domingo, 31 de agosto de 2008

Puzzle fluorescente de New York

El pasado viernes terminé por fin uno de los puzzles que más me ha costado de los últimos años. Estuvo parado durante meses encima de la mesa porque era incapaz de avanzar más allá del borde, hasta que un día me puse manos a la obra y el trabajo transcurrió mucho más rápido de lo esperado. En tiempo efectivo me habrá llevado como un mes.

Este puzzle de 1.000 piezas de
Clementoni (casi todos los que tengo son de esta marca) me lo regaló mi cuñada Irene en las Navidades pasadas. Pensé que le caía mal o algo, vista la complicación del puzzle en cuestión... Incluso cuando ella vino un día por casa e intentamos montar alguna parte colocamos la friolera de… dos piezas!! Eso sí, en medio de la nada, flotando en su sitio aproximado XD

El caso es que en los últimos días, tras rellenar las partes de la foto más fáciles a priori (el agua y la zona de arriba, los ventanales verdes del enorme edificio de la esquina inferior izquierda…) me lancé de lleno a la maraña de ventanitas luminosas de esta imagen nocturna de la ciudad de Nueva York. Se trata del primer
puzzle jigsaw fluorescente que hago, aunque en las fotografías que pongo no sé si se aprecia bien esa característica, ya que las fotos están tomadas de día.

Por supuesto, al final me enganché un montón con el puzzle y ahora tengo síndrome de abstinencia porque me levanto y no tengo piecitas que colocar :/ Estoy en la fase de “tengo que deshacerlo pero me da pena”, porque para mí un puzzle no se puede guardar montado. Quizás lo mantenga hasta que necesite la mesa para otro :D

sábado, 30 de agosto de 2008

Tarta de manzana

Aunque la preparación de esta tarta no difiere mucho de cualquier otro bizcocho, la verdad es que el resultado tiene un par de toques que la distinguen y la hacen sabrosísima. Como es habitual en mis recetas, he de prescindir de huevos, mantequilla y otros ingredientes que serían inexcusables en una receta original de tarta de manzana.

En este caso, yo utilicé una manzana tipo Golden grande (o dos pequeñas), un yogur natural desnatado, tres vasos de yogur de harina integral, dos vasos de yogur de azúcar moreno integral, un vaso de leche desnatada, medio vaso de aceite de girasol, medio sobre de levadura de repostería, ralladura de la piel de un limón (también se puede usar el jugo de medio limón), una cucharadita de azúcar vainillado, almendras en cubitos y azúcar glass.

No suelo ser muy purista con las preparaciones ni demasiado concienzuda, así que sigo la norma de mezclar los ingredientes casi siempre del mismo modo: se añade el yogur, se disuelve con el aceite y la leche, luego se añade el azúcar moreno, el avainillado y se revuelve bien. Por último se pone la harina con la levadura y se forma una masa suave y homogénea, con la harina bien integrada. Al final se añade la manzana cortada en trocitos y previamente mezclada con la ralladura o el jugo de limón. Se vierte todo el contenido en un molde de tarta bajo (yo usé uno de silicona con forma de corazón, muy mono), se espolvorea la almendra por encima y también azúcar moreno, que en el horno se tostará y quedará muy bien.

Se precalienta el horno a 180º y se introduce la tarta unos 30 minutos, aunque dependiendo de cada tipo de horno puede necesitar algún tiempo más. Yo a los 20 minutos tuve que tapar la tarta con papel de aluminio porque no estaba bien cocida pero por encima ya se doraba demasiado. Así la tuve otros 10 minutos aproximadamente hasta que se hizo del todo. Una vez fuera se deja enfriar totalmente y se espolvorea con azúcar glass.

Por dentro queda muy jugosa debido a la manzana, mientras que la almendra tostada y el azúcar de la superficie le dan una textura más crujiente y un sabor muy agradable. Por supuesto, se come con tenedor y se puede servir templada y acompañada de queso batido desnatado (yo utilicé las tarrinas de Mercadona). No es un postre nada complicado y queda muy bonito presentado de ese modo.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Tears For Fears

A principios de los años ochenta se formó una banda en el Reino Unido que aunaba un rock suave con la tendencia new wave del momento. Se trataba de Tears for Fears, dúo integrado por Curt Smith y Roland Orzábal, autores de alguno de los temas más emblemáticos de aquella época dorada de la música. La canción que suena fue precisamente uno de sus grandes éxitos, "Everybody wants to rule the world", que junto con "Shout" y "Sowing the seeds of love" sean quizás sus temas más conocidos.

Estos dos británicos, muy bien considerados por la crítica, permanecieron juntos como grupo hasta 1996, año en el que decidieron iniciar proyectos artísticos por separado. A principios de esta década decidieron volver a componer juntos y publicaron un nuevo disco como Tears for Fears con el mismo estilo que siempre los ha caracterizado, bajo el título "Everybody loves a happy ending". Siempre muy implicados en cuestiones sociales y políticas, han reflejado en sus letras todas esas inquietudes. Como curiosidad, el trabajo que publicaron en 1995 antes de separarse llevaba el título de "Raoul and the Kings of Spain", en homenaje al primer hijo de Roland Orzábal (Raoul, nombre que los padres de Roland también habían pensado para él cuando nació) y a su ascendencia española, vasca concretamente.

