Incluso los efectos visuales, tan típicos de las cintas de Aronofsky, en este caso no me molestaron sino que se integraron perfectamente en una acción a caballo entre lo real y lo onírico, entre el pasado y el futuro.
*** Spoilers! ***
Tom Creo es un médico que busca incansablemente una cura para el tumor cerebral que padece su esposa, Izzi. El remedio parece estar relacionado con la savia de un extraño árbol, que ha conseguido resultados espectaculares en monos. El amor que siente por su mujer hace al médico sumirse en verdaderas ensoñaciones en las que descubrir el secreto de ese árbol de la vida y alejar Izzi de un fin cada vez más inevitable es su única preocupación. Tiene la sensación de llevar toda su vida luchando por ese amor y, en efecto, durante mil años ha intentado encontrarle el sentido a la vida y a la muerte.
La búsqueda de esa fuente vital, denominada Xibalbá en la mitología maya y representada en la forma de un extraño árbol, comienza en la España del s.XVI. Allí, el secreto de la inmortalidad enfrentará a los conquistadores leales a la reina Isabel con los inquisidores ávidos de poder. Tom se erige en el protagonista principal de ese viaje a Nueva España, en una metáfora de la vida y la muerte y un intento desesperado por mantener con vida a su amada. Pero en la visión del futuro, en el año 2500, el hombre ha llegado en efecto a alcanzar la inmortalidad alimentándose del árbol, pero Izzi ya no está y él sólo desea reunirse con ella. A pesar de poder vivir eternamente, comprende que la vida sólo tiene sentido con la muerte.
*** Fin de Spoilers! ***
La maravillosa Rachel Weisz llena la pantalla con su presencia, aunque en este caso la interpretación que me ha dejado más boquiabierta es la de Hugh Jackman, actor que no se contaba entre mis favoritos. Su trabajo está lleno de fuerza y emoción, haciendo creíble su lugar en una historia que por momentos está llena de magia y filosofía zen.
Pero “The fountain” tiene todos los ingredientes para que muchos la consideren un rollo incomprensible. Requiere un esfuerzo importante para desentrañar los conceptos metafóricos sobre la vida y la muerte y centrarse en la historia de amor que se plantea. El argumento entrecruza tres líneas temporales diferentes y puede que las alegorías y estos continuos saltos en el tiempo interno de la narración despisten un poco al espectador. Quizás las imágenes cósmicas lleguen a saturar el visionado. En mi caso y, por qué no decirlo, sorprendentemente, no ocurrió nada de eso. La cinta me encandiló de principio a fin, me emocionó intensamente y me despertó un montón de sensaciones. Viví la película y eso me encantó.
El primer proyecto de esta película se estancó cuando el protagonista principal era Brad Pitt, así que Darren Aronofsky decidió plasmar todo el argumento en un cómic por si finalmente la producción cinematográfica no podía continuar. Mañana publicaré unos pequeños apuntes sobre ese cómic.
Puntuación: 9 sobre 10.