lunes, 21 de abril de 2014

Vivir con un gato (II): Dieta rica en fibra

Puedo dejar de posar ya??
Dieta rica en fibra animal, se entiende, lo que básicamente significa que tus platos se enriquecerán con pelos de gato y llegará un momento en que esos pelos se harán materialmente inseparables de casi cualquier cosa que decidas llevarte a la boca. 

Cuando pensamos en encontrar un pelo en la comida, cualquiera de nosotros sufriría una pequeña arcada y automáticamente expresaría una mueca de asco. Imagínate que el pelo no es tuyo, sino de otra persona. Peor, no? Pues imagínate que ni siquiera es humano, sino de tu mascota! La primera reacción es dejar de comer, tirar el plato, separar esa parte donde has encontrado el pelo... 

Pero hablábamos en la primera entrada de "Vivir con un gato" de que tu felino forma parte de la familia y todos sabemos que a la familia se le permiten muchas más cosas que a los desconocidos y, generalmente y como bien señala el dicho, la confianza da asco. Con el tiempo, y aunque parezca mentira, separarás el pelo como si fuera tuyo y seguirás comiendo tan tranquila. Eso si lo encuentras y no lo digieres alegremente mezclado con el guiso sin enterarte de nada.

Vale, llegados a este punto me olvidé de avisar a los lectores de que no leyeran si eran personas escrupulosas o aprensivas... Lo siento! (Mamá, no leas más!!)

Nuestra gata tiende a venir a olisquear nuestros platos cuando vamos a comer. Normalmente no toca nada y solemos apartarla antes de que además suelte más pelos de los necesarios en nuestra comida. Pero algunas veces sí la hemos pillado metiendo la cabeza en nuestros vasos de agua y lamiendo tan tranquila. En ese caso retiramos el vaso, por supuesto, pero... cuántas veces lo habrá hecho sin que nos hayamos enterado?! A veces es mejor no pensar en esas cosas, verdad? :P Mientras preparamos la comida, es prácticamente imposible que alguno de los pelos de River, que flotan o están adheridos a nuestra ropa, no caiga en las ollas. Convivir con sus restos de ADN se ha hecho tan habitual que casi ya ni resulta molesto. 

No molestar. Gata llenando de pelos la funda nórdica.
Además, aunque se supone que a los gatos no les gusta el dulce porque sus papilas gustativas no tienen los receptores adecuados para ese sabor, nuestra niña peluda ha mostrado a veces bastante interés por las migas de los bizcochos que yo preparo. No lo hace a menudo por suerte, ya que parece ser que tampoco le conviene demasiado; el dulce puede causar problemas estomacales y cólicos en los gatitos, algo que ya viene de serie en muchos felinos que vomitan además las bolas del pelo que se tragan al limpiarse (seguro que todos estáis recordando al Gato con Botas de "Shrek 2").

Como veis, esto de convivir con un gato sigue siendo un asunto muy peludo. Os ocurre lo mismo a los que convivís con gatos, perros u otras mascotas de frondoso pelaje? :D

11 comentarios:

  1. Cuando Caos vivía era un gran amante de los vasos (ajenos) de agua. Y yo ya pasaba y seguía bebiendo tranquilamente, total, si luego le llenaba de besos.

    Con Coco y con Eme es que directamente a veces me han metido la lengua hasta el paladar, aunque no soltaban pelo. Y da mucho más asquete en un perro que en un gato, créeme.

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  2. Cattz puedo imaginar esos besos perrunos... ays! XDDD Yo no soy excesivamente escrupulosa, pero si veo a River lamiendo mi comida no puedo evitar pensar dónde habrá metido la lengua antes :P Aquí sí que ojos que no ven... jajaja.

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  3. Aysss, yo también sufro el ataque de los pelos! De hecho ahora mismo estamos en plena invasión peluda típica de primavera... Lo dicho, me voy a por el aspirador ;)

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  4. Sí, la respuesta es SÍ. Pelos, pelos y pelos que aparecen en todas partes, y que efectivamente, llega un momento que te empiezan a dar un poco igual.

    ¿que haya bebido alguna vez de mi vaso y no la haya visto? Pues no te digo yo que no, pero bueno... ¿no son los animales más limpios del mundo? :-)

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  5. Noemí, River también está soltando muchísimo pelo últimamente. En breve nos tocará aspirar de nuevo edredones, alfombras y toda superficie que haya rozado en los últimos días.

    Loque, no, si limpios son, y mucho! Pero lo que digo, es un miembro más de la familia y amar es compartir... :P

    saluditos!

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  6. Lo dicho, mejor no verlo ni pensarlo demasiado.

    En mi casa hubo muchos perros y gatos a lo largo de los años pero al vivir en el campo los dejábamos por fuera de la casa, asi que no recuerdo pelos en la sopa.

    Lo verdaderamente fastidioso es desarrollar una alergia al pelo de los animales como le ha ocurrido a mi hermana. A buenas horas se podría ella tumbar en ese edredón de la foto... xDD

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    1. JuanRa, por suerte ni mi pareja ni yo somos alérgicos a los pelos de gato. En este edredón no se nota tanto pero tenemos uno oscuro en el que se ven todos y cada uno de los pelos que la pequeñaja gatuna va soltando. Y yo creo que lo hace a propósito porque en cuanto colocamos ese edredón recién lavadito sobre la cama lo primero que hace es echarse encima y empezar a revolcarse. Ays!! :P

      saluditos!

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  7. Lo de olisquear la comida me lo conozco, y meter el morro a beber en nuestros vasos también! A mi gato además le encanta mordisquear cortezas de queso (que tiene prohibidísimas) y restos de pan.
    Ah, y las infusiones de valeriana le vuelven loco!

    Es verdad que al final quitas los pelitos y sigues comiendo, qué remedio xD.

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    1. Liliana, yo creo que les pasa como a los humanos, que lo que menos debemos comer es lo que más nos llama la atención, jaja.

      La convivencia con River me ha hecho al final menos escrupulosa, porque sino viviría en un continuo sufrimiento quitando pelos XD

      saluditos!

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  8. Me encantan los gatos pero les tengo una alergia feroz... ¡Maldigo al mundo por ello!

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  9. En la actualidad vivo en un piso donde no puedo tener mascotas pero en casa de mis padres sigue estando uno de mis gatos (el que queda) y es bastante peludo. Aún así no suelta casi pelo. Y en la comida de los domingos nunca me encuentro nada. ¡Jajaja! Tengo esa suerte. En la sobremesa ya es otro rollo: se acuesta en mi regazo y ahí ya llevo yo casi tanto pelo como él.
    Y Piticli -que así se llama- adora mis bizcochos. Sobre todo los bundt. Como llevan mucha mantequilla, nata fresca y huevo… ¡No veas! Chilla en lugar de maullar en cuanto huele que llevo uno para postre los domingos. ¡Jajajaja! Sólo le damos miguitas porque tiende a vomitar todo lo que le sienta mal y no le conviene y luego se pasa un día entero quejumbroso y alicaído.

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