Esta semana pues, "Everybody wants to rule the world".

martes, 26 de agosto de 2008

Still Waiting

En breve cambiaré de trabajo. Me encuentro a la espera de que me llamen para concretar fecha de inicio, duración del contrato, horarios y con quien debo contactar, aunque la plaza ya la tengo. Es un cambio deseado (mucho más en los últimos tiempos) y muy necesario para reconducir mi estado de ansiedad reciente y normalizar mi situación laboral. Aunque soy consciente de que es algo temporal y lo más probable es que luego me vaya al paro, se trata también de un paso que debía dar y que ha llegado en el momento justo, cuando más falta me hacía.

Lo de ser funcionaria interina no creo que sea el sueño de muchos de vosotros pero para mí, creedme, significa una inmejorable oportunidad para salir de la empresa privada que tan poco me satisface desde hace años. Estoy esperando con nervios pero también con mucha más ilusión de la que imaginaba, por lo que la compensación es más que suficiente. Voy a trabajar lo mismo, cobrar el doble y sólo seré responsable de las labores inherentes a mi cargo. Sí... me gusta :P

domingo, 24 de agosto de 2008

Uno para todas (The sisterhood of the traveling pants)

Tengo un problema de base con esta película: no soporto las fiestas de pijamas. Para justificarme he de explicar que mi infancia fue bastante sosa en cuanto a amistades femeninas se refiere, puesto que mis padres no me dejaban dormir en casa de otras niñas, ni mis amigas venían a pasar la noche a mi casa. Tampoco iba a campamentos y la movilidad geográfica obligada por el trabajo de mi padre ayudó poco a crear lazos sólidos de cariño infantil. Debido a esto puede que mi concepto de la amistad sea muy diferente a lo que se puede ver en este tipo de películas.

Dicho esto,
“Uno para todas”, en original “The sisterhood of the traveling pants” (2005, la primera parte, puesto que ya se ha estrenado una segunda) me parece un poco ñoña y típica, a pesar de que su intención parece ser la de mostrar precisamente lo contrario. El caso es que nunca he compartido ropa con mis amigas (ni me gusta hacerlo, soy muy posesiva :P) así que no entiendo la extraña unión que se puede dar en el usufructo de un pantalón vaquero supuestamente mágico (algo que, dicho sea de paso, no tiene explicación alguna ni demostración concreta en la película). Eliminado pues todo el romanticismo del visionado (jijiji) vayamos a los aspectos estrictamente argumentales.

*** Spoilers! ***

Tibby, Lena, Carmen y Bridget son cuatro amigas interpretadas por Amber Tamblyn, Alexis Bledel, America Ferrera y Blake Lively respectivamente, que se conocen desde que nacieron. Son las cuatro mejores amigas, se complementan, se ayudan y se adoran, hasta que a los 16 años deben pasar su primer verano separadas. Un pantalón vaquero que el destino pone en su camino será el nexo que unirá sus aventuras veraniegas tan similares a las de cualquier otro drama al uso. Una se va a conocer a sus abuelos en Grecia; otra viaja a ver a su padre, separado de su madre y que ha decidido rehacer su vida con otra mujer; una tercera, huérfana de madre, acude a un campamento de fútbol con intención de encontrar lo que no tiene en casa (aunque lo que hace realmente es tirarse al primero que pilla); y la última se queda trabajando en el tradicional
Walmart que nombran en multitud de películas y aprovecha para rodar un documental con el que pretende mostrar que la vida es una mierda, idea que desterrará de su cabeza al conocer a una pequeña vecina enferma de leucemia.

El planteamiento no va más allá de mostrar el cambio que sufren las chicas en su forma de ver la vida, supuestamente motivado por el especial vaquero que a todas les queda bien. La película hace llorar de principio a fin, aunque no emociona tanto por cómo está rodada ni por su inteligencia, sino por los componentes tópicamente emocionales (enfermedades, desatención paternal, muerte de seres queridos…). Es lágrima facilona, puesto que desde el inicio intuyes qué va a ocurrir y de qué manera: cuatro adolescentes encontrándose a sí mismas y haciendo las paces con un mundo que las tiene encasilladas, ni más ni menos.

“Uno para todas” recuerda inevitablemente a otras películas del género como
“Amigas para siempre” (1995), en la que ya se hacía un homenaje a la amistad adolescente frente a la adversidad adulta. Además, todas estas producciones tienen como denominador común una oda a la familia americana que a mí me resulta demasiado dulzona, por mucho que pretendan endurecerlo con muertes, divorcios y desamores. Y como no, todo acaba bien, algo que francamente me cuesta asumir en cualquier producto cinematográfico que pretenda abordar algo tan complejo como la difícil transición de la adolescencia.

Una pequeñita decepción pues con esta película de la que esperaba algo un poco más trabajado que un drama lacrimógeno común con Alexis Bledel haciendo de
Rory Gilmore. La segunda parte cuenta con las mismas cuatro actrices, aunque parece que la saga sigue gustando más en Estados Unidos que en España, vistas las puntuaciones de los usuarios. Deduzco que la receta se puede exprimir hasta la saciedad con nuevas aventuras con los milagrosos tejanos de por medio.

