No esperaba que esta película me gustara dadas sus características a priori: cine japonés lento, a veces difícil de comprender por sus costumbres ajenas al estilo occidental, con actuaciones de lo más inexpresivas y pocos diálogos. Todos estos aspectos son una constante en gran parte del cine oriental que, por otro lado, destaca por su inteligente tratamiento del color y la música.
No he visto demasiado cine japonés así que no puedo juzgar en profundidad. Sí he oído alabanzas de todo tipo al director Takeshi Kitano, favorito de algunas de mis amigas y uno de los realizadores más originales del momento. En el caso de “Dolls” he de reconocer que su trabajo tanto en guión como dirección es fantástico. Las interpretaciones siguen siendo tan sosas como siempre en los actores japoneses (será la marca de la escuela japonesa, qué sé yo) pero la profundidad del argumento hace que incluso el gesto más lineal transmita un poquito de sentimiento.
*** Spoilers! ***
“Dolls” cuenta tres historias cruzadas marcadas por el amor y la tragedia. En la primera, hilo conductor de toda la película, Matsumoto y Sawako son una pareja perfecta hasta que las presiones familiares obligan al chico a aceptar un matrimonio de conveniencia con la hija de su jefe. El dolor hace que Sawako intente suicidarse y, al enterarse, Matsumoto acude a su lado dispuesto a no abandonarla nunca más a pesar de que ella ya ha perdido la noción de la realidad.
En una segunda historia, Hiro es un anciano jefe de la Yakuza que siendo joven abandonó a su novia para dedicarse exclusivamente al trabajo. Ella continuó esperándolo cada sábado en el mismo banco del parque donde rompieron. Treinta años después, Hiro retoma la amistad con aquella antigua novia que ya no le reconoce, aunque tampoco esta vez la aventura podrá llegar a buen puerto.
Finalmente, Haruna es una estrella del pop a la que un grupo de fans siguen a todas partes con un amor casi obsesivo. Un accidente de automóvil trunca su carrera y decide ocultarse del mundo al quedar desfigurada. Nukui, su más ferviente admirador, preferirá quedarse ciego para poder estar con ella, aunque hay otros fans de Haruna que no lo tolerarán.
Todas las historias se tocan en algún punto de la cinta, con el denominador común de Matsumoto y Sawako, los “mendigos atados”, que arrastran su dolor errante por todo el metraje. Para que Sawako no se aleje y corra peligro, Matsumoto se ata a ella con una larga cuerda roja. Así caminan y caminan (a veces demasiado) intentando encontrar algo que les devuelva a él la ilusión perdida y a ella la cordura. Hay escenas realmente hermosas, muy metafóricas pero bien encajadas en la película. La pega, como en gran parte del cine japonés como ya comenté arriba, es que hay escenas inmensamente largas, repetitivas y que rozan el bostezo cuando quitándoles diez segundos habrían funcionado a la perfección. No es un gran defecto, pero hace que la película transcurra a veces demasiado lenta y se haga pesada.
*** Fin de Spoilers! ***
Muchos, muchísimos silencios que unas veces tienen fácil interpretación y que en otras ocasiones pierden su sentido dentro de un colorista universo visual. Supongo que Kitano tiene también la intención en esta película de hacer un ejercicio de imagen que transmita al espectador todos los sentimientos que no cuentan las palabras. En algunos momentos he de decir que lo logra con creces. La belleza de algunas escenas es infinita y la fotografía inmejorable. Estéticamente no podría poner ninguna objeción a este trabajo. Y en lo narrativo, la historia es más comprensible de lo que cabría esperar a pesar de la profusión alegórica y el abismo que nos separa del modo de vida japonés.
