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lunes, 13 de julio de 2015

Londres (y XI - The Final Post): Compras en Londres

Tercer doctor de Doctor Who en el British Museum
Sí, queridos lillusianos, he vuelto para cerrar por fin la serie de entradas sobre nuestro viaje a Londres del año pasado. Sí, el año pasado, estáis leyendo bien y os rogaría que no ahondarais más en la herida. Han sido tiempos difíciles para este blog pero la que suscribe tenía el compromiso de rematar esta extensa revisión de nuestra estancia en la capital británica, empezada hace ya casi un año. Así que vamos allá!

El título de la entrada es un poco engañoso puesto que el objetivo de nuestro viaje londinense no era el de aprovechar su amplia oferta de tiendas y variedad de marcas y precios. Como casi todos sabéis, no soy fan de la moda o los complementos así que no me llamaban la atención las ofertas de las firmas más exclusivas del mundo, casi todas presentes en la zona comercial de la ciudad. Aún así, he de decir que Londres ofrece a los fans de las compras multitud de opciones tanto en la sección de artículos de lujo como en los chollos de mercadillo y segunda mano. Además, al ser una ciudad grande, se puede encontrar casi de todo solamente sabiendo lo que buscas y donde buscarlo.

Tienda friki en pleno mercado de Camden
En la primera imagen de esta entrada, arriba de todo, podéis ver una miniatura del Tercer Doctor de la serie Doctor Who, muy presente en todo el Reino Unido. Encontramos una pequeña tienda dentro de uno de los mercadillos de Camden que tenía una extensa oferta de objetos ochenteros, de películas y series de culto, del mundo del cómic y otras frikadas. Lo allí expuesto no tenía mucho orden pero a cualquier lado que miraras se sucedían las exclamaciones de sorpresa y/o excitación en continua cascada. 

Tuvimos que salir de allí un poco desconsolados, básicamente porque los precios eran los propios de objetos de factura limitada y reliquias, por los que cualquier fan pagaría lo que marcaran sin dudarlo. Pero nuestra limitación económica y de espacio no nos permitía traernos gran cosa así que la compra testimonial que hicimos fue esa miniatura de Doctor Who, una cajita que trae un Doctor aleatorio y que costaba, si mal no recuerdo, unas 2,5 libras. 

Continuando por Camden había decenas de tiendas de ropa gótica en las que le eché el ojo a un par de vestidos y alguna camiseta, pero sin decidirme finalmente por nada. Entré en la tienda de la marca de botas y zapatos New Rock para, de nuevo, desconsolarme un poquito ante la vasta variedad y los vastos precios por un lado y el exiguo espacio y limitado peso de mi maleta volando con RyanAir por otro. Mis compras en Camden fueron una bonita camiseta con un osito pirata (la podéis ver en la imagen que cierra este post), que me costó unas 10 libras, y un par de muñequeras de cuero que compré en un local especializado por 5 libras las dos. 

Tienda de botas New Rock en Camden
En Forbidden Planet adquirimos unos cuantos detallitos para nuestros amigos y algunos objetos para uso personal. Una vez más, tuvimos que refrenar la necesidad de comprarlo todo, puesto que esa cadena tiene la oferta más amplia de merchandising que se puede encontrar hoy en día en el mercado. Había un ala de una planta dedicada sólo a DVDs, ordenados por secciones según su estilo o condición, entre ellos, tres estanterías completas sólo de la serie Doctor Who, una entera dedicada a las producciones de Studio Ghibli y así con otras muchas que llamaron menos mi atención.

Sección de Doctor Who en Forbidden Planet
Sección de Studio Ghibli en Forbidden Planet
La sección de literatura ocupa la otra mitad de la planta, con una parte de cómics clásicos ordenados por colecciones, por épocas, por todo lo que se te ocurra. En la planta baja hay todo tipo de productos con referencias a juegos, series, animes, figuras, peluches, camisetas y todo lo imaginable dentro del universo friki.

