Como no se puede vivir sólo de panes, bizcochos y galletas (oooooh) hoy he querido publicar también una receta salada, de la que estoy segura que cada uno tiene su propia versión. Se trata de algo tan clásico y socorrido como unos spaghetti con salsa de tomate, el alimento básico de supervivencia para muchos inexpertos en la cocina.
Aunque ahora existen cientos de variedades comerciales de tomate (frito, triturado, tamizado, sofrito con cebolla, con aceite de oliva...) y muchas más de salsas preparadas, yo siempre que puedo opto por prepararla yo misma en casa, con lo que me evito grasas innecesarias. Además, le incluyo los ingredientes que me interesan y la trituro exactamente a mi gusto, así que todo son ventajas a la hora de preparar una salsa de tomate casera.
Mi receta personal incluye aceite de oliva, cebolla, ajo, tomate triturado, pimiento rojo y verde, zanahoria, sal, pimienta, orégano y albahaca seca. Podéis utilizar tomates frescos para elaborarla (muy maduros, quitándole las semillas), pero yo la hago siempre con las típicas latas de tomate triturado simple, que dan muy buen resultado. También se pueden elegir latas de tomate entero pelado o tomate troceado, que funcionan exactamente igual.
En una sartén pongo un chorrito de aceite de oliva y añado la cebolla picada, para que se vaya dorando. Posteriormente el ajo troceado, la zanahoria y los pimientos, salpimentándolo al gusto. Con esos ingredientes preparo un sofrito durante unos minutos, después incorporo el contenido de la lata de tomate triturado y medio vasito de agua (no pondremos el agua si queremos que la salsa nos quede más espesa). Por último se especia con el orégano y la albahaca al gusto y se deja cocer tapado durante unos quince o veinte minutos, a fuego bajo y revolviendo de vez en cuando para que no se pegue.
Tras ese tiempo el último paso sería retirar la sartén del fuego, volcar el contenido en un recipiente adecuado y pasarlo todo por la batidora. Esto también debe ser según las preferencias del consumidor, más o menos triturado según nuestro deseo de encontrarnos trocitos de hortalizas en la salsa o no. No es necesario pero se puede añadir también una cucharadita de azúcar para corregir la acidez del tomate, aunque esa labor ya la hace en esta salsa la zanahoria.
Yo suelo guardar la salsa en tuppers pequeños con raciones individuales y los congelo. Así tengo la salsa preparada para cualquier día que me apetezca pasta, con la cantidad justa para mi plato. También la utilizo para acompañar filetes de pescado blanco, patatas con guarnición e incluso pollo. En la foto los spaghetti eran integrales y la salsa estaba recién hecha. Me ha entrado hambre sólo de volver a verla :P
Es que hasta la salsa de tomate tiene su procedimiento. En mi caso tiro de bote para tan recurrente receta, eso sí, con su correspondiente queso rallado. Si por mí fuera comería pasta cada día.
ResponderEliminarSaludos
Me ha entrado hambre solo de leerla, tengo que intentarlo a ver que tal me sale.
ResponderEliminar¿Hambre solo? Esto ya es gula!! :P
ResponderEliminarAdemás es que la pasta en concreto me gusta toda y en todas las elaboraciones posibles. Y fria y caliente me da igual. Tengo un amigo que es incapaz de comerse una lasaña si no está caliente, en cambio yo friala encuentro deliciosa. Caliente también.
En fin, me encanta la pasta y hoy me has hecho babear
Te saluda...
GiovanniRa Diavolo
PD. Yo pro-trocitos
ResponderEliminarMenos mal que he cenado...
ResponderEliminarMe encanta la pasta...y así preparada con esa salsa,una delicia!!!
Qué rica! Un color y textura geniales. La salsa de tomate casera la verdad que no cuesta tanto hacerla y luego merece la pena, además se puede ir variando según gustos o lo que haya en la despensa. Muy buena idea esa de tener tuppers congelados de reserva :)
ResponderEliminarUn abrazo
Sese, a mí también me entusiasma la pasta, pero por mi problema de colesterol he de prescindir del queso rallado y de las salsas envasadas. Tú disfruta mientras puedas! jaja.
ResponderEliminarSr. Nocivo, pues es una receta muy facilita, así que anímate!
JuanRa, es como la tortilla, no? Que también entra de cualquier manera y con lo que sea :D
Katya me alegro de que te guste :)
Akane, es que al estar sola tengo siempre que guardar parte de lo que preparo si no quiero comer lo mismo durante tres días seguidos (que también me ha ocurrido, ciertamente XD), así que siempre que puedo congelo parte de lo que cocino, cuando el producto lo permite :)
saluditos
Lillu, soy un especialista en arroces y en pastas. Se agradece, de cualquier forma, tu sugerente receta. Seguramente algún día la haga paso a paso; tiene que estar buena; la pinta es estupenda. Un saludo. Ufff cada vez me gusta comer más, eso puede repercutir en coger más kilos, pero que me quiten lo bailao! Eso también es síntoma de tener buena salud. Hay que procurar ver las cosas buenas de la vida. Un saludo, Lillu.
ResponderEliminar¡Me encantan los espagueti! ¡Yo quiero! Ñam!
ResponderEliminarQue hambreeeeeee!!!!!!
ResponderEliminarY yo a dieta... Y me topo con esta maravilla.
Javi, a mí también me encanta comer, pero por suerte le he cogido gusto a lo de correr para evitar que todo lo que como se aposente en los lugares más insospechados de mi veterano cuerpo :P
ResponderEliminarMöbius, yo creo que no conozco a nadie a quien no le guste la pasta!! Y la otra pasta también, jaja.
Dante, bueno, dentro de las dietas un poco de pasta integral con salsa de tomate casera sería de lo menos malo, no? :D
saluditos!