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martes, 31 de mayo de 2011

El discurso del rey

Ni tanto ni tan poco. Cuando vi “El discurso del rey” no pensé que fuera la mejor película que concurría este año a los Oscar. Sí que me parecía que el trabajo actoral era magnífico (sobre todo el masculino, a cargo de Colin Firth y Geoffrey Rush), pero no me pareció ni de lejos una obra maestra. Muy correcta y bastante oscarizable, eso sí, pero también muy previsible y poco emocionante.

*** Spoilers! ***

El rey Jorge VI acaba de acceder al trono de Inglaterra tras la muerte de su padre y la escandalosa abdicación de su hermano mayor. Su familia es perfecta y es el candidato ideal para ejercer la soberanía, pero su tartamudez merma constantemente su seguridad en sí mismo. Ante la necesidad de hacer un importante discurso oficial a través de la radio, Jorge VI recurre a un logopeda para que le ayude a superar su problema, apoyado siempre por su amantísima esposa.

El terapeuta (Rush) es un hombre excéntrico que utiliza unos métodos un tanto diferentes a los habituales, poco ortodoxos pero eficaces. Ambos hombres desarrollan una gran confianza mutua, algo que supera la relación médico-paciente y se acerca a una incipiente amistad.

*** Fin de Spoilers! ***

Este drama histórico es realmente un relato intimista, la crónica de una superación personal. A este respecto es totalmente previsible y no ofrece ningún aliciente. La dirección artística y los decorados son absolutamente teatrales, sobrios y moderados, como requiere la temática del film. Todo en la película encaja finamente pero a mi entender está demasiado medido, no emociona. Ni siquiera la frustración del personaje principal ante sus contratiempos lingüísticos consiguió removerme un poco.

Dentro de ese conjunto de precisión fílmica, las interpretaciones son quizás lo mejor de la película. Colin Firth ganó un merecido Oscar encarnando al rey Jorge VI mientras que Rush se quedó con su nominación como secundario, premio que se llevó Christian Bale por “The fighter”. La parte femenina está representada por Helena Bonham Carter, que fue muy elogiada también por su interpretación de la futura reina Elizabeth y consiguió igualmente su nominación como actriz secundaria. “El discurso del rey (The king's speech)" se llevó también el Oscar al mejor guión original (la historia está basada en hechos reales) y dos de los premios gordos de la Academia de Hollywood, el de mejor película y el de mejor director para Tom Hooper. Se trata de un realizador muy británico con una corta experiencia en cine que se limita a la biografía deportiva “Damned United”, de 2009.

Pues lo dicho, ni tanto ni tan poco. Una película interesante y correcta pero nada espectacular que vaya a pervivir en mi memoria.

Puntuación: 7 sobre 10.

viernes, 27 de mayo de 2011

El cebo

La bibliografía de José Carlos Somoza continúa sin defraudarme. Vale que ninguno de sus libros ha vuelto a fascinarme tanto como “ZigZag”, pero no sé cómo lo hace que siempre consigue engancharme. En el caso de “El cebo”, a primera vista la novela parece que no va a dar mucho de sí: de nuevo un argumento entre la realidad actual y un hipotético futuro, unos avances tecnológicos dentro de lo razonable y unos personajes bastante arquetípicos.

Sin embargo, a las pocas páginas de haberlo empezado ya me tenía subyugada. Es maravillosa esa sensación de tener ganas de leer, de nervios por saber qué pasará en los próximos capítulos, de intriga acerca de la trama. Y Somoza siempre me ofrece todo eso con creces.

*** Spoilers! ***

Nos situamos en un futuro cercano. Madrid ha vivido un grave ataque terrorista y muchas cosas han cambiado en el terreno de la delincuencia. La Policía cuenta ahora con cebos humanos que se dedican a estudiar cada movimiento de sus presas y a captar su atención hasta destruirlas. Para ello utilizan un nuevo código de comportamiento descubierto por un visionario, el Dr. Gens, que consiste en aplicar una máscara teatral a cada tipo de persona según sus debilidades innatas. Con sus actuaciones, basadas en distintas obras de Shakespeare (homenaje similar al que ya hiciera en “La llave del abismo” a Lovecraft), los cebos consiguen el placer de su oponente dándole lo que más desea. Los delincuentes bajan así la guardia, cometen errores cruciales y, en última instancia, pueden llegar incluso a morir de puro placer.

