Hace unos meses escribí un par de entradas sobre Alaska y su trayectoria musical hasta llegar a su formación actual, Fangoria. Ayer tuve la ocasión de verlos en directo por primera vez y he de decir que la experiencia tuvo un sabor agridulce.
En primer lugar, considero una falta de respeto hacia un público que ha pagado 25€ empezar el concierto con hora y media de retraso. Sea cual fuera la razón de la demora (mayor consumo de los presentes en las barras de la discoteca sería un motivo más que posible aunque un tanto despreciable) no me gusta que me hagan esperar de pie a la intemperie durante casi 45 minutos y otros 45 dentro del local aguantando que gran parte del público se salte a la torera la prohibición de fumar.
Incidencias formales aparte, la puesta en escena del grupo liderado por Alaska (y Nacho Canut en la sombra) es visualmente espectacular. Alaska interpreta a la perfección su papel de diva maestra de ceremonias y sabe en todo momento cómo meterse al público en el bolsillo, público que por otra parte mostró absoluta devoción por la cantante de origen mexicano.
El local donde tuvo lugar el concierto, la discoteca Dreams de Santa Cruz de Tenerife, cumplió su cometido aunque algunos temas no sonaron tan bien como deberían. Acerca de este particular, he de decir que mi mayor decepción fue que en muchas de las canciones la voz de Alaska apenas se percibía, siendo el vocalista principal el cantante que le acompaña en el escenario en segundo plano. Cierto que la artista suple su carencia vocal con un extenso repertorio de movimientos, coreografías, guiños y provocaciones. No esperaba que tuviera una voz impresionante en directo, como tampoco la tiene en los discos, pero tampoco esperaba que algunos temas sonaran a puro play-back.
El público, entre el que los heterosexuales eran clara minoría, se entregó desde el primer tema, bailando y saltando sin parar y coreando las máximas de las canciones más conocidas. Yo esperaba que interpretaran algún clásico de la etapa anterior de Alaska, pero únicamente una nueva versión de “Quiero ser santa” se dejó escuchar fuera del repertorio de los dos últimos discos de Fangoria.
En el intermedio, y también como acompañamiento coreográfico de Alaska en algunos temas, actuaron Leopardo No Viaja, un ejemplo de lo que ellas mismas consideran reggaeton travesti latino y que parece ser que están sonando mucho (yo ni me había enterado, lo siento…). Miss Topacio y Miss Malibú, las dos componentes del grupo, calentaron a conciencia a las primeras filas con una actitud muy acorde al evento, abanderado de la libertad sexual ante todo.
El concierto en general no estuvo mal, salvando los pequeños detalles vocales y acústicos, aunque en este caso sigo prefiriendo el sonido electrónico limpio de las grabaciones. Sí, he de reconocer que los directos me estresan y muchas veces el sonido no compensa el hecho de ver al artista en carne y hueso. Esto es lo que pasa cuando no se tienen ídolos, qué le vamos a hacer. Eso sí, la discoteca Dreams merece la pena, muy amplia y bien montada, con música aceptable tras el concierto, con varios ambientes y sonidos distintos. Una coca cola 4 euros, ahí es nada. Definitivamente mereció la visita (que tampoco se note mucho que no frecuento los lugares de marcha…).
PD.: Gracias a Ingrid por la foto.
Magazine - Rhythm of cruelty (1979)
Hace 3 horas
Hola
ResponderEliminarAh, ah, es que no todos los artistas hacen buenos directos. Hay algunos que yo llamaría "de estudio" y otros cuya música te parece muy buena en los discos e impresionante en un directo. Aunque creo que son los más instrumentales los que más se crecen en los directos.
Como ejemplos... Estaba harto de escuchar la música de Hevia, pero cuando tocó en directo en el castillo de Fuengirola fue diez veces mejor. En cuanto a mis llorados Nightnoise (ojo, el grupo, que hay por ahí un DJ que firma igual), en el último disco suyo que tengo (The white horse sessions), hay varias canciones grabadas en directo; concretamente, alguna en el Teatro Cervantes de Málaga (concierto que me perdí por chorradas, por no tener a nadie con quien ir, y de lo que me arrepiento muchísimo).
Lo que sí es verdad es que hay, también, músicos que pierden en un directo...
Un saludo.
Juan.
Juan, yo he de reconocer que los conciertos no me suelen satisfacer en la mayoría de los casos. Disfruto mucho si me conozco las canciones y puedo cantarlas y si el sonido en general es bueno. Si hay acoples, ruidos y similares ya me voy cabreando, y si a mi lado hay gente bebiendo o fumando ya me pongo de los nervios (más que nada por miedo a que me quemen una mano, como ya me pasó una vez, o que me tiren la copa por encima).
ResponderEliminarAún así tengo buenos recuerdos de algunos directos como el de Jean Michel Jarre en el Monte do Gozo de Santiago en 1993, que fue un espectáculo precioso. Uno que me sorprendió mucho en directo fue Miguel Bosé, del que no me esperaba gran cosa y sin embargo me emocionó muchísimo con sus canciones y su dulce voz.
De todo esto se puede deducir que no me disgusta tanto el sonido en directo como las aglomeraciones de gente XDD
saluditos!
Hola de nuevo
ResponderEliminarAh, claro, mirándolo así... Salvo a un concierto de Los Secretos al que asistí en un bar, el resto de conciertos a los que he ido son de estilo "finolis", con sillas, escenarios, etc... Y en el de Los Secretos, como estaba rodeado de chicas :-D - no es que la audiencia fuera femenina, sino que fui con una amiga que me consiguió la entrada y sus otras amigas -.
No sé si yo disfrutaría mucho con la gente dando botes y tirándome cosas :-).
Un saludo.
Juan.