la discoteca Odisea 2001. Allí todos lo admiran, lo aplauden y lo felicitan, algo que no encuentra jamás en un seno familiar marcado por la pobreza y los desprecios.

La historia no es, por supuesto, lo más destacado de la película. Lo bueno de la cinta es ver la sinceridad con que se retrata la sociedad de mediados de los setenta, igual en el Brooklyn del film como en cualquier otra parte del mundo. Machismo, religiosidad enfermiza, homofobia, racismo, clasismo... un sinfin de tópicos negativos reunidos todos en un grupo de clase media-baja cuya máxima es pisar antes de que te pisen. Y aunque el desenlace se supone que es trágico, al final tiene que vencer el amor, algo que nunca entenderé y que en muchas películas parece estar metido con calzador.

Y como tampoco podía ser de otro modo, tras el enorme éxito del film hubo secuela: se tituló "Staying alive", fue dirigida por Sylvester Stallone en 1983 (sí, habéis leído bien, el mismo Stallone) y fue un sonado fracaso. Lo único que sobrevivió a aquel fiasco continuó siendo la música de los Bee Gees, símbolo inequívoco del universo disco setentero.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Staying alive

La década de los setenta tuvo un importante colofón musical con todo lo que rodeó a la película "Fiebre del sábado noche", estrenada el 14 de diciembre de 1977 en Estados Unidos. El film lanzó al estrellato a un espigado John Travolta que hasta entonces sólo había realizado breves intervenciones en telefilmes, producciones de bajo presupuesto y un papel secundario en "Carrie".

La película se basaba en un artículo del crítico Nik Cohn publicado en el New York Magazine en 1975 con el título de "Tribal Rites of the New Saturday Night" ("Ritos tribales del nuevo sábado por la noche"), en el que analizaba el comportamiento de los jóvenes del momento influenciados por la música disco, la nueva moda de camisas de anchas solapas y pantalones de campana y la avidez de nuevas experiencias. Esta imagen se plasmó a la perfección en "Fiebre del sábado noche", que tuvo como autores de la banda sonora a los hermanos Gibb.

Los Bee Gees ya comenzaban a despuntar como precursores de la música disco cuando les llegó su gran oportunidad en la película. La banda sonora se convirtió en un éxito mundial y el tema "Staying alive" pasó a ser el abanderado de la cultura disco de finales de los setenta. Le seguirían otras canciones incluidas en la película como "Night fever", "More than a woman" o "How deep is your love".

Cuando a principios de los 80 la música disco comenzó a aburrir y a surgir los nuevos sonidos electrónicos pop de la nueva década, los Bee Gees pasaron a un segundo plano, retomando su carrera años más tarde aunque viviendo ya para siempre con la sombra de "Staying alive" sobre su trabajo. Editaron su último disco en 2001, dos años antes de que falleciera inesperadamente Maurice Gibb, uno de los gemelos.

La película "Saturday Night fever" y su banda sonora cumplen este año su 30º aniversario, precisamente en un momento en el que el resurgir de la música disco y el estilo setentero está más patente que nunca con grupos como Scissor Sisters, Jamiroquai o los españoles Fundación Tony Manero. El que nunca haya bailado "Staying alive" es que no tiene sangre en las venas! :)

martes, 11 de diciembre de 2007

El palacio japonés

Hace unos meses leí “Mi planta de naranja-lima”, del brasileño José Mauro de Vasconcelos, y me quedé fascinada por la ternura desnuda del libro. He vuelto a recaer con este escritor con un libro llamado “El palacio japonés”, también enmarcado dentro de la literatura infantil y juvenil y que sigue una línea muy similar a la de la otra novela.

Aunque “El palacio japonés” no me ha gustado tanto como esperaba, no deja de ser un gran libro escrito con exquisito detalle. Eso sí, insisto también ahora en que no me parece literatura para niños, por mucho que así se venda y promocione la obra de Vasconcelos. Me parecen novelas crudas, incluso a veces crueles, que ahondan más en miedos adultos que infantiles. (spoilers!).

