sábado, 10 de abril de 2021

Los Viajes de Googliver

Como yo no aprendo y de vez en cuando sigo teniendo la necesidad de escribir cosas sin ningún objetivo concreto en este blog, pues hoy inicio una nueva sección en Lillusion que se llama tal y como veis arriba "Los Viajes de Googliver", denominación que posiblemente ya haya sido utilizada en alguna otra bitácora y que sin lenguaje metafórico es algo así como "Viajando con Google Maps". Os comento brevemente cómo surge este sinsentido y por qué va a durar sólo hasta que me aburra o hasta que salte a la palestra la siguiente idea peregrina de entre todas las que bullen habitualmente en mi cabeza.

Pues resulta que, como casi todos sabéis aunque muchos queréis ignorar, o ignoráis deliberadamente, vivimos en una pandemia global con restricciones de movilidad, medidas de protección extremas y otras normas de seguridad sanitaria. Eso nos obliga a viajar más bien poco o nada en mi caso, ya que no me siento demasiado segura viendo el comportamiento de algunos de mis semejantes. Sé que aspiramos a la inmunidad de rebaño pero para mí la idea de ir dejando cadáveres a nuestro paso para alcanzarla me recuerda más a una cruzada religiosa que a una estrategia de salud pública. 

Dicho esto y quedando clara mi actual visión sobre los desplazamientos no imprescindibles, he pasado la Semana Santa en casa, autoconfinada voluntariamente, tal y como requiere la situación desde mi perspectiva, aprovechando para disfrutar de mis pequeños placeres de ocio. Después de más de un mes trabajando entre 10-12 horas diarias, ya que teníamos un evento online que requería mucho esfuerzo, este oasis de descanso para poder leer, ver películas o hablar tranquilamente por teléfono con amigos y familia ha supuesto una recarga importante de energía.

Y entre las cosas que se me ha ocurrido hacer están los viajes virtuales con Google Maps. La herramienta de Street View siempre ha llamado poderosamente mi atención y no es la primera vez que me entretengo buscando lugares o zonas concretas para ver cómo son. Como ni siquiera para esto soy rara, hace unos meses descubrí una página que se llama Ramdom Street View y que, como su propio nombre indica, te ofrece una imagen aleatoria de Street View cada vez que la cargas o le das a "siguiente". Advierto que es profundamente adictiva y que después de una decena de clicks ya no podrás parar. Tendrás la necesidad de recurrir a ella frecuentemente para comprobar qué destino te toca en suerte en la próxima imagen y así una tras otra hasta que lo cierres con sudores y taquicardias. Bueno, quizás esta última frase sea un poco exagerada, pero por lo demás es tal cual. Probadlo bajo vuestra responsabilidad.

El caso es que siguiendo esas premisas, con portátil en mano y gata colindante en el sofá, se me ocurrió realizar algunos viajes virtuales con el Street View del Google Maps. El resultado fueron varios destinos aleatorios, pinchados al azar en el mapa o derivados directamente de una referencia geográfica anterior, como iré explicando. Algunos son simplemente cosas curiosas con las que me encontré y que me instaron a completar la información en internet. Si te interesa comprobar cuán dañado está mi juicio a estas alturas de la reclusión voluntaria, continúa leyendo y te mostraré cinco de estos destinos:

1. Azores (Portugal)

Decidí comenzar mi viaje relativamente cerca de donde resido, ampliando sólo un poquito el mapa, más que nada para no sentirme muy ridícula si la idea perdía fuerza pronto (os digo ya que no fue el caso y me pasé horas de feliz navegación virtual). Este archipiélago portugués está en pleno Océano Atlántico a unos 1.400 km. de Portugal y también de Canarias, con la que comparte la consideración de región ultraperiférica además de pertenencia común a la Macaronesia. Mi click aleatorio fue en la isla más grande de las nueve que componen el archipiélago, São Miguel, en una carretera que me llevó al Mirador de Ponta do Sossego, donde capté la primera imagen (arriba abriendo este post). 

Avanzando un poco por las carreteras streetviewficadas (perdón por el palabro; juro que no morirá ningún gatito por esto)
constaté que las Azores son unas islas muy verdes, con más vegetación de la esperada y un rico ecosistema, además de muchas vacas. Es como Galicia en formato isla. Y como en casi todas las islas que conozco, existen varios miradores también en São Miguel que muestran el vasto océano y un horizonte a veces marcado por los relieves de otros islotes cercanos.

