viernes, 30 de abril de 2010

Wall·E


En contra de la opinión de mucha gente, he de decir que “Wall·E” me ha gustado bastante más que “Up”. De hecho, en general me parece bastante menos infantil que la peli de los globos y creo que de fondo trata un tema mucho más interesante, como la alienación de los humanos y la creación de deseos a través de la publicidad. Pero sin entrar en tanta profundidad temática, la película me ha enternecido muchísimo.

*** Spoilers! ***

“Wall·E” es un robot encargado de empaquetar basura en una ciudad polvorienta y abandonada, al igual que el resto del planeta. El simpático robot es el único de su gama que queda en activo y, con la única compañía de una cucaracha, (es un dato científico que las cucarachas serán los únicos seres vivos que resistirían un holocausto nuclear) realiza pacíficamente sus monótonas actividades. Hasta que un día aparece otro robot en la ciudad, Eve. La nueva chica-máquina está programada para encontrar signos de vida en el planeta devastado por la basura, hecho que significaría la posibilidad para los humanos de regresar y reiniciar la civilización.

Ante la presencia masiva de desechos, la raza humana ha sido recluida en un crucero espacial en el que se limitan a vivir despreocupados, disfrutando de comida rápida y ocio cibernético. Las relaciones sociales se mantienen a distancia y la falta de necesidades motrices hace que incluso los humanos del 2.700 hayan perdido la costumbre de caminar. Viven sobre tumbonas flotantes en las que se desplazan, comen y duermen, ajenos a la situación de su antiguo planeta que la mayoría de ellos nunca han pisado. El descubrimiento de Eve, que halló una pequeña plantita en la Tierra, abre la opción del regreso, pero devolver a esos seres inútiles al planeta 700 años después no entra en los planes programados del Gobierno.

De forma secundaria pero no menos importante asistimos a la “historia de amor” entre Wall·E y Eve. Tras muchos años solo, el tierno y eficiente robot encuentra por fin a alguien con quien compartir su día a día rodeado de desperdicios.

*** Fin de Spoilers! ***

La película no se desvía demasiado de los temas habituales de Pixar, con dosis de emoción, ternura y humanización de objetos. En este caso el resultado es muy completo para mi gusto, sin demasiados altibajos, aunque hay quien opina que la primera media hora es lo mejor de la película, justo hasta la irrupción de Eve en escena. A mí me parece que ahí la cinta cambia de rumbo pero no empeora, en absoluto. En general me parece una película preciosa. Es inevitable al verla recordar también aquel otro entrañable robot de los ochenta, el número 5 de "Cortocircuito", del que estoy segura que Wall·E ha tomado más que inspiración.

“Wall·E” figura en el puesto 45 del Top 250 de las mejores películas votadas por los usuarios en el IMDB. Se trata además del primer film de animación que figura en ese ranking, incluso por delante de la fantástica película de Miyazaki “El viaje de Chihiro”. Para los que siguen prefiriendo “Up” (entre los que no me incluyo) decirles que aparece un poco por debajo, en el puesto 77.

Por cierto, si no lo digo no descanso: a quién se le ocurriría ese horrible subtítulo español del cartel, “Pillado hasta las tuercas”! (si en el original también es así me tragaré mis palabras :P). Es una manera de simplificar todo el argumento de un modo bastante burdo y mucho más infantil de lo que se puede ver en la película. Y no puedo evitar que me recuerde al tráiler con montaje de cachondeo que se hizo para los Goya de “Celda 211” bajo el título de “Movida en la 211”… Si alguien no lo vio, por favor que no se lo pierda porque es genial!

miércoles, 28 de abril de 2010

Mike Oldfield

Hace unos días mi padre me pidió que le ayudara a poner unos tonos de llamada en su nuevo móvil. Entre sus favoritos estaba uno de Mike Oldfield que me ha inspirado para esta entrada, puesto que este genial compositor y multiinstrumentista inglés todavía no había aparecido por el blog.

Procedente de una familia de músicos, Mike Oldfield es conocido por sus piezas instrumentales, sobre todo de género new age, electrónico y experimental. Desde su primera incursión en el mercado musical, con el apreciado álbum “Tubular Bells”, en 1973, su carrera fue imparable y cosechó numerosos éxitos con todos sus trabajos. El enlace de arriba de la Wikipedia contiene un extenso artículo sobre sus producciones, para los que le interese.

La mayoría de sus temas eran orquestales, sin letra, aunque a lo largo de los años él mismo cantaría algunos y también contaría con la participación de otros intérpretes para ponerle voz a sus canciones. Una de sus colaboradoras más asiduas fue Maggie Reilly, una cantante escocesa responsable de la parte vocal de algunos de los temas más recordados de Oldfield en los años ochenta: “Moonlight Shadow”, “Family man”, “Foreign affair” o “To France”. Eso sin olvidar el fantástico “Islands” que interpretó Bonnie Tyler con su voz rasgada en 1985, incluido en el álbum del mismo título.