“El palacio japonés” es una alegoría de la muerte, ni más ni menos. Cuenta cómo las musas han abandonado a Pedro, un pintor de mediana edad maltratado por su débil corazón que vive solo en Sao Paulo. Mientras el artista deja pasar los días esperando en la Plaza de la República, un día un desconocido oriental le informa de que allí mismo existe un impresionante palacio japonés que quizás le inspire en su trabajo. Pedro conoce a la perfección la plaza y sabe que allí no hay ningún palacio real, pero el desconocido insiste en que no todos pueden verlo pero que allí está.

Y efectivamente, Pedro llega al hermoso palacio donde conoce a Tetsuo, un pequeño príncipe de 8 años que agoniza por una extraña enfermedad, cuidado y guiado por su maestro Kankuji. Pedro desgrana sus días en el palacio acompañando a Tetsuo, olvidando el mundo real y descuidando su propia salud. Es obvio que el niño se muere al mismo tiempo que las energías de Pedro se esfuman.

El príncipe le enseña que porta en una mano la flor blanca de la vida y en la otra la flor negra de la muerte. Pedro ve cómo el niño va dejando el pequeño mundo en el que vive y simultáneamente él cae enfermo en su vida real. Su encuentro con Tetsuo, tras el entierro del pequeño, le ofrece la visión clara de que él ya está también más allá de la muerte.

En la novela se representa la flor negra como la ternura, siendo en la realidad algo menos tierno para cualquier adulto. No sé hasta qué punto los niños pueden ver la muerte como algo “tierno”, y sobre todo los occidentales, puesto que el mundo oriental entiende los mismos conceptos de maneras totalmente diferentes. Esa flor negra es realmente la muerte en sí, representada por Tetsuo, y que se está llevando a Pedro de su mundo real hacia el mundo soñado y bello del palacio japonés imaginario.

Tanta metáfora no es necesaria puesto que se ve claramente desde el principio lo que significa el palacio y sus habitantes. A mí la verdad me resulta un tanto macabro imaginar la cara de un niño de ocho años encarnando el paso al más allá. No me parece tan hermoso ni tierno como muestra la novela y me deja el cuerpo un poco traspuesto.

José Mauro de Vasconcelos escribió en vida una veintena de novelas, casi todas enfocadas hacia el mismo tipo de lectores jóvenes. Creo que precisamente “El palacio japonés”, de 1968, no se publicó en España, puesto que la edición que yo cogí en la biblioteca es de origen argentino. El libro está interesante pero personalmente me resulta demasiado depresivo como para considerarlo de agradable lectura.

domingo, 9 de diciembre de 2007

El caso Slevin

Menos mal que no sabía de qué iba esta película antes de verla, porque sino posiblemente me habría decepcionado más de lo que ya lo ha hecho. “El caso Slevin” podría ser interesante si estuviera bien contada, que no lo está, y si tomara menos inspiración directa de otras grandes películas cercanas al thriller como “Lock & Stock”, “Snatch: Cerdos y diamantes”, “Pulp fiction” o “Sospechosos Habituales”.

Se trata de una película de 2006 que para mí sólo resulta pasable, con una primera media hora soporífera, un desarrollo flojo y un desenlace absolutamente previsible. Voy a meter algunos spoilers! así que si alguien no la ha visto y quiere hacerlo (bajo su responsabilidad) puede dejar de leer… o seguir leyendo, allá él :P

La película comienza con una serie de escenas confusas y con un flashback, de los que hay un exceso increíble a lo largo de la cinta. En esa parte se nos muestra un caso de apuestas ilegales, una familia asesinada como cruel pago de una pérdida económica en dichos juegos y un niño a punto de ser sacrificado por un matón. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que el niño es el adulto que vemos a continuación metido en líos y bajo identidad indemostrable. Aunque eso es lo único que está claro durante la película; el resto es un auténtico cajón desastre que va mezclando humor absurdo (los típicos negros cachondos de tantas otras películas) con cine pseudo-policíaco e historia de amor sin sentido.

