No podía ser de otro modo. Esta semana tengo la obligación moral de dedicar la música de Lillusion a Antonio Vega, un genio de la composición y la guitarra al que jamás se le podrá pagar todo lo que aportó a la escena musical española. Sus letras eran su signo de calidad, sus vivencias profundas, sus historias sentimentales, sus dudas tan humanas.
Antonio Vega nos dejó para siempre ayer a causa de un cáncer de pulmón. Su estado físico estaba muy deteriorado desde hacía años, consecuencia directa de su relación con las drogas, de las que nunca se había podido desmarcar del todo. El genial compositor madrileño arrastró siempre, desde los primeros ochenta, los problemas derivados de la adicción que le llevaron en parte a separarse de Nacha Pop en 1988 para iniciar su carrera en solitario.
A pesar de todo, a pesar de que para mí ya era un desasosiego brutal verlo tocar en directo, a pesar de que en los últimos años apenas salía un hilo de voz de su garganta, de que arrastraba con pasos temblorosos su figura por el escenario y su boca sin dientes era la carta de presentación de un cadáver en vida, Antonio se mantuvo ahí hasta el final. Sus últimos conciertos los daba hace apenas un mes y sus seguidores decían que sonaba mejor que nunca. Yo prefiero recordarlo hace una década, cuando su salud todavía no hacía a la gente preguntarse qué le ocurría y su música era lo primero que llegaba al público en vez de su destartalada imagen.
A mediados de los noventa fui a un par de conciertos suyos. Me encantó y sus canciones siempre me han parecido pequeñas joyas musicales. Sus letras, con tanta filosofía autobiográfica, plasman esas pequeñas parcelas de intimidad que el autor nunca ha querido desvelar del todo, en parte por timidez y en parte por salvaguardar su profesionalidad. Sus secretos, sin embargo, siempre han sido voceados por todos y los rumores han perseguido su carrera desde el final de Nacha Pop.
Hace un tiempo dediqué un post precisamente a Nacha Pop, con su emblemático “Chica de ayer”. Hoy, prefiero que suene un tema que no es de Antonio Vega pero con el que él mismo decía que se sentía muy identificado: “Para bien y para mal”. Lo compuso Nacho Béjar para el disco de Antonio de 2001, “De un lugar perdido” y es un fiel reflejo de lo que ha sido el vaivén en la vida de este genio de la música que vivió demasiado deprisa para luego frenar en seco. Por suerte, nos queda su música, que lo hará vivir eternamente: “Una décima de segundo”, “Lucha de gigantes”, “El sitio de mi recreo”, “Háblame a los ojos” y cientos de temas más que nos ha legado “ese chico triste y solitario” al que hace 15 años ya le hicieron un homenaje póstumo en vida.
Por haberme acompañado musicalmente en tantos momentos de mi vida y haberme hecho emocionar, hoy suena Antonio Vega, "Para bien y para mal".
Magazine - Rhythm of cruelty (1979)
Hace 3 horas
Hola
ResponderEliminarPues sí, se nos ha ido Antonio Vega... La de artistas de su época que directa, o indirectamente como en este caso, se nos han llevado las malditas drogas.
Aún era joven.
Un saludo.
Juan.
Hasta ayer no me enteré que además de lo que has comentado, arrastraba una depresión desde que su pareja murió hace unos 8 años.
ResponderEliminar"Una décima de segundo" es una canción que nunca me cansaré de escuchar.
Bonito homenaje el que le haces desde tu blog, Lillu.
ResponderEliminarLa verdad es que cada vez daba más la impresión de que la vida le estaba regalando momentos aquí porque era evidente cómo se encontraba física y sicológicamente desde hacía ya tiempo.
Es una pena siendo como era un hombre con tanta valía y tan admirado.
Como tu dices, nos queda su música y eso le hace de alguna forma inmortal.
Juan, los 80 dejaron mucho talento y mucho dolor a causa de las drogas. Antonio Vega era, efectivamente, todavía joven, aunque su cuerpo dijera lo contrario.
ResponderEliminarLoquemeahorro, cuando murió su compañera Marga yo pensé que él iría detrás, aunque consiguió sobrevivir. La depresión, en efecto, le ha acompañado desde entonces, aunque creo que en los últimos tiempos tenía una nueva pareja y parecía que podía remontar con nuevos proyectos vitales.
JuanRa, cuando alguien se va prematuramente siempre hay el consuelo de que al menos nos queda su legado, en este caso, su música. Yo no podía ver a Antonio Vega en los últimos años, porque me daba muchísimo bajón, pero me encantaba seguir escuchándolo.
saluditos
Uno de los grandes lillu, parece que a la industria de la musica los genios ya no les sale rentable, asi que creo que hasta que vuelva a aparecer alguno como este van a pasar algunos años.
ResponderEliminarTe leo, ciao
Se fue uno de los grandes del pop nacional. De eso no hay duda.
ResponderEliminarAbrazos
Andrew, el talento escasea en todos los ámbitos pero en la música se nota mucho más, no sé por qué.
ResponderEliminarSommer, y tan grande. Como dice mi padre, ya no hay compositores como los de antes :)
saluditos