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sábado, 19 de diciembre de 2020

Retos de lectura

Hace muchos años que anoto mis lecturas, más que nada para acordarme de qué libros he leído y cuáles tengo aún pendientes. Hago lo mismo con las películas, ya que mi memoria a veces recuerda títulos pero no argumentos (y a veces al revés), así que una rápida revisión de elenco o temática en el IMDB suele recordarme con más precisión si alguna obra concreta la he disfrutado ya o merece un próximo visionado. Antes ponía las reseñas en este blog y volvía a él para ver mis listas de libros y películas, pero hace mucho que este pobre espacio virtual se quedó relegado a los posts de viajes ancestrales y ahora, debido a la pandemia, ni eso ya.

Desde hace tiempo también tengo una manía que con los años se hace más acusada, que es leer/ver las obras de forma cronológica, desde la más antigua a la más moderna. No le doy importancia pero estoy segura de que esto se me irá de las manos y se acabará convirtiendo en un comportamiento obsesivo-compulsivo en algún momento inconcreto de mi senectud. Por ahora, como no siempre cumplo esa premisa con las lecturas, y teniendo en cuenta que hace algo más de una década elegía los libros en la biblioteca por las portadas, pues lo veo aún como una simpática costumbre, que diría Exseminarista ye-ye.

Me propongo así leer obras escritas en los inicios de la carrera de autores que me interesan, como Paul Auster, Eduardo Mendoza o Joël Dicker. Esto no significa que no vaya colando entre medias otros libros que me llaman la atención, con lo que no hago más que aumentar la retrospectiva pendiente de lectura de esos escritores. Un sinvivir, en definitiva. 

Y todo esto viene a cuento de que, un año más, creo que no cumpliré mi reto de lectura de GoodReads, con un objetivo más que modesto de 25 títulos. El año pasado me quedé en 19 y en el 2018 en 23, incluyendo también cómics en ese cómputo. En mi defensa he de decir que soy una lectora lenta, de esas que vuelven a leer un párrafo completo cuando creen que se han perdido algo en la interpretación del contenido. Por ese motivo nunca he utilizado la lectura en diagonal o cualquier otro método de lectura rápida, ni siquiera cuando me dedicaba a estudiar. Menos aún simultaneo libros, aunque sean de distinto género, porque ni me imagino lo que mi diletante cerebro puede hacer con esa información tan dispar. Eso ofrece un número de lecturas siempre rondando la veintena, o incluso inferior en alguno de los 30 años que hace que llevo este registro. Yo, como Goya, también tengo mi etapa negra y en el año 2002 no leí ningún libro como tal y en el 2003 esforzándome llegué a los 2. En mi defensa he de decir que en esa época no leía libros pero sí manuales de un adictivo juego online (por si os apetece curiosear: Everquest).

No considero la falta de lectura un fracaso personal en mi caso, porque ese tiempo lo dedico normalmente a leer artículos, blogs o a cualquiera de las otras pasiones que me cautiven en ese momento, pero en los últimos años me he propuesto leer al menos un par de páginas cada día. Casi siempre lo hago antes de dormir y el problema es que a veces lo del par de páginas es literal (eso cuando el sueño no lo deja en menos) y, seamos sinceros, a tres páginas por día es difícil alcanzar cualquier reto de lectura por muy razonable que sea. Aún así, estoy orgullosa de disfrutar al máximo de la mayoría de los libros que decido leer y, aunque abandono algunas obras que no consiguen transmitirme nada en las primeras 15 o 20 páginas, la mayoría de los libros que he leído en los últimos años me han gustado bastante.

Como todavía no ha terminado el año y me propuse en un tuit con Isi intentar completar el reto hasta el último momento, en próximos posts os informaré de si lo he conseguido y de mis libros preferidos del año. Por ahora os dejo mis 5 libros favoritos del 2019, por si en algún momento necesitáis inspiración:

El Mundodisco de Terry Pratchett es ese universo literario al que siempre regreso cuando necesito tranquilidad. Después de lecturas insatisfactorias o simplemente muy exigentes, estas historias fantásticas me devuelven la sonrisa y la paz mental. Cualquiera de los 41 títulos que conforman esta serie es ideal para pasar un buen rato.
Christina Rosenvinge es desde hace años una de mis artistas favoritas. Sus canciones me han acompañado en muchos momentos de mi vida y por eso este libro, de corte autobiográfico, me ha encandilado de principio a fin. En sus páginas disecciona algunas de sus letras más conocidas, la situación que las originó y otras reflexiones personales. 