De entre todas las bellísimas canciones que conozco de Oldfield es “To France” la que he elegido para que suene en Lillusion esta semana. El tema se incluyó en el disco de 1984 titulado “Discovery” y estaba inspirado en la vida de la reina de Escocia, María Estuardo.


martes, 27 de abril de 2010

Hiyab

Con la polémica desatada estos días acerca de permitir o no el uso del velo islámico (denominado hiyab) en los colegios, me he acordado de un cortometraje que vi hace ya unos años. El corto “Hiyab”, escrito y dirigido por Xavi Sala en 2005, abordaba exactamente el mismo asunto, con lo que se demuestra que el problema no es nuevo y que seguramente todavía seguirá dando que hablar durante más tiempo.

En los últimos días hemos asistido al desarrollo público del caso de Najwa Malha, una adolescente de 16 años expulsada de las clases de su instituto en Pozuelo de Alarcón varias veces por usar el tradicional hiyab de su religión. El uso de esta prenda contradice las normas del colegio, libre para dictar su propio reglamento dentro del centro. De igual modo se prohíbe en ese instituto utilizar gorras o sombreros en el interior de las aulas. Existen otros colegios en la misma comunidad de Madrid que sí permiten a sus alumnas llevar el hiyab. Eso sí, mal ejemplo da desde mi punto de vista ese colegio que ayer mismo por la tarde cambió su normativa para impedir el uso del velo en sus instalaciones, evitando así la matriculación de Najwa. Los directivos dicen que con esa decisión pretenden evitar la segregación, aunque yo creo que es precisamente todo lo contrario.

El caso es que, indagando un poco, he leído que el hiyab no es tanto un símbolo impuesto como de elección personal, con una amplia tradición en la religión musulmana. No tiene nada que ver con el chador iraní o el burka, que cubre a las mujeres de los pies a la cabeza y dificulta la comunicación con otras personas, puesto que el hiyab deja al descubierto la totalidad de la cara de las mujeres. La Wikipedia tiene un extenso artículo sobre la historia y el porqué del uso del velo islámico por las mujeres musulmanas, con interpretaciones que en la mayoría de los casos nada tienen que ver con la sumisión y represión que podríamos entender los no creyentes en ese gesto.

Mi opinión personal es que no me molesta que alguien lleve un velo cubriendo su cabello si así se siente mejor, puesto que esa imagen no me ofende mientras haya contacto directo de la mirada y el resto de la expresión del rostro. Existe la misma libertad para que los católicos lleven un crucifijo al cuello, por ejemplo, o que otras mujeres lleven camisetas cortas enseñando el ombligo e incluso el sujetador, algo que personalmente me molesta bastante más que ver a alguien con un velo.

Los que piensan que los musulmanes deben aceptar en España nuestras costumbres se olvidan de que la Constitución ampara la libertad religiosa y de culto, por la que cada persona puede practicar la religión que desee y exteriorizar su fe sin ser perseguido por ello. Yo no soy religiosa ni conozco a fondo las creencias islámicas, pero creo que deben respetarse al igual que las demás, mientras no se obligue a nadie a practicarlas contra su voluntad.

Os dejo con el corto, que muestra el velo como un signo de identificación personal para esa niña que podría ser Najwa. El caso del corto no es exactamente el mismo, pero el fondo de la cuestión sí.



*** La primera imagen corresponde a este interesante artículo de RTVE que analiza la prohibición del velo islámico en varios países europeos.

viernes, 23 de abril de 2010

Día del Libro

Hoy es el Día Internacional del Libro y, como amante y defensora de la lectura, he querido hacer una pequeña revisión de los libros que más me han marcado a lo largo de mi vida. Sólo de algunos, claro, porque la lista de todos los que han tenido algún significado especial para mí sería demasiado larga.

He de decir que, en realidad, no soy una buena lectora. Leo bastante despacio y me cuesta concentrarme. Además, soy muy selectiva con los géneros y tengo problemas con determinados tipos de obras como la poesía o la literatura fantástica. Eso sí, cuando empiezo un libro rara vez lo dejo sin terminar. Por extensión, nunca me salto páginas, por muy árido que me parezca lo que me están contando; pienso que hasta esos fragmentos infumables se merecen un respeto y además siempre tengo miedo de perderme algo crucial para el desenlace, oculto en la espesura de esas letras.

A lo largo de mi vida no he leído más que unos pocos centenares de libros. En mis años mozos alcanzaba la veintena fácilmente, pero ahora ya me cuesta superar las doce o quince lecturas anuales. De entre todos esos libros, los siguientes han marcado un antes y un después en mi universo personal:

- El misterio de la isla de Tökland (Joan Manuel Gisbert): Se trata del primer libro que disfruté de forma consciente cuando era niña, después de las típicas series de Enid Blyton y similares que leía más rápido de lo que jamás he vuelto a leer. “El misterio de la isla de Tökland” significó para mí el comienzo de la selección literaria, del gozo personal de la lectura, de la elección de novelas que me entretuvieran y tuvieran además alguna profundidad.

