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martes, 6 de octubre de 2009

La caverna de las ideas

En mi afán por leer toda la obra de José Carlos Somoza, le ha tocado el turno esta vez a “La caverna de las ideas”, una de sus novelas más conocidas y valoradas. Se trata de un libro que mezcla los géneros histórico y de suspense, con toques de terror que más adelante serán muy utilizados por el autor en otras obras. Somoza publicó esta novela en el año 2000, la sexta en su bibliografía que ahora mismo suma ya más de una docena de títulos.

“La caverna de las ideas” transcurre en la Grecia clásica, donde los horribles crímenes de unos jóvenes estudiantes de la Academia de
Platón mantienen en vilo a la ciudad de Atenas. El “descifrador de enigmas” Heracles Póntor es requerido por el maestro de los efebos, Diágoras de Medonte, para buscar la causa de tan atroces acontecimientos.

*** Spoilers! ***

Desde ese momento se va desgranando una compleja trama en la que las pistas confunden al investigador y el propio lector se ve también confundido por la presencia de un extraño traductor que no deja de escribir notas al margen e intervenir en la novela. Todo ello hace del libro una obra diferente, en la que el lector observa con curiosidad la interrelación del traductor de un documento griego con el contenido de su trabajo.

Narrado así, en dos historias paralelas pero entrecruzadas en algunos pasajes, el misterio de los asesinatos va guiando al sufrido Heracles Póntor hasta una secta destructiva, de las muchas que poblaban la Grecia de aquella época, en la que el placer está por encima de la virtud, la inmolación por encima del arrepentimiento y la razón de los filósofos no tiene ningún valor. El
mito de la caverna de Platón, al que hace referencia el título de la novela, también tiene su lugar en la narración, aunque de un modo más tangencial.

*** Fin de Spoilers! ***

Para mí la obra tiene dos pegas importantes aunque no determinantes para su valoración literaria: encontrarse demasiadas notas al margen agota al lector (al menos en mi caso), porque obliga a desligarse momentáneamente de la narración para leer una explicación o un apunte que, por mucho que tenga que ver con la historia en sí, no deja de ser una “nota al margen”. En este caso es peor aún, puesto que las notas no son de Somoza sino de uno de los personajes creados por él,
el Traductor, y forman parte de la novela en sí, por lo que resulta imprescindible leer esas notas.

En segundo lugar, suelo consultar en el diccionario todas las palabras que desconozco cuando leo algo, y en “La caverna de las ideas” tuve que agenciarme una libreta para no interrumpir la lectura e ir apuntado decenas de vocablos para buscar más tarde su significado. Eso hace que la lectura no fluya tanto como debería, aunque esta segunda queja puede que se deba a mi ignorancia y no al excesivo uso de palabras raras, quién sabe (personalmente para mí óbolo, peplo, albayalde, sátrapa, fíbula o báratro, por poner unos cuantos ejemplos, son palabras poco – o nada - habituales en mi vocabulario).

Dejando a un lado esas dos razones formales, el libro está muy bien. De él salen ideas que el autor aplicará también en sus siguientes obras, como
“ZigZag” o “La dama número trece”. Somoza es quizás uno de los escritores que más acostumbra a hablar del propio oficio del escritor, haciendo que muchos de sus protagonistas se dediquen a escribir o vean cómo sus personajes inventados toman vida dentro de las propias novelas que ellos escriben o en su misma realidad. Son planteamientos muy curiosos y originales, recurrentes en las novelas que he leído de este autor.

Ahora recuerdo que también Paul Auster aplica una técnica semejante en
“La noche del oráculo”, a la que yo denominé en su entrada “muñeca rusa” de la literatura. Pues éste es un caso parecido, un texto dentro de otro texto cuyos personajes acaban interactuando y casi enloqueciendo por la situación, igual que el implicado lector.

Aunque ésta no es su mejor novela para mí, sí que es entretenida y trabaja muy bien la sorpresa final. Tiene momentos un poco espesos por las descripciones y el lenguaje aplicado a la Grecia clásica, pero es una obra intrigante y merece la pena leerla.
De hecho, pienso que Somoza escribe obras muy “redondas”, con buenos inicios, tramas interesantes y adictivas, y finales muy correctos y bastante sorprendentes, que es precisamente donde fallan muchísimos escritores hoy en día. Cuando encontramos a uno que conoce bien su oficio y lo demuestra hay que aprovecharlo.


