No sabía de qué iba esta película y al final ya casi estaba intrigada. Temía un drama romántico al estilo europeo, lento y denso aunque con los típicos detalles de una música maravillosa y una fotografía cuidadísima. Pues bueno, una vez vista no se acercaba tanto a ese preconcepto que yo tenía pero tampoco se aleja demasiado del cliché de cine europeo porque, a pesar de estar dirigida por un brasileño, se basa en la novela “The constant gardener” escrita por el británico John Le Carré.
En primer lugar, he de decir que “El jardinero fiel” me ha gustado bastante. Se trata de un thriller político, que aborda desde el punto de vista de denuncia social una historia dramática situada en Kenya, cercana quizás al estilo de “La intérprete”, film dirigido también en 2005 por el recientemente fallecido Sydney Pollack. En este caso, el director Fernando Meirelles toma un camino similar para mostrar desigualdades e injusticias como ya hizo en esa otra gran película que algún día tengo que comentar aquí, “Ciudad de Dios”.
*** Spoilers! ***
Ralph Fiennes interpreta en “El jardinero fiel” a Justin Quayle, un diplomático británico destinado en Kenya junto con su esposa, una activista muy interesada en la lucha social ante la opresión y pobreza que vive la población del país. La actriz Rachel Weisz es la encargada de asumir en la gran pantalla a Tessa, esta joven altruista y emprendedora que no se frena ante ninguna amenaza y decide llevar hasta el final sus investigaciones sobre la experimentación farmacéutica en África. En su camino encontrará la muerte, mientras su esposo no cejará en su empeño por descubrir los verdaderos motivos del asesinato encubierto de su mujer.
Pero en esa aventura, Quayle conocerá además la parte más oculta de Tessa, los proyectos y el mundo que ella no compartía con él para no involucrarlo y dañar su imagen política. Ante los ojos del jardinero aficionado surgen multitud de chantajes, intereses económicos y variados delitos auspiciados por los Gobiernos, no sólo de su país sino de gran parte del primer mundo, en detrimento de los indefensos pueblos africanos. La investigación llevará al funcionario a desconfiar de todo el mundo y a dejar de creer en su trabajo. Atados todos los cabos y comprendiendo por fin por qué y para qué vivió y murió Tessa, no deseará otra cosa más que reunirse por ella.
La historia no deja de ser la típica llamada de atención sobre acontecimientos que nos quedan demasiado distantes como para prestarles atención. Logra, en consecuencia, revolver un poco al espectador y que éste se posicione. Por otro lado, también consigue emocionar con la relación de Quayle y Tessa, una aventura amenazada por el fantasma de la infidelidad y que al final resulta ser más fuerte y pura de lo que cualquiera podría imaginar.
*** Fin de Spoilers!***
Para llegar a cumplir esos objetivos, evidentemente la película tiene que estar bien contada, que lo está, e incluir algún otro aderezo como una fotografía fantástica, un montaje correcto (aunque con un ligero abuso de flashbacks) y una música de lo más interesante, obra del español Alberto Iglesias. Ninguno de los actores se encuentran entre mis favoritos pero Fiennes casi llega a emocionar con su interpretación (en algún momento me hizo recordar al papel de “El paciente inglés”), algo loable en un actor con muy poca facilidad para cambiar de registro expresivo. Rachel Weisz ganó el Oscar a la Mejor Actriz Secundaria por su papel de Tessa, mientras que el resto del reparto cumple su cometido sin muchas pretensiones.
Personalmente no me gustan mucho las películas de denuncia social porque me parecen un tanto tramposas, pero “El jardinero fiel” se deja ver muy bien gracias a la historia de amor paralela y a los momentos de tensión. Es una producción interesante y entretenida que, por cierto, han traducido de un modo engañoso del original “The constant gardener”, ya que yo creo que en español el adjetivo “fiel” no tiene el significado que se le quiso dar a ese “constante” en el libro, más cercano a la persistencia que a la fidelidad. En todo caso, una buena película.
Buenas:
ResponderEliminarMe alegra ver una noticia sobre "The costant gardener", porque a mí también me sorprendió cuando la vi. No me esperaba ese argumento y en cierto modo crítica directa a las multinacionales farmacéuticas y países ¿desarrollados?
Al principio de la película en una conferencia de la ONU, Rachel Weisz ataca directamente el tipo de política e indiferencia que se está teniendo hacia África y los países pobres. Se ve como los asistentes van abandonando la sala y se queda sola. Algo muy típico en esta sociedad occidental cuando se protesta con algo.
Mientras la veía, recordaba polémicas pasadas donde Nestlè vendía (¿o tal vez daban?) a unos países pobres leche. La noticia en un principio pintaba muy bien, pero era una verdad a medias. Qué detalle por esta multinacional. Hasta que se descubrió que era leche en polvo,... y claro, ¿si no disponían de agua potable, de qué les servía?