*** Fin de spoilers! ***

Las películas se basan en los libros de
Ann Brashares, una escritora estadounidense que ha tenido un gran éxito con esta serie literaria, que ya va por su quinta entrega. El director de “Uno para todas”, Ken Kwapis tiene una amplia experiencia como realizador de televisión, en series como “Urgencias”, “Malcolm in the middle” o la versión americana de “The Office”, pero para la gran pantalla no ha dirigido nada que me llame especialmente la atención. En general la película se deja ver y cumple su cometido de entretener pero no aporta absolutamente nada digno de interés. Un aprobadillo sin méritos.

sábado, 23 de agosto de 2008

Silkroad Online

Hace año y medio jugué durante algún tiempo a este juego online coreano, similar a tantos otros que se ofrecen hoy de forma gratuita en internet. Silkroad Online tiene como novedad un elaborado sistema de profesión de personajes, en los que se puede tomar como rol el de mercader, defensor de caravanas o ladrón de mercancías a lo largo de la Ruta de la Seda.

Paralelamente y de forma independiente, cada personaje puede subir de nivel matando perversas criaturas que habitan en las antiguas tierras de China y Europa. Dado el éxito de este juego en sus inicios, se puso en funcionamiento un nuevo servidor con personajes de corte europeo, aparte de los originales chinos. Cada cuenta gratuita permite crear hasta tres guerreros, pudiendo elegir sus características orientales o europeas.
Estas pasadas vacaciones le dediqué algunas horas y subí mi personaje a nivel 30, de un máximo de 90 posibles. La experiencia se gana de forma muy lenta y las quests son francamente interminables y bastante aburridas, del estilo de “mata 600 Earth Ghosts”. Lo bueno es que ofrece opciones de mejorar objetos a través de un complejo sistema de alquimia, combinando distintos materiales y personalizando las características de nuestras armas y armaduras. También hay la posibilidad de abrir una tienda para vender los objetos directamente a los jugadores y un sistema de supermercado a distancia. Como en casi todos los juegos gratuitos actuales, los fabricantes ponen a disposición de los jugadores diversos items de tipo “premium” que se pueden adquirir pagando dinero real.

El sistema de caravanas es quizás lo más novedoso del juego. Aunque sólo lo he probado un par de veces, dada su dificultad, propicia la unión de jugadores que adopten distintas profesiones para defender la caravana hasta su destino. El mercader compra mercancías en una ciudad y deberá llevar su montura cargada hasta otra ciudad para vender esos objetos al doble de precio. Por el camino, varios ladrones NPC atacarán la comitiva. Los miembros del grupo deberán defenderla y evitar que los animales de carga mueran dejando así la posibilidad abierta de que los ladrones jugadores roben la mercancía. Es un sistema bastante original y emocionante como alternativa al típico mata-mata de todo juego de este tipo. Con esta actividad se obtienen puntos de experiencia en un ranking paralelo de mercado.
En este juego también se puede tener una mascota (pet) que es un pequeño lobo que va subiendo de nivel al mismo ritmo que los jugadores. A partir de nivel 40 el cachorro se convierte en un lobo adulto con habilidades especiales y más posibilidades de defensa y ataque. Existen otras mascotas de pago, como cerditos, conejos o ardillas, que desarrollan diferentes actividades como recoger el loot automáticamente (los objetos y el dinero que dan los bichos) para que el jugador no tenga que perder tiempo en ello.
A nivel de gráficos Silkroad se parece bastante a otros juegos orientales tipo
Lineage II, con perspectiva en tercera persona y variedad de efectos al utilizar hechizos y golpes mágicos. Los monstruos se dividen en normales, campeones y gigantes, algunos de ellos con advertencia específica para grupos por su elevada cantidad de puntos de vida y su dificultad. También hay monstruos especiales en cada zona del juego, que aparecen en los mismos lugares un número determinado de veces al día, de forma aleatoria, y que tienen un loot especial.

En definitiva es un juego entretenido, nada del otro mundo pero agradable para pasar el rato. La comunidad de jugadores es malilla, como en casi todos los juegos gratuitos, con muchos niños pesados y poco educados. Aún así, es posible disfrutar jugando solo, construyendo el personaje, mejorando su aspecto y descubriendo nuevos territorios y monstruos.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Joaquín Sabina

Es curioso que en estos más de dos años de blog no se me haya ocurrido nunca poner una canción de Joaquín Sabina, a pesar de que durante mucho tiempo fue uno de mis cantautores favoritos. Quizás es porque en los últimos años ya no lo escucho ni me dicen nada sus letras, y menos esa voz aguardentosa y cascada que ya no me transmite aquellas sensaciones de antaño.

La verdad es que no sé en qué momento dejó de interesarme su música, pero recuerdo que durante los ochenta y principios de los noventa compré todos sus discos y los escuchaba continuamente. Me encantaban sus historias urbanas de desamores, las aventuras cotidianas que narraba con una gran dosis de poesía y unas metáforas certeras. Su vida al límite fomentaba la sinceridad de sus letras y su tono melancólico al cantar engrandecía la imagen de perdedor que siempre ha vendido con orgullo.

Mis discos preferidos son los que publica a finales de los ochenta, tras una época de muchos cambios y una fecunda actividad artística. “Hotel, dulce hotel” (1987), “El hombre del traje gris” (1988), “Mentiras piadosas” (1990) y “Física y química” (1992). El disco “Esta boca es mía”, de 1994, fue el último que recuerdo haber escuchado completo con interés, sobre todo el tema que le da título, una hermosa canción de poco más de un minuto. Pero ya a finales de los noventa comienza a sumergirse en colaboraciones con otros artistas, causas políticas (de las que en realidad nunca ha estado desvinculado), giras extrañas y sus canciones empiezan a tener unos toques más latinos que no acaban de llegarme.

