Muchísima gente había comentado que ésta era una de las mejores películas de los últimos tiempos. Bien, desde mi punto de vista esa consideración es un tanto excesiva aunque la película se puede catalogar como buena y con partes ciertamente brillantes. Tiene dos hilos argumentales claramente diferenciados donde uno gana claramente la partida al otro. Pasaré a relatarlo en los spoilers para los interesados.
*** Spoilers! ***
“Réquiem por un sueño” es una revisión del sueño americano, la ambición, la ilusión, la esperanza, y cómo todos esos sentimientos se van desvaneciendo aniquilados por el inframundo de las drogas. Ellen Burstyn interpreta magistralmente a Sara Goldfarb, una madre viuda y abducida por el poder de la televisión. Sufre los desaires de su hijo Harry, que empieza a tontear con las drogas y que poco a poco se ve inmerso en el trapicheo y el consumo desmedido junto a su novia Marion (maravillosa Jennifer Connelly). El futuro de la joven pareja se va resquebrajando a medida que su adicción es mayor y las ganas de colocarse superan con creces a las de la voluntad.
Por su parte, la vida gris y monótona de la madre da un vuelco cuando le comunican que ha sido seleccionada para participar en un concurso televisivo. Su obsesión por adelgazar unos kilos y ofrecer su mejor imagen al mundo la va consumiendo. Se vuelve adicta a las anfetaminas en forma de pastillas adelgazantes y comienza a delirar mientras se monta un universo paralelo en el que ella es una mujer importante y querida, algo que no siente desde hace mucho tiempo. Ésta es, sin duda, la mejor parte de la película, la que muestra el descalabro mental de una mujer que lucha contra una soledad física y moral que la oprime sin remedio. El poder alienante de la televisión y las anfetas la van dominando y aislándola de todo resquicio de realidad que pudiera quedar a su alrededor.
Mientras, Harry, Marion y su amigo Tyrone se hunden en las miserias de sus deseos incumplidos y sus fracasos. Comienzan los reproches, los sufrimientos y la frustración, todo amparado por el consumo cada vez más descontrolado de sustancias. Subsisten como camellos de poca monta y van cayendo cada vez más bajo para conseguir sus dosis, alejándose del ansiado sueño americano que los iba a salvar de sus insulsas existencias. La muerte y la locura acechan cada vez más a estas pobres marionetas del mundo.
*** Fin de Spoilers! ***
Todo ello va acompañado, como ya es habitual en el cine de Aronofsky, de un efectismo visual importante, que al final a mí se me hizo un poco repetitivo y pesado. Continúa en ese sentido la línea que ya iniciara en “Pi, fe en el caos”, aunque en este caso depositando todo el peso del film en el tratamiento del color, los primeros planos y, de nuevo, un montaje bastante llamativo pero también bastante embrolloso, a base de golpes de cámara que tienen como único objetivo apabullar al espectador con el bombardeo de imágenes.
Personalmente no me parece una obra tan redonda como opina mucha gente. La parte de Burstyn es realmente impresionante (no comprendo por qué no ganó el Oscar cuando su papel está muchísimo más elaborado y trabajado que el de Julia Roberts en “Erin Brockovich”) pero el periplo de Jared Leto y Jennifer Connelly como yonkis no deja de ser un sinsentido poco original que se apoya básicamente en la fuerza visual del proceso de consumo. En ciertos momentos me recordó a “Trainspotting”, otra película sobre drogadictos que no me gustó nada, así que será que no me dice gran cosa que me muestren esa degeneración tan consciente y voluntaria del ser humano.
Sin embargo, en conjunto “Réquiem por un sueño” está bien y gracias a ella el director Darren Aronofsky se ganó la consideración del gran público. La dirigió en el año 2000 y más de 110.000 personas la valoraron con un 9 ó un 10 en las votaciones del IMDB, lo que la sitúa en el puesto 62 del Top250 de las mejores películas de la historia, según los usuarios de ese portal cinéfilo.
Puntuación: 7 sobre 10.