domingo, 30 de mayo de 2010

Eurovisión espontánea

Quizás lo más comentado del Festival de Eurovisión de este año no sea la calidad de las canciones, ni los estilos de los participantes, ni siquiera la dirección de las votaciones, sino la irrupción de un espontáneo durante la actuación del español Daniel Diges. Alucinada estoy todavía de que este alborotador profesional, que responde al nombre de Jimmy Jump, lograra llegar al escenario y pudiera estar alrededor de medio minuto estorbando a la representación española, ante la lenta reacción de los servicios de seguridad del concurso que este año se celebraba en la capital noruega, Oslo.

Bien es cierto que, a pesar de que permitieron a España repetir su canción al final de la lista oficial, el incidente tampoco afectó al resultado, ya que estoy convencida de que el sistema de votación sigue fallando. Se mantienen los votos a los vecinos por afinidad territorial y no por calidad musical, a pesar de la inclusión desde el año pasado de un voto mixto entre público y jurado específico. Una vez asumida esa circunstancia,
yo me lo pasé bomba viendo el festival un año más, incluido el aliciente de que el presentador, el veterano José Luis Uribarri, iba adivinando con una mezcla de profesionalidad y cachondeo los puntos que otorgaba cada país.

La canción vencedora fue la de Alemania, un pegadizo tema interpretado por una joven de 19 años llamada Lena que tuvo, para mi gusto, una de las peores puestas en escena y una interpretación más bien mediocre. El tema, eso sí, destacaba por su originalidad dentro de una participación liderada por baladas sosas, lentorras y planas. Entre mis favoritas estaba Ucrania, que ya sabía de antemano que no lograría gran cosa en el concurso, y tampoco me disgustaban Armenia o Grecia, que llevó un tema que parecía salido de un anuncio de yogures al ritmo de "Opa!".

España se quedó en un discreto 15º puesto, mejorando las clasificaciones de los últimos seis años pero sin llegar a figurar en ningún momento entre los candidatos al triunfo. Desde la época en que los representantes para el festival se elegían en Operación Triunfo, nuestro país no ha vuelto a entrar nunca entre los diez primeros.
Habría que estudiar qué tenían aquellas canciones que no tienen las que se envían ahora.

En los últimos 20 años nuestro mejor resultado sigue siendo el de Anabel Conde en 1995, que quedó segunda con su tema "Vuelve conmigo" (Anabel se volvió a presentar este año a la selección con un tema similar, aunque no tuvo suficiente apoyo), y el cuarto puesto obtenido por Sergio Dalma con "Bailar pegados" en 1991. En nuestra historia reciente la mejor puntuación la ostenta David Civera con un sexto puesto gracias a "Dile que la quiero", en la edición de 2001.

viernes, 28 de mayo de 2010

La ciudad perdida de Z

De nuevo gracias a Bloguzz he podido leer un interesante libro. Se trata de “La ciudad perdida de Z”, una obra de no ficción que narra la vida del explorador Percy Fawcett, un hombre incansable que persiguió una misteriosa ciudad perdida en la selva del Amazonas. Bautizó dicho lugar con el nombre de Z, aunque otros lo conocieron como El Dorado, y dedicó gran parte de su vida a realizar expediciones por la zona en su búsqueda.

El libro es en parte una biografía del coronel Percy Fawcett Fawcett aunque su autor, el periodista norteamericano David Grann, también reseña las aventuras de otros muchos exploradores que viajaron al Amazonas tras la pista de Z y del propio Fawcett, desaparecido en la jungla en 1925. Sin haber podido demostrar la existencia de esa ciudad ancestral, la familia del perseverante explorador se preocupó de guardar celosamente toda la información que Fawcett había conseguido durante sus viajes y respetar su memoria como un auténtico caballero inglés.

La novela cuenta las costosas expediciones al Amazonas, en una época (principios del siglo XX) en la que toda la zona estaba todavía sin cartografiar y existían cientos de tribus indígenas desconocidas. Miembro de la prestigiosa Royal Geographical Society londinense, Fawcett buscaba en sus compañeros de profesión el apoyo económico y humano necesario para desplegar sus aventuras amazónicas, contagiando el entusiasmo por la ciudad de Z a muchos de los geógrafos y estudiosos del momento. Su último viaje lo realizó con uno de sus hijos, que había heredado también su espíritu aventurero, y un amigo de éste. Allí luchaban contra las adversidades propias de la selva: las picaduras de los insectos y otros animales peligrosos como serpientes o pirañas, el cansancio, el hambre y los indígenas poco amistosos, que pretendían defender su territorio y sus recursos ante la inminente invasión del hombre blanco.