Realmente esta película y muchas otras, incluso cortometrajes sirven de escusa o tortazo moral para darnos cuenta que un problema si no se produce cerca, se convierte en un pequeño problema, llegando a pasar tranquilamente desapercibido.
Creo que fue el diario El País quien hace poco sacó una colección bastante interesante y novedosa de DVDs con cortos de Bardem, Isabel Coixet, Fernando León, etc. sobre noticias que apenas tenían eco en los medios de comunicación. Algunas empresas de "Mass Media" se escusaban que no tenían espacio temporal para incluirlo en la programación diaria o mismo hacer un programa especial. Si para estes es más importante con quien se acuesta la simpática de turno o si un chulo le puso los cuernos,... si eso es lo que demanda la sociedad, no me lo creo. Mejor dicho sería, eso es lo que le damos a la sociedad para que no piense.
NimRi, yo no tengo una opinión tan radical sobre esos temas, sobre todo porque soy de las que piensa que cada uno debe hacer lo que le diga su inteligencia y su conciencia. Nadie puede obligar a otra persona a compadecerse de algo a través de un libro, una película o lo que sea; cada uno debe ser responsable de sus actos, opiniones y actuar en consecuencia. Hoy casi todos tenemos acceso a la misma información gracias a internet y, si no nos interesamos por determinados problemas es precisamente porque no nos interesan.
ResponderEliminarEs verdad que los medios se ocupan de poner en primera plana lo que quieren en cada momento, pero no comparto la opinión de que la sociedad sea tonta y se trague lo que le echen: se traga lo que le apetece tragarse, porque a nadie le obligan a ver un programa que no quiere ver o meter dinero en causas que no le afectan. Casi todo el mundo puede elegir en ese aspecto sobre lo que hacer o no hacer con sus intereses. Está claro que hay una parte de la población con cierta tendencia a seguir al rebaño que sólo hará, verá o escuchará lo que esté de moda o lo que hagan sus amigos, sin ideas propias, pero aún así es su elección y por suerte no todas las personas tienen las mismas inquietudes en la vida.
Sobre la película, desde mi punto de vista, algo que se criticaba en el film no me parece tan malo. Es el hecho de que las farmacéuticas envíen sus medicamentos caducados al tercer mundo. Está comprobado que hay cientos de productos pasados de fecha que se pueden consumir sin mayor problema días, meses e incluso años después de la fecha límite. Las farmacéuticas no dejan de ser empresas privadas que, aunque pueden por su posición colaborar con determinados proyectos, no tienen la obligación de hacerlo. Enviando esos medicamentos consiguen que lleguen a esas poblaciones con serios problemas de salud medicinas a las que de otro modo jamás tendrían acceso. Y si curan a quien lo necesita, qué mas da que haga un mes que "caducaron" para la venta oficial? Si lo envían es porque saben que se puede usar, creo yo. Otra cosa es que se les use como conejillos de indias, como se sugiere en la película, con medicamentos en fase de experimentación. Que sería mejor que enviaran partidas en perfecto estado y dejaran de embolsarse millones? Pues sí, pero las utopías suelen quedarse en eso.
Este tipo de películas están bien para conocer determinados problemas, como tú dices, que de otro modo no nos llamarían mucho la atención, pero precisamente digo que no me suelen gustar porque no me gusta que me mareen la conciencia :) Ya yo solita me encargo de tomar mis decisiones sin que nadie venga a medir la envergadura de los problemas, minimizando unos y maximizando otros.
Eso no quita que la película esté muy bien eh :)
saluditos!
Con las traducciones de los nombres para la cartelera española siempre pasan esas cosas desquiciantes y a la par indignantes xDD
ResponderEliminarEstupendo artículo, como siempre. Gracias. A mí no me emocionó mucho la película, pero más que nada porque fui al cine a verla cansadísima, no la elegí yo y no sabía con qué me iba a encontrar. Así que no soy buena crítica para el film. Es cierto que el argumento es bueno. El final me dio una lástima... ¡Es lo que tiene!
Salu2 maja.
Gracias Hannamary. El momento en el que ves una película siempre influye muchísimo, aunque no lo parezca. Yo hay muchas películas que vi estando cansada, o de mal humor, y con las que, efectivamente, después no soy muy justa, aunque no toda la culpa sea de la peli. A veces hay algunas que las reviso para ver si esa primera impresión tan mala se mantiene o se cae por su propio peso. Hay otras que, sin embargo, no me apetece nada volver a ver porque estoy convencida de que la mala impresión será de nuevo la misma XD
ResponderEliminarsaluditos