miércoles, 7 de mayo de 2014

Fuerteventura (I)

Parque Natural de Corralejo
Durante el pasado puente del 1 de Mayo hicimos una escapadita a Fuerteventura, isla del archipiélago que yo todavía no conocía. Como su propio nombre indica según algunos y a pesar de que yo no me lo esperaba así, el viento fue nuestro compañero inseparable durante casi todo el viaje. Fuerteventura es, junto con Lanzarote, la isla más oriental de Canarias. Esto la sitúa a escasos kilómetros de África (concretamente 97 km.) y le otorga un clima seco y un paisaje árido y casi desértico en gran parte de su extensión.

Dunas de Corralejo
Nuestro viaje comenzó yendo hacia el norte, visitando el municipio de La Oliva y atravesando el Parque Natural de Corralejo. Esa zona supone uno de los principales atractivos turísticos de la isla por las extensas dunas de arena blanca y las playas. Desde Corralejo se puede divisar la isla de Lobos, situada a unos 2 km. de Fuerteventura. Hay trayectos diarios en barco para visitarla, aunque no nos coincidió poder acercarnos.

Lillu con isla de Lobos al fondo
La zona urbana de Corralejo es un cúmulo de bloques de apartamentos, muchos bastante antiguos y de bastante mal gusto arquitectónico, mezclados con cubículos de tiendas de marca y pequeños centros comerciales destinados inequívocamente al turismo, principalmente británico. Ese panorama me resulta personalmente muy poco atractivo y carece de todo interés cultural, así que dimos una rápida vuelta por el centro sin apearnos del coche y tomamos rumbo hacia otros paisajes más atrayentes.
 
Rodeando la zona, hacia el lado occidental de la isla, visitamos el Faro del Tostón, en Punta Ballena, cerca del pueblo de El Cotillo. El faro funciona desde 1897 y alberga el Museo de la Pesca Tradicional, donde se muestran las tradiciones pesqueras de la isla y ejemplos de explotación sostenible de los recursos marinos.

Faro del Tostón, (Punta Ballena, El Cotillo)
Desde allí visitamos El Cotillo, un pequeño pueblo pesquero donde nos habían dicho que se comía muy bien, pero como todavía era temprano tuvimos que dejarlo atrás mientras veíamos cómo descargaban el pescado fresco para los restaurantes. 

Viajando hacia el sur paramos en La Oliva, capital del municipio. La plaza del pueblo la preside la Iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, una obra mudéjar de tres naves típica de la arquitectura local.

Iglesia Nuestra Señora La Candelaria, La Oliva
Cerca de allí, en las afueras, se encuentra la Casa de Los Coroneles, una construcción del siglo XVII que representa perfectamente el poder de los señoríos de la época. Al coincidirnos días festivos y un fin de semana de por medio, no pudimos visitarla por dentro, como nos ocurrió con la mayoría de los monumentos, pero al menos inmortalicé los exteriores para la posteridad.


Casa de Los Coroneles, La Oliva
También en el municipio de La Oliva se encuentra la montaña de Tindaya, uno de los accidentes geográficos más representativo de la isla de Fuerteventura y con un gran interés histórico y geológico por sus grabados rupestres. Tiene 400 metros de altitud y alberga una chimenea volcánica, como la mayoría de montañas de la isla. A pesar de ser declarada como bien de interés cultural, su piedra ha sido explotada hasta hace relativamente poco y sobre ella se proyectó una obra escultórica liderada por Chillida cuyo objeto era vaciar el interior de la montaña, a lo que se opusieron varios colectivos ecologistas. Por suerte, el proyecto está ahora mismo en punto muerto. El caso es que tampoco pudimos acercarnos mucho a Tindaya porque sólo se puede acceder a ella a través de sendero y el entorno despoblado no me ofrecía demasiada confianza para tal empresa.


Lo mismo nos ocurrió con el Monumento a Unamuno, que creímos divisar en la distancia al pie de otra de las montañas de la zona pero al que nos fue imposible llegar porque el acceso se limita a pistas de tierra poco aptas para vehículos. A posteriori leí que ese monumento se sitúa en Montaña Quemada y consiste en una estatua de unos 8 metros de alto. Para llegar hay que tomar un sendero de unos 3 km., pero en aquel momento ni nos lo planteamos ya que era media tarde y no llevábamos calzado apropiado para una caminata.

Montaña de Tindaya
(Haz click en las fotos para ampliarlas)
(continuará...)

3 comentarios:

  1. Siempre he tenido muchas ganas de visitar Fuerteventura y alguna vez lo conseguiré.

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    1. Chechu, pues viajar a Canarias desde la península resulta mucho más barato que hacerlo entre islas, como me ocurre a mí, así que seguro que pronto puedes hacerte una escapada ;)

      saluditos!

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  2. Hola, Lillu. Tienes un blog muy bonito e informativo. Te añado a mi lista de blogs que sigo, porque me estoy leyendo tus críticas de cine y la verdad es que me gusta bastante como te han quedado. ¡Encantado! ¡Un saludo!

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Gracias por participar en Lillusion!