martes, 25 de marzo de 2014

Gravity

Aunque ya la vi hace algunos meses, no me había tocado reseñarla hasta ahora. "Gravity" es una película de ciencia ficción que tiene como puntos fuertes la tensión de la narración, el gran trabajo de efectos visuales y la intensa interpretación de su actriz protagonista, Sandra Bullock, que está sola en pantalla casi todo el metraje. La vi en 3D y por una vez no me arrepiento de ello, ya que ese formato propicia un ambiente más excitante para el espectador.

El argumento es, en teoría, simple: dos astronautas sufren un accidente mientras reparan un satélite fuera de su nave. Una imprevista lluvia de basura espacial los deja a la deriva y sin ningún tipo de conexión por radio con la Tierra, por lo que deben arreglárselas para sobrevivir con sus equipos básicos. La brillante ingeniera médica Ryan Stone (Sandra Bullock) es una novata en incidencias espaciales, mientras que el veterano astronauta Matt Kowalski (George Clooney) enfrenta la situación con toda la entereza que el desastre inminente le permite.

A partir de ese momento se inicia una lucha física y mental contra el tiempo, que poco a poco va cercando la esperanza de vida de los protagonistas. No hay nada en el espacio más que vacío, oscuridad, soledad, silencio y una sensación que acaba rozando la paz interior e invita a dejarse ir. Pero los humanos tenemos ese extraño apego a la vida que nos hace seguir luchando aún en condiciones extremadamente desfavorables.

Sin que haya grandes giros de guión, la película se sostiene básicamente en la gran actuación de Sandra Bullock, nominada al Oscar por este trabajo. Su intensidad expresiva nos hace sentir ese sufrimiento, esa sensación de miedo que tan difícil es de trasladar a veces a los espectadores. Personalmente, su interpretación me encantó e incluso George Clooney, dentro de lo poco que suele gustarme, me pareció que estaba a la altura.

La película fue premiada con siete Oscar, incluido el de mejor dirección para el mexicano Alfonso Cuarón, quizás por plasmar esa tensión imprescindible conjuntando todos los elementos a su alcance. Para lograr mayor realismo, los responsables de "Gravity" consultaron con varios expertos de la N.A.S.A. los pormenores de una situación semejante, siguiendo muchas de esas premisas a la hora de rodar. Obviamente, se añadieron algunas licencias cinematográficas necesarias para el desarrollo de la trama, pero en general y salvo pequeños detalles, la película cumple con bastante verosimilitud. 

"Gravity" resulta muy entretenida y a ratos muy tensa. Puede resultar un poco agobiante para los claustrofóbicos, eso sí, pero en general es una película muy disfrutable.

Puntuación: 8 sobre 10

miércoles, 19 de marzo de 2014

Guerra Mundial Z

El e-reader se ha convertido en un fiel compañero. Si no fuera por él dudo que pudiera haber leído con tanta ansiedad libros como éste, recomendado encarecidamente por Exseminarista ye-ye tras terminárselo él en su lector. Durante días me llevé el dispositivo a todas partes y aprovechaba cada ratito muerto para adelantar unas páginas. Me metí mucho en la lectura y, como todos sabéis, eso me encanta.

El caso es que "Guerra Mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi" narra los testimonios de varios supervivientes de una ficticia guerra contra los muertos vivientes, librada a lo largo y ancho del planeta en los primeros años del siglo XXI. Los entrevistados, médicos, militares, agentes de seguridad, miembros del gobierno y otros profesionales implicados directamente en la batalla, cuentan al autor del libro las primeras señales de una enfermedad de efectos y proporciones desconocidas que poco a poco se fue adueñando de la población. 

Como en todas las epidemias, el libro relata con detalle cómo se pudo propagar un virus del que en un principio se ignoraba su verdadera magnitud. Desde varios puntos de los cinco continentes, los protagonistas cuentan sus experiencias personales y los planes que se fueron poniendo en marcha durante más de una década para intentar detener el avance zombi. Millones de infectados intentaban convertir al resto de la humanidad llevados por su incontenible ansia de carne humana. En el otro lado, los humanos luchaban por aislar a los zombis y exterminarlos antes de que no quedara ni un solo lugar en el mundo libre de infección.