Llevaba años queriendo leer este premiado cómic y su lectura fue una confirmación absoluta de su genialidad. Juan Díaz Canales, con dibujos de J. Guarnido, presenta al detective John Blacksad en cinco historias policíacas en los EEUU de mitad del S.XX. Los personajes zoomorfos recrean las diferencias raciales y sociales de forma increíblemente estremecedora.

Otro de mis autores recurrentes es Paul Auster. Aunque creo que tiene bastantes detractores a mí siempre consigue engancharme con las tragedias vitales de sus personajes. Auster escribe con una especie de prosa poética de sinsabores, con protagonistas desorientados y desmenuza profecías incumplidas que literariamente colman todas mis expectativas.


Novela francesa que llegó a mis manos gracias a la recomendación de algún blogger y que resultó ser una grata sorpresa. Un policía intenta descubrir al asesino de una niña de entre todas las almas sospechosas y tristes que la guerra y la propia vida van dejando a su paso. Un relato de las debilidades humanas en el paisaje sombrío de principios del siglo pasado, cuajado de claroscuros.

Si vosotros vais a cumplir vuestros retos de lectura este año enhorabuena! Y si no, ánimo que aún os queda tiempo para acercaros a la meta o seguir leyendo sólo por placer.

domingo, 22 de noviembre de 2020

I don't feel like dancin'

Scissor Sisters

Creo que últimamente todos necesitamos un poco de buen rollo para seguir adelante con lo nuestro. A pesar de que yo las restricciones pandémicas las llevo bien, ya que mi nivel de socialización tiende a ser bajo y no preciso de mucho para desarrollar mis principales aficiones, hay momentos en los que algunas situaciones se me hacen más cuesta arriba. Es en esos momentos en los que escuchar el tema que hoy os acerco me aporta esa chispita que me falta para poder pasar de largo en la tienda de sierras eléctricas y otros artilugios de tétrica utilidad fuera del mundo del bricolaje.

Scissor Sisters es un grupo estadounidense formado a principios de este siglo y que enseguida se hizo un hueco en el panorama pop mundial. Su música, con muchas influencias del disco de los 70 y el glam rock, llegó rápidamente a las listas de éxitos europeas y se convirtió en parte de la banda sonora de una nueva generación de jóvenes millennials.

He de decir que, salvo este tema de incorporación relativamente reciente a mis listas, no he seguido la trayectoria de Scissor Sisters ni he escuchado sus discos con atención. En mi caso me recuerdan inevitablemente a los Bee Gees y eso me trae reminiscencias de otra época más familiar en mi consumo musical.

La canción "I don't feel like dancin'", incluida en el segundo disco de la banda editado en 2006, fue un fulgurante nº1 en varios países. En este tema colaboró además Elton John, abanderado del estilo glam que los estadounidenses volvieron a actualizar tanto en su música como en su imagen.

Hoy, recuperando los posts musicales abandonados allá por el año 2 A.P. (Antes de la Pandemia), suena en Lillusion "I don't feel like dancin'" de Scissor Sisters, algo así como el quiero y no puedo del estado de ánimo que nos ocupa.



domingo, 4 de octubre de 2020

Granada (y VIII): Gastronomía y rincones

Monumento a Alonso Cano, Granada

En esta última entrada de nuestro viaje a Granada voy a reflejar, como siempre, algunos detalles prácticos que pueden facilitar la estancia. Después de revisar alojamientos y consultar con algunos amigos que habían viajado recientemente, elegimos quedarnos en un hostal pequeñito del centro de la ciudad, como señalé en la primera entrada de esta serie. No teníamos pensado movernos mucho, ya que nuestra estancia era de apenas 3 días, así que un alojamiento céntrico nos resultaba más cómodo para desplazarnos a pie. Además, Granada es una ciudad pequeña y el centro es en gran parte peatonal, por lo que nuestra elección fue meditada en ese sentido.