Diana Blanco es la mejor cebo del país, una joven entrenada desde la adolescencia para perseguir asesinos y doblegarlos. Experta en máscaras, está inmersa en la captura del más peligroso psicópata con el que se han enfrentado, apodado el Espectador, un cruel asesino en serie que además disfruta destruyendo cebos. Diana tendrá que dar lo mejor de sí misma para luchar contra el asesino, contra sus propios fantasmas del pasado y contra las envidias de sus propias compañeras de trabajo.

*** Fin de Spoilers! ***

El libro está escrito, como es habitual en Somoza, con gran agilidad literaria. El autor hace además un perfecto uso de recursos comunes como la cursiva para enfatizar o los capítulos cortos, algo que le sigo agradeciendo sobremanera. Mantiene la tensión en todo momento y abona perfectamente nuestro cerebro para que podamos crear el ambiente ideal para la historia. Es un thriller literario pero con esa visión cinematográfica que nos facilita muchísimo hacernos una composición de lugar e imaginar sin dificultad a cada uno de los personajes.

No es una obra redonda porque tiene momentos previsibles y algunos trucos que Somoza ya utilizó en algún trabajo anterior para mantener la atención forzada del lector, pero aún así es una novela diferente y muy entretenida. Por si sois aficionados a ver los trailers que ahora elaboran las editoriales de algunos de sus libros, aquí os dejo el enlace al de “El cebo”.

Puntuación: 7 sobre 10.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Bob Dylan

Estaba en el instituto cuando me tocó compartir pupitre con Ángel, un compañero de clase que venía de una larga convalecencia debido a un accidente de moto. Tenía la pierna llena de hierros y tornillos para sujetar el hueso y aprovechaba la circunstancia para saltarse clases poniendo como excusa sus avatares médicos. Había repetido curso más de una vez y era el chico con más aspecto de adulto de la clase, obviamente. Yo, con mis 15 años recién cumplidos y mi vergüenza adolescente, estaba acojonada por su presencia.

Lo primero que me dijo nada más sentarse a mi lado fue: "Sabes quién es Robert Zimmerman?". Ante mi negativa comenzó a ilustrarme. Se trataba de Bob Dylan, uno de los compositores estadounidenses más destacados del folk-rock y la canción protesta desde los años sesenta. Ángel me habló de las canciones de Dylan, escribiéndome fragmentos de las letras en la mesa, del significado de aquellos temas para la juventud de su país y del mundo entero, de su actitud ante la vida. Todo ello ignorando a los profesores que, mientras tanto, explicaban sus materias en el aula.

Nos llamaban la atención día sí, día también, a pesar de que yo no abría la boca y me limitaba a asentir a las disertaciones dylanianas de mi emocionado compañero.
Me sentía terriblemente avergonzada por ello, aunque era incapaz de pedirle a Ángel que se callara. Tampoco me hacía caso cuando se lo decía, la verdad :D En el fondo era algo emocionante y novedoso que un chico se dirigiera a mí para algo más que para pedirme apuntes.

Ahora Bob Dylan está de moda. Ayer cumplió 70 años y varias películas y documentales sobre su vida han vuelto a hacer sonar sus canciones en todas partes. Aunque realmente nunca han dejado de sonar; Dylan ha sido una fuente inagotable de poesía musical e inspiración para el cine y la literatura.

De su prolífica carrera, de la que no soy en absoluto conocedora más allá de cuatro o cinco canciones, he escogido para que suene esta semana en el blog "Blowin' in the wind", un tema de 1963 que se convirtió en todo un himno antibelicista y por la libertad. Con el tiempo varias iglesias, entre ellas la católica, la adaptaron también a sus cánticos religiosos, por lo que la canción se hizo mudialmente conocida. Por supuesto también tiene multitud de covers a manos de artistas tan destacados como Dolly Parton, Neil Young, Bruce Springsteen, Joan Baez o Stevie Wonder.

Esta semana dejemos todas esas respuestas flotando en el aire con el "Blowin' in the wind" de Bob Dylan.



