Aunque parezca mentira, el estado de Nebraska (EEUU) todavía mantenía hasta ahora la silla eléctrica como su método único para hacer efectiva la pena de muerte en sus prisiones. El Tribunal Supremo de Nebraska declaró el pasado viernes ese método como contrario a la dignidad humana y por lo tanto anticonstitucional, erradicando con esa decisión la silla de todo el territorio estadounidense.
Según informa la edición digital de El Mundo, las pruebas demostraron que la silla eléctrica “inflige un dolor intenso y un sufrimiento agonizante” que lo convierte en un castigo demasiado cruel. Resulta paradójico, ya que 36 estados de los 50 de Estados Unidos creen firmemente en la pena capital aunque, eso sí, la aplican mediante una rápida e higiénica inyección letal. Precisamente en Nebraska la inyección no está admitida como un método legal para causar la muerte, por lo que las autoridades mantenían la silla como recurso ante la oposición de gran parte de la sociedad. Sin embargo, no olvidemos que más del 60% de la población americana está a favor de la condena a muerte, aunque el porcentaje parece ir descendiendo paulatinamente.
Antes de Nebraska, el estado de Florida había suprimido también la silla de sus mortíferas opciones tras el escándalo que rodeó a la ejecución de Allen Lee Davies en 1999. Según los testigos presenciales, el reo tardó demasiado en morir y en el momento de recibir la descarga “comenzaron a salir llamas de su cabeza”. Dos años antes el viejo sistema ya había sufrido contratiempos similares con la ejecución de otro condenado, por lo que el fiscal general de Florida por entonces, Bob Butterworth, advirtió a los posibles delincuentes que mejor cometieran sus asesinatos en otro estado ya que ellos tenían “problemas” con la silla eléctrica.
La comúnmente conocida como “Old Sparky” comenzaba a perder popularidad entre los seguidores de las ejecuciones norteamericanas por lo desagradable del cuadro. Las autoridades mostraban también sus primeras dudas sobre si el método causaba o no sufrimiento a los ajusticiados, rozando la clara violación de los derechos humanos de las leyes estadounidenses. En la película “La milla verde”, de 1999, se narra precisamente la historia de unos policías encargados de custodiar a los reos condenados a la silla eléctrica en una prisión de Estados Unidos en la década de los treinta y las dudas que surgen entre el deber y la falta de pruebas condenatorias.
La silla eléctrica fue inventada por un empleado de Thomas Edison a finales del s. XIX para sustituir a la horca, que hasta entonces era el sistema utilizado para poner fin a la vida de los reos. La primera ejecución en brazos del asiento mortal tuvo lugar en 1890 y el cliente fue William Kemmler, condenado por asesinar a su amante con un hacha. Cuentan que el espectáculo fue dantesco, siendo necesarios dos intentos para acabar con el hombre puesto que la primera descarga no tuvo suficiente intensidad y se podían oír los gemidos del preso mientras se recargaban los generadores. El olor a carne quemada lo convirtió en un espectáculo mucho más desagradable que el de la horca, que muchos ciudadanos acostumbraban a contemplar con desinterés.
El método de la silla se extendió rápidamente por Estados Unidos, siendo el más generalizado hasta mediados del s.XX, cuando se popularizó la cámara de gas. Posteriormente la inyección letal desbancó a todos los demás sistemas, aunque varios estados permitían hasta hace poco la elección por parte de los condenados entre la inyección y la electrocución. La silla fue utilizada por última vez el 12 de septiembre de 2007 en Tennessee, elegida para su propia ejecución por el preso Daryl Holton, de 45 años.
Estados Unidos reinstauró la pena de muerte en el país en 1976 y desde entonces ha dado muerte a más de 1.100 personas. Aunque el castigo capital es legal en 35 estados, el de Texas es con diferencia la jurisdicción que más personas ejecuta en el mundo occidental, superando las 400. Sólo en Nebraska y en Nueva York se considera inconstitucional, mientras que en el resto del territorio este castigo está suprimido para todos los crímenes.