Plaza de La Trinidad, Granada

Hay decenas de hostales y pequeños hoteles por esa zona, de buen precio y que cumplen perfectamente con las necesidades de un viajero de nuestro estilo, que son básicamente de aseo y descanso. También puedes elegir un hotel algo más refinado o con vistas a La Alhambra y, en caso de que seáis más de 2 personas, suele compensar reservar un apartamento. Granada, como la mayoría de las ciudades turísticas, tienen infinitas opciones en este sentido a través de las plataformas de alquiler vacacional.

Paseo del Darro, Granada

Granada está bien comunicada por avión y tren, y dentro de la ciudad, salvo que se quiera uno acercar a los pueblos aledaños, no es necesario coche más que en casos muy puntuales. Está disponible una Granada Card que incluye trayectos en bus y entrada a gran parte de los sitios destacados de la ciudad, incluso a La Alhambra en alguna de sus modalidades. Si tenéis prevista una estancia de un mínimo de 5 días igual compensa adquirirla, aunque como no era nuestro caso ni siquiera lo valoramos. 

Catedral de Granada

Con respecto a la gastronomía, Granada es conocida por sus tapas. Es cierto que las consumiciones tienen un precio un poco más elevado que en otras ciudades donde no las acompañan con nada. Digamos que una cerveza o un refresco oscila entre los 2,20 y los 2,70 €, precio similar al que encontramos en Santiago de Compostela, por ejemplo, donde también te ponen siempre tapa. El caso es que se cena perfectamente con dos bebidas, pero es importante elegir un establecimiento donde cuiden un poco el aspecto gastronómico de esas tapas. En muchos locales te ponen platos específicamente preparados para ese fin (guisos, frituras...) que están realmente buenos, pero en otros te presentan dos trozos de jamón serrano mal cortados o unas aceitunas.

Nosotros cometimos un par de errores de libro, como no distinguir bien los lugares muy turísticos de los auténticos y acabar en algún restaurante regular tirando a malo. Intentamos guiarnos por las reseñas en internet de otros visitantes pero, a pesar de que eran días entre semana del mes de mayo, había mucha gente en todas partes y era muy difícil conseguir mesa libre donde queríamos. Uno de los días nos fuimos de una de las terrazas donde nos habíamos sentado con intención de cenar ya que tardaron más de 20 minutos en servirnos una tapa muy mediocre para acompañar las bebidas (que ya nos habíamos terminado cuando llegó la tapa, obviamente). Tampoco llegaron a traernos nunca la carta solicitada al sentarnos, así que nos sentimos un poco ignorados y preferimos elegir otro sitio para cenar más a gusto.

Tapa en Legado Andalusí, Granada

En otra ocasión acabamos comiendo en un sitio bastante malo porque era el único donde había sitio y se nos hacía tarde. En este sentido, y como suele ocurrir, es mejor no fiarse de los restaurantes vacíos, puesto que suelen ser los malos y Granada en esto tampoco es una excepción. En los buenos casi nunca hay espacios libres y muchas veces hay que esperar mesa, pero son esos los que realmente merecen la pena.
Pulpo a la brasa sobre salmorejo, Legado Andalusí

Pero también tuvimos buenas experiencias gastronómicas, como la del Legado Andalusí, una taberna en la céntrica Plaza de Bib Rambla, con una agradable terraza, buen trato y donde probamos un curioso pulpo a la brasa sobre salmorejo que estaba muy rico. Otro de los días quedamos con unos conocidos locales que nos llevaron a un restaurante de pescado que nos gustó mucho, El Pescaíto de Carmela. En el Bar Los Diamantes repetimos otro día aparte del inicial para unas cañas y también nos pusimos las botas con las tapas de La Sitarilla, un entrañable restaurante alejado del bullicio turístico donde la comida y la vajilla parecen las de tu abuela y todo está buenísimo.

Tapa en La Sitarilla

No pude evitar tomarme un chocolate con churros en otra de las cafeterías emblemáticas de la ciudad, el Café-Pastelería López Mezquita, y comerme un pionono en la pastelería Casa Ysla, dulce típico que por desgracia no me dijo gran cosa. En general comimos bastante bien, aunque creo que deberemos repetir la visita para profundizar en el poder de las tapas granadinas.