- El americano impasible (Graham Greene): Mi primer novio me prestó este libro cuando yo desconocía prácticamente toda la literatura moderna norteamericana. Hasta entonces había leído unos cuantos clásicos y bastantes obras de autores españoles o latinoamericanos, pero nada que abordara temas socialmente comprometidos ni de corte político. Para mí leer ésta y otras novelas similares fue como abrir la mente a un mundo desconocido.

- Héroes (Ray Loriga): Con veinte años me encapriché de este escritor. Yo llevaba años escribiendo mi primera novela y necesitaba referentes modernos con los que poder sentirme identificada. O al menos pensar que era posible publicar libros aunque se fuera joven. Me regalaron este libro y durante los años siguientes seguí muy de cerca la carrera de Loriga, aunque hoy, 15 años después, mi visión sobre las posibilidades de vivir de la literatura ha cambiado un poco.

- Territorio comanche (Arturo Pérez-Reverte): Estaba terminando la carrera de periodismo cuando leí “Territorio comanche”, cuando Pérez-Reverte todavía era más conocido por ser reportero de guerra que por su faceta de escritor. Para los periodistas de mi generación era como un ídolo, un hombre que no tenía miedo a nada ni a nadie y no se cortaba a la hora de dar abiertamente sus opiniones. Por suerte, la lectura de este libro no influyó en mejorar mi maltrecha vocación periodística, pero sí me reafirmó en la convicción de que podía y debía escribir si eso era lo que mi corazón me dictaba.

- Un viejo que leía novelas de amor (Luis Sepúlveda): Fue la primera novela con la que lloré. La leí con veintitantos años y recuerdo sorprenderme de que me resbalaran las lágrimas incontenibles por las mejillas. Hasta ese momento había lecturas que me habían emocionado pero nunca hasta el extremo de “sufrir” en carnes propias lo que leía. Desde entonces decidí meterme de lleno en todo lo que leyera, viera o escuchara, tanto para bien como para mal.

- El alquimista impaciente (Lorenzo Silva): El cambio de siglo no me sentó bien y sufrí una grave crisis personal. Perdí la ilusión por muchas cosas, entre ellas la escritura y la lectura, además de la inestabilidad emocional que me costó mucho esfuerzo recuperar. Tras muchos meses de sequía literaria leí “El alquimista impaciente” y las musas volvieron a mí. Inicié entonces mi segunda novela que, aunque todavía hoy sigue inacabada, me devolvió la confianza en mí misma y en mis posibilidades de plasmar con palabras lo que pasaba por mi mente.

- Crónica de una muerte anunciada (Gabriel García Márquez): Me arrepiento de haberme iniciado tan tarde en la literatura de este genial autor. Este fue el primer libro suyo que leí, que me cautivó y que me demostró que la perfección literaria puede existir. Creo que es la novela que más veces he releído y lo hago de nuevo siempre que tengo una tarde libre, para demostrarme a mí misma que no hace falta una gran sorpresa, ni una gran extensión, ni nada espectacular para parir una gran obra.

- ZigZag (José Carlos Somoza): Esta fue la novela que me acercó por primera vez al universo de la ciencia ficción, a un tipo de narración científica de la que suelo huir conscientemente pero con la que Somoza consiguió engancharme sin remedio. Fue además uno de los libros que más miedo me ha hecho pasar, un sentimiento fantástico cuando eso es realmente lo que la obra pretende. Con Somoza recuperé la confianza en los escritores, que de repente parecían haberse hundido todos en un panorama literario sinsentido de best-sellers previsibles y aburridos.

- Sin City (Frank Miller): Aunque figure en último lugar, cronológicamente mi primer contacto con Frank Miller y las novelas gráficas se sitúa en el año 2000, gracias a mi pareja de entonces y hoy amigo GeekDraz. Mi relación con el mundo del cómic hasta entonces había sido muy limitada, pero desde que leí “Sin City” supe que el formato podía transmitir muchísimo más de lo que yo creía. Aunque no me he convertido en una gran lectora de cómics, sí suelo leer novelas gráficas de vez en cuando y disfrutarlas mucho.

Me he extendido un poco más de la cuenta, pero había que celebrar el Día del Libro :) Estoy segura de que vosotros también habéis leído alguna vez algún libro que os cambió la vida.

jueves, 22 de abril de 2010

Día de la Tierra

Hoy se celebra el Día de la Tierra por 40º año consecutivo. El planeta no está precisamente en estos últimos tiempos para tirar cohetes, con fenómenos meteorológicos castigándola por todas partes, pero ahí está aguantando el tirón.

Y en este día especial he decidido mostraros de nuevo mis plantas de pimiento! Os habíais olvidado de ellas? Pues ahí siguen creciendo, algo impensable cuando salieron aquellos brotes ínfimos de las semillitas de un pimiento verde.

