martes, 29 de mayo de 2012

Velvet Goldmine

Por fin he visto esta película que llevaba años en mi lista de pendientes, "Velvet Goldmine". Nunca me coincidía un buen momento para poder verla hasta que, hace unos días la proyectaron en versión original subtitulada y con entrada gratuita en el TEA de Santa Cruz de Tenerife. Como no podía ser de otro modo, aproveché la ocasión para disfrutarla en pantalla grande y, sin duda, mereció la pena.

“Velvet Goldmine” narra la vida de una estrella del glam-rock en la década de los setenta, su ascenso, su caída y los pormenores de la escena musical de aquella época en un revolucionario y siempre adelantado a su tiempo Reino Unido. La película está basada parcialmente en la figura de David Bowie, aunque el artista rehusó participar en la producción porque pensaba rodar una película propia sobre su álbum “Ziggy Stardust”, del que se sacaron muchas ideas para “Velvet Goldmine”. Debido a esta negativa, los personajes de la película son ficticios pero están ostensiblemente inspirados en Bowie y su relación con Iggy Pop y otro gran artista del momento, Lou Reed (toda esta información está en la Wikipedia).

La película tiene una banda sonora impresionante, con temas compuestos expresamente para el film y otros originales de la época que retrata. Sin ser un musical en sí mismo, “Velvet Goldmine” da prioridad a la expresión artística y musical por encima de otras consideraciones y a este respecto me recordó en muchos momentos a otro clásico del género, “The Rocky Horror Picture Show”. Además, las principales interpretaciones masculinas son excepcionales: Jonathan Rhys Meyer como la estrella Brian Slade (David Bowie); Ewan McGregor en el papel de Curt Wild (Iggy Pop); y Christian Bale como el periodista Arthur Stuart. Se trata de papeles controvertidos que no muchos actores estarían dispuestos a encajar en sus carreras a finales de los noventa, incluyendo el desnudo frontal integral de McGregor, por ejemplo.

“Velvet Goldmine” es una experiencia visual y musical muy interesante, con una historia bien tejida aunque a ratos algo confusa. El director del film, Todd Haynes, explota sin duda todos los aspectos morbosos a su alcance y configura un pequeño homenaje al estilo de vida repleto de excesos que rodeó a las estrellas andróginas del glam. La película obtuvo en 1998 una nominación al Oscar al mejor diseño de vestuario y destacó por su aportación artística a la industria cinematográfica.

Haynes dirigió también en 2007 otra película biográfica sobre Bob Dylan, “I’m not there”, que tengo pendiente de ver uno de estos días.

Puntuación: 7 sobre 10.

domingo, 27 de mayo de 2012

Consideraciones sobre Eurovision 2012

Como todos los años por estas fechas, ayer sábado se celebró el Festival de Eurovision, que tuve ocasión de ver y compartir con unos amigos. Para esta edición apenas había escuchado los temas aunque sí vi las dos semifinales previas que se celebraron durante la semana. De ellas salieron 20 finalistas, a los que se sumaron los 5 Big Five clasificados automáticamente por tradición (España, Reino Unido, Italia, Alemania y Francia) y el país organizador por haber ganado el año pasado, Azerbaiyán.

Poca novedad con respecto a otros años, destacando de nuevo la pésima calidad de la mayoría de las canciones, la aburridísima linealidad de casi todos los temas y de los artistas en general. Los que se atrevían a destacar lo hacían por sus puestas en escena estrambóticas (el siniestro barco turco, los gemelos epilépticos irlandeses, las abuelitas rusas de after...) intentando llamar así la atención de un público acostumbrado ya a casi todo en este evento musical. Lo último, como siempre, las canciones, que además de un tiempo a esta parte ya ni siquiera se interpretan en los idiomas de cada país sino en el que les venga en gana.

Sobre las votaciones, más de lo mismo. Desde que se produjo la desmembración de los gigantes rusos y yugoslavos en pequeñas repúblicas, la zona Este de Europa sigue votándose entre ella por afinidad geográfica, social y política y garantizándose los primeros puestos en la clasificación. Sin olvidar que a nosotros nos ocurre lo mismo y Portugal nos dio este año 12 puntos, como también viene siendo habitual.

A pesar de todas estas consideraciones, la ganadora fue Suecia, una de las canciones favoritas según los comentaristas y cuya intérprete, Loreen, me dejó anonadada por el tamaño de sus manos en comparación con su corta estatura y su pequeña envergadura. La canción sueca le sacó más de 100 puntos a la segunda clasificada, Rusia, que apostó fuerte llevando a un grupo de marchosas ancianas ataviadas con trajes típicos.

