El pasado viernes terminé por fin uno de los puzzles que más me ha costado de los últimos años. Estuvo parado durante meses encima de la mesa porque era incapaz de avanzar más allá del borde, hasta que un día me puse manos a la obra y el trabajo transcurrió mucho más rápido de lo esperado. En tiempo efectivo me habrá llevado como un mes.Este puzzle de 1.000 piezas de Clementoni (casi todos los que tengo son de esta marca) me lo regaló mi cuñada Irene en las Navidades pasadas. Pensé que le caía mal o algo, vista la complicación del puzzle en cuestión... Incluso cuando ella vino un día por casa e intentamos montar alguna parte colocamos la friolera de… dos piezas!! Eso sí, en medio de la nada, flotando en su sitio aproximado XD
El caso es que en los últimos días, tras rellenar las partes de la foto más fáciles a priori (el agua y la zona de arriba, los ventanales verdes del enorme edificio de la esquina inferior izquierda…) me lancé de lleno a la maraña de ventanitas luminosas de esta imagen nocturna de la ciudad de Nueva York. Se trata del primer puzzle jigsaw fluorescente que hago, aunque en las fotografías que pongo no sé si se aprecia bien esa característica, ya que las fotos están tomadas de día.
Por supuesto, al final me enganché un montón con el puzzle y ahora tengo síndrome de abstinencia porque me levanto y no tengo piecitas que colocar :/ Estoy en la fase de “tengo que deshacerlo pero me da pena”, porque para mí un puzzle no se puede guardar montado. Quizás lo mantenga hasta que necesite la mesa para otro :D





Estas pasadas vacaciones le dediqué algunas horas y subí mi personaje a nivel 30, de un máximo de 90 posibles. La experiencia se gana de forma muy lenta y las quests son francamente interminables y bastante aburridas, del estilo de “mata 600 Earth Ghosts”. Lo bueno es que ofrece opciones de mejorar objetos a través de un complejo sistema de alquimia, combinando distintos materiales y personalizando las características de nuestras armas y armaduras. También hay la posibilidad de abrir una tienda para vender los objetos directamente a los jugadores y un sistema de supermercado a distancia. Como en casi todos los juegos gratuitos actuales, los fabricantes ponen a disposición de los jugadores diversos items de tipo “premium” que se pueden adquirir pagando dinero real.
En este juego también se puede tener una mascota (pet) que es un pequeño lobo que va subiendo de nivel al mismo ritmo que los jugadores. A partir de nivel 40 el cachorro se convierte en un lobo adulto con habilidades especiales y más posibilidades de defensa y ataque. Existen otras mascotas de pago, como cerditos, conejos o ardillas, que desarrollan diferentes actividades como recoger el loot automáticamente (los objetos y el dinero que dan los bichos) para que el jugador no tenga que perder tiempo en ello.
A nivel de gráficos Silkroad se parece bastante a otros juegos orientales tipo











Alquilamos una casa completa para 16 personas, con una increíble piscina cubierta, un enorme comedor y mucho espacio para el esparcimiento de todos los frikis urbanos que allí nos dimos cita. Ni que decir tiene que el principal motivo de esta reunión, convertida ya en anual, era precisamente la vena friki, por lo que no faltaron por allí consolas varias, portátiles adictos al
Nada más entrar en la propiedad nos invadió la comunidad gatuna, bastante famélica por cierto, que maullaba y nos miraba con esos ojitos tristones. Durante los cuatro días que estuvimos allí intentamos alimentarlos un poco para que al menos los más pequeños tuvieran más opciones de sobrevivir. El gatito más joven parecía tener apenas dos meses y sufría bastantes problemas en los ojos (aunque la dentadura la tenía bien, según comprobé por el mordisco que me pegó cuando le acerqué al hocico un pedazo de pavo XD).
Aunque algunos no tenían muy buena cara, a los dos días parecía que habían engordado ya un poco y estaban mucho más sanos, con los ojitos más limpios y el pelaje más brillante. La que me cautivó fue la de la foto de arriba, a la que he bautizado unilateralmente y sin consultar como Katy :P Fue desde el principio la más amigable y la que mejor aspecto tenía, con mucha más vitalidad que sus hermanos. Se dejó acariciar mansamente y en cuanto cogió confianza no dejó de tirarse a nuestros pies para que le hiciéramos mimos.
Deduje que había gatitos pertenecientes a dos camadas y la mamá todavía amamantaba a los grandotes, que tendrían ya sus cuatro o cinco meses, como Katy. El supuesto padre de las criaturas sólo pasó por allí para robarnos una pechuga de pollo de un plato con todo el morro. En total había unos ocho o diez gatitos que me inspiraban un montón de ternura, sobre todo viendo lo necesitados que estaban de cariño y más aún de comida. En esos días devoraron leche, pavo, chuletas, queso, salchichas, pan y hasta pienso de perro, sin dejar ni un resto de nada.
Por lo demás, la estancia en la casa fue muy agradable y relajada. Nos pasamos horas en la piscina, una verdadera delicia, y jugamos unas divertidas partidas a 