Una amiga me cuidó las plantas durante las vacaciones, mientras yo estuve fuera, y algunos bichillos atacaron las hojas ya que ella tenía los tiestos en exterior. Tuvieron que echarle azufre a la tierra y las hojas para eliminarlos, pero mis plantas son fuertes y siguen creciendo y echando nuevas hojitas. Ahora tengo en total cuatro plantas de pimiento, tres en un tiesto y una en otro, que miden entre 25 y 40 cm. de alto.

Aprovechando las fechas he decidido hacer nuevos experimentos botánicos y si nace algo os mantendré informados.


Mis recién recuperados pimientitos son el escenario que he elegido también para fotografiar a Lila, esa muñequita preciosa que me regaló hace unos días mi amiga R. No os dejéis engañar; las flores de la planta son de plástico :P

miércoles, 21 de abril de 2010

INXS

He tenido problemas para decidirme por el tema de esta semana. Tenía claro que sería uno de INXS, esta banda australiana liderada por Michael Hutchence hasta finales de los noventa, pero hay tres canciones suyas que me encantan y que quizás sean sus tres temas más conocidos también. Se trata de “Need you tonight”, de 1987, que fue su primer número uno en las listas de éxitos estadounidenses; “Suicide blonde”, primer sencillo de su disco de 1990; y la que al final ha sido la elegida, “New sensation”, también incluida en el álbum “Kick” de 1987.

Aunque el grupo sigue en activo su carrera sufrió el más duro revés con la pérdida del vocalista Michael Hutchence, que fue encontrado muerto en una habitación del Hotel Ritz de Sydney en noviembre de 1997. La noticia del suicidio del cantante, en cuyo cuerpo también se encontraron restos de numerosos medicamentos, causó conmoción en el panorama musical. Ese mismo año INXS cumplía 20 años de carrera y pensaban celebrarlo con una gran gira mundial, que lógicamente fue cancelada.

A pesar de las críticas a la actitud de Hutchence, con una pose al estilo de Jim Morrison, INXS fue casi todo lo que fue gracias al cantante y su magnetismo. Los hermanos Farriss, fundadores originales de la banda, continuaron tocando un tiempo después con vocalistas temporales, entre los que estaba Terence Trent D’Arby. En 2004 el grupo participó en el reality show “Rock Star” para seleccionar a un cantante definitivo, que resultó ser el canadiense J.D.Fortune. INXS grabó con él un nuevo disco en 2005, pero en la actualidad el vacío vuelve a brillar en la sección vocal del grupo australiano, que no ha podido olvidar a Hutchence.

Yo tampoco he escuchado nada nuevo de INXS desde el fallecimiento de Hutchence, así que me quedo con sus grandes clásicos, entre ellos este “New sensation” que suena esta semana en Lillusion.

martes, 20 de abril de 2010

Cruz del Sur

Cruz del Sur” es un pequeño cómic, de apenas 50 páginas, escrito por Luis Durán e ilustrado por Raquel Alzate, que se publicó a finales de 2004. Se trata de una especie de cuento en el que la naturaleza cobra un gran protagonismo y el dibujo intenta expresar sentimientos como el abandono, el miedo o la soledad. Tenía curiosidad por leerlo, sobre todo por lo intrigante que parecía su temática.

*** Spoilers! ***

El argumento nos traslada a la Francia del s. XIII, en el momento en que los soldados están ajusticiando a una bruja en el bosque, acusada de ejercitar sus malas artes en contra del señor feudal. La hija de la mujer, Iliane, que tiene apenas ocho años, es acogida en el castillo de Cruz del Sur como esclava, aunque todos sospechan que ella también tiene dotes de brujería. Allí vive también Dominique, un muchacho abandonado por un grupo de feriantes que sirve de cruel entretenimiento para el hijo del feudal y su bufón. Entre los dos pequeños huérfanos surge enseguida una simpatía mutua, sabiéndose ambos especiales, él hijo del Viento y ella del Bosque.

Con los años, el hijo del feudal se encapricha de la niña, convertida en una hermosa jovencita, e intentará por todos los medios poseerla. Sólo Dominique, al que el viento protege de sus abusadores, acudirá en ayuda de Iliane, a la que su madre llama incesantemente desde el bosque. Allí, la madre naturaleza continuará su venganza contra los soldados asesinos de Cruz del Sur.

*** Fin de Spoilers! ***

Con toques sobrenaturales, el cómic es una historia bonita aunque un poco rara, quizás demasiado críptica. El dibujo tiene mucho más interés que el texto, desde mi punto de vista. “Cruz del Sur” supone el primer guión que Luis Durán escribe para que lo ilustre otra persona. Este autor es un experimentado historietista que comenzó a trabajar a finales de los noventa y ha obtenido varios premios por su labor en el mundo del cómic.

