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lunes, 3 de noviembre de 2014

Londres (VII): Primera parte

Westminster Abbey
Y tocó por fin el día de utilizar el London Pass, una tarjeta que te permite la entrada "gratuita" a decenas de atracciones de la ciudad. Y pongo "gratuita" entre comillas porque realmente no es gratis pero puede compensar mucho económicamente: el London Pass se compra para uno o varios días por un importe fijo, permitiendo con ello la entrada sin abonar ningún cargo adicional en las atracciones que elijas de las disponibles en su oferta. En muchos casos estar en posesión de esta tarjeta te facilita también una audioguía para la visita en cuestión sin coste alguno y algunas otras ventajas, como descuentos en tiendas y restaurantes.

Estatua ecuestre de Ricardo I desde la abadía
Aunque hablaré del London Pass con más detalle en una próxima entrada, sólo decir que nosotros compramos el de un solo día, por lo que teníamos que elegir con mucho cuidado qué era lo que queríamos visitar con cargo a esa tarjeta, que se activa en el primer uso y se desactiva justo al final de ese día. Teníamos claro que una de las visitas incluidas sería la Abadía de Westminster, para lo que nos levantamos temprano, nos desplazamos en metro hasta el lugar e hicimos cola durante una media hora antes de la apertura.

Vidrieras capilla interior Westminster Abbey
Interior capilla Westminster Abbey
Esta iglesia anglicana, al igual que la Catedral de St. Paul que habíamos visitado unos días antes, es un verdadero ejemplo de buena conservación y adaptación. En ella están enterrados unos 3.000 monarcas y personajes ilustres de la sociedad británica. También se guarda allí la silla de la coronación, que Eduardo I de Inglaterra mandó llevar a la abadía desde Escocia en el s.XIII y sobre la que han sido coronados todos los monarcas británicos desde entonces. En el denominado Poet's Corner se encuentran las tumbas de destacados escritores y poetas, así como científicos y estudiosos. Entre ellos, están los sepulcros de Charles Dickens, el doctor David Livingstone, Isaac Newton, Rudyard Kipling, Laurence Olivier, Charles Darwin o William Turner. Fue también en Westminster donde se inició la tradición de enterrar a un soldado anónimo en homenaje a los militares muertos en combate, que ya figura en numerosos países como la Tumba del Soldado Desconocido.

Lateral de la abadía desde el claustro interior

Fuente en los jardines del claustro Westminster Abbey
Además, unos 600 monumentos conmemoran actos heroicos de sus ejércitos en las distintas contiendas libradas a lo largo de los siglos. Numerosas placas recuerdan también a personalidades que, aunque no están enterradas en la iglesia, tuvieron una estrecha relación con el entorno cultural de la abadía y la ciudad, como Oscar Wilde o William Shakespeare.

Claustro Westminster Abbey
En el interior de la abadía no se permite tomar fotografías por lo que las imágenes que ilustran esta parte del post pertenecen a una de las capillas aledañas, los exteriores y los jardines del claustro. De todos modos os podéis hacer una idea de la belleza de esta iglesia de estilo gótico y de los monumentos interiores, todos como digo en un entorno perfectamente conservado y que recibe cada año más de un millón y medio de visitantes.

Monumento homenaje a las divisiones británicas en 1945
Tras visitar Westminster, nos desplazamos hacia las Churchill War Rooms, uno de los centros de la red Imperial War Museums, en los que se recoge la historia reciente del Reino Unido a través de sus participaciones en conflictos bélicos desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días. En el búnker situado bajo el edificio del Tesoro, en Whitehall, se han reabierto las habitaciones destinadas a uso estratégico entre 1939 y 1945, en las que el gabinete de la guerra al mando de Winston Churchill se reunía para seguir los pormenores de la contienda.


Churchill War Rooms
El búnker se cerró por completo y algunas partes se conservaron exactamente igual a como estaban en el momento del abandono del lugar. Otras han sido recreadas basándose en las fotografías de la época, como los dormitorios en los que descansaban tanto el primer ministro como sus colaboradores más cercanos, la sala de comunicaciones, la sala de mapas o el salón de reuniones. 


Sala de Mapas, War Cabinet
El Churchill Museum muestra además una extensa biografía del político a través de sus objetos personales. Con paneles interactivos, vídeos, fragmentos de audio, fotografías y otros muchos detalles, el museo nos acerca a la vida del primer ministro, tanto personal como profesional y a su intensa implicación en el devenir social y político del país. Allí se pueden ver ejemplos de su afición a la pintura, las cartas que intercambiaba con su esposa Clementine y la forma en la que disfrutaba de su vida familiar.

Cartas de Churchill a su esposa y reseñas sociales de su boda
La audioguía que te facilitan con la entrada aclara muchos detalles de las habitaciones del búnker y recorre todos los pormenores de la vida bajo tierra durante los bombardeos, desde las actividades de las telefonistas y secretarias hasta los encuentros de los mandos militares y las decisiones que de allí surgían. Es una visita muy interesante y recomendable para los amantes de la historia.


*** Haz click en las imágenes para ampliarlas.


(continuará...)

3 comentarios:

  1. ¡Ya me he puesto al día con las entradas sobre tú viaje!
    No sabía sobre la existencia de la London Pass, esta muy bien que exista un recurso como ese porque te anima a visitar más lugares de interés que igual de otra forma no podrías.

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  2. Chechu, mi intención es hacer un post con más detalles sobre la London Pass, para explicar más sobre su funcionamiento y otras cosillas que compensan en una ciudad tan cara como Londres. Voy lenta pero segura con los posts de este viaje, jaja. Gracias por leerme ;)

    saluditos!

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  3. Pero qué bien se te daría escribir guías de viajes. ¡Las ganas que me entran de volar a Londres al leer todo esto! :D

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