Sushi. Retrato de un asesino en serie en el Japón actual

Una novela de misterio no tiene por qué ser retorcida para cautivar la atención del lector. “Sushi. Retrato de un asesino en serie en el Japón actual” es un libro del año 2000 que mezcla el suspense policíaco con las complejas relaciones personales de los protagonistas y el choque de costumbres entre oriente y occidente. Con el Japón de finales del siglo pasado como escenario, la desconocida escritora Suzanne Visser conforma un puzzle de informaciones confusas que mantiene en vilo a expertos investigadores que van tras el rastro de un asesino en serie.

*** Spoilers! ***

Un grupo de policías occidentales son requeridos en Tokio para investigar un complicado caso, en el que un cruel asesino descuartiza con enorme destreza a sus víctimas y coloca los restos en forma de bandeja de pescado. Todos los asesinados son de origen extranjero y no parecen mantener más relación que la de ser foráneos en un país donde el crimen es intolerable y poco frecuente.

Bajo las cuadriculadas instrucciones del equipo japonés trabajan los ocho investigadores, cada uno de la misma nacionalidad que uno de los muertos y todos con amplios conocimientos del país del Sol Naciente. Son además expertos en asesinatos en serie y patrones de conducta criminal. El análisis de todas las pruebas de que disponen les conduce hasta una asociación de ayuda a extranjeros en Japón, a la que parece ser que todos los fallecidos habían acudido en algún momento de su estancia en el país asiático.

*** Fin de Spoilers! ***

A medida que avanza la lectura se puede comprobar que la escritora no pretende engañar al lector con pruebas falsas, sino que va mostrando lo que se encontraría paso a paso en cualquier investigación policial. Se agradece además que el asesino no sea el típico listillo que despista siempre a sus perseguidores y consigue burlar el cerco policial cuando ya todo parece abocarlo a una detención segura. En este sentido la obra es quizás más realista que otros ejemplos del género policíaco.

A pesar de lo anterior, se mantiene el interés hasta el final del libro y, aunque ese final no resulta sorprendente ni sorpresivo, cumple su función de cerrar con elegancia la novela. Como aliciente, la obra tiene amplias referencias a la cultura japonesa y el extraño comportamiento de sus nativos, puesto que la autora vivió allí durante una década y ha volcado en la novela parte de sus propias impresiones sobre el país. También en lo referente a estos datos se nota una sinceridad narrativa muy agradable, equilibrando las sensaciones muchas veces negativas que provocan los maniáticos japoneses con la notable estabilidad de su sociedad en comparación con las desordenadas existencias occidentales.

Es en definitiva un libro interesante y bastante entretenido que (no puedo evitar decirlo) compré por 2,88 € en una librería local. Para que luego digan que leer es caro…