La ambientación medieval de “Cruz del Sur” está muy lograda a través de los dibujos de Raquel Alzate, en su primera incursión en el mundo de la historieta. La intención de esta obra, según han declarado sus responsables, era comenzar a introducirse en el mercado francés, para el que el estilo de Raquel resultaba mucho más adecuado. La dibujante fue premiada por este trabajo en el Salón del Cómic de Barcelona en 2005 en el apartado de autora revelación.

viernes, 16 de abril de 2010

Paprika, detective de los sueños

Siento contradecir a todos los fans del anime que aseguran que esta película es maravillosa. Digamos que tiene una temática interesante y está bien planteada, en general, pero tiene momentos francamente pesados, saturación visual por doquier y un final no tan original como esperaba. En realidad se acerca mucho a la estética de otras cintas del género nipón y a los mismos traumas de su sociedad ya vistos en otros productos.

“Paprika” habla de sueños, de investigaciones cerebrales, de cómo un chip debidamente programado puede alterar nuestras vivencias subconscientes y afectar a nuestra realidad. Aúna el género de la ciencia ficción con cierto suspense que al final se queda en casi nada, puesto que la película se transforma en una típica historia de amor y odio. El poder que acaba corrompiendo, los sentimientos de culpa y las pasiones no correspondidas son el centro del film, nada nuevo ni resuelto de una manera espectacular realmente.

En esta película para mi gusto sobran imágenes surrealistas y hay exceso de información visual y científica, algo que aporta poco al desarrollo de la historia. Con algunas escenas del final incluso me vino a la mente uno de los primeros animes que vi en mi vida, hará más de 15 años, “Urotsukidôji”, una película bastante violenta y desagradable, con toques de hentai, de la que han bebido muchas cintas de animación japonesas con posterioridad.

No puedo evitar sentir decepción al no entender gran parte de este tipo de cine procedente de Japón. Salvo las películas de Miyazaki, que me parecen en su gran mayoría verdaderas obras de arte, y por extensión las de Studio Ghibli, los anime japoneses no acaban de interesarme y no alcanzo a descubrir el secreto que tiene a tantos occidentales subyugados por historias mediocres, transgresoras a su modo quizás por proceder de una sociedad muy reprimida. He leído en algún lado que hay que tener una gran inteligencia para entender “Paprika”, así que será que yo no la tengo porque no me enteré de nada: para mí los personajes acaban siendo muy previsibles y el final desborda tópicos, muchos más de los que requeriría una película que me impactase de verdad.

“Paprika, detective de los sueños” fue dirigida en 2006 por Satoshi Kon, toda una institución en el anime nipón y responsable de una de las obras más apreciadas del género, “Perfect Blue”. Es el creador también de la serie “Paranoia Agent”, con importantes influencias del cine de David Lynch. De esta serie vi un par de capítulos en TV hace ya bastante tiempo y recuerdo que tenía cierto interés.

miércoles, 14 de abril de 2010

Billy Joel

Para mí Billy Joel era un completo desconocido hasta que un día, allá por principios de los noventa, vi el vídeo de “We didn’t start the fire”. Me gustó la canción y busqué información sobre su autor en revistas de música (por entonces todavía no existía internet), sorprendiéndome al descubrir varios temas conocidos que hasta ese momento no había asociado con ese artista.

La carrera de Joel había empezado en 1973 con una de las canciones más grandes de todos los tiempos, “Piano man”. Experimentado pianista, el músico representaba una agridulce visión de los locales nocturnos, donde la mayoría de la gente bebe para olvidar. Justo 10 años después, en 1983, tendría otro gran éxito con “Uptown girl”, con un aire menos intimista, y ya a finales de esa década cambiaría de nuevo radicalmente de estilo para volver a triunfar con “We didn’t start the fire”. Otro tema suyo que me encanta es “The river of dreams”, de 1993.

La canción que hoy quiero que suene, “Piano man”, tuvo varias versiones con el paso de los años, e incluso una más que aceptable adaptación al español en la voz de Ana Belén, con el título traducido de “El hombre del piano” y que se publicó en 1981. Chenoa también interpretó esta versión en la primera edición de Operación Triunfo.

Esta semana nos sentamos al piano al lado de Billy Joel para escuchar “Piano man”.


martes, 13 de abril de 2010

Más amigurumi: Ozito

Hace ya unos meses prometí volver a intentar ganchillar un oso de amigurumi decente. Mi primer osito, Morfi, tenía miles de defectos que en mis siguientes trabajos de crochet intenté subsanar. He aquí pues mi nuevo intento de oso, tras varios ratones, conejos, pollos y otros animales de corral. Estoy muy contenta con el resultado de este osito al que, en un alarde de originalidad, he bautizado como Ozito.

Para confeccionar a Ozito, que mide unos 12 cm. de alto, seguí este patrón (aproximadamente, ya se sabe que tengo tendencia a inventarme vueltas y tejer al estilo "my way"). Utilicé una lana marroncita color toffee, que me regaló mi madre, una aguja de 3,5 mm. y fieltrina para el morro. Los ojos continúan siendo botones porque en España parece que es imposible conseguir los ojos de seguridad que llevan todos los demás amigurumis del mundo (Spain is different, desde luego).