Piononos en Pastelería Casa Ysla

Nos quedaron otras actividades pendientes, como la visita a algún baño árabe, de los pocos que quedan en la ciudad abiertos al público, y asistir quizás a algún rincón flamenco, para lo que ya no teníamos tiempo al ser nuestra estancia corta y un poco agotadora después de tanto trote diurno. Y como Granada es una ciudad llena de posibilidades, nos planteamos regresar en el futuro quizás en invierno, para disfrutar de Sierra Nevada en su apogeo de nieve. Que ni Exseminarista ye-ye ni yo tenemos ya edad para aprender a esquiar y mi rodilla izquierda ha crujido sólo de oír el plan, pero quién sabe, la idea está ahí esperando a materializarse algún año.

Callejón del Gato, Granada

Por lo demás, resultó ser un viaje corto pero intenso, muy aprovechado. Recomiendo encarecidamente reservar las entradas para La Alhambra con bastante antelación, pasear mucho por la ciudad, ir de tapas al menos un par de veces y evitar si es posible las épocas de más afluencia turística, puesto que Granada recibe más de un millón de visitantes al año y al final eso puede notarse en la planificación y las reservas. 

Adiós Granada
Hola Tenerife

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*** Este viaje se realizó en 2019, por lo que no hay referencia a medidas anti-Covid19 y las condiciones de las visitas podrían ser diferentes en la actualidad.

martes, 22 de septiembre de 2020

Granada (VII): Albaicín

Puerta de Elvira, Granada

Un paseo por Granada es una experiencia de lo más enriquecedora. Atravesar sus callejuelas, la mezcla de vestigios árabes y cristianos en muchos de sus monumentos, las raíces gitanas, la Alhambra vigilando todo desde su atalaya... Todos estos detalles aportan a la visita a esta ciudad un toque de multiculturalidad muy especial. Cada esquina esconde un edificio histórico o un monumento con una interesante anécdota, de ahí que una de las mejores opciones sea perderse por sus calles.

Granada es una pequeña urbe universitaria, de espíritu joven y con una gran afluencia de turistas, tanto en verano como en invierno debido a la cercanía de Sierra Nevada y sus opciones de esquí. Se puede ir caminando perfectamente a casi cualquier rincón, aunque bien es cierto que si nos dirigimos hacia el Sacromonte, por ejemplo, las empinadas cuestas nos obligarán a plantearnos el uso de algún transporte público.

Real Monasterio de San Jerónimo, Granada

El Albaicín bajo es un barrio de estrechas calles empedradas peatonales, de origen árabe medieval, y que conduce serpenteando en subida al mirador de San Nicolás, uno de los más conocidos de Granada y que ofrece una de las mejores vistas de La Alhambra. Esta zona se sitúa muy cerca del centro neurálgico, por lo que no hay excusa para no darse un paseo por allí durante nuestra estancia en la ciudad.

Calle Calderería Nueva, Granada

En nuestro recorrido, al final de la calle Calderería Nueva, entramos en la Iglesia de San Gregorio Bético, una pequeña ermita con un convento anexo. Allí vive en clausura desde los años 50 del siglo pasado una pequeña congregación de monjas Clarisas, que rezan el Angelus en la iglesia todos los días a las 12:00 h. De hecho, siempre hay alguna religiosa con los hábitos completamente blancos rezando en la iglesia a cualquier hora del día, separada del resto de fieles por una reja. Es una experiencia curiosa y disfrutable aunque no seas creyente, ya que pareces trasladarte a otra dimensión mientras las monjas cantan (algunas con poco oído musical, todo hay que decirlo, lo que no quita que sea algo muy místico).

Iglesia de San Gregorio Bético, Granada

Continuando hacia arriba por las callejuelas podemos contemplar también la casa donde nació en 1941 el cantaor Enrique Morente, y donde vivió sus primeros años hasta la adolescencia. El edificio nunca perteneció a la familia Morente y en la actualidad la propiedad se alquila en portales turísticos para estancias cortas, bajo el nombre de "La Casa del Cantaor".

