martes, 31 de octubre de 2006

Delirio

No había leído nada de Laura Restrepo hasta que cayó en mis manos, procedente de la biblioteca y con un título de lo más sugerente, “Delirio”, ganadora del Premio Alfaguara de Novela en el año 2004. Esta escritora colombiana narra aquí la locura que padece Agustina, una joven de la alta sociedad bogotana y las relaciones que mantiene con su preocupado marido, con un antiguo amante y con los recuerdos de su tortuosa infancia.

Se trata de un libro entretenido, con una prosa ágil y muchas verdades que afectan a todas las sociedades actuales, no sólo a la de Bogotá. Entre el cinismo y los recuerdos desgarradores se conforma una historia de dolor disfrazado de delirio en el que la protagonista bucea para encontrar su camino de vuelta a la realidad. Todos hemos sentido el toque de la locura alguna vez, no tanto como enfermedad sino como recurso ante la irracionalidad y defensa ante los daños irreparables de nuestro por la vida. Impresiona sobremanera la paciencia del marido de la protagonista, asumiendo su papel de sombra extraña en la vida de su esposa mientras ella divaga por sus ensoñaciones y revive los peores momentos de su represiva niñez.

La novela muestra cuatro líneas narrativas diferentes que se van entrecruzando hasta conformar la historia completa de Agustina: el propio delirio de ella vivido de cerca por su marido, que intenta averiguar los pormenores de su tristeza; la hipocresía sufrida en su infancia en el seno de una familia de clase alta, punzada por el incesto y el silencio acusador; la reaparición de Midas McAlister, un antiguo amante de Agustina colaborador del narcotráfico colombiano y tocado por la soberbia del síndrome del nuevo rico; y la vida de Portolinus, músico y abuelo materno de Agustina que emigró a Colombia desde Alemania para acabar sufriendo también algo cercano a la locura y vivir sus últimos años en su propio mundo. Todas las historias cuentan con la figura delirante de Agustina en la búsqueda de su verdad y su realidad, escarbando en el pasado para encontrar las respuestas al presente.

Es cuando menos interesante comprobar lo cerca que podemos estar todos de volvernos locos y de que ese pasado que hemos intentado olvidar regrese para torturarnos. De ahí la importancia de echar de nuestro interior los fantasmas que nos acosan para evitar que en el futuro tengan un protagonismo que no merecen.

sábado, 28 de octubre de 2006

Baloncesto: Epi

Si a lo largo de mi vida he tenido pasión por algún deporte sin duda ha sido por el baloncesto. Con 12 años dedicaba mi paga semanal a comprar la revista "Gigantes del Basket", que creo que aún se edita, y que por entonces costaba 250 pesetas. Nunca he tenido ídolos pero sí tenía mis jugadores favoritos, mi cinco inicial que discutía con mis compañeros del instituto y un equipo al que seguía con entusiasmo: el F.C.Barcelona.

Pero ojo, sólo en baloncesto; nunca me ha gustado el fútbol ni me he sentido identificada con los colores blaugrana por razones ajenas a mi equipo favorito de basket.

Dentro del conjunto había un jugador que me gustaba especialmente: Juan Antonio San Epifanio, más conocido como Epi, que vestía siempre la camiseta con el número 15 y que se convirtió en el mejor baloncestista de la historia de España. Cuando yo empecé a ver partidos en la tele Epi estaba en su apogeo. Jugaba en la posición de alero, con su 1.98 de estatura, y era un jugador seguro, resolutivo y educado, algo que yo siempre he valorado en todos los ámbitos, también en el deportivo. Los aficionados siempre confiábamos en su "pisotón" en los lanzamientos de tiros libres, en los que tenía especial acierto.

Su carrera se desarrolló casi íntegramente en el Barcelona, coincidiendo en los años 80 con algunos de los mejores jugadores que hemos visto en la liga española: Audie Norris, Nacho Solozábal, Chicho Sibilio o Andrés Jiménez en su equipo y enfrentándose a otro de mis favoritos, Jordi Villacampa, a los hermanos Jofresa, todos ellos en las filas del Joventut de Badalona, y Chechu Biriukov o Antonio Martín en el Real Madrid, con mención especial de dos baloncestistas del equipo blanco de la época, tristemente desaparecidos en sendos accidentes de tráfico, Fernando Martín y Drazen Petrovic.

