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jueves, 13 de noviembre de 2014

Londres (VII): Segunda parte

Tower of London
Tras salir de las Churchill War Rooms y comer algo por el camino nos desplazamos hacia nuestro siguiente destino en el día del London Pass: La Torre de Londres. The Tower of London es una de las atracciones más visitadas de la ciudad pero, en general, una de las que más nos decepcionó. Exteriormente es muy bonito y ofrece una visión de conjunto bastante impresionante, con una instalación de amapolas cerámicas de un color rojo intenso muy llamativo, pero el contenido interior me pareció bastante flojo.

White Tower, Tower of London
Se trata de un castillo medieval del s.XI que durante muchos años fue utilizado como prisión. Está situado en el centro de la ciudad, al borde del río Támesis y rodeado por una muralla y un foso. Las torres están prácticamente todas vacías y el recorrido te obliga a realizar la visita en un único sentido, presionada por el resto del público que te sigue detrás. Muchos de los niveles superiores están cerrados y los accesos a muchos edificios, limitados.

Colección de armaduras, Tower of London
En general, se conserva poco del contenido interior de la fortaleza. Lo más destacado es una extensa colección de armaduras y regalos diplomáticos, un pequeño museo de objetos de la realeza que dominó esas tierras y alguna que otra muestra de mobiliario. En general, las torres están desnudas y sólo disponen de paneles informativos con toda la historia referente al lugar en cuestión. En parte es interesante, pero por otro lado es lo mismo que podría leer en la Wikipedia sin necesidad de estar allí y sin los empujones y los gritos del público que te rodea.

Guardia de la torre contando historias y Waterloo Block
Esa enorme aglomeración de gente que había para visitar cada edificio nos agobió bastante. Había una cola interminable para entrar a las habitaciones que albergan las famosas Joyas de la Corona Británica, las coronas, diademas y piezas que han utilizado los monarcas del Reino Unido en las ceremonias. Nos habían comentado que había muchas posibilidades de que las joyas exhibidas fueran sólo réplicas, así que eso y el poco tiempo que faltaba para cerrar el recinto nos convenció de no esperar para verlas.  

Autofoto con guardia real
Lo que aquí comento es una impresión muy subjetiva de esta fortificación y su visita, con una preparación orientada al turismo masivo. Para otras personas The Tower of London es un emblema de la historia británica que debe ser visitado, pero en nuestro caso, aunque arquitectónicamente merece la pena, el precio de la entrada nos pareció muy excesivo para lo que realmente ofrece el recorrido. Si lo comparamos con otras atracciones y el tiempo que se invierte en visitarlo, con un par de fotos del conjunto exterior habría sido más que suficiente.


White Tower
Saliendo de allí un poco desencantados y bajo una insistente lluvia veraniega, atravesamos el Puente de la Torre y nos dirigimos hacia el Old Operating Theatre and Herb Garret, a escasos metros del rascacielos The Shard. El herbolario fue descubierto fortuitamente en el ático de la iglesia de St. Thomas durante unas obras de remodelación en el s.XVII. Allí se guardaba una gran remesa de semillas de amapola con las que se elaboraban remedios opiáceos para el dolor. 

Herb Garret
Este pequeño museo recoge numerosas muestras de plantas medicinales y ungüentos utilizados para tratar enfermedades antes de la existencia de los antibióticos y la medicina moderna. Además, expone instrumentos médicos y quirúrgicos de los últimos tres siglos, con los que se realizaban entonces procesos de dudosa salubridad y efectividad como la trepanación.  

The Old Operating Theatre
Mesa de operaciones del s.XIX
El Old Operating Theatre, el más antiguo que se conserva en el Reino Unido, data de finales de 1822 y en él se llevaban a cabo operaciones de cirugía sin anestesia, acordes a los conocimientos de la época. La mesa de operaciones da repelús y los instrumentos utilizados en las intervenciones se parecen más a los de un carnicero que a los de un médico. La situación de las gradas revela que las operaciones se realizaban con público, posiblemente estudiantes de medicina o jóvenes cirujanos del anexo hospital de St. Thomas que debían estar presentes para aprender las técnicas.

Catedral de Southwark
Tras esta espeluznante pero satisfactoria visita, nos dirigimos de nuevo hacia el Puente de la Torre, pasando por delante de la Catedral de Southwark. Pensamos que ya no podríamos tirar más del London Pass, puesto que ya eran las seis de la tarde y casi todas las visitas terminan antes de esa hora. Pero preguntando en la taquilla de City Cruises todavía estábamos a tiempo de utilizar nuestro pase para un pequeño crucero por el Támesis. A pesar de la lluvia que caía intermitentemente decidimos aprovechar la oportunidad y la experiencia resultó ser una maravilla.

