Llevaba muchos meses sin visitar mi tierra y a mi familia. Ahora por fin la morriña se ha ido y he vuelto con energías renovadas para mantener la distancia de nuevo durante un tiempo. Me traigo para mi segundo hogar las luces navideñas de las calles y el calor personal que me transmite el frío compostelano. No pude hacer tantas cosas como quería ni ver a tantas personas como deseaba, pero concentré mis esfuerzos en mi familia, que este año me necesitaba más que nunca. Espero que el año que viene nos depare momentos menos duros y nos permita disfrutar de la vida sin contratiempos. Por lo demás, he sentido de nuevo el espíritu de lo conocido y lo cercano. El pasado vuelve y los recuerdos se agolpan en la mente intentando arañar su parcela de atención. Sé que esto sólo lo pueden entender los que alguna vez dejaron atrás todo lo que conocían para emprender un camino nuevo y distinto. Todo cambia pero todo permanece, ciertamente, y la sensación no deja de ser agridulce. Me gustaría estar allí por muchas razones pero sé que debo estar aquí por otras tantas. No se puede tener todo lo que se quiere y la pelea interior no tiene sentido :)
Pilas recargadas pues, ganas de hacer un montón de cosas, alma compostelana revitalizada y contador de la morriña a cero de nuevo. Si es que no doy hecho :P
Buenos días
ResponderEliminarMe alegro de que hayas tenido un buen viaje.
La verdad es que nunca he sufrido un alejamiento de mis seres queridos tan radical como el tuyo. Recuerdo algo parecido, pero mucho menos intenso, el primer año que pasé en Granada. Ahora, no sería similar, porque aunque sólo han pasado 16 años, han cambiado muchas cosas, tanto externas como internas. Ahora, ir a Granada, como tengo carné de conducir y las carreteras han mejorado, apenas me supone una hora y tres cuartos. Antes, llegaban a ser cuatro horas de viaje.
Sí estuve a punto, y lo pensé hasta hace relativamente poco, de cambiar de país. La situación de la ciencia en España da pena, y era consciente de que si quería trabajar en eso, tendría que ser fuera. Pensé en Alemania o Estados Unidos; de hecho, me puse a aprender algo de alemán. Pero no quería marcharme... entré de "meritorio" en un departamento de física, intento acabar la tesis, fundamos la empresa... y me quedé.
El caso es que me alegro de que hayas pasado unas buenas Navidades, y espero que te comas las 12 uvas :-).
Un saludo.
Juan.
Juan, yo siempre digo que la distancia lo cambia todo, para bien y para mal. Hasta que me fui de mi casa y mi entorno no valoré muchas cosas que tenía, aunque también descubrí otras nuevas que me hicieron abrir la mente y crecer como persona.
ResponderEliminarEl hecho de estar a tanta distancia y con la obligación de coger un avión para desplazarte lo complica todo un poco más, pero supongo que la sensación de "necesidad" de tu familia la puedes sentir incluso aunque estés a una hora de coche :) Todo depende del momento y las circunstancias. Yo jamás lo había sentido hasta que me vine a vivir aquí, y eso que ya llevaba dos años en A Coruña, a una horita de mi gente y nunca fui demsadiado "familiar" ni apegada, aunque parezca mentira :D.
A pesar de todo, a veces es bueno marcharse. Hay oportunidades que no se deben rechazar porque igual no vuelven, aunque tomar la decisión cuesta muchísimo. En todo caso, casi siempre existe la opción de volver.
Espero que tú también estés pasando unos felices días y que empieces el año de la mejor manera posible :)
Un beso
Hola,
ResponderEliminarpor aquí ya te echamos de menos, y empezamos el año contando los meses que faltan para tu próxima visita, a pesar de los malos momentos. Los roscos de vino no saben igual si no estás aquí.
Pero no me pondré melancólica y espero que en verano nos veamos de nuevo.
Un besito de una rana muy especial y de un "nuevo miembro" del clan?.
Ranita wapa :D Espero poder volver pronto y echar otro trivial con el rano consorte XD
ResponderEliminarBezitos, os quiero.