Lo único malo de todo el proceso de elaborar a Ozito es que revisando información sobre crochet me di cuenta de que hago mal el punto de los amigurumis. Vale, tampoco es tan grave; hasta ahora había colado, no? :P El caso es que hay otro punto que estoy intentando usar a partir de ahora en mis animalitos, que visualmente queda distinto, aunque el resultado no deje de ser el mismo: un muñeco de lana ganchillado.


En mis ratos libres estoy tejiendo otro osito ya con este nuevo punto y además he terminado unas cuantas cosas más que os iré presentando por aquí próximamente.

sábado, 10 de abril de 2010

Memorias de una geisha (2)

Como la novela me había gustado muchísimo, decidí ver también la película adaptada en 2005 de “Memorias de una geisha”. A pesar de contar con los medios suficientes como para que fuera un éxito de calidad (recordemos que produce Spielberg y dirige el experto en musicales Rob Marshall, responsable de “Chicago” y “Nine”), la película se queda en una muestra visual interesante pero con una historia llena de agujeros.

Mi primer desencanto son sus protagonistas femeninas. Cierto que realizan una buena labor interpretativa, pero es que son todas… chinas! Ah, perdón, que hay una de Malasia… por favor! Para mí ese casting resulta ofensivo, no quiero ni pensar para los japoneses que hayan visto la película. Es que físicamente los rasgos son muy diferentes! Para hacernos una idea podemos hacer un casting de mexicanos o de peruanos para una película que pretende mostrar la Guerra Civil española. Creíble, no? Total, todos somos latinos y ellos son todos orientales, qué más da chinos, japoneses o coreanos. Pues sí da, al menos si el producto pretende convencer. El caso es que los protagonistas masculinos sí que son casi todos japoneses (con esa genial presencia de Ken Watanabe), de lo que deducimos que las actrices niponas deben ser pésimas o inexistentes.

La historia intenta abarcar gran parte de lo narrado en el libro pero sin mucho acierto, ocasionando una serie de saltos en el tiempo que entorpecen bastante el visionado. La voz en off es magnífica, eso sí, y acompaña perfectamente a unas imágenes muy cuidadas. La parte artística de la película es realmente lo mejor que nos ofrece, con mucho colorido y trasladándonos con bastante esmero al Kioto de principios de siglo. Esto, teniendo en cuenta que gran parte del rodaje de exteriores se realizó en jardines de estilo oriental localizados en Estados Unidos, supone un gran mérito. Gracias a ello ganó tres Oscar en los apartados de Dirección Artística, Fotografía y Diseño de Vestuario, pienso que los tres muy merecidos.

Por lo demás, y salvando que Gong Li está maravillosa haga lo que haga, incluso haciendo de japonesa (y aprendiendo a hablar inglés sobre la marcha, porque cuando empezó el rodaje sólo hablaba chino), la cinta es francamente olvidable y no emociona ni la mitad de lo que lo consigue el libro. De Rob Marshall no he visto ninguna otra película, pero tras esta experiencia creo que tampoco me daré mucha prisa en hacerlo.

viernes, 9 de abril de 2010

Memorias de una geisha

Un libro que gusta mucho y a mucha gente no tiene que ser necesariamente malo, pero a veces tiende a sobrevalorarse porque llega a personas que, por norma general, han leído menos. Ese es mi miedo habitual con los best-sellers, por eso suelo ser prudente a la hora de elegir este tipo de lecturas. En esta ocasión puedo decir que he acertado leyendo “Memorias de una geisha”, el superventas que Arthur Golden publicó en 1997, puesto que la novela me ha encantado y me ha parecido de lo más enriquecedora.

*** Spoilers! ***

El libro aborda la vida Chiyo, una niña que vive en un pueblo de pescadores y a la que su padre vende con apenas 9 años a una okiya para que la eduquen y le enseñen el oficio de geisha. Tras los primeros años de pesar e incertidumbre, Chiyo asume su destino como aprendiz de geisha y toma el nombre de Sayuri, llegando a convertirse en una de las geishas más importantes del distrito de Gion, en Kioto.

La novela cuenta de manera muy emotiva los sentimientos de la joven geisha, apartada de su familia y destinada a entretener a hombres que no siempre son de su agrado. Todo ello se adereza con multitud de referencias a costumbres típicas japonesas, al vestuario tradicional de las geishas, su formación profesional, y a la situación política de principios de siglo en el archipiélago.

La historia me encandiló desde el primer momento y leí ávidamente los avatares de la joven Sayuri que, enamorada de uno de sus clientes, debe ocultar sus sentimientos por el bien de su carrera. Sólo si gana el dinero suficiente con sus servicios podrá comprar algún día su libertad y, quizás, emprender una nueva vida.