Aquí en enlace de la canción en Spotify.

sábado, 21 de mayo de 2011

Día Internacional de los Museos (y III)

Una compañera de trabajo me habló de "Black Friday", la exposición de Martín & Sicilia que se inauguró hace unas semanas en el TEA Tenerife Espacio de las Artes. Aprovechando el Día Internacional de los Museos quise también ver esta muestra, que me pareció originalísima y bastante impresionante por las grandes dimensiones de sus piezas.

Los tinerfeños José Arturo Martín y Javier Sicilia realizaron su primer trabajo juntos en 1995 y desde entonces han estado presentes en algunos de los eventos artísticos más importantes del mundo, como ARCO, la Bienal de La Habana, el Art Chicago o el Art Forum de Berlín, ciudad en la que residen parte del tiempo. Los dos artistas prepararon para el TEA seis instalaciones de acrílico sobre madera recortada además de una obra en carboncillo con tela.

Con este montaje pretenden hacer una reflexión sobre la pintura, apartándola de los convencionalismos y aplicándola aquí a otro tipo de creación. La visión de las instalaciones en perspectiva es fundamental para que la obra tenga sentido, convirtiendo las composiciones bidimensionales en una experiencia única para el espectador. A pesar de los problemas de espacio de alguna de las habitaciones donde están situadas y la falta de señalización del acceso a la última sala, cuya entrada está situada detrás de la instalación anterior (yo me la salté y luego tuve que volver hacia atrás para verla XD), Martín & Sicilia consiguen su objetivo de impresionar con su gigantesca puesta en escena.


"Black Friday" (en alusión al "viernes negro" estadounidense en que se inicia la temporada de compras navideñas, justo después del Día de Acción de Gracias) está llena de referencias al consumismo, la pérdida de identidad y otros conceptos de la vida moderna, que nos hacen vivir en continua crisis. Todas las instalaciones crean cierto clima de confusión, de apresuramiento en sus personajes, casi todo figuras masculinas en las que los propios artistas han sido los modelos. Estos hombres se sienten amenazados por algo externo que está fuera del montaje pero que podemos intuir perfectamente, trasladándonos ese miedo irracional hacia lo desconocido.

La exposición tiene como gran punto a favor su originalidad, además de ser el mayor proyecto que Martín & Sicilia han realizado hasta la fecha. Estará abierta al público en la Sala C del TEA de Santa Cruz de Tenerife hasta el próximo mes de septiembre.

viernes, 20 de mayo de 2011

Día Internacional de los Museos (II)

La segunda exposición que visité en el Día Internacional de los Museos en el TEA de Tenerife fue la titulada "Era así, no era así", a cargo del artista canario Juan Gopar. Se trata de una muestra que me ha gustado muchísimo, en la que cobran gran importancia dos conceptos: el mar y el color.

Desdendiente de marinos, Gopar ha dedicado gran parte de su obra a la recreación de pequeñas casetas de pescadores, a imagen y semejanza de las que están diseminadas por las playas de su niñez en la isla de Lanzarote. Estas maquetas, elaboradas durante años con madera, tela, yeso, plástico y otros materiales en esencia reciclables, concentran gran parte del interés de la muestra.

Combinando diferentes técnicas, pintura, escultura y arquitectura, el autor ha creado unos espacios muy personales que evocan los restos de un naufragio, tanto marítimo como existencial. Para ello ha utilizado todo tipo de materiales procedentes del mar como redes, cabos, aparejos, rocas, cajas de madera, arena y un sinfín de objetos que el espectador puede interpretar a voluntad. Además, podemos contemplar varios habitáculos cargados de simbolismos y metáforas, en constante cambio debido a su carácter provisional.

Me sorprendió gratamente que en una de las salas es el propio visitante el que interactúa con la composición, pudiendo cambiar de lugar algunas de las piezas que el artista dispone sobre una enorme mesa central. El objetivo de esta licencia es que cada espectador encuentre una visión diferente del arte contenido en aquel espacio. Yo moví una maqueta de madera hacia una de las baldas de la pared, sintiéndome feliz de poder dejar mi huella en la composición de la obra.

A pesar de su intención de mostrar ese metafórico naufragio personal, la exposición en sí me ha transmitido una sensación de amplitud y serenidad, sobre todo por la mezcla que Juan Gopar hace del blanco con otros colores brillantes. Si se pudiera escuchar algo durante la visita sin duda sería el sonido del mar a lo lejos, de las olas batiendo contra la arena de la playa.