El propio autor del libro, David Grann, viajó a la parte brasileña del Amazonas para obtener información de primera mano sobre el paradero de Fawcett, descubriendo al mismo tiempo las costumbres típicas de los indígenas y muchos aspectos reveladores sobre su cultura y su pasado glorioso. Con todo ello elaboró un completo reportaje periodístico que al final se convirtió en esta exitosa novela, publicada el año pasado en Estados Unidos.

El libro me ha resultado bastante entretenido, aunque tiene tal cantidad de datos y referencias que a veces necesitaba parar y procesar la información. Historias de conquistadores de todas las épocas, éxitos y fracasos en los lugares más inhóspitos de la Tierra y emoción ante la búsqueda de El Dorado son algunos de los atractivos que ofrece “La ciudad perdida de Z”, muy recomendable para los amantes de las novelas de aventuras y para los lectores curiosos. De hecho la vida del coronel Fawcett es tan interesante que en breve será llevada al cine, y según los datos de pre-producción de la película su personaje será interpretado por Brad Pitt.

Como siempre, el libro llegó muy pronto, alrededor de una semana después de solicitarlo, muy bien embalado y con una portada más que atrayente. Además esta edición de Plaza & Janés tiene tapa blanda, algo que para mí hace la lectura más cómoda. Gracias una vez más a Bloguzz por dejarme disfrutar de esta novela.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Roxette

Después de Abba, el dúo Roxette ha sido posiblemente el grupo sueco más exitoso. Formado por Per Gessle y Marie Fredriksson, irrumpió con fuerza en el panorama musical internacional en 1989 tras la publicación de su disco “Look Sharp!”, que superó los diez millones de copias vendidas. España no fue una excepción y el primer sencillo extraído de ese trabajo, “The look” también fue número uno.

Sin embargo, Roxette siempre ha sido más conocido por sus baladas, como “It must have been love” (que formó parte de la banda sonora de la película “Pretty woman”), “Listen to your heart”, “Fading like a flower” o “Spending my time”, todas interpretadas por la voz femenina del dúo. Su fama en España y Latinoamérica era tal que incluso sacaron en 1996 un disco con sus mejores baladas cantadas en español. Por la parte más rockera tenían temas como “Dressed for success”, “Joyride” o “How do you do!”, curiosamente casi todas a cargo vocalmente de Per Gessle.

Durante la década de los noventa la pareja sueca mantuvo un alto nivel de ventas, sin apartarse demasiado de su estilo pop de siempre ya que la fórmula del éxito seguía funcionando. Sin embargo, en 2003 le diagnosticaron a Marie un tumor cerebral, del que se operó satisfactoriamente pero que la obligó a alejarse durante algunos meses de la actividad. Per Gessle aprovechó ese tiempo para grabar algunos discos en solitario, camino que siguió también Marie tras su recuperación. Recientemente ambos han anunciado su regreso como Roxette para una serie de conciertos europeos.

Como estos días hemos comentado lo curioso de relacionar las canciones con situaciones o personas, he de decir que yo siempre recordaré a Roxette por su primer éxito mundial, “The look”. Yo estaba en segundo de B.U.P. y para la clase de Educación Física teníamos que montar una coreografía, con unos pasos dados por la profesora. La elección de la música era libre, y yo sugerí a mi grupo que utilizáramos esta canción, que yo no dejaba de cantar (me había aprendido la letra gracias a las fichas de la revista PopCorn XD). Nuestra coreografía nos valió un sobresaliente, así que la composición me trae buenos recuerdos, la verdad.

Esta semana suena en Lillusion “The look” de Roxette.

martes, 25 de mayo de 2010

La llave del abismo

Desde que empecé a leer a José Carlos Somoza nunca me ha dejado indiferente. Ninguno de sus libros me ha decepcionado aunque algunos me han calado más que otros ("ZigZag" sigue siendo hasta ahora mi favorito). “La llave del abismo”, una novela de ciencia-ficción publicada en 2007, se encuentra en un lugar intermedio, puesto que tiene capítulos francamente adictivos junto con otros más flojos y confusos.

El resultado es un tanto irregular, pero está muy bien escrito, como es habitual en Somoza, y contiene ideas y planteamientos muy interesantes.

La novela habla de un mundo post-apocalíptico, en el que los seres humanos son diseñados genéticamente para minimizar los efectos negativos del paso del tiempo y las enfermedades. Es curioso que precisamente estos días los medios de comunicación se han hecho eco de una gran noticia: el científico Craig Venter ha conseguido diseñar la primera célula sintética, creada desde cero en un laboratorio a partir de datos y secuencias de ADN introducidas en un ordenador. Puede que la ciencia-ficción de Somoza no esté tan lejos de la realidad al fin y al cabo.