Una de mis canciones favoritas, la de Dinamarca, se quedó al final de la lista, con sólo 21 puntos, mientras que otro de mis preferidos, el representante de Alemania, consiguió remontar en las últimas votaciones y se situó entre los diez primeros. La española Pastora Soler hizo una digna interpretación, la verdad, y se quedó finalmente en el décimo puesto con 97 puntos. Podéis ver la clasificación completa en la página de RTVE sobre Eurovision. En este mismo enlace podéis acceder a los vídeos de todas las canciones interpretadas en la gala.

Os dejo con el tema alemán, cantado en inglés (en fin...) por el joven Roman Lob y titulado "Standing Still". Para mí, una de las mejores canciones del festival.


miércoles, 23 de mayo de 2012

Where is my mind?

Ya es hora de cambiar la música en Lillusion! Y vamos a cambiar además totalmente de tercio y a escuchar esta semana una canción de Pixies, una banda estadounidense de finales de los 80 que tuvo cierta relevancia en la escena rock alternativa. Aunque se disolvieron en 1993 (volvieron a reunirse en 2004 para unos cuantos conciertos), dejaron varios temas para el recuerdo y su música supuso una importante influencia en la vertiente independiente de los noventa.

Como no soy seguidora de su trayectoria, sólo puedo decir que tienen algunas canciones que me gustan, con toques grunge y sobre todo punk, y que su sonido tira más a los setenta que a los ochenta, en realidad. En su momento editaron cinco discos de estudio antes de separarse tras muchas desavenencias internas entre sus cuatro componentes.

La canción que he elegido es "Where is my mind?", incluida en su segundo disco, "Surfer rosa", de 1988. El tema, compuesto e interpretado por el líder de la banda, Black Francis, ha tenido numerosas versiones en la voz de otros artistas como James Blunt, Pearl Jam o Placebo. Además, ha sido utilizada en varias series de TV y películas, la más recordada quizás en la última escena de "El club de la lucha".

Ahí os dejo pues a los Pixies preguntándose dónde está su mente: "Where is my mind?"

viernes, 18 de mayo de 2012

Todo el polvo del camino

Continúo leyendo cómics, comprados, prestados, sacados de la biblioteca… Ahí fuera hay un mundo lleno de libros con dibujitos por explorar! :D La mayoría de las veces tienen la gran ventaja de que son lecturas cortas, de menos de una hora en muchas ocasiones, y que tratan temas adultos, variados y muy llamativos, al menos para mis gustos. Son ideales para esos momentos en los que la concentración no nos permite actividades más exigentes.

La época de la Gran Depresión americana, allá por 1929, es el trasfondo histórico de este cómic, “Todo el polvo del camino”, que narra una historia mucho más personal, una de tantas vividas por la población americana en aquellos duros años.

En unos Estados Unidos asolados por la crisis, Tom ha perdido su trabajo, su casa y a su familia. Deambula por las tierras de nadie en la procura de un futuro mejor que parece no estar ya a su alcance. En su viaje se encuentra fortuitamente con un hombre que busca a su hijo, perdido en extrañas circunstancias. Postrado en un hospital, el hombre quiere encontrar a su pequeño aunque sea lo último que haga. Tom no desea indagar en el paradero de ese niño al que una vez se cruzó y, que a esas alturas, puede que ya ni haya sobrevivido a las duras condiciones de la indigencia, pero finalmente ablanda su corazón y colabora. En su periplo recabando información se topará con personas que, como él, bregan cada día para sobrevivir en un mundo hostil.

Click en la imagen para ampliar

Esta novela gráfica está basada en parte en el libro “Las uvas de la ira”, de John Steinbeck. El guión corre a cargo de Wander Antunes y del dibujo se encarga el español Jaime Martín. Ambos trabajos son notables, sobre todo el dibujo de Martín, muy expresivo y con unos colores grises y ocres muy acordes al espíritu de la historia. A pesar de tener un final agridulce, he disfrutado mucho tanto de su lectura como de su cuidadísima edición por parte de Norma Editorial.

Puntuación: 7 sobre 10.

domingo, 13 de mayo de 2012

Pulpo a la gallega

No se me dan demasiado bien las recetas tradicionales así que siempre me da miedo meterme con los grandes clásicos de la cocina. Pero hace unos días vi en la pescadería del supermercado unos pulpos medianos y se me ocurrió que quizás podía intentar preparar pulpo a la gallega, con todas las consecuencias.

El pulpo que compré había sido ya congelado previamente, con lo que no era necesario realizar de nuevo ese proceso. Cuando el pulpo es fresco sí es conveniente congelarlo antes para que se rompan las fibras y no quede duro al cocerlo. Sobre la cocción y preparación del pulpo hay cientos de páginas mucho más específicas, así que me limitaré a explicar cómo lo hice yo.