*** Fin de Spoilers! ***

La obra está basada en las confidencias de una geisha real, Mineko Iwasaki, que demandó al autor tras la publicación del libro por haber desvelado su nombre como colaboradora. Iwasaki acusó además a Golden de equiparar el oficio de geisha al de prostituta de lujo, algo que el entorno de las geishas japonesas no perdona. Se trata de un sector muy tradicional, con un comportamiento muy pudoroso, que guarda celosamente sus secretos y no permite a cualquiera conocer su forma de vida.

En 2005 “Memorias de una geisha” fue llevada al cine, adaptación dirigida por Rob Marshall y producida por Steven Spielberg. La película es, para mi gusto, bastante floja aunque visualmente tiene su interés. Su estreno relanzó de nuevo las ventas de la novela, fenómeno ya habitual en la relación entre literatura y cine. Mañana comentaré un poco más sobre esta película.

miércoles, 7 de abril de 2010

San Francisco (Be sure to wear flowers in your hair)

Si vas a San Francisco asegúrate de llevar algunas flores en el pelo. O eso al menos era lo que nos advertía Scott McKenzie, un norteamericano que triunfó con este tema en 1967. La canción la había compuesto John Phillips, de The Mamas & The Papas, y se convirtió en todo un himno hippie y un canto a la libertad y la esperanza. Además, su espíritu ayudó a transformarla en una especie de bienvenida para todos los veteranos que iban regresando de la Guerra de Vietnam y ansiaban olvidar los horrores del combate.

Scott McKenzie fue un ejemplo temprano del síndrome “one hit wonder”, puesto que ninguna otra canción suya volvió a tener tanta repercusión. Además, dejó el panorama musical a principios de los setenta, aunque volvió puntualmente para interpretar algunos temas con The Mamas & The Papas a finales de los ochenta. Ya en la década de los noventa su canción sería recuperada para la banda sonora de la película “Forrest Gump” (1994), que mostraba un repaso por la historia estadounidense reciente.

“San Francisco (Be sure to wear flowers in your hair)” está considerada como la música de referencia para una de las ciudades quizás más revolucionarias y cosmopolitas de aquella época setentera en Estados Unidos, San Francisco. Para vivir esa sensación de viajar a San Francisco entré en el Street View de Google Maps, obteniendo la imagen que podéis ver abajo.

Esta semana pongámonos pues unas flores en el pelo y vayamos hasta San Francisco con Scott McKenzie.

martes, 6 de abril de 2010

La vida de los otros

Esta película alemana ganó el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa el año pasado, además de llevarse otros importantes premios tanto fuera como dentro de su país. “La vida de los otros” es un interesante thriller, que aborda los pormenores del espionaje que llevaba a cabo la policía en la antigua República Democrática Alemana (RDA), durante los años ochenta. Tiene todos los ingredientes de una gran película.

Las interpretaciones son fantásticas y la historia francamente buena, al estilo del cine clásico que tantos cinéfilos echan de menos.

*** Spoilers! ***

Un policía de la Stasi (Policía secreta de la RDA, creada a imagen y semejanza del KGB soviético) debe seguir las escuchas telefónicas de un conocido dramaturgo. El trabajo parece no tener demasiada complicación pero poco a poco el policía se va implicando cada vez más en la vida conyugal del escritor y su novia, una guapa y prometedora actriz. La cinta habla de la corrupta política del momento, con los altos cargos consiguiendo cualquier cosa a base de chantajes y actuaciones de dudosa legalidad, mientras los intelectuales luchan por sus ideales en un país donde opinar abiertamente suponía el fin laboral y, en muchos casos, incluso el personal.

La narración evoluciona quizás algo lenta pero jamás pierde su sentido ni su fuerza, viéndonos envueltos como espectadores en el doble juego del protagonista que se debate entre el mecánico cumplimiento de su deber y sus valores humanos. Las dudas le asaltan a medida que profundiza en el conocimiento de esas vidas ajenas que, hasta ese momento, sólo eran meros nombres en clave en una carpeta de expedientes. El hombre se sumerge hasta niveles que se alejan mucho de su deber policial, viéndose envuelto en ese caso de pasión, política y traición que le marcará de por vida a él y a los demás implicados.

*** Fin de Spoilers! ***

Curiosamente, el actor que interpreta al policía, Ulrich Mühe, estuvo investigado por la Stasi en la misma época que narra el film, cuando era un notable actor de teatro. Tras la muerte de Mühe, apenas unos días después del estreno de la película, su ex mujer declaró que ella había colaborado con la Policía secreta alemana aportando información sobre las actividades de su entorno. Todo ello no resulta extraño si tenemos en cuenta que la Stasi contó en su momento con más de 180.000 informadores en la RDA, con lo que controlaban prácticamente todos los movimientos de sus ciudadanos más relevantes.