La Casa del Cantaor, Granada

La Alhambra desde el mirador Plaza de Carvajales

Subiendo por la Cuesta de San Gregorio desembocamos en el mirador Placeta de Carvajales, uno de los muchos que ofrecen preciosas vistas de La Alhambra. Por la zona también encontramos la Casa de los Pisa, que acoge el Museo de San Juan de Dios. En ese lugar murió el santo portugués en el año 1550. Tras ser adquirido por la orden, se convirtió en un museo referente de la labor de San Juan de Dios y la gestión hospitalaria. El edificio en sí tiene también un importante valor arquitectónico, aunque nosotros sólo visitamos el patio central. Si fuera de vuestro interés, la entrada para visitar el museo completo, con varias obras de arte sacro, cuesta 3 euros.

Casa-Museo San Juan de Dios, Granada

Nuestra siguiente ruta nos llevó por la Carrera del Darro hasta la Cuesta del Chapiz y el bajo Sacromonte. El mirador de San Nicolás ofrece unas incomparables vistas de La Alhambra, aunque por los alrededores hay otros espacios desde los que se pueden ver preciosos paisajes de la vega granadina. Al final de la calle encontramos la Casa del Chapiz, una vivienda morisca que desde 1932 es sede de la Escuela de Estudios Árabes. Tiene un patio central y un jardín con buenas vistas, pero el resto de la casa está cerrado al público. La entrada cuesta 2 euros y la verdad tampoco ofrece nada demasiado destacable más allá de su valor histórico.

Casa del Chapiz, Granada
La Alhambra desde Casa del Chapiz, Granada

En esa zona existen multitud de cármenes que guardan en su interior auténticos vergeles y remansos de paz. El concepto de "carmen" es el de una propiedad privada con parte de huerto y parte de jardín, y cuyo nombre proviene del arábigo "karm" que significa viña. En todos los casos son fincas rústicas con vistas, donde los propietarios se retiraban con fines recreativos. Algunos de estos cármenes permanecen abiertos al público, mientras que otros continuán siendo propiedades privadas, en algunos casos disponibles para alquiler vacacional.

Patio Carmen de los Geranios, Granada

Una de esas propiedades es el Carmen de los Geranios, donde el pintor belga Max León Moreau vivió durante casi 30 años. Granada enamoró al artista que, a su muerte en 1992, legó todos sus bienes incluido el carmen al Ayuntamiento de Granada. Tanto la vivienda como el exterior se estructura en bancales para adaptarlo al desnivel de la colina, con distintas salas de exposición, flores (sobre todo geranios), árboles frutales y fuentes.

Casa Max Moreau, Granada
Casa Max Moreau, Granada

La casa fue restaurada en 1998 para su apertura al público como museo. En ella permanecen muchos objetos de uso habitual del artista, parte de su biblioteca personal, incluyendo su propia producción literaria, y su estudio tal y como lo dejó antes de morir. La entrada a la Casa Max Moreau es gratuita y muy recomendable, tanto por la parte artística como para entender las características de un carmen típico granadino.

Casa Max Moreau, Granada

A nuestra visita a Granada le quedaban ya poquitas horas, que dedicamos a comprar algunos regalos típicos para nuestra familia y amigos y a degustar las últimas tapas locales. Todos los detalles gastronómicos y de organización los comentaré con más detenimiento en el próximo post dedicado a este viaje.

La Alhambra desde mirador de San Nicolás, Granada

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*** (Continuará...)

*** Este viaje se realizó en 2019, por lo que no hay referencia a medidas anti-Covid19 y las condiciones de las visitas podrían ser diferentes en la actualidad.

viernes, 28 de agosto de 2020

Granada (VI): Catedral y Capilla Real

Puerta de la Justicia, La Alhambra, Granada
Finalizada la visita a La Alhambra, salimos por la Puerta de la Justicia, quizás la más significativa y majestuosa de Granada, protegida por el Pilar de Carlos V. En nuestro camino hacia el centro nos encontramos también con la Puerta de Bib Rambla, que en su origen estaba situada en el centro de la ciudad nazarí dando acceso a la plaza del mismo nombre. Este monumento estuvo a punto de ser demolido en el s.XIX pero finalmente se desmontó y se trasladó al Museo Arqueológico de Granada. En 1933 el arquitecto conservador de La Alhambra decidió reconstruirla y colocarla en el Paseo de las Alamedas, donde se encuentra actualmente perfectamente integrada con la naturaleza.