Esta isla azoriana cuenta también con varios lagos, que dejan bonitas estampas para los visitantes, como las que capté en pantalla en Cerrado das Freiras, al lado de la Lagoa Azul. Otra imagen que me gustó para ilustrar este viaje virtual fue la que ofrece el Miradouro de Castelo Branco, una vista de Lagoa das Furnas y el pueblo de Vila Franca do Campo. Este edificio es una pequeña torre fortificada del S.XII aproximadamente, que servía a los señores de la época para controlar sus tierras. Según los datos que he encontrado, suele estar abierta y se puede subir hasta la cima para obtener mejores vistas aún si cabe. 

He de decir que, así de principio, las Azores me parecen un destino más que satisfactorio para darse una pequeña escapada de relax. 

2. Terranova (Canadá)

Desde las Azores crucé el Atlántico Norte y caí directamente en la isla de Terranova, parte de la provincia más oriental de Canadá formada por Terranova y Labrador. En un paisaje un poco anodino destacan las casas típicamente canadienses, de colores sobrios y estructuras lineales de madera. Hay mucho espacio por todas partes. No estoy acostumbrada a ver avenidas tan anchas y abiertas como las de la capital San Juan de Terranova pero, en general, me resultó un poco difícil encontrar algo de interés en esa zona. 

Eso sí, captaron mi atención los grandes buzones octogonales o cilíndricos de madera que están en los caminos de las casas de las afueras y algunos otros detalles como los extraños enanos de jardín de esta familia canadiense:

 
Los enanos de jardín de un barrio canadiense

Con la idea de completar un poco esta sosa visita a Canadá, salté más al Oeste, a otra de sus provincias pesqueras por excelencia, Nueva Escocia. Allí, tras recorrer unos clicks de carreteras me llamó la atención otro detalle al margen de la carretera, otra estatua que parece un marino inspirado en el Capitán Haddock de Tintín:

 
Marino en Nueva Escocia

Puede que el mayor interés de esta zona de Canadá resida en su gastronomía, con abundancia de pescado y especialidades de langosta, pero como eso no se puede testear demasiado bien en Google Maps por ahora creo que no aparecerá entre mis preferencias de próximos viajes reales.

3. Jeju (Corea del Sur)

Jeju está aquí

Al sur de Corea del Sur se encuentra Jeju, una isla volcánica que parece ser un destino turístico muy interesante para los locales y foráneos. He de decir que tampoco me esforcé mucho por buscar puesto que, al estar mapeado en coreano, se me complica localizar posibles sitios de interés en el país. Mi primer click fue a caer en una especie de granja-escuela cerca de Seogwipo, con la decoración de una fachada súper tierna con Totoro incluido, algo que no puedo dejar de mostrar aquí. 

Pero esta isla tiene unos contrastes extraños, que quizás sean el común denominador del país. Justo al salir se encuentra una cosa llamada Jumbo Village, una especie de espectáculo cutre con elefantes que parece recién salido de la oferta de atracciones de los ochenta, pero que sigue en activo y cuya entrada se anuncia, cómo no, con unas descriptivas estatuas de paquidermos.

Si seguimos avanzando por las carreteras coreanas, el paisaje tampoco es demasiado sugerente, aunque Seogwipo cuenta con varios parques y atractivos naturales de cierto interés, como las Cascadas de Cheonjiyeon, atestadas de visitantes al menos en octubre de 2014, fecha de las capturas del Street View, o el Seongsan Ichulbong, un cono volcánico de casi 200 m. de altitud y unos 600 m. de diámetro. Desde lo alto del cráter, al que se sube por un inacabable sendero de escaleras de madera, se captan unas bonitas vistas de esa parte de la isla.

Y para terminar con los contrastes coreanos, en otra de las carreteras nos encontramos de repente con el Museum of Sex and Health, uno de los muchos museos que tiene esta isla y que muestra más de 25.000 metros cuadrados de material (esculturas, instalaciones, vídeos, figuras,...) dedicado a la cultura sexual para adultos. La reproducción y el sexo en general es algo que los orientales tienen mucho más asumido en sus tradiciones y costumbres que los europeos occidentales, por lo que no es extraño encontrar símbolos relacionados en muchos monumentos, templos o museos. Este en particular dicen que sólo tiene información en coreano, así que tampoco parece ser un imprescindible en caso de que vayamos a visitar la isla de Jeju.

