domingo, 4 de octubre de 2020

Granada (y VIII): Gastronomía y rincones

Monumento a Alonso Cano, Granada

En esta última entrada de nuestro viaje a Granada voy a reflejar, como siempre, algunos detalles prácticos que pueden facilitar la estancia. Después de revisar alojamientos y consultar con algunos amigos que habían viajado recientemente, elegimos quedarnos en un hostal pequeñito del centro de la ciudad, como señalé en la primera entrada de esta serie. No teníamos pensado movernos mucho, ya que nuestra estancia era de apenas 3 días, así que un alojamiento céntrico nos resultaba más cómodo para desplazarnos a pie. Además, Granada es una ciudad pequeña y el centro es en gran parte peatonal, por lo que nuestra elección fue meditada en ese sentido.

Plaza de La Trinidad, Granada

Hay decenas de hostales y pequeños hoteles por esa zona, de buen precio y que cumplen perfectamente con las necesidades de un viajero de nuestro estilo, que son básicamente de aseo y descanso. También puedes elegir un hotel algo más refinado o con vistas a La Alhambra y, en caso de que seáis más de 2 personas, suele compensar reservar un apartamento. Granada, como la mayoría de las ciudades turísticas, tienen infinitas opciones en este sentido a través de las plataformas de alquiler vacacional.

Paseo del Darro, Granada

Granada está bien comunicada por avión y tren, y dentro de la ciudad, salvo que se quiera uno acercar a los pueblos aledaños, no es necesario coche más que en casos muy puntuales. Está disponible una Granada Card que incluye trayectos en bus y entrada a gran parte de los sitios destacados de la ciudad, incluso a La Alhambra en alguna de sus modalidades. Si tenéis prevista una estancia de un mínimo de 5 días igual compensa adquirirla, aunque como no era nuestro caso ni siquiera lo valoramos. 

Catedral de Granada

Con respecto a la gastronomía, Granada es conocida por sus tapas. Es cierto que las consumiciones tienen un precio un poco más elevado que en otras ciudades donde no las acompañan con nada. Digamos que una cerveza o un refresco oscila entre los 2,20 y los 2,70 €, precio similar al que encontramos en Santiago de Compostela, por ejemplo, donde también te ponen siempre tapa. El caso es que se cena perfectamente con dos bebidas, pero es importante elegir un establecimiento donde cuiden un poco el aspecto gastronómico de esas tapas. En muchos locales te ponen platos específicamente preparados para ese fin (guisos, frituras...) que están realmente buenos, pero en otros te presentan dos trozos de jamón serrano mal cortados o unas aceitunas.

Nosotros cometimos un par de errores de libro, como no distinguir bien los lugares muy turísticos de los auténticos y acabar en algún restaurante regular tirando a malo. Intentamos guiarnos por las reseñas en internet de otros visitantes pero, a pesar de que eran días entre semana del mes de mayo, había mucha gente en todas partes y era muy difícil conseguir mesa libre donde queríamos. Uno de los días nos fuimos de una de las terrazas donde nos habíamos sentado con intención de cenar ya que tardaron más de 20 minutos en servirnos una tapa muy mediocre para acompañar las bebidas (que ya nos habíamos terminado cuando llegó la tapa, obviamente). Tampoco llegaron a traernos nunca la carta solicitada al sentarnos, así que nos sentimos un poco ignorados y preferimos elegir otro sitio para cenar más a gusto.

Tapa en Legado Andalusí, Granada

En otra ocasión acabamos comiendo en un sitio bastante malo porque era el único donde había sitio y se nos hacía tarde. En este sentido, y como suele ocurrir, es mejor no fiarse de los restaurantes vacíos, puesto que suelen ser los malos y Granada en esto tampoco es una excepción. En los buenos casi nunca hay espacios libres y muchas veces hay que esperar mesa, pero son esos los que realmente merecen la pena.
Pulpo a la brasa sobre salmorejo, Legado Andalusí

Pero también tuvimos buenas experiencias gastronómicas, como la del Legado Andalusí, una taberna en la céntrica Plaza de Bib Rambla, con una agradable terraza, buen trato y donde probamos un curioso pulpo a la brasa sobre salmorejo que estaba muy rico. Otro de los días quedamos con unos conocidos locales que nos llevaron a un restaurante de pescado que nos gustó mucho, El Pescaíto de Carmela. En el Bar Los Diamantes repetimos otro día aparte del inicial para unas cañas y también nos pusimos las botas con las tapas de La Sitarilla, un entrañable restaurante alejado del bullicio turístico donde la comida y la vajilla parecen las de tu abuela y todo está buenísimo.

Tapa en La Sitarilla

No pude evitar tomarme un chocolate con churros en otra de las cafeterías emblemáticas de la ciudad, el Café-Pastelería López Mezquita, y comerme un pionono en la pastelería Casa Ysla, dulce típico que por desgracia no me dijo gran cosa. En general comimos bastante bien, aunque creo que deberemos repetir la visita para profundizar en el poder de las tapas granadinas.

Piononos en Pastelería Casa Ysla

Nos quedaron otras actividades pendientes, como la visita a algún baño árabe, de los pocos que quedan en la ciudad abiertos al público, y asistir quizás a algún rincón flamenco, para lo que ya no teníamos tiempo al ser nuestra estancia corta y un poco agotadora después de tanto trote diurno. Y como Granada es una ciudad llena de posibilidades, nos planteamos regresar en el futuro quizás en invierno, para disfrutar de Sierra Nevada en su apogeo de nieve. Que ni Exseminarista ye-ye ni yo tenemos ya edad para aprender a esquiar y mi rodilla izquierda ha crujido sólo de oír el plan, pero quién sabe, la idea está ahí esperando a materializarse algún año.

Callejón del Gato, Granada

Por lo demás, resultó ser un viaje corto pero intenso, muy aprovechado. Recomiendo encarecidamente reservar las entradas para La Alhambra con bastante antelación, pasear mucho por la ciudad, ir de tapas al menos un par de veces y evitar si es posible las épocas de más afluencia turística, puesto que Granada recibe más de un millón de visitantes al año y al final eso puede notarse en la planificación y las reservas. 

Adiós Granada
Hola Tenerife

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*** Este viaje se realizó en 2019, por lo que no hay referencia a medidas anti-Covid19 y las condiciones de las visitas podrían ser diferentes en la actualidad.