Puerta de Bib Rambla, La Alhambra, Granada
El final de este bucólico paseo nos llevó a la Puerta de Las Granadas y la Cuesta de Gomérez, que ya marcan el límite entre la zona urbana y el espacio de La Alhambra. Nuestros últimos pasos del día nos acercaron al Museo Casa de Los Tiros, un edificio del S.XVI que alberga una pequeña colección de objetos, fotografías, esculturas y pinturas que revisan la historia de Granada. Este museo tiene entrada gratuita y se puede ver en una media hora, por lo que resulta relevante para situarte en la escena granadina de la época. En una de las salas hay un artesonado en el techo bastante espectacular, aparte de mobiliario clásico renacentista y objetos donados por particulares que conforman una curiosa colección.

Museo Casa de los Tiros, Granada
Museo Casa de Los Tiros, Granada
En la ruta hacia nuestro hotel estaba también el Corral del Carbón, un edificio de origen nazarí que constituye la única alhóndiga (mercado vecinal de grano) que se conserva en toda la península ibérica. La construcción tiene un arco de entrada de yesería muy bien conservado y en el centro un alberca, dentro de un amplio patio enmarcado por tres pisos de galerías con columnas. El edificio alberga actualmente oficinas y en el patio se celebran a menudo conciertos y obras de teatro.

Entrada Corral del Carbón, Granada
Patio del Corral del Carbón, Granada
Para el día siguiente habíamos contratado una excursión por la ciudad, con la red Civitatis, con la que ya habíamos realizado free tours en otras ciudades europeas de forma satisfactoria. Nos parece una buena manera de revisar zonas interesantes a las que por nosotros mismos quizás no llegaríamos por falta de conocimiento o planificación. 

Esta excursión dura unas dos horas y en ella un guía local te explica algunos detalles de los lugares y personajes más significativos de la ciudad, mientras se visitan monumentos, calles y puntos de interés. La visita guiada comenzó en la Plaza de Bib-Rambla y nos llevó hasta los exteriores de la Catedral, la Capilla Real, el Palacio de la Madraza, la Alcaicería y sus alrededores. Después subimos hacia el Albaicín Bajo y visitamos algunos de los miradores más conocidos y con mejores vistas de La Alhambra. 

Catedral de Granada
Como estas visitas guiadas no suelen dejar tiempo para ver los interiores con detenimiento, fuimos anotando los sitios que aún no habíamos visitado para ir por nuestra cuenta más adelante. Algunos ya los habíamos visitado el día anterior antes de subir a La Alhambra, como fue el caso de la Catedral o la Capilla Real. Intentaré señalar tanto los más recomendables como los prescindibles, siempre dependiendo del tiempo de que se disponga para ello y del interés personal de cada viajero.

Fachada Catedral de Granada
La Catedral de Granada se encuentra desde nuestro punto de vista entre los monumentos absolutamente imprescindibles. Acostumbrada a las iglesias y catedrales del norte, de arquitectura románica (como la de Santiago de Compostela, por ejemplo), la de Granada me sorprendió bastante por tener un concepto totalmente diferente, sobre todo el interior tan claro y luminoso. Aunque en sus inicios era un proyecto gótico gigantesco de Diego de Siloé, con el paso de los años se quedó a medias y se convirtió en un templo renacentista de sólo 3 naves, que albergan hoy la Catedral, la Capilla Real y la Iglesia del Sagrario, estas dos últimas con entradas independientes.

Nave central, Catedral de Granada
Nave central, Catedral de Granada
Nave central, Catedral de Granada
Órgano, Catedral de Granada
La capilla mayor, en la nave central, es quizás la parte más bonita del conjunto, con muchísimas vidrieras y adornos en oro. Los arcos semi-circulares están cubiertos de pinturas de Alonso Cano, quien también es autor de varias tallas y de la reforma de la fachada del edificio un siglo después del inicio de su construcción. En la nave central se sitúa también un precioso órgano y en las capillas laterales varios retablos barrocos de diversa autoría. 