"Era así, no era así" es una curiosa muestra que se mantendrá en la Sala B del TEA de Santa Cruz de Tenerife hasta el próximo 26 de junio.

*** Todas las fotos están extraídas de la web de Juan Gopar y del TEA, salvo la última que la encontré en ArteContexto.

jueves, 19 de mayo de 2011

Día Internacional de los Museos (I)

Ayer miércoles, 18 de mayo, se celebró el Día Internacional de los Museos. En varios museos de toda España se programaron actos especiales para conmemorar este día y la mayoría de los centros de exposiciones abrieron sus puertas de forma gratuita.

Aprovechando esta circunstancia me acerqué al TEA Tenerife Espacio de las Artes para visitar su interesante oferta cultural. Tuve la ocasión de ver en total cinco exposiciones, de las que me apetece destacar tres de ellas. La primera, por su extensión e importancia, es la dedicada al pintor Óscar Domínguez, bajo el título Óscar Domínguez: Una existencia de papel.

No soy demasiado conocedora del surrealismo y la figura de Domínguez era para mí prácticamente desconocida, a pesar de ser uno de los artistas canarios de más renombre a nivel internacional. La exposición nos acerca cientos de dibujos, documentos, fotografías y objetos personales del pintor, procedentes del fondo documental del TEA, de otros museos y de colecciones privadas.

En muchas de estas piezas se pueden observar los motivos recurrentes que caracterizan la obra de Oscar Domínguez: abrelatas, dragos, pianos de cola, gatos, toros, relojes de sol… Además, se detalla su estrecha relación personal y profesional con otros contemporáneos como André Bretón o Salvador Dalí, integrados en el movimiento surrealista de los años treinta, a través de varias cartas manuscritas.

A pesar de que muchos de sus dibujos no me transmiten nada, sí que pude contemplar algunas obras suyas que me llamaron más la atención, como algún óleo o escultura. Además en la exposición había interesantes fotografías de Domínguez junto con otros grandes pintores y escritores del grupo surrealista La main à plume, que trabajaban en conjunto para publicar revistas de corte revolucionario en la clandestinidad.

La exposición se divide en varias salas, según la época o la naturaleza de los trabajos. Así, encontramos ilustraciones realizadas por Domínguez a principios de los años treinta para varias revistas y libros; sus famosas decalcomanías; su amistad con Picasso, que propició un alejamiento del movimiento surrealista y que inclinó su arte hacia el expresionismo y el cubismo; e incluso una sala dedicada a la serie de dibujos pornográficos que el autor realizó para acompañar a un texto de André Thirion bajo el título "Le grand ordinaire".

Se trata sin duda de una exposición de gran valor que merece la pena visitar. Estará abierta al público en la Sala A del TEA hasta el mes de octubre.


miércoles, 18 de mayo de 2011

Buffalo Springfield

*** Esta entrada se publicó el miércoles pasado pero desapareció por los problemas de Blogger. Parte de ella se guardó en borradores, pero como estaba incompleta no sé exactamente cómo terminaba, así que la publico tal y como estaba y sólo añadiré alguna corrección.

No abandonamos los sesenta en Lillusion, musicalmente hablando. Esta semana le toca el turno a Buffalo Springfield, un grupo de efímera carrera (apenas un par de años) que se formó en 1966 con la particularidad de tener en sus filas a algunos miembros que se convertirían en grandes artistas. Hablamos por ejemplo de Neil Young o Stephen Stills, que posteriormente fundaría la banda Crosby, Stills & Nash.

Aunque sólo editaron tres álbumes de estudio, Buffalo Springfield está considerada como una banda de importante influencia en la música de los siguientes años. Su estilo folk-rock, con aires reivindicativos, era la base de una fuerte lucha de egos entre sus componentes, todos compositores de gran talento, lo que finalmente precipitó la disolución del grupo.

El tema "For what it's worth", publicado en 1967, es su canción más conocida. La había compuesto Stephen Stills tras presenciar unas revueltas por el cierre de un club en Sunset Strip, corazón de la vida nocturna de Hollywood. La canción se convirtió en todo un símbolo del descontento de la juventud estadounidense de aquella época, sobre todo para los que se posicionaban en contra de la Guerra de Vietnam. Varias películas como "El señor de la guerra" (cinta más que recomendable) o "Forrest Gump" la utilizaron en su banda sonora.