Por aquel entonces, la fiebre de la NBA todavía no había invadido nuestro entorno y el baloncesto bueno era el que conocíamos, el de aquí al lado, el de los de siempre. Con los años la escena del basket fue girando hacia Estados Unidos dejando bastante de lado una liga española que sufría a principios de los noventa una falta de cantera preocupante y veía con impotencia que sus grandes estrellas se acercaban a la retirada profesional. Fue más o menos por aquella época cuando fui dejando de ver baloncesto. Los nuevos jugadores no me fascinaban y los de siempre estaban dejando de jugar, todo ello unido a que mi ingreso en la Universidad me abrió horizontes nuevos y me obligó a dedicar mi tiempo a otros menesteres. No fue un cambio dramático, pero muchas veces he echado de menos aquellos partidos en los que me ponía de los nervios, donde los segundos parecían eternos y en los que lloraba de emoción ganara quien ganara. Todo ello tiene como recuerdo una carpeta para mi curso de 2º de B.U.P. forrada con fotografías de baloncestistas y con pelotas de basket recortadas de los números antiguos de la revista "Gigantes". En fin, esto ha sido todo en "la mirada nostálgica" de la semana, jaja :)

jueves, 26 de octubre de 2006

Esfera

La película “Esfera” se presentó en 1998 como una super producción dirigida por el oscarizado Barry Levinson y con la participación de importantes estrellas como Dustin Hoffman, Sharon Stone y Samuel L.Jackson. Basada en un libro del prolífico Michael Crichton, el film abordaba las investigaciones de un grupo de científicos enviados al fondo del mar para analizar una extraña nave de origen supuestamente extraterrestre. A partir de aquí igual meto algún spoiler!

A pesar de contar con todos los ingredientes para convertirse en un clásico de la ciencia ficción, la película no gustó. Ni siquiera sus famosos protagonistas lograron arrancar del público algo más de un aprobado raspado para un film que profundizaba en los sueños y apelaba a los miedos para convertir los deseos en realidad. Yo vi la película antes de leer el libro y he de decir que ambos me encantaron. La película me mantuvo intrigada de principio a fin, sensación que repetí con la novela aún sabiendo ya el desenlace. Por aquellos años ya existían algunas cintas que abordaban temas similares y entrecruzaban la realidad con el factor onírico, como por ejemplo "En la boca del miedo", aunque la más cercana en temática fue “Horizonte final” (1997).

Una de las cosas que no me gusta de la película que, como digo, en general me gustó mucho, es la elección de Dustin Hoffman como protagonista y ex pareja del personaje de Sharon Stone, y no tanto por la diferencia de edad entre ambos, de más de 20 años, sino porque la imagen fuerte de Stone contrasta, desde mi punto de vista, con la debilidad y falta de carácter que para mí tiene la presencia de Hoffman, y que en este caso no encaja en absoluto con su personaje. El director Barry Levinson volvió a trabajar aquí con él tras su fructífera colaboración en “Rain man” en la que ambos fueron premiados con sendos Oscar, y las posteriores “Sleepers” y “La cortina de humo”, pero está claro que en esta ocasión el papel no estaba escrito para alguien como Hoffman (admito discrepancias, por supuesto :P). Sin embargo, Sharon Stone me encanta, como en la mayoría de sus películas.

La mayor parte de las críticas de la película achacan su escasa valoración al desenlace final de la cinta, en el que los supervivientes deciden olvidar lo que ha ocurrido en las profundidades del mar debido a la desconfianza que ha surgido entre ellos y al poder que la esfera puede otorgar a una humanidad que no está preparada para asumirlo. Puede parecer un final flojo para una película repleta de tensión e intriga, pero personalmente no me parece que desentone con el desarrollo de la historia. Al fin y al cabo, el hilo conductor de la trama es la existencia de un objeto que hace realidad todo lo que deseas con solo pensar en ello; por qué entonces no usarlo para olvidar que alguna vez has tenido en tus manos ese poder en vez de ser infeliz el resto de tu vida recordándolo y ocultándolo.

miércoles, 25 de octubre de 2006

La Unión

“Lobo-hombre en París” es sin duda una de las canciones míticas de la movida madrileña y símbolo inequívoco de aquella explosión musical que arrojó la década de los ochenta en nuestro país. Sus responsables fueron el grupo La Unión, que surgió en 1982 con Luis Bolín, Mario Martínez e Iñigo Zabala creando bases rítmicas de influencias británicas, a los que se unió Rafa Sánchez como vocalista al año siguiente. Como cuarteto publicaron tres discos, con éxito bien distinto puesto que con el segundo, “El maldito viento”, apenas lograron repercusión. Ya convertidos en trío, en 1988 asumen la producción de sus trabajos y sacan al mercado “Vivir al este del Edén”, seguido en 1990 por “Tentación”, con un estilo que poco a poco se va acercando a ritmos más discotequeros.

