Los Secretos

Los Secretos constituye otro de los grupos emblemáticos de los 80, con algunos de los temas más recordados de esa época. Formado a finales de los setenta por los hermanos Javier, Enrique y Álvaro Urquijo, junto con el batería Canito, graban sus primeras maquetas bajo el nombre de Tos. La mala suerte que parece haberlos perseguido en gran parte de su carrera hace que pierdan a Canito en un accidente de tráfico, así como a su siguiente batería, Pedro A. Díaz, por la misma causa. El concierto denominado "Homenaje a Canito" es recordado como punto de inicio de la ya famosa movida madrileña.

Publican sus primeros vinilos y poco después el hermano mayor de los Urquijo, Javier, decide abandonar también la banda, que ya por entonces comenzaba a sonar fuerte en los locales más famosos de Madrid. Con nueva formación retoman su carrera en 1986, con grandes canciones como "Buena chica" o "Por el túnel", compuesta por Joaquín Sabina. Pero la mayoría de los temas procedían del melancólico trabajo de Enrique Urquijo, que mezclaba en sus canciones la filosofía del perdedor con la necesidad de continuar adelante, algo que en realidad se acercaba mucho a su propia vida.

Pero la mala fortuna no dejaría en paz a Los Secretos y en 1999 se produce la trágica muerte por culpa de las drogas del alma del grupo, Enrique Urquijo, que dejará además un vacío profundo en la historia reciente de la música española. Su hermano Álvaro continuó con la formación publicando algunos discos más bajo el nombre de Los Secretos, pero el grupo ya nunca volvió a ser lo mismo y sin duda las canciones jamás volverán a tener el sentimiento de que las impregnaba la letra y la música de Enrique.

Sus temas más conocidos hoy por hoy, "Déjame" y el que suena, "Quiero beber hasta perder el control", pertenecen a los primeros de una serie de más de diez discos editados por el grupo.

Nunca he sentido igual una derrota
que cuando ella me dijo se acabó.
Nunca creí tener mi vida rota
ahora estoy solo y arrastro mi dolor.

Y mientras en la calle está lloviendo
una tormenta hay en mi corazón
dame otra copa aún estoy sereno
quiero beber hasta perder el control.

Cuántas noches soñé que regresabas
y en mis brazos llorabas por tu error
luego un ruido del bar me despertaba
y el que lloraba entonces era yo.

Y mientras ella está con otro tipo
mis lágrimas se mezclan con alcohol
ella se fue porqué no me lo dijo
y siento que mi vida fracasó.