Tengo entendido que el cine de Takeshi Kitano tiene como denominador común una extrema violencia que, sin embargo, en esta película sólo se deja ver de refilón. La violencia aquí es sentimental, íntima, desgarradora anímicamente pero no explícita. La película tiene un tono onírico bañado de tristeza y varios cambios temporales a los que hay que estar muy atento para no perder el sentido de la historia. La forma de narrar no disiente mucho de sus anteriores producciones, las más conocidas quizás “Hana-bi. Flores de fuego”, “El verano de Kikujiru”, “Brother” o “Zatoichi”.
En “Dolls” es también memorable la utilización de las marionetas del teatro japonés Bunraku para contar lo que ocurre. Son escenas realmente emotivas a las que a medida que avanza la cinta se les encuentra ubicación. En general el conjunto es una preciosidad, un lujo visual y muy correcto desde el punto de vista argumental. Le sobran unas cuantas escenas para ser una película más cercana a la perfección y le falta un poco de expresividad en la sección secundaria del reparto. Del resto, un film notable para mi gusto, aunque no apto para aquellos que sólo busquen pasar un rato entretenido; es una película que requiere un esfuerzo mental y emocional intenso para que te llegue en todo su esplendor.
Magazine - Rhythm of cruelty (1979)
Hace 4 horas
Yo tuve una epoca bastante flipada por el cine asiático y me vi un chorro de pelis de este tipo. Ahora que me la has recordado creo que volvere a ver Dolls porque en su día me pareció un poco coñazo, a ver si ahora he madurado y puedo entender el arte :-)
ResponderEliminarPero vamos, del kitano creo que me mola mas el estilo de Hanna-Bi.
Sergio, yo me dormí viendo "Hanna-bi" pero quiero pensar que la culpa no es de la peli, sino que era tarde, estaba calentita en el sofá... esas cosas XDD Un día de estos la volveré a poner a ver si hay suerte y la veo completa.
ResponderEliminar"Dolls" es una película bastante adulta, en el sentido de que los sentimientos que muestra son demasiado duros para alguien que no haya vivido ya determinadas decepciones y dolores en su vida. Creo que por cercanía se comprenden mejor algunas de las actitudes de los protagonistas.
saluditos!
"Dolls"
ResponderEliminarComo ocurre con cualquier película rara que pasa por mis manos, siempre acabo viéndola varias veces. "Dolls" a pesar de haberla visto hace más de un año recuerdo que me pareció muy lenta aunque sí llena de contenido. Supongo que esta película es un intento de Takeshi por probar a hacer otro tipo de películas diferentes a las que nos tenía acostumbrado. Cambió el sonido de las balas por el silencio. No sé si tendrá alguna influencia de los trabajos de Kim Ki-Duk (La isla, Hierro 3, Time,...) u otro director semejante, sin embargo prefiero a este último, junto a su filosofía, los mensajes que transmite y sensaciones que los de Takeshi. Tal vez lo tenga encasillado con el cine de acción. Realmente "Dolls" no me ha gustado lo suficiente como para volverla a ver.
NimRi, es cierto que "Dolls" transcurre lenta, a veces incluso demasiado. Como yo no he visto nada más de Kitano no puedo decir si prefiero este estilo o el habitual suyo, pero intentaré remediarlo pronto XD Por cierto, intentaré buscar también algo del otro director que comentas, Kim Ki-Duk, que creo que alguien más me habló de él y ya tengo curiosidad.
ResponderEliminarun beso
Pues, yo creo que, en muchas ocasiones donde hablas de alguna película o de cine, he comentado algo sobre Kim Ki-Duk. No es que conozca muchos directores de cine orientales, pero respecto a este, aunque no me gusten todas sus películas, puedo decir que la mayoría sí. Lo considero personalmente como uno de los mejores actualmente.
ResponderEliminarLo malo de todo es que los cines siempre están "copados" de películas estadounidenses, y pocas veces podemos disfrutar de obras raras para personas raras.
LLegué a pensar que con la llegada de la TDT y la amplia gama de canales, se podrían ver joyas de este estilo, pero desgraciadamente parece ser que no,... por lo menos en estos momentos.