Es ahí cuando le pierdo la pista y me quedo con lo que me gusta de él, los discos que siguen teniendo un hueco en mi memoria y las canciones que aún hoy me emocionan. No puedo negar que es un artista polifacético que ha tenido éxito en casi todos los ámbitos de la esfera musical, cantando, componiendo y produciendo, y también en el campo de la literatura. Sus giras con Ana Belén y Víctor Manuel o con Joan Manuel Serrat tuvieron una muy buena aceptación, pero ya no es el estilo que me gusta de Sabina.

Hoy he querido recordar uno de los temas que más he escuchado de él, “Así estoy yo sin ti”, una canción de 1987 que es pura poesía agridulce, un estado de ánimo que Sabina, hoy con casi 60 años, continúa cultivando. A pesar de su vida torcida y sus abusos de todo tipo de sustancias, me quedo con el Sabina antiguo que hacía pactos entre caballeros, daba besos en la frente, decía mentiras piadosas y cantaba la del pirata cojo.

Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso…,
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdido como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el desierto,
quemado como el cielo de Chernovil,
solo como un poeta en el aeropuerto…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños,
como el perfume del desengaño…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.

domingo, 17 de agosto de 2008

Con la boca abierta

Pues así me estoy quedando estos días viendo los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Los dos hombres que ilustran este post son los que más anonadada me han dejado, porque francamente creo que no son humanos y algún día lo descubriremos.

El primero es el estadounidense Michael Phelps, un nadador de 23 años que ha pulverizado todos los récords a su alcance. En estos Juegos ha conseguido la friolera de ocho medallas, todas ellas de oro, superando la marca que tenía el mítico Mark Spitz con sus siete metales obtenidos en 1972. No se ha limitado a conseguir los podios sino que ha conseguido superar el récord del mundo en siete de esas ocho pruebas. Con razón le apodan "el Tiburón de Baltimore": lo que ha hecho da auténtico miedo.

El otro hombre que me tiene sorprendida es el corredor de Jamaica Usain Bolt, que la semana que viene cumplirá 22 años y como regalo ha conseguido un récord del mundo histórico: una marca de 9,69 segundos en los 100 metros lisos. Es la primera vez que un atleta rebaja los 9,70 en esta modalidad y, viendo cómo entró en la meta con los brazos totalmente extendidos y celebrando la victoria desde 20 metros antes, nadie duda de que pueda mejorar ese tiempo en varias décimas sin mucho esfuerzo. Como diríamos comúnmente, va sobrado.

Hay más casos de deportistas estratosféricos, entre ellos algunos nacionales como el tenista Rafa Nadal, que mañana lunes se convertirá en nuevo número 1 del mundo y lo celebrará también con el oro conseguido hoy en la final de tenis individual de Pekín. Otro español que merece mención es el gimnasta Gervasio Deferr, que a sus casi 28 años ha logrado su tercera medalla olímpica, esta vez de plata en la modalidad de suelo, tras sus dos oros en salto obtenidos en Sydney 2000 y en Atenas 2004. Dos oros y una plata tiene también en su haber el veterano ciclista de pista Joan Llaneras, que este año ha vuelto a colgarse la medalla más importante en la modalidad de carrera por puntos.

Todos ellos son los que nos hacen vibrar y amar el deporte y por ello se merecen todos sus éxitos. Y personalmente a mí me encanta que el esfuerzo tenga recompensa :)

sábado, 16 de agosto de 2008

Espirales de canela

Me he sacado de la manga una receta de espirales de canela (los tradicionales cinnamon rolls) que, aunque no sigue el esquema típico, han quedado buenísimas. Tomé como base la receta que posteó Bea en su blog hace unos días, aunque como no podía hacerla igual al final quedó algo bastante distante de sus maravillosos cinnamon rolls, que os aconsejo reviséis si os apetece hacer este postre.

Como yo tenía un poco de prisa y no tenía todos los ingredientes necesarios, adapté la receta a mi modo y os transcribo cómo lo hice, aunque insisto en que no es la forma tradicional. Yo utilicé 300 gramos de harina (mezclé de trigo blanca e integral), 100 ml. de leche desnatada, dos cucharadas de aceite de oliva, un sobre de levadura seca de panadería, azúcar moreno de caña integral, canela molida, almendra picada en cubitos y, si queréis, un huevo batido para pintar, aunque yo usé leche en su lugar.

La preparación de la masa es la típica de cualquier masa de pan: se unen las harinas con la levadura y se mezcla con la leche tibia y el aceite. Se amasa durante un rato y se deja reposar tapada durante aproximadamente una hora. Pasado ese tiempo, se espolvorea un poco de harina en una superficie lisa y se extiende la masa con un rodillo, confeccionando una capa más o menos fina, según se deseen las espirales más o menos gruesas.

Una vez estirada la masa se espolvorea con abundante azúcar moreno, canela y almendra picada, aunque este último ingrediente es opcional. Luego se va enrollando hacia dentro y se cortan las espirales al gusto. Se disponen un poco separadas sobre un papel de horno o una bandeja engrasada y se dejan levar durante algún tiempo más, aunque yo tenía prisa y las horneé casi al momento. El horno debe estar precalentado a 180º. Se pintan con huevo o leche y se mantienen durante unos 15 minutos, o el tiempo necesario hasta que estén doradas.

