Más pueblos de España

Nos acercamos hoy de nuevo a esa geografía española que tantas curiosidades esconde. Con todo el cariño, como siempre, para sus moradores, me gustaría destacar hoy algunos otros pueblos cuyo nombre los hace, cuando menos, diferentes.

Al norte de la provincia de Huesca, ya rozando el Pirineo, se encuentra Bescós de Garcipollera, un lugar que pertenece al municipio de Jaca y que no se distingue precisamente por su alta población (más bien parece un pueblo fantasma; su último censo señalaba 7 habitantes). De su nombre podemos deducir que allí había una criadora de pollos (Pollera de García o similar) o que la mujer de García llevaba una pollera o falda conocida por todos en la región. Si algún lugareño tiene una explicación más exacta (o menos imaginativa, jeje) que no dude en compartirla con nosotros. Por cierto, el Valle de la Garcipollera es un entorno natural protegido, que conste, como la falda de la García.

No lejos de allí se encuentra otro pueblo que merece también unas palabras: Bellestar del Flumen (no he podido evitar pensar en el condensador de fluzo al leer la denominación…). Allí hay unos restos de edificaciones romanas y múltiples actividades de ocio como senderismo o parapente y, evidentemente, el Flumen es un río local. Incluso se alquila una casa rural en esta comarca (denominada Hoya de Huesca) por uno de los 36 habitantes del pueblo, la Casa Buil, una buena opción para disfrutar del aire libre en un pueblo del que jamás olvidaréis su nombre.

Cambiando un poco de dirección, nos acercamos hasta un punto de la provincia de Albacete con un nombre de lo más sugerente: Baños de Fuente Podrida. Y tanto les gustó que han montado un balneario que lleva la misma denominación y en el que se ofrecen distintas terapias con aguas minero-medicinales (y malolientes). Desde aquí confirmar que todas las aguas termales huelen así de mal, por desgracia y a pesar de sus virtudes, y que deducimos que por eso el pueblo llevará ese ajustado nombre del que están bien orgullosos.

Para terminar este pequeño recorrido, nos detenemos también en un pueblo de apenas 30 habitantes que perfectamente podría estar en Sierra Leona en vez de en Burgos, ya que se llama Ungo. Sin referirme a ningún chiste sobre lenguaje africano (cada uno que recuerde el que prefiera), lo más significativo del lugar ni siquiera es el nombre, sino su gentilicio: mosquitos. Lo más curioso es que parece ser que todos los núcleos de población del Valle de Mena tienen gentilicios de similar factura, con lo que encontramos por ejemplo que a los residentes en Nava se les llama navajeros, a los de Vivanco cangrejos y a los de Opio (vaya nombrecito también) se les denomina chochos. Juro que no me invento nada, lo encontré aquí.

Lo que yo decía, nuestra geografía es una caja de sorpresas.

• Foto 1: Bescós de Garcipollera (Huesca)
• Foto 2: Nava de Mena, Valle de Mena (Burgos)