El protagonista, el joven Slevin (
Josh Hartnett), parece estar metido injustamente en una terrible confusión cuando es él el que realmente maneja el cotarro y no busca más que vengarse de los que asesinaron a sus padres. Al final te lo explican todo con pelos y señales, muy despacito por si no te habías enterado. Muere gente por doquier, incluso la chica (Lucy Liu, que no es santo de mi devoción y en esta peli no es una excepción), a lo que mi exclamación fue “anda, esto no me lo esperaba, está bien que la maten”. Mi gozo en un pozo, claro está, que la muerte de la chica era ficticia y al final acaba reuniéndose con el chico, al más puro estilo “made in Hollywood”. Los buenos no mueren en estas películas, que quede claro.

Los malos aburren hasta hartarse en su enfrentamiento entre jefazos, tanto Morgan Freeman como sir Ben Kingsley, e incluso Bruce Willis hace por enésima vez el mismo papel de asesino a sueldo sin aportar nada nuevo ni destacable (por mucho que me encante). Lo malo es que no te crees nada y no te implicas en la película; realmente acaba por darte lo mismo si los matan, si se mueren o si siguen viviendo. Eso es un signo inequívoco de que la película no te está llegando y que algo han hecho mal para que eso ocurra.

Desde mi humilde punto de vista, lo que hacen mal es principalmente el montaje y la manera de contar la historia. Está bien que te oculten cosas, que intenten engancharte con la intriga, pero cuando lo único que hacen es liarlo todo mucho mucho durante los primeros 45 minutos y luego desliarlo todo mucho mucho durante los últimos 45… pues creo que así no funciona la cosa. Sobran explicaciones y el ejemplo más claro está en
“Sospechosos habituales”, donde en 3 minutos te quedas a cuadros con un pequeño montaje de escenas y sin necesidad de más aclaraciones estúpidas.

En “El caso Slevin” necesitan media hora para contarte todo lo que tú ya sabes desde hace otra media hora, con lo que te aburre profundamente la explicación igual que te aburrió el principio sin pies ni cabeza que no te ofrecía ninguna conexión entre unas escenas y otras. Me parece muy tramposa la forma de saltarse a la torera las partes más aclaratorias para que tú no puedas organizar el contenido que tienes entre manos y luego ponértelo como “a que no te lo esperabas?”. Evidentemente, es muy difícil esperar algo para lo que no tienes indicios, pero me parece peor que en vez de darte indicios te den una explicación para tontos de por qué han pasado las cosas.

Personalmente, una gran decepción de película. Su director, Paul McGuigan tiene otros tres o cuatro largometrajes anteriores que no me suenan de nada, así que tampoco puedo juzgar si el problema está en él o en el guionista Jason Smilovic, que aparte de esta película sólo ha trabajado para series de televisión. Por supuesto, vale para pasar el rato pero poco más.

sábado, 8 de diciembre de 2007

No soy geek!

Tomando como referencia la página de Juan, he realizado unos cuantos tests frikis para descubrir cosas tan fundamentales como si sobreviviría a un ataque zombie o si soy adicta a los blogs. Ahí van los resultados:

  • Test de Electricidad:
261 WATTS Body Battery Calculator - Find Out How Much Electricity Your Body is Producing - online dating
Mi humilde persona genera ella solita 261 watios de electricidad. Según esto, mi cuerpo podría encender perfectamente tres bombillas, una XBox 360 y cargar 65 iPods. Con cuatro como yo haríamos funcionar una nevera. Revelador, eh?
  • Test de Supervivencia ante un Ataque Zombie:
24%
Vale, seamos claros: caería a las primeras de cambio. Qué culpa tengo yo de no saber usar un arma de fuego o de no tener en casa 50 latas de comida preparada? Ya sabéis, si me veis después de un apocalipsis zombie corred porque yo seré uno de ellos :D
  • Test de Precio de tu Cadáver:
$4800.00The Cadaver Calculator - Find out how much your body is worth.
Bien, hemos de suponer que los zombies han acabado conmigo. En ese caso, cuánto vale mi cuerpo? Pues según el “cadaver calculator” unos 4.800 dólares americanos, o sea, unos 3.275 euros. Qué miseria, toda la vida cuidándose para esto… pffff.
  • Test Geek:

39% Geek
Después de los tres primeros tests sólo cabía la posibilidad de hacer el test geek para demostrar a todo el mundo que no lo soy. Y efectivamente, un 39% de geek no es suficiente para considerarme una friki absoluta, para los que lo estuvierais pensando.
  • Test de Blogadicción:
64%How Addicted to Blogging Are You?
Ok, de esta ya no me escapo. “Hola, me llamo Lillu y soy adicta a los blogs”. No es preocupante pero un 64% se sitúa bastante por encima de la media. Lo peor es que contesté que “sí” cuando me preguntaron si iba a poner este resultado en mi blog (buaaaahh).

Esto no es un meme (jojojo) pero invito a todos los que andéis por ahí a realizar estos divertidos tests. Y si tampoco sobreviviríais al ataque zombie avisad para ir haciendo una lista… nunca se sabe :P

PD.: Gracias a Juan por los links.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Subastado un manuscrito de Mozart por 155.000 euros

Esta página de la "Sinfonía Concertante" de Wolfgang Amadeus Mozart alcanzó el martes pasado la cifra récord de 155.260 euros en una subasta realizada en Londres por la casa Sotheby's. El manuscrito tenía un precio de salida mínimo de 98.000 euros y máximo de 140.000 y supone la única hoja de estas características que ha salido al mercado en las últimas décadas, según señala la noticia publicada en El País.com.

Mozart compuso la "Sinfonía Concertante en Mi Bemol Mayor para violín, viola y orquesta, K.364" en 1779, alcanzando con ella la madurez musical según los expertos (el joven Amadeus tenía por entonces 23 años). La hoja subastada constituye una de las dos únicas páginas que se conservan de la obra, cuyo manuscrito original se considera perdido. La partitura contiene además en el dorso apuntes a mano de dos piezas para trompa que no han sido identificadas.

La página fue adquirida por la casa de anticuarios londinense Maggs Brothers, en nombre de un comprador privado. En 1998 ya se había subastado también en Sotheby's otra partitura del músico por 125.000 euros, correspondiente al "Rondo para piano y orquesta en La Mayor, K.386", pieza que hasta el momento suponía la puja más alta para una partitura del autor austríaco.

Dentro del lote de música en que se incluía, el manuscrito de Mozart se subastó en el lugar número 93 de las 174 piezas que salieron al mercado. En la misma ronda de subastas también se adjudicó una página a mano de la "Sinfonía nº90" de Joseph Haydn por unos 92.000 euros, así como varios fragmentos de obras de Beethoven, Wagner, Verdi, Bizet, Brahms, Schubert y otros muchos compositores de fama mundial. El movimiento económico dentro del mundo del coleccionismo es extraordinario por lo que se ve en estas prestigiosas subastas.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Sittin' on the dock of the bay

Durante algunos años escuché mucha música negra, sobre todo soul de los cincuenta y sesenta. Aretha Franklin, Sam Cooke, Wilson Pickett, Randy Crawford y otras rutilantes estrellas del mundo afro-americano invadían los aparatos de radio sobre todo en Estados Unidos, desbancando al todopoderoso Elvis Presley.

Entre mis temas preferidos de esa época está “Sittin’ on the dock of the bay”, una balada de Otis Redding que fue todo un éxito a finales de la década de los sesenta.