El caso es que en ese planeta Tierra de su novela, de impensables avances tecnológicos y perfección, la religión ha cogido con fuerza su lugar y los creyentes profundos tienen inmensos poderes físicos y psíquicos. Muchos de ellos son temidos por la naturaleza oscura de sus capacidades, basadas en cada uno de los catorce capítulos de su texto sagrado de referencia, la Biblia del Amor y la Artesanía.

*** Spoilers! ***

Daniel Kean es un ateo que trabaja como revisor de tren y que vive una vida tranquila con su mujer creyente Bijou y su hija diseñada de cuatro años, Yun. Hasta que un día es elegido para recibir una revelación, la ubicación de “la llave del abismo”, algo que muchos religiosos persiguen por su enorme poder. Casi sin querer Kean se ve inmerso en una lucha contra los creyentes que están dispuestos a llegar a la llave sin importarles a costa de qué o de quién, y le necesitan a él para hallar el lugar exacto donde se encuentra. Tras la muerte de su esposa a manos de los perseguidores, el joven se implica al máximo en una aventura en busca de venganza, que le llevará a conocer lugares inexplorados y hostiles para él, acostumbrado a su pequeño reducto de vida europea.

Aunque en la novela sólo se desvela al final, gran parte de la obra toma como referencia los relatos de H.P. Lovecraft para construir un mundo claustrofóbico, temeroso y con criaturas espeluznantes y mitológicas al acecho. Para los que desconocemos el trabajo de Lovecraft no hay conexión lógica entre los catorce capítulos del libro e incluso algunos parecen forzados. Supongo que los lectores más fieles del escritor de Providence podrán identificar fragmentos de sus cuentos de terror entre las páginas de “La llave del abismo”, encontrando quizás un sentido diferente a la narración.

*** Fin de Spoilers! ***

La temática que aborda el autor es muy compleja, intentando crear un mundo futuro que poco o nada tiene que ver con el actual. Los seres humanos son diseñados a la perfección y sólo pueden morir por fallo cardíaco, puesto que son inmunes a cualquier otra enfermedad conocida, así como a las sensaciones térmicas, no sudan y además carecen de capacidad reproductiva. Los animales y cosas están milimétricamente preparados para ejercer su servicio al hombre, sin lugar para la improvisación. Pero toda esa perfección tiene su talón de Aquiles en el miedo, una sensación de pánico que envuelve tanto a los que creen como a los que no en cuanto se habla de los muertos, de un mundo subterráneo en el que reina la oscuridad y lo desconocido. Se intuye una crítica hacia el fanatismo religioso y el misticismo exacerbado, algo que hace de la novela un interesante ensayo sobre la fe.

Para mí el libro sufre algunos altibajos, intentando adaptar demasiado los textos a la idea preconcebida del autor sobre lo que debería versar cada capítulo. Eso lo hace un poco inconexo, aunque es cierto que, a pesar de ello, la obra no pierde nunca interés. La forma de escribir de Somoza es muy correcta y ágil, algo que agradezco siempre en sus libros. No hay erratas aunque he leído ya en varios comentarios el uso incorrecto de la palabra “hornacina”, que busqué en su momento porque desconocía. El escritor lo emplea como sinónimo de “urna funeraria”, aunque su significado según la R.A.E. difiere bastante. Por lo demás, Somoza siempre sabe darle a sus novelas una fuerza narrativa increíble, enfatizando ciertos términos y creando tensión en el momento justo.

Creo que “La llave del abismo” gustará bastante a los seguidores de la ciencia-ficción, más que nada por su recreación futurista de muchos aspectos de la vida diaria que hoy son impensables. Yo, como digo, lo disfruté a ratos, me inquietó en algunos pasajes (me encanta que Somoza consiga eso!) pero otros me resultaron un poco pesados. En general es un libro muy interesante, diferente y bastante entretenido.

“La Verdad lo sabe todo. No es difícil saberlo todo: consiste en que no te importe lo que ignoras”.

domingo, 23 de mayo de 2010

Pan de leche de soja

Yo lo he intentado, pero no consigo que me guste la leche de soja. He probado varias marcas y su sabor no me convence para tomarla como a mí me gusta, sola y fría. Así que cada vez que me obligo a intentarlo de nuevo la leche de soja termina abandonada en la nevera hasta que pasa a mejor vida. En esta última ocasión, antes de tener que sufrir por tirarla, decidí emplearla en algunas recetas.

Hacía mucho tiempo que no horneaba pan y, aunque mi horno no está de mi parte en esas andanzas panaderas, no pude resistir la tentación de preparar un pan con la leche de soja. Busqué en mi libro de “365 recetas de pan” de Anne Sheasby, por si había alguna receta que se ajustara un poco a lo que yo quería. La mayoría de los panes de soja llevan harina de soja, pero no leche, así que elegí una receta más tradicional de pan de leche y decidí arriesgarme a sustituir la leche de vaca por la de soja.