Aparte de los regalos para algunos amigos, mi compra en Forbidden Planet fue una preciosa libreta de Doctor Who con la imagen de la Tardis en la portada. Tenía intención de llevarme también alguna camiseta (busqué con insistencia una de Diablo III) pero la oferta para chicas no era tan amplia y no encontré nada a mi gusto. 

Finalmente, el "grueso" de nuestras compras las hicimos en las tiendas de los museos, a pesar de que los precios de los objetos que allí se venden son bastante desorbitados. Al salir del Natural History Museum me encapriché de un peluche de glyptodon, un animal extinguido de la familia de los armadillos cuya reconstrucción fósil habíamos visto en el interior. Viendo mi emoción con el bicho, Exseminarista ye-ye soltó las 12 libras que costaba y me lo regaló.  

Glyptodon en el Natural History Museum
Lillu y su glyptodon de peluche
En la tienda de la Tate Modern compré unas postales preciosas de Turner y unos bolígrafos, con la intención de hacer pequeños regalos londinenses a algunas personas. En otras tienditas adquirimos unos marcapáginas de imán con las paradas de metro de la Bakerloo Line, unos llaveros y un imán de nevera, formato que se ha convertido en un clásico imprescindible de nuestros últimos viajes. 

Una última consideración que querría hacer con relación a las compras en Londres es la forma de pago. A pesar de que llevamos bastante dinero en libras para gastar allí, en mi banco me informaron de que podía utilizar la tarjeta de débito para pagar sin ningún problema. De lo que no me informaron fue de que, por el cambio de moneda, se me cobraría 1 euro por cada pago que realizara con ella, independientemente del importe gastado. El Banco Santander, entidad a la que pertenecía esa tarjeta, no me efectuó los cargos en cuenta hasta cinco días después de realizar los pagos, por lo que no pude consultar mis gastos ni percatarme de esas comisiones totalmente abusivas hasta que ya había utilizado la tarjeta una docena de veces para pagar en tiendas y restaurantes. 

Tras el disgusto y hacerles notar su desinformación al respecto vía Twitter, puse una reclamación en mi banco que fue ignorada. Lo mismo ocurrió con la cursada en la OMIC hace ya bastantes meses, así que doy por perdidos los 14 euros que me cargaron por cada vez que utilicé la tarjeta (insisto) de DÉBITO, no de crédito, sin ningún tipo de advertencia en cada uso de que se me estaba cobrando ese importe adicional por pagar en libras. 

Hay que señalar que a Exseminarista ye-ye su entidad bancaria (La Caixa) no le cobró ninguna comisión por utilizar su tarjeta de débito, ni en concepto de cambio de moneda de libras a euros ni nada similar. En su banca online pudo comprobar sus gastos casi automáticamente, y no cinco días después como fue mi caso con el Santander. Además, en La Caixa respetaron el cambio inicial prometido para cambiar de nuevo las libras sobrantes por euros al regreso a España. 

Mi consejo al respecto es que si realizáis compras en Londres paguéis en metálico en libras (cambiadas desde aquí, ya que cambiar moneda allí suele salir bastante más caro) y que os aseguréis de que vuestro banco no os está cobrando algo abusivo pero desgraciadamente legal como fue mi caso. Y por supuesto, aunque todos los bancos al final son casi lo mismo, no os recomiendo en absoluto que trabajéis con el Banco Santander, que cada vez ofrece peores soluciones a sus clientes sin importarle su antigüedad. 

Y tras esta queja pongo punto y final a esta serie de entradas sobre Londres, que empezaba en septiembre de 2014 después de un viaje maravilloso y enriquecedor, con la inestimable compañía de Exseminarista ye-ye. Hoy, casi un año después, tengo muchísimas ganas de volver a la capital británica para ir a los sitios que se nos quedaron fuera por falta de tiempo y hacer cosas que no cabían en nuestra agenda pero que están apuntadas como "pendientes" para una próxima visita.

Y si os quedáis con ganas de más, próximamente... viaje a Madrid en Lillusion!

Mis compras londinenses
*** (Haz click en las imágenes para ampliar)