lunes, 25 de marzo de 2013

El Hierro (y IV)

Charco Azul
Las costas de El Hierro son bastante escarpadas y las playas son pequeñas y empedradas, con arena negra de origen volcánico. Aunque el turismo de sol y playa no es el fuerte de la isla, existen unas cuantas calas adaptadas al baño que tienen un gran encanto, como la de Tacorón, en el sur de la isla, el Charco Azul, el Charco Los Sargos o La Maceta, en el norte. Muchos de estos emplazamientos disponen además de hornos y mesas de piedra para organizar asaderos o barbacoas al lado del mar, con unas vistas inigualables.

Ya hacia el final de nuestro viaje, visitamos el Árbol Garoé, un árbol sagrado ancestral que los locales adoraban por su capacidad para recoger en sus hojas el agua que los vientos alisios arrastraban hasta aquella zona. Según las historias de los conquistadores, este tilo atrapaba en sus hojas el agua y la depositaba en las oquedades circundantes, de varios metros de profundidad, saciando la sed de todos los habitantes de la isla.

Árbol Garoé
Parece ser que un gran temporal arrancó el árbol original en el s.XVII y los bimbaches se extinguieron por la ausencia de agua en la isla. En aquel lugar se erige hoy otro tilo, mucho más joven, plantado a mediados del siglo pasado, pero que todavía cumple su función y está rodeado por varias cavernas repletas de agua. El entorno, a más de 1.000 m. de altitud, es húmedo, ventoso y de un intenso verde.

Ventejís, vistas desde el Garoé.
El ecosistema de la isla de El Hierro es uno de los pocos que se mantiene casi intacto con el paso de los años. Es la única isla en la que yo he visto pastar vacas, además de las típicas cabras y ovejas que pueblan también las demás islas, lo que certifica la frescura de sus prados y la abundancia de especies animales y vegetales. Allí se está desarrollando un proyecto de autoabastecimiento que convertirá a El Hierro en una isla sostenible, que obtendrá toda su energía eléctrica a partir de una central hidroeólica.

Ya de regreso, las vistas desde el avión nos ofrecieron un maravilloso paisaje de la isla de Tenerife, con el Teide todavía nevado al fondo.  

Teide desde el avión. Trayecto El Hierro-Tenerife
Estas vacaciones en El Hierro han sido cortas pero muy intensas y bien aprovechadas, además de agradables y divertidas. Tras este viaje también puedo decir que ya he pisado todas las islas de la provincia occidental de Canarias. Próximo objetivo quizás Lanzarote y Fuerteventura, las dos islas que aún no conozco de la provincia de Las Palmas

2 comentarios:

  1. En mi niñez íbamos siempre al puerto de La Estaca o a La Restinga, ahora en el primero hay un puerto deportivo donde yo me bañaba. Pero La Caleta, por ejemplo, está bien, la reformaron e hicieron una piscina de agua salada para los que les guste el rollito piscina, pero no como las Macetas, la hicieron piscina típica. Y por supuesto, para mi el paraíso es Tacorón, si quieres relax, claro XD

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  2. Nukacola, supongo que esos sitios estarán a tope en cuanto sale un rayito de sol, aunque parecen algo más tranquilos que las típicas playas de turistas :)

    saluditos

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