Detalle vidriera, Catedral de Granada
Puerta del Perdón, Catedral de Granada
El conjunto resulta muy armonioso y se mantiene muy cuidado. La entrada cuesta 5,00 € e incluye audioguía para seguimiento histórico y artístico. Los domingos entre las 15:00 y las 17:45 h. la entrada es gratuita previa reserva a través de la web de la archidiócesis.

Iglesia del Sagrario, Granada
Interior Iglesia del Sagrario, Granada
Anexada a la catedral se encuentra la Iglesia del Sagrario, un edificio del s.XVIII que ocupa el espacio de la antigua Mezquita Mayor de Granada y funciona como parroquia independiente. Su interior alberga estatuas de mármol blanco de los evangelistas y otras obras de interés, además de un órgano de estilo neoclásico y una pila bautismal renacentista. Es una iglesia realmente bonita, que durante años ejerció de catedral principal de Granada. Nosotros la encontramos abierta e hicimos una rápida visita, aunque creo que sólo está disponible en horario de culto y para fines estrictamente religiosos. 

Entrada Lonja y Capilla Real
La última parte de este conjunto es la Capilla Real, que junto con la sacristía formaron parte también en su día de la catedral. Hoy en día la capilla acoge los sepulcros de los Reyes Católicos, de su hija Juana la Loca y del que fuera su marido Felipe el Hermoso. El inicio de esta visita se sitúa en la Lonja, un edificio de techo artesonado cuya construcción fue encargada por el Ayuntamiento granadino en 1518 y destinado a usos de banca y comercio. De ahí se pasa a la nave de la capilla, con diversos cenotafios y otras obras de arte, además de una bonita reja de hierro forjado con diversas escenas religiosas. Los sepulcros de los Reyes se encuentran en la cripta. En la sacristía lateral hay un museo de arte sacro con cuadros de Boticelli, Berruguete o Van der Weyden, además de tejidos y tapices que pertenecieron a la realeza y otras reliquias. En el interior del edificio no se permiten fotografías de ningún tipo, tampoco sin flash.

La entrada a la Capilla Real cuesta también 5,00 € y, aunque a priori parece una visita interesante, personalmente no me resultó demasiado estimulante. Sí puede serlo para los estudiosos de ese tipo de arte (se incluye audioguía) o para los fetichistas de los Reyes Católicos que, no me cabe duda, seguro que los hay. Suele haber cola para entrar, así que en caso de que desees visitarla es recomendable elegir bien la hora e ir dispuesto a esperar al sol. 

Interior Madraza, Granada
Interior Madraza, Granada
En frente de la entrada a la Capilla Real se encuentra el Palacio de la Madraza, primera universidad pública de Al-Andalus y que hoy pertenece a la Universidad de Granada. En este edificio está el oratorio nazarí mejor conservado de la actualidad, con celosías y yeserías originales que sobrevivieron al arrase cristiano gracias a que la sala fue tapiada para ocultar su decoración. 

Puerta en Madraza, Granada
A pesar de que la Madraza sufrió varias reformas con el paso de los años, en la pared todavía hay vestigios de los colores que lucía en el s.XIV esta espectacular casa fundada por Yusuf I. También se exhibe una puerta manierista del s.XVII que antiguamente cerraba la capilla del Ayuntamiento, situada en el oratorio. El acceso a La Madraza es gratuito pero hay opción de una visita guiada por 2,00 € con visita también al Salón de los Caballeros XXIV, donde se puede contemplar una de las armaduras mudéjares mejor conservadas de España.

Mercado de artesanía en la Alcaicería, Granada
Alcaicería, Granada
Antes de adentrarnos en el Albaicín, hicimos una parada en la Alcaicería, una zona de mercado típico musulmán con pequeñas tiendas donde se vende artesanía, taracea, especias, infusiones, textiles y otras piezas tradicionales granadinas. Este pequeño barrio está dispuesto en forma de ciudadela, en pleno centro de Granada, y conserva en gran medida el encanto de su origen, a pesar de que fue reconstruido casi totalmente a mediados del s.XIX debido a un incendio.

Torre de la Catedral de Granada
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*** (Continuará...)

*** Este viaje se realizó en 2019, por lo que no hay referencia a medidas anti-Covid19 y las condiciones de las visitas podrían ser diferentes en la actualidad.