La película tiene una ejecución muy correcta, con un buen final y cualidades muy positivas para tratarse de una ópera prima, escrita y dirigida por el alemán Florian Henckel von Donnersmarck. Era una propuesta arriesgada, puesto que el cine de corte político tiende a aburrir si no se encauza bien la historia, pero en este caso el realizador ha gestionado su material de una manera casi brillante. El resultado es una película muy recomendable que tiene una media de 8,5 puntos, procedentes de los más de 68.000 votantes del IMDB. Esto la sitúa en el puesto 55 en el Top 250 de las películas más valoradas de esta página referente del cine.

domingo, 4 de abril de 2010

La cosa tiene huevos

Paseando hace un par de días por Deviant Art me encontré con unas imágenes que me hicieron reír muchísimo. Se trata de simples huevos y otros objetos inanimados a los que la autora ha pintado caritas, dándoles una expresión de lo más humana.



La responsable se llama NocturnalMOTH (nick bajo el que se esconde una tal Elise M.S.) y tiene una sección completa dedicada a estas imágenes, centradas en huevos y blisters de pastillas. Además también muestra en su deviantart otro tipo de creaciones, sobre todo dibujos originales, viñetas y fan arts de series manga y cómics.

La página de DeviantArt es una fuente inagotable de inspiración tanto para los artistas como para el resto de los mortales que sólo pasamos por allí a mirar :)

viernes, 2 de abril de 2010

Precious

“Precious” era para mí una de las mejores producciones que acudían a los Oscar de este año. Aunque al final sólo se haya llevado dos premios (Guión Adaptado y Mejor Actriz Secundaria para Mo’Nique) sigue pareciéndome una gran película, con muchísima emotividad y muchas bofetadas de realidad. Esto último ha sido principalmente lo que ha hecho que mucha gente no haya querido verla (“para qué sufrir en el cine si ya bastante se sufre en la vida real”) o la hayan despreciado un poco acusándola de sentimentalismo barato. Ni que decir tiene que yo no lo veo así y soy de las que piensa que el cine hay que vivirlo, sentirlo y, si hace falta, sufrirlo.

*** Spoilers! ***

La película cuenta la amarga existencia de Clareece Precious Jones, una adolescente de 16 años negra y obesa que sufre continuos abusos físicos y psíquicos por parte de sus padres. Marginada y apartada del colegio debido a su segundo embarazo, fruto del incesto al que la obliga su padre, su futuro es inexistente hasta que ingresa en una escuela especial para chicas como ella, con problemas familiares tan graves que en ningún otro lugar son bien recibidas.

Por suerte, Precious no estará sola en su intento por salir del agujero que la tiene atrapada. Una asistenta social, responsable de su caso en la sección de ayuda para personas sin recursos (e interpretada de forma sorprendente por Mariah Carey) la escuchará e intentará comprender y encaminar la complicada situación de la chica. Su profesora en esa peculiar escuela tampoco cejará en su empeño porque Precious aprenda a leer, escribir y a defenderse en su maltrecho futuro. No hay final feliz pero sí al menos una luz al final del oscuro túnel que la chica lleva atravesando toda su vida.

Es impresionante la historia paralela de su madre, una mujer egoísta y emocionalmente dependiente que envidia las atenciones sexuales que su marido le dedica a su hija, consintiéndolas pero al mismo tiempo pagando después su frustración personal con ella. Proyecta el profundo desprecio que siente hacia sí misma en su hija, a la que intenta arrastrar en su caída para que nunca se convierta en algo mejor de lo que ella fue.

*** Fin de Spoilers! ***

La terrible situación que viven muchas familias marginales en los barrios más conflictivos de Nueva York no es nada nuevo en el cine. La periodista y productora Oprah Winfrey se interesó enseguida por la historia, basada en el libro “Push” de la autora afroamericana Sapphire, y estuvo dispuesta a promocionar en todo momento la película. El film recuperó en su primer fin de semana de exhibición la totalidad del presupuesto que había costado, unos diez millones de dólares.

Gran parte del éxito de esta película lo tienen sus magníficas interpretaciones femeninas: la debutante Gabourey Sidibe, que fue seleccionada de entre más de 400 aspirantes para el papel de Precious y obtuvo con él su primera nominación a los Oscar; Mo’Nique, que aceptó participar en la película casi como terapia, puesto que ella también sufrió abusos cuando era pequeña (merecidísima su estatuilla); Paula Patton, en el rol de una profesora lesbiana que intenta enseñar a leer a jóvenes marginados; y Mariah Carey, que resulta de lo más creíble en su papel de trabajadora social afectada por las desgarradoras historias que debe escuchar.

Es una película muy dura, con mucha violencia emocional, pero que logra transmitir todos esos sentimientos al espectador. Por ello me gustó muchísimo y, aunque no nos cuente nada nuevo, lo cuenta de manera que nos implica aunque nos pille de lejos y nos hace valorar lo que tenemos, algo que no siempre consiguen los cineastas que lo pretenden.