(...) Escribir es extraño, amigo mío: en mi opinión, la primera actividad más extraña y terrible que un hombre puede realizar – y añadió, regresando a su económica sonrisa - : Leer es la segunda.

8 comentarios:

  1. Has hecho una estuopenda crítica. Tendréque agenciarme algún libro de este autor.
    Un abrazo guapa.

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  2. Oye, me encantas. Eres una auténtica devoradora de libros jeje

    Tendré muy en cuenta tu crítica (que por cierto, es buenísima) a la hora de escoger algo que llevarme a los ojos.

    Un abrazo.

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  3. Creo que ya te lo dije, pero me reitero: deberías tener una columna en un periódico para hablar de libros. Lo haces estupendamente, mejor que muchos críticos literarios. En serio.

    Totalmente de acuerdo con lo fastidioso que resulta el exceso de notas al márgen. Eso hizo que yo abandonara El nombre de la rosa, de Umberto Eco cuya versión en el cine tanto me había gustado.
    A lo mejor debería haber prescindido de ellas pero uno siempre tiene la impresión de que no debe dejarse nada por leer.

    Un saludo!

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  4. Hola

    Pues no conocía al libro ni al autor. Parece un libro interesante. Precisamente, ahora estoy leyendo el libro de historia griega que ha escrito Javier Negrete y él también usa mucho las notas al margen, aunque en un tratado de historia no queda tan raro... De hecho, es típico en libros científicos y filosóficos.

    El caso es que, quizá, lo de las notas al margen sea una forma de asemejar la novela más a un libro "antiguo" o "histórico", cosa que se refuerza cuando las notas las escribe uno de los personajes. Intenta darle realismo a la novela.

    Un saludo.

    Juan.

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  5. Joselop44, gracias, espero que te guste cuando leas algo suyo :)

    Perséfone, jaja gracias! La verdad que no leo tanto como quisiera, pero intento no perder nunca el hábito. Tengo unos gustos bastante variados, así que estoy segura de que encontrarás algo interesante entre mis críticas :)

    JuanRa, eso dice también mi madre, jaja, pero si me obligan a escribir ya no lo disfruto igual (sé de lo que hablo :P), así que por ahora mejor me quedo en mi pequeño blog escribiendo lo que quiera y como quiera :D

    Lo de las notas al margen es que es muy engorroso para leer. Yo leí "El nombre de la rosa" hace muchos años y sé que me gustó mucho (igual que la peli) pero creo que también me costó bastante terminarlo. Umberto Eco se pone espeso cuando quiere... dicen :P

    Juan, pues claro! Tienes razón en lo de que intenta que parezca un libro antiguo con lo de las notas, no lo había visto realmente desde esa perspectiva... Aunque para mí resulta difícil leer así, reconozco que el libro está muy muy bien. Tendría que sonarte el autor porque ya he comentado tres o cuatro libros más suyos en este blog XDD Seguro que éste lo disfrutarías si además te interesa la época :)

    saluditos a todos!

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  6. Primera noticia de este autor. Tomo nota por si algún día tengo a mano algo de él. La costumbre de leer todo lo que pueda de un autor que me haya gustado el primer libro que leo de él es un sistema que me ha dado resultado. Acaso la excepción que confirma la regla a sido Ken Follet, que al final se me hicieron las obras muy repetitivas. Pero con otros ha funcionado y en caso de duda recurro a estos escritores.

    saludos (y corro a averiguar que significan óbolo, peplo, albayalde, sátrapa, fíbula o báratro)

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  7. Sese, a mí en general también me funciona lo de intentar leer todo lo que ha escrito un autor que me gusta. Me ha ocurrido con Gabriel García Márquez, luego con Lorenzo Silva y también con José Carlos Somoza. Hasta ahora ninguno me ha decepcionado.

    Y gracias por compartir mi ignorancia de vocablos históricos!! Ya me siento menos ridícula, jaja.

    saluditos

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  8. Por cierto, no he leído nada de Ken Follet, pero la gente insiste en que lea SÓLO "Los pilares de la tierra". Por algo será, no? XDD

    +saluditos

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