Tower Bridge
Tomamos el barco en Tower Pier a las 18.40 h., en una de sus últimas salidas. Tuvimos la enorme suerte de que la lluvia nos respetó durante todo el trayecto en la cubierta del barco, desde donde pudimos hacer unas preciosas fotos de los edificios y monumentos situados en los márgenes del río. 

The Shard
La embarcación gira dejando atrás el Tower Bridge rumbo al oeste, pasando al lado del HMS Belfast, el buque de guerra más famoso de la marina británica que participó en la II Guerra Mundial. El barco permanece anclado en el Támesis y conforma un museo flotante incluido en la red de los Imperial War Museums de Londres. Queríamos visitarlo pero la falta de tiempo lo hizo imposible.

Tate Modern
Continuando por el río, cruzamos también por debajo del London Bridge y podemos contemplar a lo lejos los rascacielos más famosos de Londres, The Gherkin a la derecha y The Shard a la izquierda. Después se pueden contemplar la Catedral de St. Paul y el edificio de la Tate Modern, ambos muy cercanos al río y casi unidos por el Millenium Bridge. Un poco más allá el paseo nos lleva al London Eye y el Palacio de Whitehall, pasando el Waterloo Bridge. El recorrido finaliza en el embarcadero de Westminster, con unas bonitas vistas del Parlamento y el Big Ben.

London Eye
Este pequeño crucero dura alrededor de media hora y resulta de lo más agradable. Hay varias compañías que realizan estos trayectos y los barcos suelen ir atestados de turistas (como nosotros), pero con eso de la lluvia y que ya estaba cercana la puesta de sol pudimos coger un buen sitio y viajar tranquilos. El pasaje que facilita el London Pass te permite viajar durante 24 horas desde que compras el ticket, tomando el barco en cualquiera de los embarcaderos de City Cruises en Westminster, Waterloo, Tower o Greenwich. Como digo, un paseo fluvial bonito y muy recomendable.

Westminster Parliament y Big Ben

*** Haz click en las imágenes para ampliarlas.

(Continuará...)

6 comentarios:

  1. Vale, me apunto de la Torre de Londres, mejor no, en una ciudad tan enorme y con tantísimo que visitar, esta bien descartar cosas.

    Ya sé que es una opinión subjetiva, pero las razones que has dado (colas, etc...) me han convencido.

    Los cruceritos, buses turísticos, etc... cada vez me convencen más y hace unos años no se me hubiera ocurrido (vaya usted a saber por qué)

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  2. Menudo recorrido, en serio, y, como ya te he dicho antes, que envidia.

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  3. Qué mal lo de la Torre de Londres, era otro de los sitios que te envidiaría si no fuera por lo que cuentas. En fin, siempre quedará el Museo Británico.

    Gracias por compartir la experiencia :)

    Biquiños!

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  4. Nosotros no entramos a la Torre de Londres, nos pareció muy cara la entrada, con mucha gente, y no nos interesaba tanto el interior, veo que hicimos bien :P.
    Qué interesante el Old Operating Theatre! Me ha recordado a la reciente serie The Knick, sobre un hospital de Nueva York en 1900, con esa sala de operaciones con sus gradas, usando cocaína como anestesia y sin antibióticos... ay, qué mal rollo pero qué interesante!

    Los cruceros por los ríos de grandes ciudades siempre suelen ser muy satisfactorios :). Cuanvo vayas a París te recomiendo hacer uno nocturno, merece mucho la pena!

    Un abrazo

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  5. Loque, a nosotros nos habían dado un par de opiniones encontradas sobre la Torre, así que entramos sólo porque no teníamos que pagar la entrada, sino que estaba incluida en el London Pass. De otro modo, quizás lo hubiéramos descartado.

    Con los cruceros y los buses turísticos también me pasa igual que a ti. Igual es algo que va acorde a la edad, jaja (y no nos estoy llamando viejas, eh!!). Yo antes los veía muy guiris, pero si los alemanes los hacían, que son a todas luces más listos que nosotros, está claro que algo bueno tienen XD

    Chechu, ya me queda poquito para terminar la crónica completa del viaje :) La he ido estirando para dar más envidia aún, jiji.

    Osheaa, ya digo que hay opiniones para todos los gustos, pero personalmente y habiendo castillos medievales a porrillo en España, pues tampoco impresiona tanto.

    Liliana, pues acertásteis de pleno con lo de la Torre, desde luego! El Old Operating Theatre es súper curioso, un poco macabro también, pero una visita muy interesante.

    París está en mi lista de próximos destinos, así que tendré en cuenta lo del crucero nocturno, a ver si hay posibilidad :) No creo que sea a corto plazo, la verdad, pero es otra de las capitales donde quiero estar al menos una vez en la vida.

    saluditos y gracias a todos por comentar!!

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  6. Me ha gustado especialmente el herbolario, y el hecho de que permaneciera oculto muchos años. He imaginado el hallazgo: frascos polvorientos, libros, plantas secas, semillas...
    Jo, es que tengo una vena hechicera potente xD

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