Como no podía ser de otro modo, sus inicios se produjeron en la iglesia baptista de su pueblo del estado de
Georgia, uno de los lugares con más tradición de música soul y R&B. Para ayudar económicamente a su familia dejó la escuela y comenzó a cantar en el grupo The Upsetters, al mismo tiempo que participaba en un concurso de talentos en el que premiaban con cinco dólares al vencedor. Tras ganar la competición quince veces, le prohibieron volver a presentarse.

En 1962 empezó a grabar sus primeros temas en solitario y a hacerse conocido entre las figuras del soul del momento. En los años siguientes grabó varios discos y realizó colaboraciones con otras estrellas negras como Carla Thomas, haciéndose un hueco destacado en el soul estadounidense.

Pero Redding murió prematuramente en 1967 a los 26 años en un accidente de aviación, junto con otros cuatro miembros de su banda. Se fue sin poder disfrutar de las mieles del triunfo ni de la interesante carrera que todos le auguraban, inmerso ya por entonces en una amplia gira por Estados Unidos. Dejó al mundo de la música unos cuantos temas en diez discos originales que se han reeditado una y otra vez en varios recopilatorios y que se han recordado en los homenajes que se realizan en su honor cada año.

Para recordar viejos tiempos y soñar un rato, esta semana suena “Sittin’ on the dock of the bay” de Otis Redding.

martes, 4 de diciembre de 2007

El camino

No pensaba que la lectura de este libro me iba a enganchar tanto. Recuerdo que lo recomendaban en los planes de estudio de los institutos hace años (no sé si hoy continúan haciéndolo) pero a mí no me tocó leerlo y lo fui dejando hasta ahora. Si ya me había gustado “Los santos inocentes”, que releí hace algunas semanas, “El camino” (1950) ha supuesto para mí la confirmación de que Miguel Delibes es un genio de las letras.

A pesar de su estilo muy característico y su temática (España rural de la postguerra) me ha cautivado la manera de contar desde los ojos infantiles de su protagonista el pausado transcurrir de la vida. Daniel, el Mochuelo, es un niño de 11 años para el que sus padres tienen un plan, un camino escrito que se desvía de lo que el chico cree que debe hacer.

Con esta premisa tan simple y a la vez tan perturbadora, “El camino” desgrana las experiencias más importantes en la corta existencia de Daniel, lo que más le ha marcado en la cotidianeidad de un pequeño pueblo castellano de mitad del siglo pasado. El niño recuerda todos esos detalles la noche antes de su partida para estudiar en la gran ciudad, donde íntimamente sabe que no está su destino pero a lo que no puede renunciar por respeto a su padre.

Los típicos tópicos del momento se muestran en el libro de forma clara, la diferencia entre las figuras letradas del maestro, el médico, el cura o el alcalde y los demás trabajadores del pueblo, las personas corrientes que buscan poco a poco su lugar, salir adelante sin más ambiciones. El padre de Daniel, quesero de profesión, mantiene sin embargo la esperanza de que su hijo "progrese" en la ciudad y para ello ahorra y olvida otras muchas necesidades, sobre todo afectivas, del niño y el resto de su familia.

Está muy presente también en la novela el espíritu religioso de la época, el temor de Dios y el amenazante planear del pecado sobre cualquier actitud que se salga de la norma impuesta por la Iglesia. Dentro de este pequeño universo en el que los niños son solamente culpables de ser niños, Daniel el Mochuelo y sus compañeros, Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso, conviven con la naturaleza del valle que les vio nacer y pasan las horas aprendiendo de lo mucho o poco que les rodea. Las primeras punzadas del dolor, en forma de amor y muerte, alcanzan también a los pequeños protagonistas que todavía no comprenden muchos comportamientos adultos pero que sin embargo asumen con mayor naturalidad y sinceridad los procesos que se ven obligados a vivir.

“El camino” es una novela con toques de inocente humor, unido al tierno despertar a la adolescencia. Es para mí una oda a la simplicidad de la vida humana, a la condensación de sentimientos puros y a la nostalgia de la niñez. Delibes retrata con gran acierto a cada personaje, sus puntos fuertes y débiles, así como las arraigadas costumbres de una aldea en la que el tiempo parece estar detenido. Muy recomendable para cualquier amante de la literatura.