Aparte de adaptar los ingredientes, también los reduje a la mitad, puesto que para mí sola un pan de 700 gramos es demasiado grande. Al final empleé: 250 gramos de harina de fuerza blanca, 150 gramos de harina integral normal, 200 ml. de leche de soja, 25 ml. de aceite de oliva suave (en sustitución de la mantequilla de la receta original), medio sobre de levadura seca de panadería, una cucharadita de sal y una cucharadita de azúcar blanco.

Seguí las instrucciones del libro para la preparación aunque no al pie de la letra, puesto que añadí el aceite tras mezclar bien todos los ingredientes secos (harina, sal, azúcar y levadura). Posteriormente añadí la leche templada y fui amasando sobre una superficie enharinada, durante aproximadamente unos diez minutos. Cuando la masa alcanzó una textura homogénea y elástica la coloqué en un cuenco untado con aceite, la tapé con un paño y la dejé levar en un sitio caliente hasta que dobló el volumen.

Mi masa se duplicó en algo más de hora y media y, tras el primer levado, la amasé de nuevo para quitarle el aire y formé los panes, dejándolos levar durante otra media hora. Con el horno precalentado a 200º introduje los panes (uno grande dentro de un molde metálico y dos pequeños, uno de ellos con semillas de sésamo por encima) y los dejé cocer durante casi una hora (en cualquier otro horno seguramente ese tiempo se reducirá bastante), tapándolos con papel de aluminio a mitad de cocción por miedo a que se tostaran demasiado. Al terminar la cocción es mejor dejarlos enfriar bien antes de cortarlos.

El resultado fue bastante bueno, la verdad, aunque yo cometí el error de añadirle demasiado aceite de oliva (me olvidé de reducir la cantidad a la mitad y puse más de esos 25 ml.) y para mí tenía un gusto un poco fuerte, pero GeekDraz también lo probó y a él le encantó el sabor del pan. Es un tipo de pan más indicado para desayuno o merienda, muy crujiente, que se desmigaja con facilidad y que combina muy bien con las semillas de sésamo que le puse a uno de ellos. Como el experimento no ha salido mal pienso repetir, pero ajustando mejor las cantidades y añadiendo el sésamo a todas las piezas.

Pregunta a las expertas en pan!

Aprovechando que sé que me leen algunas expertas cocineras (y panaderas), me gustaría hacer una consulta acerca de las famosas máquinas panificadoras. He pensado en comprarme una, sobre todo viendo el mal resultado que me da mi horno Twenty L. Concretamente he visto la de Lidl, de la marca Bifinett, que todo el mundo dice que funciona genial y es muy cómoda, además de barata. Mis dudas básicas son si consume demasiado (igual que un horno convencional? Más?), si se pueden hacer también bizcochos sin problema, si se puede cocinar algún otro plato (por ejemplo algo como patatas o verduras), si viene o se puede adquirir aparte un accesorio que he visto de dos cubetas en vez de una (la que traen habitualmente las panificadoras para mí es demasiado grande) y si me compensaría para mí sola, teniendo en cuenta que posiblemente me bastaría con utilizarla una vez a la semana y luego congelar el pan. Gracias por vuestra ayuda! :)

viernes, 21 de mayo de 2010

Un hombre soltero (A Single Man)

Vi esta película justo unos días antes de la edición de los Oscar de este año, en la que estaba nominado su protagonista, Colin Firth, como mejor actor principal. No tenía idea del argumento ni del resto del reparto (si llego a saber que sale Julianne Moore no voy :P) y tampoco me pareció una gran película aunque tiene momentos ciertamente interesantes en los que se atisba bastante calidad.

Pero en general “Un hombre soltero” es algo aburrida e irregular, se para demasiado en asuntos relativos a la estética, el glamour, la moda, la elegancia…, olvidándose en parte de contar la historia. Está claro que su director, Tom Ford, modisto de profesión, ha querido dejar su marca personal en el film. Un poco frívola por ese lado pero todo lo contrario en lo relativo a su temática, el conflicto personal profundo de un profesor gay y maduro que sufre la pérdida de su pareja y al que le cuesta rehacer su vida.

*** Spoilers! ***

George Falconer es un profesor universitario británico que vive en Estados Unidos, en los años sesenta. Elegante, culto y ya entrado en años, mantiene su condición homosexual en un discreto segundo plano, en una época en la que hablar abiertamente del tema todavía merecía críticas. Atraviesa uno de los peores momentos de su vida tras haber perdido en un accidente a su pareja sentimental, cuya familia nunca lo aceptó tras años de convivencia.

A su peculiar lucha contra el dolor y la soledad se une su vecina Charley (Julianne Moore), antigua amante de juventud pero que ahora sufre el abandono de su marido y se siente perdida en su enorme y lujosa mansión. La mujer vive en una pugna continua contra el estrago de los años en su cuerpo y también en su mente, dolorida por los recuerdos. Se apoyan uno en el otro para intentar sobrevivir en un mundo que se les muestra hostil a su forma de entenderlo.