Después de lavarlo y limpiarlo, lo más importante del pulpo es “asustarlo” antes de cocerlo. Eso consiste en introducir el pulpo en agua caliente, sacarlo y repetir el proceso al menos tres veces. Con eso veremos que las patas del pulpo se contraen y conseguiremos que quede más tierno. Yo asusté a mi pulpo las tres veces de rigor (le dije que se parecía mucho a Cthulhu y no veas el susto que le di) y luego lo dejé cocer en agua con media cebolla cortada grande, una hoja de laurel y un pelín de sal durante unos 15 minutos. Para ello utilicé la olla rápida y, a pesar de que en internet vi algunos consejos para cocer el pulpo sin nada de agua en sólo 7 minutos, preferí no arriesgarme y añadí agua al modo tradicional.

Finalizada la cocción y tras comprobar con un tenedor que está suficientemente tierno, es conveniente dejarlo en el agua un rato para que no se le desprenda la piel. Con parte de ese agua puse a cocer también unas patatas troceadas grandes. Finalmente se extrae el pulpo de la olla, se corta en trozos al gusto con unas tijeras y se sirve con aceite de oliva, pimentón dulce y/o picante y sal gorda. Las patatas, que habrán adquirido un tono rosado debido al agua de la cocción, se aliñan del mismo modo.

He de decir que estos pulpos pequeños típicos de esta zona de Canarias casi no llegan al medio quilo por pieza, así que es recomendable preparar, al menos, uno por persona. Mi pulpito apenas dio para una tapa pero el resultado culinario en sí fue bastante aceptable, sobre todo dada mi inexperiencia con este cefalópodo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Purgatorio

Continúo con las elecciones aleatorias en los cómics. Vi “Purgatorio” en la biblioteca y me llamó la atención su portada, oscura, un tanto tétrica, pero con unos trazos que me cautivaron. Leí brevemente la contraportada, donde sólo pone estas pocas palabras: “Me llamo Benjamin Tartouche. Perdí mi trabajo, mi casa, mi dignidad. Y luego morí… Y ahí comenzaron mis problemas”. Abrí el cómic por una página al azar y el estilo me gustó, así que no necesité más para llevármelo a casa.

Y esta vez no me equivoqué. “Purgatorio” es un cómic escrito y dibujado por Christophe Chabouté, un autor francés de gran renombre en su país pero poco conocido en España, donde apenas se han publicado obras suyas. Este cómic, editado originalmente en tres volúmenes en los años 2003, 2004 y 2005 tardó más de cinco años en llegar a nuestro país, en una edición integral de Planeta DeAgostini. Por lo que he leído es la primera obra en color de Chabouté, un artista que se mantiene además muy apartado de los círculos públicos.

*** Spoilers! ***

Benjamin Tartouche es un ilustrador que acaba de heredar una casa y conseguir un buen contrato para vender sus trabajos. Pero durante una de sus primeras noches en su nuevo hogar la casa se incendia y todos sus sueños se ven reducidos a cenizas. El ordenador con sus ilustraciones, toda su documentación y el resto de sus pertenencias se evaporan en un abrir y cerrar de ojos. La espera por la compensación que le debe su compañía de seguros se hace interminable, hasta que descubre que el dueño de la aseguradora no tiene ninguna intención de pagarle. Hundido emocionalmente, sin dinero y sin familia ni amigos que puedan echarle una mano, Tartouche se ve obligado a vivir casi en la indigencia, hasta que un día la mala suerte le da la última estocada y muere atropellado por el propio dueño de la empresa de seguros.

Entonces llega a un lugar que parece ser el purgatorio, donde un hombrecillo le informa de que deberá regresar al mundo de los vivos en forma de conciencia invisible y enderezar las acciones de unas cuantas personas. Muchos como él purgan sus pecados de esa forma así que sólo le queda encontrar a la persona adecuada para guiarla hacia la buena senda. Una agria mezcla entre el rencor y el deber le hacen elegir al empresario que lo mató para cumplir su concienzuda misión.

*** Fin de Spoilers! ***

En contra de lo que pudiera parecer a simple vista, no es un cómic con demasiadas connotaciones religiosas, fuera de los conceptos típicos de cielo e infierno que aquí se intentan mostrar de un modo casi racional. El dibujo de Chabouté me encantó, muy limpio y con una gran capacidad para transmitir las sensaciones del joven protagonista. Los diálogos son a su vez muy naturales, por lo que la lectura de este cómic fue realmente muy agradable, a pesar de que el final es un poquito facilón para mi gusto.

En general, un cómic muy recomendable y un artista muy a tener en cuenta.