Como detalle anecdótico he de comentar que cogí este libro en la Biblioteca Municipal y que hacia la página 106 descubrí que faltaba un pliego completo de hojas. Como el que tenía era el único ejemplar prestable del centro, tuve que leer esas cuatro páginas que no estaban en una edición amarillenta y maltrecha de 1955 en una de las salas de lectura de la biblioteca. Luego continué el resto de la novela en mi casa, con el mismo ejemplar que retirarán cuando lo devuelva. Esa es la experiencia más surrealista de la belleza hiperrealista de “El camino” :D

domingo, 2 de diciembre de 2007

La novia cadáver

Pues algunos visitantes de este blog (Laura, Juan) tenían razón cuando decían que les había gustado más "La novia cadáver" que "Pesadilla antes de Navidad". Ahora puedo confirmarlo y asegurar que nada tiene que ver una con la otra, salvo la técnica básica de filmación fotograma a fotograma (stop-motion) y la mano de Tim Burton en casi toda la estética oscura y romántica.

La película, dirigida por el propio Tim Burton junto con Mike Johnson en 2005, habla de una historia mucho más adulta que "Pesadilla...", más actualizada (a pesar de transcurrir en el s.XIX) en todos los aspectos, incluso los musicales. En este caso las canciones de Danny Elfman siguen el argumento de la cinta y no al revés, como notaba que ocurría en su predecesora.

En "La novia cadáver" aparecen dos familias, una de nuevos burgueses y otra de aristócratas venidos a menos, que deciden unir a sus vástagos en un matrimonio de conveniencia que aportará a unos el prestigio que le falta a su apellido y a otros el dinero del que ya no disponen para mantener su status social. (Spoilers!). Víctor y Victoria no se han visto nunca pero se enamoran al instante en cuanto se conocen. La historia sufre un contratiempo cuando Víctor, atacado por los nervios durante el ensayo de la boda, es incapaz de pronunciar correctamente los votos y huye al bosque tras quemar accidentalmente el vestido de su futura suegra.

Allí, dándose cuenta de que realmente quiere a Victoria, practica los votos con la mala fortuna de colocar la alianza en la mano de un esqueleto, creyéndolo una rama. De la tierra surge Emily, una joven engañada y asesinada justo antes de la boda por su prometido, cuyo único interés era conseguir el dinero de su dote. La novia cadáver reclama a su nuevo esposo, al que la idea de permanecer en el mundo de los muertos con una mujer de esas características no le satisface lo más mínimo. Mientras, el asesino sin escrúpulos Barkis Bittern aprovecha para volver a realizar la misma fechoría con Victoria, presentándose como el perfecto partido para la joven tras la extraña desaparición de Víctor.

La historia, basada en un antiguo relato judío, transcurre sin fisuras y cuenta con un final agridulce, perfecto para mí sin embargo a pesar de que la novia cadáver debe renunciar a su matrimonio: se da cuenta de que Víctor no la ama y de que Victoria no merece sufrir lo mismo que ella al quedarse sin su esperada boda. Es triste pero al mismo tiempo justo. Mientras, el malvado lord Barkis sufre la venganza de todos los habitantes del otro mundo por haber hecho desgraciada a Emily.

Los personajes de "La novia cadáver" son más divertidos, más acordes al humor negro que debe tener una película adulta de animación desde mi punto de vista. El mundo de los muertos se muestra mucho más animado de lo que pudiera suponerse, con multitud de detalles cómicos dentro de la macabra situación que sufre el atormentado novio. Me hizo reír y llorar por igual, me mantuvo muy atenta y se me hizo corta, todo lo contrario a lo que me ocurrió con "Pesadilla antes de Navidad". Sin duda, valoro mucho mejor esta película aunque la otra fuera la pionera y la que más fama tiene.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Superdotada o superlista?