El aroma que desprenden al sacarlas del horno es absolutamente delicioso. Cuando enfrían se quedan crujientes, aunque si las espirales se hacen más grandes y se dejan levar un poco más quedarían más esponjosas. El modo de enrollarlas creo que también es diferente a hacer un simple cilindro con la masa y cortarlas al estilo de las galletas. Yo creo que cada uno puede experimentar y comprobar de qué modo le gustan más. En mi caso, desayuné espirales de canela durante dos días y, entre las que quedaron en casa y las que llevé al trabajo, no duraron mucho, signo inequívoco de que muy malas no debían estar :P

jueves, 14 de agosto de 2008

5 años

Pues hoy hace ya cinco años que dejé de fumar. En ningún momento he recaído, a pesar de los episodios de flaqueza, y jamás me he arrepentido de tomar esa decisión. Soy consciente de que seré siempre una ex-fumadora y que la lucha continuará el resto de mi vida, pero estoy orgullosa de cada año que paso sin tocar un cigarro.

Hoy por hoy no tengo ningunas ganas de volver a fumar y, aunque no puedo decir que a veces no lo eche de menos, mi decisión es firme y nunca se me ha ocurrido ni siquiera acercar un cigarrillo a mis manos en todo este tiempo. Cabezona que es una. Adoro que mi casa huela bien, que mi ropa y mis manos huelan bien y que mis besos sepan bien :P

Si alguno de vosotros cree que ha llegado su momento para abandonar el hábito, acudid sin dudarlo a cualquier centro o persona que pueda ayudaros. Es bueno cambiar costumbres e incluso evitar compañías fumadoras durante al menos las primeras semanas, cuando las posibilidades de recaer son más altas. Que no os preocupe recurrir a chicles o caramelos en los primeros días, o engordar un par de kilos por la ansiedad, porque la situación se normalizará en cuanto la nicotina abandone definitivamente vuestro cerebro.

A partir de los tres años sin fumar ya somos considerados ex-fumadores de bajo riesgo, es decir, con pocas posibilidades de retomar esa insana costumbre, pero hasta que llega ese momento se pasa bastante mal y toda ayuda es poca. Lo más importante es estar convencidos de que deseamos hacerlo y entonces sí que merecerá la pena el esfuerzo. Porque no nos engañemos, dejar de fumar cuesta un huevo (sin perdón), pero al final siempre compensa y nos da un subidón de ego considerable.

Five years, 3 minutes and 31 seconds.
36540 cigarettes not smoked, saving 3.654,00 €.
Life saved: 18 weeks, 21 hours, 0 minutes.

P.D.: Sigo sin saber a dónde coño habrán ido esos 3.600 euros que me he ahorrado en estos años...

miércoles, 13 de agosto de 2008

France Gall

Me he obligado moralmente a poner esta semana otra canción muy recordada de los ochenta para salvar su honor tras el atentado musical que ha sufrido. Se trata de "Ella, elle l'a", un tema de la francesa France Gall que recientemente ha sido versionado por la discotequera Kate Ryan. A mí me suele gustar la música disco pero cuando se hace sobre un tema cuya versión original me encanta pues... ya no me gusta tanto :P

France Gall, de nombre de pila Isabelle, fue una musa en su tierra. Sin embargo, el éxito le llegaría representando a Luxemburgo en el Festival de Eurovisión de 1965, con apenas 17 años. Su actuación en el concurso, interpretando el tema "Poupée de cire, poupée de son", es aún hoy una de las más recordadas, con su imagen de lolita de la que más adelante renegaría totalmente para implicarse en causas sociales y políticas.

En 1988 sacó al mercado el tema que suena, "Ella, elle l'a", que se convirtió en un éxito inmediato. La canción estaba compuesta por su marido, el compositor y también cantante Michel Berger, que falleció repentinamente tres años después de un ataque al corazón, con tan sólo 44 años. El tema, cuya traducción literal es "Ella, ella lo tiene" es un homenaje a la fantástica intérprete negra Ella Fitzgerald. La relación con Berger le propició a France Gall los mejores años de su vida, tanto en el aspecto personal como en el musical, convirtiéndola en una respetada dama de la canción en Francia, olvidando la imagen de niña rebelde que la precedía desde sus inicios artísticos.

"Ella, elle l'a" ya fue recuperada en su momento por otra joven estrella de la canción francesa, Alizée, conocida en su país por participar en un concurso televisivo de talentos. Aunque personalmente la versión de Kate Ryan no me gusta, reconozco que no es tan mala como otras que se hacen de temas clásicos. Os dejo los enlaces a los vídeos en YouTube por si le queréis echar un vistazo.

"Ella, elle l'a" - France Gall
"Ella, elle l'a" - Kate Ryan

martes, 12 de agosto de 2008

Primer

Tenía curiosidad por ver esta película estadounidense de bajo presupuesto, rodada en 2004 por el joven director Shane Carruth. Este supuesto genio cinematográfico no sólo se limita a dirigir e interpretar "Primer", sino que también escribió el guión, compuso la música original, montó la película, la produjo, la diseñó, dirigió el casting y el sonido.

Yo lo siento por su esfuerzo, pero para mí la película no consigue explicar nada coherente ni convencer de ninguna teoría, ni cuántica ni de cualquier otro tipo.

