La semana pasada estuve en la isla de La Gomera con unos amigos de la península que vinieron de visita. Yo nunca había estado allí y la verdad es que me sorprendió gratamente. En todas partes se respiraba mucha calma, aunque puedo entender que los que vivan allí acaben desesperándose con tanta tranquilidad y aislamiento :D
El viaje en ferry desde el puerto de Los Cristianos fue un poco agitado, con algo de mareo pero divertido. Pudimos avistar incluso algunos delfines que viajaban paralelos al barco en la distancia, pertenecientes a las numerosas colonias de cetáceos que hay por la zona. Se puede contemplar también una vista maravillosa de la capital isleña, San Sebastián, a medida que el ferry se va acercando a puerto.
Una vez en tierra firme nos subimos a un autobús que realizó una ruta por casi todo el centro y norte de la isla, haciendo paradas en lugares puntuales de especial interés, como el Roque de Agando o Agulo, desde donde se divisa todo el valle de Hermigua. Las vistas eran impresionantes y nuestro guía, Marcel, un auténtico crack, que saltaba del español al alemán o al francés con un desparpajo sorprendente.
En pleno corazón de La Gomera se sitúa el Parque Nacional de Garajonay, plagado de vegetación y especies animales protegidas. El bosque de laurisilva, un tipo de vegetación autóctona que se mantiene húmeda durante todo el año, es una de las mayores atracciones de la isla. Como curiosidad, he leído en Wikipedia la leyenda de Gara y Jonay, de los que proviene el nombre del parque, con una historia muy al estilo de Romeo y Julieta.
Desde un poco más al norte se puede ver la isla de Tenerife si el cielo está claro. Pudimos captar unas maravillosas imágenes del Teide al fondo, franqueado por nubes. La isla de La Gomera es una de las más pequeñas del archipiélago canario, por lo que se puede ver casi toda en apenas unos días. Dispone además de numerosas rutas de senderismo muy interesantes para los aficionados al deporte al aire libre.
Gracias a mis amigos Lost in La Gomera por aceptarme en su excursión y dejarme disfrutar tanto de su compañía!
Magazine - Rhythm of cruelty (1979)
Hace 3 horas
Qué preciosidad! Vaya tinerfeña estoy hecha, a parte de Tenerife, donde nací, no he estado en ninguna isla más del archipiélago. Y hace años y años que no he vuelto...
ResponderEliminarTu entrada me ha picado el gusanillo...
Un besazo mi niña.
Se ve tan tranquilo!! Ahora mismo me iba una semana... qué paz!
ResponderEliminarEstuve hace años y se convirtió en uno de mis lugares favoritos. Es un remanso de paz. Una belleza.
ResponderEliminarGuacimara, bueno, a mí me pasa igual con la catedral de Santiago, que hace años que entro, ni cuando estoy allí de vacaciones. Yo aquí conozco Gran Canaria también, aparte de Tenerife y ahora la Gomera, pero me faltan el resto de las islas. Ya irán cayendo :D
ResponderEliminarVero, sí, desde luego para desconectar del mundanal ruido es un lugar ideal.
Dante, totalmente de acuerdo.
saluditos!
Para pasar unas semanillas y relajarte tiene una pinta estupenda. Pero yo no podría vivir en un sitio así mucho tiempo por la sensación de encierro que me da en esos casos, como a ti por lo que leo.
ResponderEliminarEl Teide, en Tenerife, es otro lugar emblemático de obligada visita; a ver si no tardo mucho en ir por ahí, si la crisis ayuda. Un saludo, Lillu y buen post.
Pues si que es bonito si!! Otro sitio que habra que visitar si se saca tiempo! ;)
ResponderEliminarJavi, realmente yo la sensación de encierro por vivir en una isla no la tengo, pero supongo que vivir permanentemente en un sitio tan tranquilo y con tan poco movimiento como La Gomera tiene que acabar por aburrir un poco. Para unos días de relax sin duda es ideal.
ResponderEliminarJose, tú proponle a tu empresa abrir horizontes hacia África, hombre, a ver si cuela :D
saluditos!
A veces lo más cercano es lo que más nos cuesta visitar. ¿Te creerás que la Sagrada Familia sólo la he visitado en bodas de familiares?
ResponderEliminarSaludos (¿es en la Gomera que los pastores se comunican entre ellos mediante un lenguaje de silbidos?)
Sese, sí que suele ocurrir, sí: cuanto más cerca, menos vamos. Es como eso de querer viajar fuera cuando no conocemos ni la mitad de España, con la cantidad de cosas que tiene para ver.
ResponderEliminarSí, se llama silbo gomero. No lo puse en la entrada (me despisté, la verdad) pero en el restaurante donde comimos nos hicieron una demostración. Es muy curioso, y lo mejor en que se entienden! :D
saluditos
¡Qué gozada de viaje! Imagino el silencio que debe reinar en aquella isla. Debe ser una pasada tirarse allí una buena temporada; más para aquellos que viven en urbes bulliciosas... y desintoxicar la mente.
ResponderEliminarY el Teide entre nubes es impresionante :)
JuanRa, en efecto, tiene algo mágico :) Y mira que yo veo el Teide a menudo, jaja, pero verlo así en la distancia desde otra isla mola mucho más! :D
ResponderEliminarsaluditos
Hola!!
ResponderEliminarFantástica isla "vietnamita" en medio de las Islas Canarias. Una experiencia preciosa por el paisaje y también por la buena compañía.
¡ Vivan las "palmerras guarraperras"!
Treus, lo mejor del viaje, la compañía, sin duda! A ver si repetimos pronto, y nos llevamos a Marcel y sus guarraperras!! XDD
ResponderEliminarbsito