La mujer con el coeficiente intelectual más alto del mundo es la estadounidense Marilyn vos Savant, con 228 puntos. En España, Marta Eugenia Rodríguez (en la foto) dice poseer un C.I. de 218, lo que la convertiría en una de las personas más inteligentes de nuestro país. Yo no sé si es inteligente, pero lista es un rato largo, y paso a explicar mi decepción e indignación con esta mujer.

Esta leonesa, con 5 carreras realizadas en España y 26 en Estados Unidos según ella, ha creado su propio sistema de aprendizaje que promociona en varios libros y en un centro en Madrid. El método se denomina
Sapientec, cuesta unos 1.800 euros y asegura que con su práctica se mejora el aprovechamiento de las diferentes inteligencias humanas. Hasta aquí todo es correcto, posible, lógico e incluso revolucionario. Lo malo de todo esto es que Marta Eugenia ha llegado a convertirse en una mujer conocida como superdotada entre los medios de comunicación con métodos no sólo poco ortodoxos sino claramente falsos y manipuladores de la realidad.

El único currículum disponible de la superdotada repite los mismos datos una y otra vez: aprendió a leer sola con 3 años, a los 6 sus padres y profesores descubrieron que tenía una inteligencia superior y a los 12 se fue a Estados Unidos donde, “de la mano del premio Nobel en Medicina Francis Crick, estudió Inteligencia Artificial en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T.) y el Instituto de Investigaciones Científicas y Ecológicas de Harvard”. En ese tiempo terminó el bachillerato español y estudió las 26 carreras en EEUU y luego cinco más en España.

Bien, buscando información sobre Marta Eugenia, con la sana intención de documentar esta entrada, me encuentro con que en ningún lugar encuentro nada anterior a 1999-2000 sobre ella o sus empresas, que se supone fundó cuando regresó a España con 18 años (hablamos pues de 1987). Todas las entrevistas a la creadora de Sapientec tienen lugar a partir del 2001 y en ellas solamente se refleja su actividad en la empresa, no datos concretos sobre sus supuestos estudios o investigaciones. Además, si con 12 años dio cientos de conferencias por el mundo con otros niños superdotados, como asegura, digo yo que algo tendría que haber salido en las noticias sobre eso. Alguien lo recuerda?

Acerca de sus investigaciones, en la página del
M.I.T. no aparece ningún artículo o estudio publicado por nadie llamado Marta Eugenia Rodríguez de la Torre, ni con las posibles variaciones de su nombre. El Instituto de Investigaciones Científicas y Ecológicas de Harvard ni siquiera existe, ni con ese nombre ni con otras acepciones, ni existe en el entramado de la UNESCO, al que se supone que pertenece, ningún centro con nombre siquiera cercano. Revisando la biografía de Francis Crick, que ella presenta como mentor, nos encontramos con que, por supuesto, no aparecen relacionados en ningún lugar la superdotada con el maestro y que Crick nunca trabajó en ninguno de los dos institutos que ella nombra, sino que desarrolló casi toda su carrera en la Universidad de San Diego en California, en el otro extremo de Estados Unidos. Se supone que estudió allá 26 carreras en temas como neurociencia, informática o inteligencia artificial, pero no nombra las universidades y en otros lugares los denomina “cursos disciplinares”, algo que para mí todavía no es una carrera universitaria.

Como llegados a este punto no me puedo creer que alguien pueda mentir tanto para alcanzar notoriedad, investigo en el terreno español sus titulaciones. Se supone que esta mujer es licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid y diplomada en Inglés Económico y Ciencias Económicas y Empresariales por la misma universidad. En la página web de esos centros no aparece como hija predilecta ni nada parecido, ni las búsquedas arrojan ninguna investigación o artículo firmado por la susodicha. Hemos de tener en cuenta que en sus apariciones públicas afirma haber realizado más de 600 investigaciones en solitario sobre cientos de temas complejos relacionados con el cerebro. La mayoría de los investigadores publican sus hallazgos en revistas especializadas, memorias o estudios, apareciendo en internet las referencias a esos documentos. No existe ninguna reseña sobre artículos de investigación de esta “fake” de la inteligencia.