El vacío que siente el profesor hace que decida terminar con su vida, dejar de sufrir esa sensación de pérdida que lo acucia cada noche. Paradójicamente esa decisión le libera de todos sus fantasmas, aceptando incluso una cita con uno de sus alumnos por el que se siente secretamente atraído. Se trata de un joven inteligente y hermoso, titubeante ante la sensación de que su maestro es un espejo de sus propias inclinaciones, un espíritu afín que puede guiarlo en su particular aceptación de lo que siente.

*** Fin de Spoilers! ***

Como he dicho la estética gay se deja ver a lo largo de todo el metraje, hecho que no sé hasta qué punto le hace un favor al film o lo hunde más en el mundo de clichés de homosexuales pudientes preocupados por la elegancia y el diseño. Otro detalle en contra es, muy a mi pesar, la banda sonora del polaco Abel Korzeniowski en colaboración con el genial Shigeru Umebayashi, una música de cuerda maravillosa que sin embargo me recordó en demasiados momentos a la de “Deseando amar” y que en otros se imponía más de lo aceptable a las propias imágenes y al contenido. Precisamente “Un hombre soltero” imita en ciertos aspectos al cine oriental, sus detalles, su estética lenta y elegante, aunque se queda a medio camino entre la intención y el fin. Mi última queja sobre el film es Julianne Moore, a la que no discuto su calidad como actriz pero que a mí siempre me da la impresión de hacer el mismo papel una y otra vez. Soy incapaz de verla con agrado.

La película en sí no está mal, tiene cierto interés y para ser una ópera prima de su realizador promete bastante, aunque adolece también de los típicos errores del principiante como intentar evocar más que contar, situación que hay que saber manejar muy bien para no caer en el tedio. La producción está basada en la novela homónima de Christopher Isherwood, publicada en 1964 y, aunque no la he leído, me da la impresión de que con claros toques autobiográficos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Losing my religion

Como anticipé la semana pasada, a raíz del comentario de JuanRa Diablo, hoy acerco al blog la otra canción que marcó para mí el inicio de los noventa. Se trata de "Losing my religion", de los estadounidenses R.E.M., banda que llevó a los primeros puestos de las listas de éxitos un sonido alternativo que se alejaba ya del aire de los ochenta. A la cabeza de R.E.M. estaba Michael Stipe, un carismático líder que componía letras intimistas y reflexivas, que llamaban mucho la atención en aquel principio de década.

Su despegue tuvo lugar sobre todo a raíz de la publicación del disco "Out of time", en 1991 (que yo tengo en cassette, qué tiempos!), que incluía este controvertido "Losing my religion". El
vídeo fue muy criticado por los sectores católicos, por sus irreverencias y abundantes referencias religiosas entremezcladas, además de su letra planteando la duda de la fe. El disco tenía también otra canción que tuvo muy buena acogida, "Shyny happy people", con un colorista vídeo, una música y un bailecito muy pegadizos, y la colaboración de la inconfundible Kate Pierson, cantante de los B-52's.

Tras el gran éxito de est
a producción, al año siguiente sacaron al mercado "Automatic for the people", un trabajo más oscuro pero muy valorado por crítica y público. En ese momento R.E.M. se había convertido ya en un icono del rock alternativo y, aunque no he seguido de cerca su carrera, siguen en activo ofreciendo el mismo sonido característico con la voz de Stipe.

Mis recuerdos de aquellos primeros años de universidad unían el éxito de The Farm de la semana pasada, "All together now" con este "Losing my religion" de R.E.M. que suena hoy en Lillusion.

martes, 18 de mayo de 2010

El punto bueno

Hace unos días os comenté que había descubierto, con gran pesar, que el punto con el que tejía mis amigurumis no era el correcto. Aunque hay mucha gente que también los hace así, lo correcto es utilizar el medio punto o punto bajo (single crochet en inglés). Yo no sé exactamente cómo se llama lo que yo hacía (igual ni tiene nombre! jejeje) pero el caso es que yo metía la aguja por el medio de la cadeneta en todas las vueltas, en vez de por debajo. Es cierto que los amigurumis tampoco quedaban mal, pero ya que se hace algo, hacerlo bien, no?

Practicando con mis recién adquiridos conocimientos he ganchillado a un primo de Ozito que, haciendo gala una vez más de mi gran talento para la nomenclatura, se hace llamar Blue Ozito. He querido poner a los dos ositos juntos para que podáis observar las diferencias y comprobar cómo queda el punto hecho de uno y otro modo. El azul, con el punto bajo real, queda un poquito más comprimido, aunque el tamaño de ambos peluches siguiendo el mismo patrón apenas difiere en medio centímetro.