El libro está narrado con tanto realismo que a veces asusta. Los testimonios tienen unas dosis de naturalidad difíciles de encontrar en una novela de ficción de estas características. Al mismo tiempo que vas leyendo te vas planteando las posibilidades reales de que algo así pudiera suceder. Y acojona un poco, en serio. Los escalofríos que te dan mientras lees determinados pasajes de la novela son de lo mejor que he sentido con un libro en la mano en los últimos años.

El autor, Max Brooks (hijo del genial director de cine Mel Brooks), publicó "Guerra Mundial Z" en 2006 casi como una continuación lógica de su primer libro, "Zombi - Guía de supervivencia", publicado tres años antes. El éxito mediático de la novela se inició con la edición de un audiolibro en el que varios actores conocidos como Alan Alda, Mark Hamill o John Turturro aportaron su voz para los testimonios. En 2013 la productora de Brad Pitt se hizo cargo del proyecto de la película, con una adaptación bastante criticada por alejarse del espíritu del libro. Todavía no la he visto, pero quiero hacerlo próximamente para poder opinar con conocimiento de causa.

Por lo de pronto, el libro me parece un maravilloso ejercicio literario, muy trabajado y que consigue mantener el interés en todo momento. Max Brooks le ha dado un toque de realidad tan inquietante que a veces llegas a dudar de si habrá alguna base real en todo lo que cuenta, algún archivo secreto que oculte datos sobre la existencia de un virus zombie o algún punto remoto del planeta donde algún muerto viviente sobreviva esperando su momento para actuar. 

Terror del bueno, muy recomendable y entretenido.

Puntuación: 10 sobre 10.

jueves, 6 de marzo de 2014

Rosquillas de limón y anís al horno

Nunca había hecho rosquillas porque lo de tener que freírlas me echaba bastante para atrás. Pero mirando por internet comprobé que había bastantes recetas de rosquillas al horno así que decidí buscar alguna que se adaptara a nuestro gusto. Tomando un poco de aquí y un poco de allá, elaboré mi propia receta, con un resultado final bastante positivo.

Para elaborar estas rosquillas necesitaremos dos huevos, 50 ml. de aceite de oliva suave, 50 ml. de leche desnatada, 50 gr. de fructosa (puede ser azúcar), la ralladura de un limón, una cucharada grande de anís en grano, una pizca de canela, una pizca de sal, 250 gr. de harina (yo puse 150 gr. de trigo integral y 100 gr. de trigo normal) y dos cucharaditas de levadura de repostería. Se puede añadir un chorrito de anís y el zumo de medio limón a la mezcla, pero yo no los utilicé. Si lo hacéis posiblemente necesitaréis un poquito más de harina a la hora de amasar.

La preparación comienza batiendo los dos huevos junto con la fructosa, el aceite y la leche. Se le añade la ralladura de limón, el anís, la canela y la sal. Posteriormente se le incorporan las harinas mezcladas con la levadura y se trabaja hasta que la masa se vaya quedando más compacta. Al principio será muy pegajosa así que mejor manipularla con las manos enharinadas y añadir incluso un poco más de harina si fuera necesario hasta que esa masa tenga la consistencia necesaria. Finalmente se estira formando cilindros con las manos untadas en un poquito de aceite y se va dando forma a las rosquillas, colocándolas un poco separadas sobre una placa de horno.

Con estas cantidades me salieron 12 rosquillas grandes, pero se pueden hacer más pequeñas o más finas y fácilmente saldrán el doble. Se colocan en la bandeja del horno, se les pone un poquito de azúcar o fructosa por encima a cada una y se hornean en el horno precalentado durante unos 12-15 minutos a 180 grados.

El resultado son unas rosquillas aromáticas, compactas pero a la vez suaves y nada grasientas. De dos en dos, en desayunos y meriendas, volaron en casa, así que tendré que repetirlas pronto.