En España, la pena de muerte quedó abolida para delitos comunes en 1978 aunque las leyes la contemplaron como opción en el ámbito militar hasta 1995. La última ejecución en nuestro país data de 1975. Y aunque Estados Unidos sea el caso que más nos llame la atención, la pena de muerte está permitida en otros 72 países, muchos de ellos bajo dictadura militar pero otros con regímenes políticos totalmente democráticos. En territorios como Cuba, China, India, Japón, Taiwan, Thailandia, Singapur, Siria o Guatemala todavía se aplican estas ejecuciones y en otros como, Turquía, Serbia, Filipinas o México se ha tomado la decisión de prohibirlas ya entrado este nuevo siglo.
Esta noticia me ha dado pie para probar el nuevo sistema de encuestas proporcionado por Blogger. En la barra lateral de la derecha está situado el cuestionario en el que podéis votar si lo deseáis sobre la conveniencia o no de la pena de muerte para determinados crímenes.
Yo reinstauraría la pena de muerte para los terroristas.
ResponderEliminarAngus, hay mucha gente que piensa igual que tú en lo referente al terrorismo. Sin embargo, muchos otros alegan que no se puede hacer distinciones entre crímenes "de primera" o "de segunda". También hay que tener en cuenta que en España el Código Penal ya no contempla la cadena perpetua, sino que el máximo de años en prisión son 25, creo recordar. Además, al Estado le cuesta dinero mantener a los delincuentes en la cárcel, sobre todo si no tienen posibilidades claras de reinserción.
ResponderEliminarNo deja de ser un tema polémico.
Gracias por participar :) Saluditos!
La crueldad humana no tiene límites. Y si los tiene, están muy lejos de lo que pudiera ser. Y no lo digo solo por las condenas a muerte, también por los delincuentes/asesinos/terroristas/genocidas, etc. Yo no lo tengo claro... Precisamente porque ponerle límites o decir qué es peor que qué... Me parece muy difícil y que no se puede medir con claridad.
ResponderEliminarHannamary, es cierto que un amplio sector de la sociedad cree que no es posible distinguir entre qué crimen es peor. Es peor asesinar a un niño que a una mujer o a un hombre? Es más cruel si luego se ensañan con el cuerpo? Es diferente si es tu propia esposa o hija a si es una mujer anónima? Al fin y al cabo no son todo muertes gratuitas? Es sin duda muy complicado juzgar todo eso y más aún decidir quién debe morir y quién no.
ResponderEliminarMuchas gracias por votar :)
saluditos!
Errar es humano. El que exista siempre la posibilidad de que un inocente pierda su vida por un error judicial o un juicio injusto creo que es el mejor argumento para no permitir la pena de muerte.
ResponderEliminarSeguramente a todos se nos ha cruzado por la cabeza tras algún atentado el verlos en el cadalso, pero la pena capital es un arma de doble filo en manos de un Estado. Es decir, si consideramos que terrorismo y fanatismo van unidos, la pena de muerte carece de sentido como arma antiterrorista.
Como bien decís, es una polémica tan antigua como aparentemente insoluble.
saludos
Sin duda un asunto complejo, Möbius. Que eliminen la silla eléctrica, por ejemplo, no cambia el hecho de que sigan permitiendo las ejecuciones con otros sistemas en Estados Unidos, aunque puede significar un pequeño paso hacia su aplicación un poco menos indiscriminada, que es que allí se cargan a la gente con una facilidad pasmosa.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Saluditos!
Está claro que la vida no vale lo mismo para unos que para otros... en un sitio que en otro...
ResponderEliminarPersonalmente me parece una barbaridad subir a alguien al cadalso, haya hecho lo que haya hecho.
Otra cosa es la cadena perpétua o el cumplimiento completo de las condenas.
