Hoy 24 de octubre se celebra el Día Internacional de las Bibliotecas, esos lugares extraños y llenos de libros a los que muchas personas son alérgicas por su silencio y alta concentración de sabiduría. Por suerte, a la mayoría de mis lectores sé que les encantará celebrar este día y tendrán maravillosos recuerdos de la infancia, cuando empezaban a desarrollar sus hábitos de lectura y su principal fuente de libros eran las bibliotecas públicas.
Cuando yo tenía 10 años vivía en un pueblo muy pequeño, donde ni siquiera había biblioteca municipal. La mayoría de los libros que leía por entonces (colecciones del estilo de Enid Blyton con "Los Cinco", "Los Hollister" o "Los gemelos") los cogía en la biblioteca del colegio, a razón de dos o tres por semana. Con los años, cada vez que me trasladaba a una ciudad nueva lo primero que hacía era localizar la biblioteca pública, hacerme el carnet de préstamo y seguir leyendo. He tenido temporadas de leer mucho, poco e incluso nada, pero siempre he retomado con ganas mi pasión por los libros y por vivir las historias que me cuentan.
Ahora mismo casi todas las obras que leo provienen de la Biblioteca del TEA, un moderno ejercicio arquitectónico que alberga una parte importante de la oferta literaria de esta ciudad y que sin embargo en su página ni siquiera tiene actualizada la información sobre la biblioteca, después de casi un año desde su apertura. Al menos el préstamo funciona bien y el centro tiene un horario muy cómodo para visitas y consultas.
Pero la del TEA no es, ni de lejos, una de las bibliotecas más bonitas del mundo. Un artículo que encontré curioseando por la red muestra una pequeña selección de las bibliotecas más hermosas, entre las que hay verdaderas obras de arte. Posiblemente pudiera estar también en esa lista uno de los centros de cultura más conocidos de la antigüedad, la desaparecida Biblioteca de Alejandría, a la que hace referencia la fantástica película de Alejandro Amenábar, "Ágora".
Feliz Día de la Biblioteca!
*** La imagen que ilustra este post, pertenece al artista holandés Job Koelewijn y lleva el título de "The Infinite Bookcase" o "la biblioteca infinita". Lo que daríamos algunos por tener una biblioteca así, no? :)
Magazine - Rhythm of cruelty (1979)
Hace 2 horas
Que vivan y pervivan las bobliotecas.
ResponderEliminarun abrazo
Pues feliz dia!! Yo la verdad, es que las piso poco... de peque, la del cole si.
ResponderEliminarPero luego, casi nunca se me ha ocurrido ir alli a buscar un libro. ¿Que cosas verdad?
Mi relación con las bibliotecas se limita a mis tiempos universitarios, donde aparte de las consultas pertinentes (no teníamos la suerte de tener internet aún)las utilizaba para estudiar, tanto fue así que llegó un momento que fue incapaz de estudiar en casa y acudía a la biblioteca de la facultad a diario. El ambiente, ver a toda la gente haciendo lo mismo que yo, era un acicate para dedicarme a estudiar y vencer la pereza, unas veces con mayor aprovechamiento del tiempo y otras con menor. Desde entonces nada; claro que tampoco tengo ninguna cerca de casa, lo cual me ahorraría mucho dinero en lecturas.
ResponderEliminarAsí pues, felicita a la biblioteca de mi parte la próxima vez que visites una.
Un saludo
Siempre me han encantado. La tranquilidad, la paz, el silencio que parece emanar de las páginas... Como un refugio del ruido y las prisas de la calle, una burbuja que conecta con mil mundos distintos.
ResponderEliminarEa, feliz día con retraso. Y qué maravilla de fotos.
Yo a la biblioteca de mi barrio he ido más que algunos de los trabajan ahí :-)
ResponderEliminarA estudiar, a sacar libros, a intentar asesinar a los que hacen ruido lanzando miradas asesinas....
¿El último día que fui? el viernes pasado
¿el próximo? pues creo que el 5 de noviembre, a devolver libros, pero aprovecharé y sacaré más libros y así por muchos años, en esa o en la que me dejen (tengo carnets de 3 tipos de biblioteca, y si me dejaran, me haría más).
Joselop44, vivan!! :D
ResponderEliminarJose, a mí me ha dado por temporadas, sobre todo cuando ya me he leído todo lo que me han regalado tras las Navidades o mi cumple, jeje.
Sese, yo también viví esa época de tener que hacer trabajos y consultas mirando libros en la biblioteca porque aún no había internet... qué tiempos!! Yo tengo suerte que me pilla la que comento en el post bastante cerca, así que, como dices, me ahorro un buen dinero en libros.
Zorrocloco, estoy de acuerdo; me encanta respirar ese ambiente de paz y cultura :) Aunque en las fotos del enlace no figura, la Universidad de Santiago de Compostela tiene también una verdadera joya de biblioteca, la de la facultad de Geografía e Historia. No he encontrado foto, pero es digna de ver también.
Loquemeahorro, a mí me da más pereza ir a las que me quedan lejos de casa, la verdad, pero me parecen lugares maravillosos y pienso hacer como tú, seguir sacando libros mientras me dejen :D
saluditos!
Hola
ResponderEliminarYo hace ya muchos años que no piso una biblioteca :-(. Me gustaba muchísimo pasar tiempo en la biblioteca de mi facultad, la de Ciencias de Granada, que era inmensa y estaba llena de joyas. Luego estuve un tiempo consultando libros de matemáticas en la de Málaga, pero, desde hace unos años, ni las piso.
También recuerdo muy buenos ratos, cuando estaba en el instituto, hace 20 años o más, pasados en la biblioteca de mi pueblo, leyendo unos libros a los que no podía acceder de otra forma. Ahora, para documentarte, te basta con el ordenador.
Un saludo.
Juan.