lunes, 19 de julio de 2021

Marillenknödel

Marillenknödel
Hace muchos años vi en el blog de una chica austríaca un plato que se llamaba Marillenknödel, una especie de empanadillas redondas de albaricoque, rebozadas en pan rallado tostado con azúcar. Desde aquel momento se me creó una necesidad y guardé la receta, junto con las fotos de la elaboración. Aquel blog hace tiempo que dejó de existir pero hace unos días, revisando documentos guardados en el ordenador, encontré la receta y aprovechando que la temporada de fruta acompañaba me dispuse a prepararla.

La receta original que yo tenía estaba en inglés así que busqué algunas opciones en castellano para no confundirme con los ingredientes. Me sorprendió la cantidad de gente que ha preparado alguna vez estos pasteles típicos veraniegos, originarios de las regiones austríacas cercanas a Viena donde más se cultivan estas frutas de hueso (marillen significa albaricoques en alemán). Se trata de un plato dulce, que igual sirve como postre que para una merienda o una cena, dada su contundencia. Tened en cuenta que el albaricoque va envuelto en una masa de patata y harina, por lo que con una sola bola suele ser suficiente para quedar satisfecho, sobre todo si los albaricoques no son muy pequeños.

Para preparar esta exquisita receta mis ingredientes fueron: 6 albaricoques maduros, 500 gr. de patatas, 75 gr. de harina de trigo normal, 50 gr. de harina de maíz (no Maizena; en algunas recetas he visto que la sustituyen por sémola), 1 huevo y 50 gr. de mantequilla con sal. Para el rebozado harán falta también 75 gr. de pan rallado, 30 gr. de mantequilla sin sal, 30 gr. de azúcar y después un poco de azúcar glas.

El primer paso es pelar y cocer las patatas troceadas en agua con un poco de sal, durante unos 15 minutos. Una vez cocidas y escurridas haremos con ellas un puré grueso, machacándolas con un tenedor y mezclando al mismo tiempo con la harina de trigo. A esta primera mezcla se le añade después el huevo (se puede poner sólo la yema, pero yo añadí el huevo completo), la mantequilla con sal derretida y la harina de maíz. No es necesario amasar demasiado, solamente lo suficiente para que todos los ingredientes se integren y la masa no se rompa. Se deja reposar unos minutos mientras continuamos con la preparación.

Después se lavan los albaricoques. Se pueden pelar también, pero si están bien maduros y dulces la piel no amargará y es perfectamente comestible. Se cortan a la mitad y se les quitan los huesos. Se estira la masa en una capa gruesa y se cortan tantas porciones como frutas tengamos. Los albaricoques irán completamente envueltos en la masa, formando una bola bien sellada. En la mayoría de las recetas de Marillenknödel se les pone un terrón de azúcar dentro, en sustitución de cada hueso, al unir de nuevo las mitades de albaricoque. Yo no lo hice por miedo a que quedaran demasiado dulces.

Mis seis albaricoques ya rebozados

Una vez preparadas las bolas de masa se cuecen en una olla con agua durante unos 10-12 minutos. Cuando las bolas floten significará que ya están listas. Se sacan y se dejan escurrir un poco. Mientras, se derrite en una sartén la mantequilla sin sal y en ella se tuesta ligeramente el pan rallado, agregando también el azúcar y mezclando todo bien. La mezcla deberá adquirir un ligero toque marrón, sin llegar a quemarse. Con estas migas se rebozarán finalmente las bolas cocidas de los Marillenknödel. Al presentarlo se añade por encima un poco de azúcar glas para decorar.

Este plato se puede servir frío, aunque para mi gusto es mejor comerlo recién hecho o darle un golpe de calor para que el albaricoque se caliente un poco. El contraste entre la masa de patata, el albaricoque y el toque dulce del rebozado es maravilloso. 

Aunque lleva un ratito prepararlo, es una receta sencilla con la que puedes sorprender a tus invitados en cualquier ocasión especial.

Marillenknödel con azúcar glas