Yendo todavía más lejos, en su currículo figura que es Doctora en Historia del Derecho y las Instituciones por la Universidad Complutense de Madrid. Yo no he realizado ningún doctorado pero sé que todos los doctorandos tienen la obligación de presentar una tesis con sus investigaciones pertinentes para finalizar los estudios. Esas tesis se publican y de hecho la UCM cuenta con un completo archivo de todos esos documentos presentados por sus alumnos. Curiosamente, no aparece ninguna tesis de Marta Eugenia Rodríguez en esa base de datos.

Continuamos. Figura como diplomada en Informática y Programación de Sistemas por el CODED. Si alguien sabe lo que es eso que me lo diga, porque yo no encuentro ninguna universidad, instituto o centro universitario con ese nombre ni ninguna denominación de carrera oficial que se adecue a esos parámetros. Se jacta además de ser poeta, experta en poesía y haber dado cientos de recitales con el poeta Premio Nacional de las Letras Españolas
José Hierro, dato que lamentablemente él no podrá confirmar porque falleció en 2002. Y sí, aparece en internet un libro de poesía de Marta Eugenia Rodríguez de la Torre, “Trasluz bisbeante”, editado en 1995, pero ni rastro de los otros dos poemarios y una novela que dice poseer. De hecho, en el buscador del Ministerio de Cultura sobre libros publicados en España sólo aparecen 8 publicaciones suyas, incluido ese volumen de poesía, una trilogía sobre educación infantil de 2002 y otros cuatro libros sobre inteligencia y promoción, cómo no, de su método de desarrollo intelectual, todos publicados a partir de 2003.

Las carreras musicales que dice que ha estudiado no sé cómo confirmarlas, puesto que en ninguna entrevista o artículo sobre ella se dice en qué conservatorio o centro de estudios las ha realizado. Aparte de su empresa Sapientec, es directora también de
BabySapien, para estimular la inteligencia de los bebés incluso durante su gestación, y Sapileyi, una compañía que supuestamente se dedica a diseñar prototipos de inteligencia artificial y que, oh qué extraño, no dispone de página web porque se les caducó el registro. Una experta en informática con una empresa tecnológica descuida esos pequeños detalles? No me creo nada. Nadie ha visto nada diseñado por esa empresa ni, estudios, ni proyectos, ni nada de nada. El registro web de Sapientec lo tiene desde 2001, cuando yo misma tenía registrados dos dominios en la red en 1999 y 2000, sin ser informática ni experta en nada como ella. Por último, señalar que esta señora también es miembro de Mensa, como otros miles de españoles, y hasta el momento no ha demostrado ser más inteligente que los demás porque no ha aportado nada a la asociación en forma de artículo o investigación.

Sin dudar de que su método para ejercitar la inteligencia pueda funcionar (cobrando 60 € por sesión ya puede funcionar y bien), su autora me parece una vulgar vendedora de humo que se ha inventado y posiblemente asumido como real un currículum plagado de mentiras. No apruebo utilizar esos métodos para conseguir publicidad o promocionar lucrativos negocios y me parece muy rastrero aprovecharse de la credulidad de la gente para dar entidad a una persona que yo calificaría de “listilla”.

Toda la información de este artículo la he recopilado de internet, visitando otras páginas en las que aportaban datos sobre la vida y milagros de esta superdotada de pega y leyendo las entrevistas que le han hecho en distintos medios. Me gustaría que si alguien puede aportar algún dato más sobre esta farsa lo hiciera en los comentarios, bien para confirmar o desmentir cualquier deducción (yo es que no soy superdotada y sólo tengo una carrera, así que me puedo equivocar :P).

PD: Lo más cercano que he tenido a 26 carreras fue cuando un día se me engancharon las uñas en las medias… (by GeekDraz).