El resultado, como ya comentaba en el post anterior sobre amigurumis, continúa siendo un "crochet doll", así que tampoco voy a rasgarme las vestiduras por haberme confundido durante un tiempito... vale, año y medio, pero nadie es perfecto, no? :D

A partir de Blue Ozito todos mis nuevos bichejos de lana siguen los patrones ajustándose a los puntos indicados y sin inventarme nuevas maneras de ganchillar, bajo amenaza de denuncia ante la Sociedad Protectora de Peluches.
Muy pronto os mostraré más amigurumis en Lillusion, que se me van amotinando en el salón porque todos quieren aparecer en el blog!

sábado, 15 de mayo de 2010

Obaba

Era bastante escéptica con esta película, puesto que el libro en el que se basa, “Obabakoak”, de Bernardo Atxaga, no me había convencido del todo. Sin embargo, tras un inicio un poco titubeante, la película consiguió interesarme lo suficiente como para verla con agrado. No es, ni mucho menos, un gran film, pero “Obaba” (2005) consigue al menos expresar de forma correcta y sencilla una historia sobre la que tenía mis dudas.

*** Spoilers! ***

Lourdes es una joven estudiante de cine que decide hacer un documental sobre los habitantes de Obaba, un enigmático pueblo perdido en las montañas. Aunque al principio no es bien recibida en aquel lugar repleto de misterios y antiguas rencillas, poco a poco se integra en el lento transcurrir de la vida en el campo. Una foto de colegio de hace 40 años será la base para desentrañar un puñado de historias vividas en Obaba, casos extraños que los pueblerinos recuerdan con una mezcla de nostalgia y aversión.

Corre por el pueblo el rumor de que algunos habitantes del lugar se volvieron locos porque un lagarto se les coló por el oído y les llegó al cerebro, de ahí algunas de las desgracias ocurridas años atrás. El primer síntoma es quedarse sordo, y Lourdes comienza a notarlo, convenciéndose firmemente de que ahora su mejor sitio para vivir está en Obaba.

*** Fin de Spoilers! ***

La película combina los relatos e historias del libro “Obabakoak” con libertad, sin seguir el orden de la novela y, de hecho, armonizando mucho mejor para mi gusto el contenido de los distintos argumentos. Además, añade personajes que en la obra original no aparecían, como el de la joven estudiante Lourdes, convirtiéndola en hilo conductor de la historia. El resultado queda perfectamente integrado, conectando unos fragmentos con otros que en el libro no guardaban relación alguna. En ese sentido el trabajo de guión de Montxo Armendáriz, que también dirige, es fantástico. Se trataba de un libro difícil de adaptar y el veterano realizador español consigue que el resultado para la gran pantalla sea muy correcto.

Por lo demás, las interpretaciones son muy acertadas (la crítica destacó especialmente la de Pilar López de Ayala) y la fotografía realmente buena, a cargo de Javier Aguirresarobe. La película fue nominada a diez Goya en la edición de 2006, aunque sólo tuvo la oportunidad de ganar el de Mejor Sonido.

En definitiva es una película interesante, bien hecha y que toma lo mejor del libro de Bernardo Atxaga para mostrar un universo rural casi místico, que en algunos momentos, y salvando las distancias, recuerda incluso a detalles del cine de David Lynch.

viernes, 14 de mayo de 2010

Obabakoak

No sabía que “Obabakoak” era un libro de relatos; de haberlo sabido posiblemente no lo hubiera comprado. Me cuesta mucho leer compilaciones de relatos porque necesito unas horas para asimilar el contenido de lo que leo y cambiar el chip al iniciar una nueva lectura con protagonistas y argumentos diferentes. Por ese mismo motivo soy incapaz de leer varios libros al mismo tiempo, algo que la mayoría de lectores realizan sin dificultad. Yo empiezo con uno y hasta que no lo termino no puedo enfrascarme en otro.

El caso es que compré “Obabakoak”, una obra de Bernardo Atxaga, en un aeropuerto hace ya un par de años y se me había ido retrasando en la lista de pendientes hasta ahora. Por entonces ya sabía que se había hecho una película basada en la novela y al leer la solapa por encima me pareció que podía tener un argumento interesante. Y la verdad es que me llevé una pequeña decepción cuando comencé a leer y vi que las historias tenían relación por el lugar en que transcurrían, pero ni los personajes ni los hechos coincidían en tiempo. Aún así seguí leyendo buscando el sentido a lo que me contaba Atxaga.