4. Transilvania (Rumanía)

Aunque mi primer click aleatorio en Rumanía fue en los alrededores de Catalina, donde capté una imagen un tanto estremecedora de la estación de tren abandonada, continuando por el mapa me fijé que viajando unos escasos 70 km. hacia el suroeste se llega a la región de Transilvania, una de las más famosas del país. El rural rumano, fuera de las grandes ciudades, es un compendio de animales de granja diseminados por los caminos y clásicas señoras rumanas con pañuelos en la cabeza, mandiles y cestas, todo salpicado de grupos de casas, algunas con pinta de estar deshabitadas. No diré que no me dieron un par de escalofríos al ir repasando esa geografía con cierto toque fantasmal.

Los pueblos de los Cárpatos están ligados inevitablemente a la leyenda de Drácula y son destino de miles de visitantes cada año. Ahí se pierde totalmente el espíritu del campo abandonado y se concentran restaurantes, hoteles y tiendas de souvenirs. No pude resistirme a buscar el Castillo de Bran en el mapa, aunque el acceso desde el Street View está limitado y la vegetación dificulta la vista desde la carretera. El entorno eminentemente preparado para el turismo no fascina demasiado, la verdad, aunque ya resulta muy difícil encontrar puntos de interés cultural no masificados casi en cualquier lugar del mundo.

Navegando un poco más por la zona me gustó también la imagen del Castillo Peles, que hoy es un museo pero a principios del S.XX fue residencia de verano de los Reyes de Rumanía. La construcción neorrenacentista fue el primer palacio de Europa en tener electricidad y actualmente es el segundo castillo más visitado del país después del de Bran. También visité virtualmente la fortaleza de Fagaras, rodeada por un foso de agua, todo muy medieval, como debe ser.

Creo que Rumanía puede ser un destino culturalmente muy interesante, sobre todo en determinadas regiones, y geográficamente bastante llamativo. 

5. Svalbard (Noruega)

Esto está por aquí arriba
Los señores/as que streetviewfican estos mundos de Dios con sus cámaras 360 lo hacían inicialmente en coche, pero ahora, y según la dificultad de acceso a la zona en cuestión, hay ya muchas partes de mapas cuyas imágenes se han tomado desde una moto o incluso yendo a pie. Uno de esos ejemplos fue el que encontré casualmente en Pyramiden, en el archipiélago noruego de Svalbard, ya en pleno Océano Glacial Ártico.

Pyramiden fue un asentamiento minero fundado por Suecia en 1910 y vendido a la Unión Soviética en 1927. A mediados de siglo fue una ciudad próspera cuyos habitantes, casi todos mineros ucranianos, cultivaban en invernaderos, tenían establos con animales y otras construcciones que les permitían ser casi autosuficientes. Con el declive del carbón como combustible y la disminución de los beneficios, la compañía minera que lo gestionaba decidió su cierre en 1998 y Pyramiden quedó abandonado. 


En la actualidad, una media docena de personas viven allí para tareas de mantenimiento o como guías turísticos, ya que la ciudad fantasma de Pyramiden sigue siendo un atractivo importante para los visitantes que llegan a la isla de Spitsbergen. Allí se conserva casi todo tal y como se quedó. La ciudad más grande de esta isla es
Longyearbyen, de apenas 2.500 habitantes, que se dedican principalmente a la minería, el turismo y la investigación. 

El paisaje de este archipiélago está, obviamente, poco mapeado ya que no hay apenas carreteras y muchos desplazamientos deben hacerse en barco o en helicóptero. Estas islas noruegas son un importante centro de investigación para proyectos de muchos países y allí se ubica desde 2006 el Banco Mundial de Semillas. Su bóveda resguarda en la actualidad más de 500.000 muestras de semillas con el objetivo de proteger la biodiversidad ante la posibilidad de una catástrofe.

La historia de Svalbard me parece súper interesante. Además, allí se pueden ver especies animales como osos polares, zorros árticos o morsas, aunque en los últimos años el cambio climático amenaza peligrosamente su ecosistema. Posiblemente es uno de esos viajes especiales que a muchos nos gustaría hacer alguna vez en la vida.

Creo que me he extendido más de lo que era mi intención, pero es que esto del Street View es un no parar y un destino me lleva a otro casi sin querer. Tengo otro montón de puntos geográficos anotados ya para la próxima edición de Los Viajes de Googliver, así que estad atentos y no dejéis de comentarme si habéis estado físicamente en alguno de estos lugares para confirmar si merece o no la pena desvirtualizar el viaje.

*** Haz click en las imágenes para ampliarlas.