Siguiendo una recomendación (algo poco sano en la mayoría de las ocasiones) cogí en la biblioteca este libro. Anteriormente había leído de Gabriel García Márquez "Crónica de una muerte anunciada" y recientemente "Memoria de mis putas tristes", y ambos me dejaron un grato recuerdo. Decidí que si me propongo escribir de una manera decente, un primer paso sería leer algún clásico moderno, puesto que con los otros clásicos ni me atrevo ni me apetece.
Reconozco que las 500 páginas me sugirieron replantearme mi propósito, puesto que no me gusta dejar libros a medias y tenía miedo de encontrarme con un aburrido mamotreto imposible de concluir. Pero no, muy al contrario, me enganché desde las primeras líneas. Me encantó la manera de enlazar personajes que tiene este autor pero sobre todo la facilidad con que habla de las cosas mundanas, de sentimientos tan universales como el asco, la compasión, el orgullo y esa cosa que dicen que se llama amor. Envidio la manera de contar con la mayor normalidad los avatares de la vida y la muerte, sin dramas, sin grandes alegrías ni grandes penas, con dolores pequeños, medianos y enormes, pero sin llegar a ningún despropósito ni narrativo ni estrictamente literario.
En otro orden de cosas, admiro profundamente la capacidad de los buenos escritores para poner fin a una novela. Nada ridículo, ni rebuscado, ni incompleto, ni forzado. No lo admiro, más bien lo envidio porque, desde mi humilde posición de escritora amateur, mi punto flaco más sobresaliente es la incapacidad más absoluta para cerrar los círculos. Poner final a una obra se convierte para mí en algo demasiado complejo, por lo que lo voy demorando más y más hasta que el texto completo se queda inacabado casi de forma definitiva.
"El amor en los tiempos del cólera" me hizo pensar en qué parte de amor hay en una relación cualquiera, la tuya, la mía, y qué parte hay de costumbre, de seguridad, de conveniencia o de simple coincidencia. También me hizo plantearme cuestiones como la paciencia, la perseverancia, la ilusión... La ilusión, nunca se puede perder la ilusión porque al final, tarde o temprano, todo llega.
En definitiva, bonito libro, bonitas reflexiones, algunas lágrimas y algunas risas. Y mucho diccionario, porque cada cuatro páginas tenía que buscar el significado de alguna palabra :P Supongo que será que la literatura hispanoamericana se toca con la española, pero todavía no se agarran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en Lillusion!