La obra relata el transcurrir en el pueblo vasco de Obaba, un lugar imaginario perdido en las montañas, donde se entrecruzan las vidas de varios personajes. Cada historia nos acerca a sus peculiares personalidades, abarcando desde situaciones acaecidas a principios del s.XX hasta hechos ocurridos a finales del mismo siglo. Una parte amplia del libro, dividido en tres grandes relatos, recoge una serie de cuentos, sin relación entre sí, que los protagonistas de la historia escriben para un encuentro literario.

En general la obra me pareció un poco inconexa y no me enganchó demasiado. Parece ser que el autor, cuyo nombre real es Joseba Irazu aunque siempre ha escrito bajo el seudónimo de Bernardo Atxaga, es un reputado escritor, responsable además de gran parte del repunte de la literatura en euskera. Por ese lado nada que objetar, aunque evidentemente yo he leído “Obabakoak” (1988) traducido al castellano así que no puedo opinar sobre la narración original. Por lo demás, aunque durante la lectura alterné momentos de gran interés con otros de cierto aburrimiento, el libro ha pasado por mí sin marcarme demasiado.

La novela fue adaptada al cine en 2005 por Montxo Armendáriz, en una producción que llevó el título de “Obaba”. Tenía curiosidad por saber cómo habían conseguido llevar a la gran pantalla ese conjunto de situaciones, incidencias y recuerdos de Obaba, así que me hice con la película. Mañana, la reseña.

miércoles, 12 de mayo de 2010

All together now

Hoy acerco a este espacio un clásico de principios de los noventa, una de esas canciones que sonó hasta la saciedad, tuvo diversas versiones, remixes y ediciones, aunque yo, como casi siempre, me quedo con la original. Se trata del tema "All together now", de la banda británica The Farm, un grupo formado a finales de los ochenta y que con esta canción obtuvo su mayor (por no decir único) éxito en el año 1990.

"All together now", que estaba incluida en el disco "Spartacus", alcanzó enseguida los primeros puestos de las listas británicas y tuvo también cierta notoriedad en Estados Unidos y el resto de Europa. En nuestro país la canción sonó mucho en aquellos primeros años de los noventa y, personalmente, recuerdo haberla bailado cientos de veces cuando salía por las noches.

Además, el tema fue tomado como referencia en varios eventos futbolísticos, abanderando a la selección inglesa, como no podía ser de otro modo procediendo sus autores de la ciudad de Liverpool. Para la FIFA World Cup de 2006 la canción oficial fue precisamente la versión de "All together now" interpretada por las Atomic Kitten. Hablando de fútbol, y aunque a mí generalmente no me gusta, me vuelvo muy patriótica cuando algún equipo español participa en una competición europea y suelo estar pendiente del resultado, así que aúpa Atlético de Madrid! :D

martes, 11 de mayo de 2010

Distrito 9

Desde la pasada edición de los Oscar se me había quedado pendiente de comentar esta película, “Distrito 9” ("District 9"), una curiosa mezcla de ciencia ficción y acción rodada con estilo de documental. Aunque tenía muchos elementos para ser una gran película (su planteamiento inicial es sorprendente) se queda a mitad de camino y el exceso de acción le hace perder muchos enteros, desde mi punto de vista.

*** Spoilers! ***

La narración comienza como un reportaje, con varios expertos explicando la situación en el Distrito 9, una zona específica de Sudáfrica donde se ha recluido a una raza alienígena llegada a la Tierra unos años antes. A pesar de que la integración parecía posible, los humanos no supieron muy bien cómo aceptar unas costumbres tan diferentes y comenzaron a discriminarlos, recluyéndolos en ghettos y prohibiéndoles el acceso a la mayor parte de las zonas comunes. El apartheid que creíamos olvidado volvió con fuerza y los extraterrestres, sintiéndose a su vez marginados en una tierra extraña, sólo deseaban volver a su planeta.

La historia de repente da un giro, cuando uno de los responsables del desahucio alienígena de un campamento de refugiados sufre una alteración por contacto con los fluidos de uno de ellos. Su cuerpo comienza a mutar y tiene toda la pinta de que en breve se convertirá también en un alien. El objetivo de los humanos pasa a ser entonces estudiar los cambios físicos que experimenta el protagonista y analizar las posibilidades que ello tendrá, como siempre acaba ocurriendo, dentro del mundo del combate.

*** Fin de Spoilers! ***

La película podía ser redonda si continuara con el tono documental del principio, pero en el momento en que la acción se desboca y los efectos sonoros comienzan a chirriar en los oídos el film pierde para mí toda entidad. Pasa de ser una inteligente visión de la discriminación social, de la dificultad de integración interplanetaria, para convertirse en una peliculita de tiros donde el argumento pasa a un segundo plano. Al menos esa fue mi impresión, y no me gustó. Me recordó en ese aspecto a "La Isla", con un planteamiento similar y que tampoco me llegó a convencer.