Y los americanos presumen ahora de no "freir" a la gente mala, solo les metemos un chute y se van para el otro barrio, dormiditos...
En fin, sin comentarios.
Un beso Lillu.
Volveré por aquí.
Tal vez te guste mi blog de actualidad www.ylaluzsehizo.blogspot.com
Hasta pronto.
Natacha, para mí Estados Unidos siempre ha sido un país muy pasional, tanto para lo bueno como para lo malo. Cuando quieren ser buenos, son los mejores, pero cuando la cosa no les va tan bien hay que temblar. Su tamaño y población llegan a ser intimidatorios. En la pena de muerte no es diferente: ellos deciden porque así creen que debe ser y muchos americanos están de acuerdo con que así sea. A ver quién les convence de que pueden estar equivocados!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y tu opinión. Me pasaré por tu blog :)
saluditos!
¿Realmente haciendo desaparecer la silla eléctrica se reducirán las violaciones a los derechos humanos?
ResponderEliminar¿De qué sirve eliminar la silla eléctrica, si existe la pena de muerte en EEUU? Realmente no me parece un gran avance socio-político, si se substituye la silla. Recordemos que el sustituta es la inyección letal al final del corredor de la muerte.
No veo tanta diferencia en lo que hacían los nazis con sus asesinatos y las cámaras de gas,... o lo que hacen los judíos con los palestinos, y los palestinos con los judíos, o los mismos rusos, entre otros muchos.
¿Por qué no invertir más en crear una Seguridad Social que en comprar armamento? Tal vez muchos casos penales y criminales no llegarían a realizarse.
Si el tema de fondo es hacer efectiva la ley,... qué pasa con esos "daños colaterales" en guerras o intervenciones como las de Iraq, Kuwait, Somalia, Panamá, Sudamérica,... ¿¡Qué ocurre con esas miles de víctimas que mueren sin tener culpa!?
Es como un cuchillo, por muy roma que intenten hacerte ver uno de los filos, el otro siempre será cortante. Y siempre veo con cierto espíritu crítico las "buenas acciones" de los países "imperialistas".
... y por qué no hablar de la doble moral imperante o de las prisiones clandestinas que paga EEUU y otros por el mundo adelante (llevando de acá para allá en aviones que nadie sabe de dónde y adonde van, que muchos medios de comunicación y gobiernos callan). O de las empresas que "usa" o subvenciona EEUU, en el mismo país y en México, donde se aplican programas de ¿reinserción? para menores, donde sus familias gastan auténticas fortunas.
Lástima no salir este tema hace unos meses, cuando vi un reportaje sobre esto mismo.
Sobre el tema del terrorismo, evidentemente, no lo defiendo. Si estamos en un sistema democrático lo que debe primar es el diálogo y que decidan los ciudadanos implicados. Si tanto acuerdo prometen los políticos, que lo hagan realidad (y que cada parte ceda,... para que ese acuerdo resulte). De no ser democracia estaríamos delante de un policracia o idioticracia (en el más sentido etimológico de la palabra)
Bueno, voy parando ya... que he cogido bastante carrerilla.
Besos. ;D
NimRi, sin duda tienes razón en todas esas cuestiones y algo como prohibir la silla eléctrica sustituyéndola por otro sistema no va a cambiar la situación real de la pena de muerte. Quizás sí es un pequeño paso, aunque no lo parezca a primera vista, hacia la defensa de los derechos humanos.
ResponderEliminarLa mayoría de los temas que comentas dependen de decisiones políticas, ni siquiera económicas, por lo que las soluciones son muy muy difíciles.
un beso
Para terroristas, pederastas, violadores y narcotraficantes se deberia de instaurar la pena de muerte en nuestro pais, y nada mejor que la silla electrica puesto que al causar sufrimiento al condenado otros delincuentes se pensarian muy mucho el cometer crimenes.
ResponderEliminar