A pesar de su corta trayectoria, Buffalo Springfield consiguió destacar algunos otros sencillos como "Bluebird" o "Expecting to fly", aunque pasarán a la historia por ese "For what it's worth" que además está considerada una de las cien mejores canciones de todos los tiempos según la revista Rolling Stone.

Merece la pena volver a escuchar esta semana el "For what it's worth" de Buffalo Springfield.



Y aquí el enlace de la canción en Spotify.

domingo, 15 de mayo de 2011

Blogger Tragaldabas

Parece que Blogger se ha tragado definitivamente mi entrada del miércoles pasado con la música de Buffalo Springfield, junto con algunos comentarios. Entendería más que se la hubiera comido si estuviera dedicada a Lady Gaga, pero bueno. Qué le vamos a hacer; más se perdió en la guerra XD

Como no sé si guardé el post en borradores o en algún documento antes de publicarlo, intentaré rehacerlo y publicarlo de nuevo el próximo miércoles, para que nadie se quede sin escuchar ese maravilloso tema sesentero que quería compartir con todos vosotros.


Mientras tanto, una foto mía, más que nada por si Blogger se sigue comiendo cosas...

domingo, 8 de mayo de 2011

The fighter

Vi “The fighter” antes de la entrega de los Oscar y pensé que algo extrañísimo tendría que suceder para que Christian Bale no se llevara el premio como mejor actor secundario. Es cierto que yo también tengo debilidad por él; el actor tiene mi edad y siento que ha crecido conmigo desde que lo descubrí en “El imperio del sol” a finales de los ochenta. A partir de entonces he seguido su carrera y sus interpretaciones me han cautivado.

Esta película en general me ha gustado mucho. Puede que sin Bale no tuviera tantos alicientes, pero también es verdad que su protagonista principal es el segundo cara-palo más conocido del panorama cinematográfico actual, Mark Wahlberg (el primero es Keanu Reeves como todo el mundo sabe) y aún así no consigue hacernos perder el interés. Por descontado, las protagonistas femeninas Melissa Leo (que también se llevó el Oscar como mejor secundaria) y Amy Adams (que estaba nominada en el mismo apartado) están fantásticas.

*** Spoilers! ***

“The fighter” narra la historia real de dos hermanos boxeadores de un pequeño pueblo de Massachusetts, en los años ochenta. El mayor, Dicky Eklund (Bale) fue en su momento un gran boxeador, orgullo de toda la ciudad tras haber vencido por K.O. a la leyenda Sugar Ray Leonard en un combate. Pero el tiempo ha hecho estragos en su carrera y ahora está inmerso en una espiral decadente de drogas y delincuencia. Un equipo de TV lo sigue para retratar en un documental el devastador efecto del crack en viejas glorias como Dicky que, ajeno a la realidad de su situación, se aferra a los recuerdos de tiempos mejores.

Mientras, el hermano menor, Micky Ward (Wahlberg), intenta mantener a flote el espíritu de lucha de la familia, pero las victorias no le acompañan y tampoco acierta a ver claro su futuro. Entrenado por su inestable hermano y con la presión manipuladora de su madre, Micky decide por fin tomar las riendas de su vida apoyado por su novia, tras un combate nefasto en el que toca fondo tanto a nivel deportivo como humano.

*** Fin de Spoilers! ***

Rodada con un estilo costumbrista muy adecuado, la película nos acerca a las miserias de esta peculiar familia, que vive de los éxitos de sus dos vástagos varones. A pesar de algunos momentos un tanto excesivos, cercanos al esperpento, “The fighter” mantiene un buen tono de debate realista entre la nostalgia de un pasado glorioso y un futuro esperanzador. Abundan los pasajes amargos, sobre todo viendo en qué se ha convertido el gran Dicky Eklund y la venda que su familia mantiene ante los ojos para conservar la gallina de los huevos de oro, mezclando la dependencia emocional a la que están sometidos todos los miembros del clan con la ambición económica. Se plantea la pregunta de si es posible romper con todo eso y volver a empezar sin lastre, si podemos alejarnos de ese círculo vicioso familiar sin sentirnos culpables o la sangre tira más que la razón. La relación de la madre con ambos hijos está trabajada en ese sentido de una manera excepcional, imprescindible para poder entender el proceder de cada uno de ellos.