Al final todo se convierte en una sucesión de clichés del cine de ciencia ficción y de acción, con unas cuantas incoherencias narrativas y un final que, francamente, ya no recuerdo transcurridos dos meses desde el visionado. Los protagonistas aguantan el tipo, eso sí, algo loable teniendo en cuenta que para la mayoría ésta era su primera experiencia en el mundo de la interpretación.

A pesar de la producción de Peter Jackson y de la expectación que generó, “Distrito 9” no consigue dar la talla y me parece de todo punto excesiva la nominación que obtuvo como Mejor Película en los Oscar. La principal cabeza pensante del proyecto es Neill Blomkamp, un director casi novel que ha trabajado sobre todo en el departamento de efectos especiales de series de TV como “Smallville”. La película está co-dirigida por Peter Robert Gerber y Simon Hansen, encargados por su parte de las secciones de entrevistas y documental que aparecen al principio de la producción. Los dos son igual de inexpertos que Blomkamp en el mundo del cine, con lo que se explica un resultado tan irregular para un argumento que podía haber dado muchísimo más de sí de haber caído en mejores manos.

miércoles, 5 de mayo de 2010

I will survive

En 1979 la cantante Gloria Gaynor obtuvo uno de sus mayores éxitos con el tema “I will survive”. La canción, cuya letra habla de la recuperación personal tras una ruptura, fue número uno en las listas de Estados Unidos y de otros países, además de convertirse en todo un hit de la música disco. Ganó incluso un premio Grammy en 1980 como la mejor canción de ese género.

“I will survive” ha tenido varias versiones que la han ido actualizando y volviéndola a poner de moda década tras década. En 1994 el grupo holandés Hermes House Band consiguió cierto renombre en su país gracias a un cover del tema de Gaynor, y más recientemente la banda de rock independiente Cake también grabó su propia versión, dándole un toque mucho más personal y menos discotequero a la composición.

Aunque yo he elegido la grabación original de Gloria Gaynor para que suene esta semana, no quería dejar de acercaros el mejor vídeo de la canción que he visto jamás, aunque posiblemente muchos de vosotros ya lo conozcáis. Se trata del famoso “Alien Song”:


Aliens cantantes aparte, esta semana sobreviviremos gracias a Gloria Gaynor.

domingo, 2 de mayo de 2010

Muffins integrales con fresas

Cuando estoy agobiada o siento estrés me dedico a cocinar o, sobre todo, a hornear. Desde hace unos meses tengo el problema añadido de que el horno Twenty L. que tengo en este piso no es demasiado útil para mis ideas de repostería, ya que tarda años en cocer y la gestión de su temperatura y tiempos son un misterio para mí. Además, la mayoría de mis moldes metálicos de muffins no me caben dentro, pero ni con ésas consigue que ceje en mi empeño de elaborar mis propios dulces.

Esta semana me sobraban unas cuantas fresas y no sabía muy bien qué hacer con ellas. Siguiendo una receta que encontré en el blog de Akane, Albahaca y Canela, decidí preparar unos muffins, aunque cambié un poco los ingredientes originales acorde a lo que tenía en la despensa. Mis ingredientes fueron: 275 gr. de harina integral, 150 gr. de fresas, 100 gr. de azúcar moreno, 1 huevo, un yogur natural desnatado, medio vaso de leche de soja, dos cucharadas de aceite de girasol, una cucharada de azúcar avainillado, medio sobre de levadura de repostería, una cucharadita de bicarbonato, una pizca de sal y una pizca de nuez moscada.

Para la preparación seguí las instrucciones que detalla Akane en su receta. Batí el azúcar con los huevos y luego le añadí el yogur mezclado con la leche. Incorporé aparte todos los ingredientes secos y le fui añadiendo los líquidos removiendo con una espátula. No es necesario mezclar demasiado, simplemente eliminar bien todos los rastros de harina y luego añadir las fresas troceadas. El resultado se va colocando en los moldes, llenándolos sólo hasta la mitad.

El horno debe estar precalentado a 200º, aunque la temperatura de cocción será de 180º. El tiempo dependerá de cada horno, pero lo normal serían unos 20 minutos, según el tamaño de los muffins. Los míos eran mini-muffins pero tardaron alrededor de 40 minutos, por lo que cada vez que horneo me juro a mí misma no volver a caer (y por supuesto, caigo de nuevo). Una vez cocidos se dejan enfriar unos minutos antes de desmoldar.

Con las cantidades que utilicé a mí me salieron 16 mini-muffins, 4 muffins normales y 4 bizcochitos. Esta receta admite un montón de variaciones, sobre todo en la fruta que se le puede añadir (manzana, plátano, arándanos...) e incluso se puede hornear perfectamente en formato cake.

Aprovecho para enviarle a mi mami unos muffins virtuales para felicitarle el Día de la Madre, aunque ella no necesita un día concreto para hacer de mami :)