Puntuación: 8 sobre 10.

martes, 8 de mayo de 2012

WhatsApp, Apalabrados, Instagram y otros inventos del demonio

Aunque todavía sigo aprendiendo a manejar mi nuevo smartphone, ya le he cogido el gustillo a unas cuantas aplicaciones para Android, el sistema operativo de estos teléfonos. Sabía que iba a caer en estas cosas debido a mi carácter adictivo, pero asumo totalmente las consecuencias; la experiencia me dice que soy capaz de meterme a fondo en lo que sea y abandonarlo del mismo modo cuando proceda.

Lo primero que descargué para mi teléfono fue el famoso WhatsApp, aplicación de mensajería instantánea que supone un chat rápido y gratuito con otros usuarios de móvil. Es francamente cómodo y muy útil, además de gratuito (ah, que ya lo había dicho? :P) así que ponerse en contacto con otras personas sin el gasto que supone un sms resulta convincente. Lo único que hace falta para comunicarse con WhatsApp es disponer de conexión a internet, bien sea a través de una conexión wi-fi o pagando una tarifa de datos (las más baratas rondan los 8 euros, en concepto de bono de internet).

Tras el WhatsApp, se hacía imprescindible tener acceso desde el móvil a Facebook y Twitter, las dos redes sociales que yo más utilizo. Las aplicaciones para Android de estos programas son sencillas y fáciles de usar y, aunque no permiten todas las opciones que sí tienen en su versión web, solucionan perfectamente la ausencia de un ordenador. De igual modo lo hacen la búsqueda de información a través de Google o la Wikipedia.

Para completar y ampliar el uso de la cámara que trae el móvil, de 5 megapíxels, me descargué Instagram, un programa desarrollado para mejorar la experiencia de las fotografías realizadas con el teléfono. Desde la aplicación puedes tomar imágenes directamente o también elegir alguna de las realizadas con el programa de cámara por defecto que tiene instalado el móvil. A la hora de modificar la imagen se ofrecen varias opciones tanto de recorte como de filtros y marcos, lo que mejora considerablemente la diversión de tomar fotografías. Las imágenes pueden ser cargadas al momento en Instagram o compartirlas en Facebook, Twitter, Tumblr o Foursquare.

Y como adicta a los juegos que es una no podía faltar en mi teléfono el juego de moda: Apalabrados. Se trata de una versión para móvil del clásico Scrabble al que casi todos hemos jugado alguna vez, sobre todo de pequeños. El juego permite abrir partidas con otros usuarios, tanto si los tienes agregados en tus contactos telefónicos como si no, y enviar palabras sin un plazo de tiempo definido. El hecho de que Apalabrados no te obligue a estar permanentemente pendiente del teléfono para hacer tu jugada es uno de los puntos a favor de esta aplicación que, aún así, es un auténtico vicio y tiene ya millones de seguidores.

Pero el mundo de las aplicaciones móviles es gigantesco y hay miles de programas, tanto de pago como gratuitos, para descargar en el mercado que ofrece el desarrollador del sistema operativo. Seguiré investigando y compartiéndolo con vosotros.

Las fotos que ilustran este post son mis primeros pinitos con Instagram :D

jueves, 3 de mayo de 2012

Melissa Haslam

Gracias de nuevo a mi amigo Nacho descubrí hace unas semanas a Melissa Haslam, una artista australiana que se recrea en la imagen femenina, la naturaleza y diversos iconos animales. Después de trabajar durante un tiempo en la creación de gráficos por ordenador, Melissa decidió explorar más su vena artística y se dedicó a pintar a partir de 2008, sacando a la luz varias series de cuadros, con muy buena acogida.

En todas sus obras están presentes los animales, sobre todo conejos, gatos y similares, además de plantas y vegetación con un toque romántico y naturalista. Sus protagonistas son casi siempre preciosas muchachas, de esbeltos cuerpos y con un aire lánguido en sus expresiones. Muchas de ellas tienen orejitas animales también en sus cabezas, una característica muy común en el nuevo arte oriental. Por otro lado, su estilo pictórico es variable aunque se aprecia una visión muy pre-rafaelista en la mayoría de sus cuadros.

El último trabajo de Haslam lleva el título de "Kigurumi", palabra con la que se conocen en japonés a los disfraces con forma de animal. En esa nueva serie de estilo más kawaii aparecen chicas japonesas modernas, con colores más vivos en contraposición con el toque siniestro de las creaciones del año anterior.

La verdad es que me han llamado mucho la atención sus pinturas, sobre todo por el sorprendente realismo de algunos trazos y por el contraste del entorno de jardines de hadas con motivos mucho más modernos como esos disfraces de peluche.

Melissa Haslam expone casi siempre en Estados Unidos, en galerías de Los Angeles y San Francisco, aunque también tiene muestras permanentes en su Melbourne natal. Os dejo unas cuantas imágenes de su obra, de la serie botánica de 2010, la nueva kigurumi de 2011 y algunas otras de proyectos anteriores.