Con un directo grabado en A Coruña, que repasa sus diez años de música, en 1992 dan un giro a su carrera. Sus discos posteriores se centran mucho más en la música de baile y las influencias latinas, camino que agrada a un público joven que no conocía a La Unión desde sus inicios pero que a algunos fans antiguos, entre los que me incluyo, nos hace perder algo de aquella magia de las primeras letras y de las melodías mucho más sencillas del grupo con sabor ochentero. A pesar de ello, la banda demuestra que es capaz de evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos, algo que no muchos artistas consiguen hoy en día y que hace que se ganen un respeto importante por parte de la crítica.

Para mí, La Unión será siempre la de este “Lobo-hombre en París”, “Sildavia”, “Vivir al este del Edén”, "Maracaibo" o “Fueron los celos”. Como anécdota, este primer tema que los catapultó a la fama, “Lobo-hombre en París”, se basaba en un cuento de Boris Vian y fue número uno de las listas de éxitos en nuestro país durante tres meses consecutivos. Todos los implicados en el proyecto colaboraron económicamente en el vídeo musical del tema, que también se convirtió en uno de los más laureados de nuestra historia gracias a su originalidad y su novedosa factura en un momento en el que los vídeos comenzaban a ser parte importante de la promoción musical. Hoy, más de 20 años después, todos reconocemos en esa canción una poética historia que, aunque no siga la línea de las actuales composiciones de La Unión, siempre llevará al menos la característica voz de Rafa Sánchez como distintivo.

lunes, 23 de octubre de 2006

Chicas malas

El cine denominado teen o juvenil creo que no pasa por su mejor momento. Tras el rotundo éxito que tuviera en los ochenta se fue desinflando hasta convertirse en un género insulso y falto de originalidad. En el año 2004 invadió las pantallas una película que prometía dar la vuelta a la tortilla y volver a situar las comedias de jóvenes a la cabeza de las taquillas y de la crítica: "Chicas malas (Mean girls)".

Y lo consiguió, según dicen, aunque personalmente no le encuentro ningún punto positivo que la diferencie de las cientos de comedias estúpidas que ha dado el cine, sobre todo el americano, en los últimos años. El mayor atractivo de "Chicas malas" es su actriz principal, Lindsay Lohan, la nueva superestrella de Hollywood que ya está en boca de todos y es considerada una de las mujeres más atractivas del cine. Sin quitarle mérito a ella y las demás protagonistas, una película no se mantiene sólo con buenas interpretaciones.

Partimos de la base de que el guión es un puro cliché utilizado en cientos de filmes al uso: chica nueva en instituto se arrima a grupo fashion, primero para ridiculizar a sus miembros y posteriormente para caer sin apenas darse cuenta en su juego y convertirse en una más. A este planteamiento tan novedoso le sigue el consecuente alejamiento del grupo de marginados que en un principio aceptó a la nueva sin reservas, el consabido sermón de "eres como ellas", el consiguiente arrepentimiento de la nueva con su correspondiente cumplimiento del castigo y el final que devuelve a cada uno a su lugar. Todo ello aderezado con una no menos típica historia de amor entre la nueva y el ex-novio de la líder de las fashion. He visto decenas de títulos con ingredientes como estos y este caso tampoco es muy diferente a los demás: cine típico, sin ningún tipo de profundidad, con moralina y ninguna novedad que aportar al género.

Pero a la mayoría del público le ha gustado! Es aquí donde me pregunto qué busca la gente en una película y me alegro de que el mundo esté dividido en gustos y colores. Francamente, "Chicas malas" me recuerda a varias películas de los ochenta e incluso de principios de los noventa que le dan mil vueltas en todos los aspectos. Baste recordar a tal efecto "No puedes comprar mi amor", de 1987 con un Patrick Dempsey impresionante en la escena del baile, y sobre todo "Escuela de jóvenes asesinos", horroroso título que pusieron en español a "Heathers", de 1989, que muchos recordarán como obra maestra de la comedia negra y que contaba con la presencia de Winona Ryder, Christian Slater y Shannen Doherty, entre otros destacados actores jóvenes del momento. Comparada con esta última, las "chicas malas" de "Mean girls" se asemejan más a monjitas de la caridad que a seguidoras del mal.