Cierto es que posiblemente se trate de una de esas películas que hace falta ver dos veces para entenderla. Críticos más experimentados la premiaron en el Sundance Film Festival y la nominaron como mejor película en Sitges, algo que quizás sea merecido, quién sabe. Mi desconocimiento absoluto de la física y lo que la rodea hace que no pueda constatar las posibilidades reales de la historia que cuenta Carruth e, independientemente de que fuera o no factible, el ritmo de la narración me crispó los nervios desde el primer momento y no me creí nada.

*** Spoilers! ***

Aaron y Abe son dos colegas ingenieros que trabajan en el desarrollo de un acelerador de partículas, o una máquina del tiempo, o una lavadora multifunción... no se sabe exactamente. Atrincherados en su garaje experimentan con componentes de nombre impronunciable, materiales altamente radiactivos y obtienen resultados cada vez más sorprendentes. Como genios que son, rozan la locura en sus investigaciones y comienzan a tener comportamientos extraños, incluso para ellos mismos.

Las explicaciones que dan no son ni mucho menos satisfactorias, pero así por encima se intuye que se han dedicado a duplicar sus personalidades y hacer vidas diferentes en dos líneas de tiempo distintas. Luchan contra las inevitables paradojas del viaje en el tiempo aunque el mayor problema que parecen tener es que el móvil no suene cuando están en su segunda situación... o es en la primera? Imposible de saber dada la confusión que reina en el film.

*** Fin de spoilers! ***

La idea de partida no es del todo mala, pero a la hora de contar una historia hay que tener claros varios conceptos que Carruth parece no abarcar. Primero: tu película debe ser accesible para cualquier tipo de espectador, a no ser que desees crear una película-ghetto, que parece ser lo que es "Primer". Aunque así fuera, dudo que los físicos teóricos alcancen a comprender el batiburrillo de lenguaje científico y situaciones extravagantes que el director une en su personal sucesión de escenas. Y aún así, los datos científicos siguen sin ser lo peor de la película porque, si se obviaran o se cambiaran por otros, la producción seguiría teniendo muy poco sentido.

Insisto, quizás en un segundo visionado el film aporte alguna cosa que se haya quedado por el camino y sea crucial para la comprensión de la historia. Personalmente lo dudo y creo que confundir deliberadamente al espectador no es un método demasiado efectivo para ganárselo. A pesar de todo, es un intento original por salirse de la cuadriculada industria cinematográfica norteamericana, que si no fuera gracias a estos jóvenes (pirados) directores estaría plagada de explosiones, persecuciones automovilísticas y romances estúpidos.

Shane Carruth no ha vuelto a dirigir ni interpretar nada desde esta su "primer-a" obra, así que o bien está trabajando en otro complejo proyecto científico con el objetivo puesto en la gran pantalla o bien el éxito de "Primer" no fue suficiente para hacerse un hueco en la industria del cine y ha decidido dedicarse a otra cosa. Saberlo no me quitará el sueño, francamente.

No he podido evitar reproducir aquí una crítica leída en FilmAffinity sobre la película, con la que me reí durante un buen rato. Pertenece al usuario Txarly:

Ultim

-Hola buenas tardes. ¿Me podría poner medio kilo de paladio, por favor?
-¿Lo quiere con efecto túnel?
-Sí, por favor. Pero esta vez sin radioactividad. Se me derritió el coche, ¿sabe?
-Jeje. Bueno, a veces pasa. Ya sabe que a nivel cuántico la realidad es no local.
-Sí, eso creo. ¿Tiene vd. por ahí alguna variable desconocida?
-MMmmm... no sé que decirle, ya sabe que es ilegal. Quizá le interese lo último en electrodinámica cuántica.
-No gracias. Todavía me queda algo de la anterior teoría.
-Tengo dos tipos de quarks diferentes, por si le interesa.
-¿De carga eléctrica fraccionaria?
-Mayormente.
-Creo que no. A mi mujer le dan gases. Me llevaré tres anti-quarks, una bolsa de neutrinos y un par de leptones.
-¿Desea alguna cosa más el señor? Son 10 trillones de euros.
-Sí. Irme sin pagar.
-No creo que sea posible.
-Ya lo creo que sí. No existe la realidad sin ausencia de observación.
-Cierto.
-La observación crea la realidad.
-Exacto.
-Bien. Entonces dese la vuelta.
-¿Y ahora?
-Ahora no existo. Quedese así un minuto y luego gírese. Que pase un buen día.
-Gracias señor. Lo mismo le digo.

viernes, 8 de agosto de 2008

La sombra del viento

Estoy segura de que a estas alturas casi todo el mundo ha leído o al menos ha oído hablar de “La sombra del viento”, el best-seller de Carlos Ruiz Zafón convertido en uno de los libros más vendidos de un autor español. Por fin lo he terminado y puedo emitir un juicio sobre él. Mi opinión claramente subjetiva es que este libro gusta mucho (en general) a aquellas personas que no escriben, puesto que los escritores, aún amateurs como es mi caso, nos damos cuenta de las pequeñas argucias que se pueden usar para enganchar a un lector digamos “poco profesional”. Eso no quiere decir que sea un libro malo, ni mucho menos, pero sí un libro tramposo.

