En contra de la opinión de mucha gente, he de decir que “Wall·E” me ha gustado bastante más que “Up”. De hecho, en general me parece bastante menos infantil que la peli de los globos y creo que de fondo trata un tema mucho más interesante, como la alienación de los humanos y la creación de deseos a través de la publicidad. Pero sin entrar en tanta profundidad temática, la película me ha enternecido muchísimo.
*** Spoilers! ***
“Wall·E” es un robot encargado de empaquetar basura en una ciudad polvorienta y abandonada, al igual que el resto del planeta. El simpático robot es el único de su gama que queda en activo y, con la única compañía de una cucaracha, (es un dato científico que las cucarachas serán los únicos seres vivos que resistirían un holocausto nuclear) realiza pacíficamente sus monótonas actividades. Hasta que un día aparece otro robot en la ciudad, Eve. La nueva chica-máquina está programada para encontrar signos de vida en el planeta devastado por la basura, hecho que significaría la posibilidad para los humanos de regresar y reiniciar la civilización.
Ante la presencia masiva de desechos, la raza humana ha sido recluida en un crucero espacial en el que se limitan a vivir despreocupados, disfrutando de comida rápida y ocio cibernético. Las relaciones sociales se mantienen a distancia y la falta de necesidades motrices hace que incluso los humanos del 2.700 hayan perdido la costumbre de caminar. Viven sobre tumbonas flotantes en las que se desplazan, comen y duermen, ajenos a la situación de su antiguo planeta que la mayoría de ellos nunca han pisado. El descubrimiento de Eve, que halló una pequeña plantita en la Tierra, abre la opción del regreso, pero devolver a esos seres inútiles al planeta 700 años después no entra en los planes programados del Gobierno.
De forma secundaria pero no menos importante asistimos a la “historia de amor” entre Wall·E y Eve. Tras muchos años solo, el tierno y eficiente robot encuentra por fin a alguien con quien compartir su día a día rodeado de desperdicios.
*** Fin de Spoilers! ***
La película no se desvía demasiado de los temas habituales de Pixar, con dosis de emoción, ternura y humanización de objetos. En este caso el resultado es muy completo para mi gusto, sin demasiados altibajos, aunque hay quien opina que la primera media hora es lo mejor de la película, justo hasta la irrupción de Eve en escena. A mí me parece que ahí la cinta cambia de rumbo pero no empeora, en absoluto. En general me parece una película preciosa. Es inevitable al verla recordar también aquel otro entrañable robot de los ochenta, el número 5 de "Cortocircuito", del que estoy segura que Wall·E ha tomado más que inspiración.
“Wall·E” figura en el puesto 45 del Top 250 de las mejores películas votadas por los usuarios en el IMDB. Se trata además del primer film de animación que figura en ese ranking, incluso por delante de la fantástica película de Miyazaki “El viaje de Chihiro”. Para los que siguen prefiriendo “Up” (entre los que no me incluyo) decirles que aparece un poco por debajo, en el puesto 77.
Por cierto, si no lo digo no descanso: a quién se le ocurriría ese horrible subtítulo español del cartel, “Pillado hasta las tuercas”! (si en el original también es así me tragaré mis palabras :P). Es una manera de simplificar todo el argumento de un modo bastante burdo y mucho más infantil de lo que se puede ver en la película. Y no puedo evitar que me recuerde al tráiler con montaje de cachondeo que se hizo para los Goya de “Celda