El tema del boxeo es casi accesorio, pudiéndose haber dedicado los protagonistas a cualquier otro deporte. Lo importante aquí son los sentimientos, el espíritu de lucha, lo efímero del éxito y la eternidad del fracaso, la decadencia, el momento en que las ilusiones se evaporan y dan paso a la apatía. Es cierto que la película tiene ciertos puntos en común con “El luchador (The wrestler)”, aunque el tono dramático del film es un tanto diferente. De hecho, en un principio “The fighter” iba a ser dirigida por Darren Aronofsky, que abandonó el proyecto para rodar “Cisne negro”. Creo que fue acertada la decisión de que fuera otro el realizador, en este caso David O. Russell, para poder mostrar una visión distinta a la que nos podía haber ofrecido Aronofsky de un tema tan similar al de su anterior trabajo.

Maravilloso Christian Bale y maravillosa su confección del personaje de Eklund. La interpretación es muy, muy cercana a la realidad tanto en expresiones como en actitud, por lo que se puede ver en unas imágenes del boxeador real en que se basa la historia incluidas en los créditos finales del film. La película ya merece la pena sólo por su actuación, pero además es muy entretenida.

Puntuación: 8 sobre 10.

viernes, 6 de mayo de 2011

Bavarois de fresas

El blog Albahaca y Canela es una mala influencia para mí. En el buen sentido, claro :D Akane publica unas recetas tan vistosas y sobre todo tan factibles para adaptar a mi dieta contra la hipercolesterolemia que no puedo evitar ponerme a cocinar cada vez que la visito.

El caso es que hace unos días, siguiendo un evento de los habituales en los blogs gastronómicos, publicó un bavarois de vainilla que me hizo pensar que yo nunca había probado a hacer ese postre. Además quería aprovechar unas cuantas fresas que tenía por la nevera, que ya estaban bastante pasadas y lo del bavarois parecía una buena opción. Y como en esto del bavarois lo más complicado parecía el nombre, ni corta ni perezosa me puse manos a la obra.

Tuve que hacer unas cuantas modificaciones a la receta original. En primer lugar, reduje las cantidades a la mitad, ya que no quería comer bavarois durante las siguientes dos semanas. Además eliminé el huevo y utilicé gelatina neutra en vez de agar-agar, un alga que tiene la misma función pero que nunca he usado. Aunque no soy fan de la leche de soja, su utilización en esta receta me parecía adecuada, así como el queso fresco batido en lugar de la nata habitual en este tipo de postres.

Finalmente, mis ingredientes fueron: 400 ml. de leche de soja, 75 gr. de azúcar blanco, media cucharadita de azúcar avainillado, unos 100 gr. de fresas, un sobre de gelatina neutra en polvo (10 gr.) y unos 200 gr. de queso fresco desnatado. Creo que mi preparación no fue demasiado ortodoxa, así que os remito al blog de Akane para ver con detalle cada paso. Yo puse al fuego en un cazo la leche junto con las fresas troceadas y el azúcar, removiendo y sin dejarlo hervir. Aparte, en un bol hidraté la gelatina con una tacita de agua, como figura en las instrucciones del envase.

Cuando la mezcla de leche y fresas estuvo lista le pasé la batidora, aunque mucha gente prefiere eliminar las semillas de las fresas triturándolas a mano y pasándolas por un chino. Yo es que soy un poco bruta XD Añadí todo a la gelatina y removí un poco, para incorporar por último el queso fresco previamente batido. Una vez bien mezclado todo con la batidora de varillas (ya tengo, por fin!) lo vertí en el molde y lo dejé enfriar en la nevera. Yo lo tuve toda la noche, pero como mínimo debe dejarse 3 horas antes de desmoldar.

Hora del desmolde, bien. Bueno, bien no, mal! Parte del bavarois se me escurrió y se partió, así que la foto no puede ser del postre completo. Eso sí, estaba tan rico que no quería dejar de publicarlo y sugerir a los incautos que se atrevan a probar la receta que tengan cuidado al desmoldarlo y que para esto los moldes de silicona son el demonio XD

miércoles, 4 de mayo de 2011

Grateful Dead

The Grateful Dead fue un grupo de barbudos y melenudos (como bien se puede observar en la imagen) que tuvieron bastante éxito en las décadas de los sesenta y setenta. Tocaban un estilo folk-rock y eran muy conocidos por sus improvisaciones en directo (jam), lo que hacía de sus conciertos experiencias únicas para sus fans.