En principio, con “La sombra del viento” sufrí prácticamente el mismo suplicio inicial que con la anterior obra que leí de este autor, “El príncipe de la niebla”. El comienzo es flojo, previsible, aburrido, típico y falto de interés. Está escrito para llamar la atención sobre asuntos que más adelante no tendrán ninguna relevancia en la novela, algo que no termino de entender.

A pesar de mi desgana inicial, continué leyendo y, transcurridas unas cuantas páginas, la historia comenzó a tomar cuerpo y de igual modo comenzó a merecer la pena. Esa parte intermedia profundiza en la vida anterior de los protagonistas, desgrana los sucesos que causaron determinadas situaciones actuales y ahí se teje un entramado de suspense, incluso cercano al terror, muy interesante y adictivo. Se hacía conveniente llegado ese punto aclarar varios aspectos que el autor estaba dejando demasiado tiempo en el aire.

La novela continúa por buen camino en esos capítulos intermedios, pero hacia el final comienza a flojear alarmantemente. Es como ver a un futbolista preparado para lanzar un penalti: ves cómo coloca el balón, efectúa sus rituales pre-lanzamiento, retrasa sus pasos, espera la señal del árbitro, inicia la carrera y dispara a puerta. Todo ese proceso te mantiene en vilo, te atrapa y hace que contengas la respiración. A partir de ahí los tres posibles desenlaces son que el futbolista falle el penalti, que meta gol o que el portero pare el balón. Para mí, Ruiz Zafón falló el penalti en el final del libro y toda la tensión que se había creado por vivir ese emocionante desenlace se hundió de repente en la nada y se “disolvió en lágrimas de ceniza”. Por poner un ejemplo, vamos. A continuación explicaré con más detenimiento el porqué de mis críticas, así que aparecerán spoilers! indeseables para los que no hayan leído la novela.

El argumento de “La sombra del viento” arranca en la postguerra española, allá por 1945. Un niño de 10 años llamado Daniel es llevado por su padre, librero de profesión, a un extraño lugar donde se guardan volúmenes de toda época, condición y procedencia, bajo un estricto secreto. Allí, en el denominado “Cementerio de los libros olvidados”, Daniel elige un libro de Julián Carax, un autor maldito que a partir de entonces le quitará el sueño y le meterá en más de un problema.

El devenir de los acontecimientos no se plantea mal, aunque a medida que avanzan las páginas comienza a haber claras desconexiones entre lo que parecía el objetivo de Daniel (y del propio libro) y lo que sucede en la novela. De repente aparecen decenas de personajes obsesionados igual que el chico con el joven Carax, con su historia, su pasado y su suerte, lo que a la larga acaba siendo aburrido porque sabes que cada nuevo protagonista sabrá detalles importantísimos de la vida del escritor que cambiarán el rumbo de los acontecimientos, que ya de por sí no dejan de dar bandazos. Lo que en un principio parece el cuento de una pasión por la lectura se convierte en una anodina y superflua existencia movida por otras pasiones, unas más bajas que otras.

Pasando mil y una penurias, Daniel, apoyado por unos cuantos secundarios (incluido el secundario cómico encarnado por Fermín Romero de Torres) va escarbando en el pasado de Julián Carax hasta descubrir algo que realmente le tendría que dar igual, que es que el escritor tuvo una juventud desdichada porque perdió a su amada y a partir de entonces desapareció voluntariamente del mapa. El libro da a entender que Daniel está viviendo la misma historia de Carax actualizada y que entre ambos hay una especie de lazo invisible que los mantiene en conexión cósmica. La aventura no deja de situarse totalmente fuera de época, porque creo que nadie en los años treinta o cuarenta se comportaba como sugiere el libro. Lo que se cuenta más bien parece un drama victoriano rozando el folletín, con embarazos pasionales, rechazos paternales, limpiezas de honor y duelos al amanecer.

Aún así, el libro mantiene la atención salvo cuando se acerca el final. En un momento dado el protagonista anuncia que va a morir y por un momento me emociono evocando la genial “Crónica de una muerte anunciada” de mi admirado
Gabriel García Márquez. Pero no, resulta que el protagonista recibe un tiro pero no se muere. Y además, se casa con la chica. Y Carax vive! Y el malo muere. Y yo no me lo puedo creer. Pienso que cerrar una novela es francamente difícil, pero cerrarla así es como dejarla abierta (como de hecho se ha demostrado con la edición de la supuesta continuación, “El juego del ángel”). Pues a mí un final así me cabrea, qué le voy a hacer. Me pasa como en las películas, pero reconozco que puede ser un vicio personal el hecho de que me fastidie que los buenos se salven cuando estaban lógicamente muertos.

El caso es que el final me dio un bajón impresionante, cuando las 300 páginas centrales me habían gustado bastante a pesar de sus trampas literarias y sus excesivas repeticiones de situación (a veces parece que la novela no avanza, que se ha metido en un bucle y que está sucediendo lo mismo que hace 50 hojas), además de algún que otro error expresivo de bulto. Me costó desde el principio asumir que los hechos sucedían en los años cuarenta, puesto que literariamente hablando el autor tampoco se ha ceñido mucho al habla de aquella época. Se ha esforzado por utilizar una prosa rica en figuras literarias y descriptivas pero desde mi punto de vista ha patinado un poco al darle la ambientación justa.