Como muchos grupos de la época, esta banda californiana también se vio influenciada por el uso de las drogas alucinógenas, sobre todo el LSD, tan de moda en aquellos años. Ese abuso dio como fruto la composición de canciones relacionadas con las experiencias personales de sus miembros, con sonidos psicodélicos característicos del estilo dead.

Pero por otro lado, propició que la salud de varios componentes se resintiera y en 1995 Grateful Dead perdió a su líder indiscutible, el guitarrista y vocalista Jerry Garcia, tras un largo idilio con la heroína y los malos hábitos. La banda decidió entonces disolverse y ya sólo volvieron años más tarde para actuaciones puntuales, bajo el nombre de The Dead.


La canción "Box of rain", quizás una de las más conocidas, fue compuesta e interpretada por el bajista Phil Lesh, en colaboración con Robert Hunter. Lesh le dedicó el tema a su padre, que en aquel momento estaba hospitalizado debido a un cáncer. Casualmente, también fue el último tema que tocó Jerry Garcia con el grupo antes de morir en 1995. La canción se editó en 1970 dentro del disco "American Beauty", uno de los doce trabajos en estudio de Grateful Dead. Duplican sin embargo sus grabaciones en directo, muchas recuperadas de archivos de seguidores que querían guardar como recuerdo las improvisaciones acústicas que la banda realizaba en los conciertos.

Aunque los conozco desde hace relativamente poco tiempo, he escuchado bastantes temas suyos a través del bendito Spotify y aparte de "Box of rain" también me gustan mucho algunas otras canciones como "Sugar Magnolia", "Ripple", "I need a miracle" o "Feel like a stranger", con un sonido ya más ochentero que les valió la conquista de un nuevo tipo de público.

Esta semana tomemos pues esta cajita de lluvia que nos ofrecen los Grateful Dead: "Box of rain".



Aquí también el enlace a la canción en Spotify.

martes, 3 de mayo de 2011

Un zoo en invierno

Jiro Taniguchi echa la vista atrás en su propia vida y compone “Un zoo en invierno”, una novela autobiográfica que repasa los primeros años del autor nipón como dibujante de manga. Es curioso que esa técnica de narración autobiográfica es muy común en los artistas del cómic, como ya pude comprobar hace algunas semanas en la obra de Will Eisner “Viaje al corazón de la tormenta”.

En ambos casos además se reflejan los inicios de los autores en el arte del dibujo.


En este cómic Taniguchi habla precisamente de eso, de sus aspiraciones como mangaka y sus primeros trabajos como aprendiz. Muestra especialmente su relación con aquellas personas que lo rodearon en esos pasos iniciales, titubeantes e inexpertos: su familia, descreída de su pasión por dibujar cómics; sus compañeros y amigos, que le dan a conocer la vida bohemia y nocturna de Tokio; y sus primeras experiencias amorosas, aquellas chicas que le inspiraron para su obra.

Con un tono muy nostálgico, Taniguchi esboza un retrato maravilloso de la juventud y de ese despertar a la vida que sólo los japoneses son capaces de llevar a cabo con tanta parsimonia y a la vez con tanta pasión. Aunque nunca dice abiertamente que se trata de él mismo, el prestigioso mangaka se ve reflejado inconfundiblemente en sus viñetas, con ese toque intimista que le caracteriza.

Es un cómic que se lee con verdadera delicia, muy expresivo. En él aparecen múltiples referencias a la sociedad nipona y sus peculiaridades, sobre todo los incuestionables valores familiares. El libro cuenta además con grandes dosis de reflexión personal, invitando también a los lectores a autoanalizarse y rememorar aquellos tiempos pasados en los que, entre miedos, dudas e inseguridades, dábamos pequeños bocados al mundo que se abría ante nosotros.

Pasadas las intensas horas de ajetreo reinaba una melancolía de muda de insecto abandonada.

Puntuación: 8 sobre 10.