A pesar de todo ello, puede decirse que “La sombra del viento” es una novela entretenida, de fácil lectura y comprensión, pero que a mí en ningún momento me emocionó (salvo cuando creí que sería una tragedia griega, cachis) ni me llegó al corazón como comentan algunos otros lectores. Quizás me di cuenta demasiado pronto de que el autor pretendía que la historia me emocionara y, como ya he dicho por aquí en otra ocasión, no me agrada demasiado que me digan lo que debo sentir. Si me llega, pues me llegó, sea bueno, malo, Brontë o
Corín Tellado, no importa. Pero si no me toca la fibra sensible no hay tu tía.

No voy a recomendar encarecidamente la lectura de este libro pero sí es una buena opción para pasar el rato. Dentro de tres o cuatro días veré si tengo reminiscencias de su contenido y sabré a ciencia cierta si la novela me ha dejado marca o ha pasado sin pena ni gloria por mi cerebro. Para ser sincera, tampoco esperaba que esta novela me encantara, así que tampoco me ha decepcionado realmente.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Duffy

Aunque para mi gusto tiene nombre de perro, esta chica británica se ha encaramado últimamente a todas las listas de éxitos de varios países, incluido España. No he podido luchar contra el efecto "Mercy" y también he caído en sus redes.

Se trata de Duffy, una cantante y compositora nacida en Gales en 1984. Su nombre completo es Aimee Anne Duffy, aunque profesionalmente se la conoce simplemente como Duffy. En 2003 participó en su país en una especie de Operación Triunfo, quedando en segundo lugar y dándose así a conocer al gran público tras varios años de conciertos con bandas en pequeños locales.

Su primer disco vio la luz este mismo año y su tema "Mercy", un alegato a favor de la libertad sexual, se convirtió en el líder de descargas por internet en apenas unas semanas. Su música y su voz tienen un estilo muy personal, marcadamente soul, con toques de jazz, que la han llevado a vender más de un millón de copias en toda Europa de este primer trabajo, que se titula "Rockferry".

Esta semana suena aquí su tema más conocido, "Mercy", una canción pegadiza que recuerda el espíritu más sesentero de la música soul, muy de moda últimamente sobre todo gracias a otra gran diva de la música, Amy Winehouse.

martes, 5 de agosto de 2008

Güimar Party

Por desgracia, no pude traerme a esa hermosa gatita de la foto a mi casa, aunque lo nuestro fue amor al primer ronroneo. El caso es que este fin de semana estuvimos con unos amigos en una casa rural en Güimar, en el sur de la isla de Tenerife y nuestros anfitriones fueron precisamente un montón de gatitos que aparecían de la nada para inspeccionarnos y (sobre todo) ver si les caía algún resto de comida.
Alquilamos una casa completa para 16 personas, con una increíble piscina cubierta, un enorme comedor y mucho espacio para el esparcimiento de todos los frikis urbanos que allí nos dimos cita. Ni que decir tiene que el principal motivo de esta reunión, convertida ya en anual, era precisamente la vena friki, por lo que no faltaron por allí consolas varias, portátiles adictos al
WoW, cartas de Vampire y otros juegos de mesa.
Nada más entrar en la propiedad nos invadió la comunidad gatuna, bastante famélica por cierto, que maullaba y nos miraba con esos ojitos tristones. Durante los cuatro días que estuvimos allí intentamos alimentarlos un poco para que al menos los más pequeños tuvieran más opciones de sobrevivir. El gatito más joven parecía tener apenas dos meses y sufría bastantes problemas en los ojos (aunque la dentadura la tenía bien, según comprobé por el mordisco que me pegó cuando le acerqué al hocico un pedazo de pavo XD).
Aunque algunos no tenían muy buena cara, a los dos días parecía que habían engordado ya un poco y estaban mucho más sanos, con los ojitos más limpios y el pelaje más brillante. La que me cautivó fue la de la foto de arriba, a la que he bautizado unilateralmente y sin consultar como Katy :P Fue desde el principio la más amigable y la que mejor aspecto tenía, con mucha más vitalidad que sus hermanos. Se dejó acariciar mansamente y en cuanto cogió confianza no dejó de tirarse a nuestros pies para que le hiciéramos mimos.
Deduje que había gatitos pertenecientes a dos camadas y la mamá todavía amamantaba a los grandotes, que tendrían ya sus cuatro o cinco meses, como Katy. El supuesto padre de las criaturas sólo pasó por allí para robarnos una pechuga de pollo de un plato con todo el morro. En total había unos ocho o diez gatitos que me inspiraban un montón de ternura, sobre todo viendo lo necesitados que estaban de cariño y más aún de comida. En esos días devoraron leche, pavo, chuletas, queso, salchichas, pan y hasta pienso de perro, sin dejar ni un resto de nada.
Por lo demás, la estancia en la casa fue muy agradable y relajada. Nos pasamos horas en la piscina, una verdadera delicia, y jugamos unas divertidas partidas a
Los Hombres Lobo de Castronegro, un juego de cartas similar al tradicional Asesino. Hacía tiempo que no me reía tanto con un juego tan simple. No faltaron tampoco los típicos gorgoritos de finde friki con el SingStar e incluso aprendí a cocinar con el Cooking Mama, un juego de la Nintendo DS que llevó otra de las cuatro chicas que este año nos dimos cita en la convención friki. Al final me dio pena dejar la piscina (snif) y a Katy (snif snif). El año que viene repetiremos y buscaremos a los gatitos a ver si nuestras atenciones sirvieron para que crecieran mejor y más sanos.