En definitiva, para mí esta película no aporta nada nuevo ni digno de mención al cine teen salvo la presencia de buenas actrices. Su pretendida incorrección política no me parece ni destacable en comparación con otras cintas. Eso sí, gracias a una muy buena promoción, han conseguido que todo el mundo la valore positivamente y se crea que realmente están viendo algo distinto y rompedor. Al fin y al cabo, el cine no es una ciencia exacta y habrá gente que disfrute esta película. Yo no la recomiendo ni para un sábado por la tarde de aburrimiento.

sábado, 21 de octubre de 2006

Plenilunio

Hace ya varios años me convertí en una compradora compulsiva de libros de oferta. En mi favor he de decir que suelo leer casi todos los que compro y que últimamente me he acostumbrado más a hacer uso de la biblioteca pública para acceder a aquellas obras que no me llaman tanto la atención como para invertir dinero en ellas. De las promociones de kiosko procede más del 50% de mi librería, y entre ellas se encuentra "Plenilunio", una novela que Antonio Muñoz Molina escribió en 1997.

Este libro presenta dos enfoques de la vida de la misma persona pero que navegan por mundos paralelos. Por una parte, el terrible asesinato de una niña en un pueblo norteño mantiene en vilo a un inspector de policía, que sabe que el culpable acecha en las cercanías; por otra está la trayectoria personal del propio policía, que intenta normalizar su vida sentimental tras un ambiente de constante tensión debido a las amenazas de los terroristas cuando trabajaba en Bilbao. En la otra esquina, el asesino contempla cómo se van sucediendo las investigaciones y cómo el cerco sobre él se va cerrando cada vez más.

A pesar de que ya hace unos cinco años que la leí, la recuerdo como una novela interesante y profunda, cuya literatura era capaz de transmitirte todo el desasosiego que sufrían los personajes. El miedo, el dolor, la impotencia y otros tantos sentimientos intensos se funden en este libro para contar algo que ves extrañamente cercano. Supongo que el gran logro de novelas como ésta es precisamente conseguir que te impliques en ellas, que las vivas como si fueras casi un protagonista más.

"Plenilunio" fue también adaptada al cine en 1999 bajo la dirección de Imanol Uribe, uno de los directores españoles que más me gustan por su compromiso y su claridad de ideas. Aunque no he visto la película, en el guión participó la mujer de Muñoz Molina, la también escritora Elvira Lindo, por lo que se puede deducir que el resultado debería ser correcto. En 1991 ya habían sido llevadas a la gran pantalla otras dos novelas del mismo autor: "Beltenebros" y "El invierno en Lisboa".

De Antonio Muñoz Molina recuerdo haber leído también "El dueño del secreto", pero lamentablemente no puedo decir con sinceridad si me gustó o no porque lo he olvidado. Revisando los libros que devoré hace años he comprobado con horror que no recuerdo los argumentos de la mayoría, ni siquiera me acuerdo de las sensaciones que me transmitieron. En mi favor (una vez más) puedo añadir que posiblemente tampoco coincidiría mi opinión de entonces con la que podría ofrecer si los releyera hoy. A veces reflexiono sobre lo que pensaba con 20 años y me río, aunque todavía perduren en mí ideas y gustos de entonces que no he modificado y que seguramente continuarán igual durante otros diez años. Aún así, lo bueno de las expresiones artísticas es que nos afectan en la medida en que las identifiquemos con nuestras experiencias y preferencias y, por suerte, nuestro saco de experiencias nunca deja de aumentar y el de nuestras preferencias de variar.

jueves, 19 de octubre de 2006

Las mujeres perfectas

Hace ya unos años que Nicole Kidman se convirtió en una de mis actrices favoritas. Además de parecerme una mujer preciosa me sorprende su capacidad para elegir sus trabajos atendiendo a los criterios de variedad, profundidad y creatividad y no a los meramente económicos. Para mí es una de las actrices más creíbles y versátiles, como demuestra su ya extensa filmografía y su Oscar obtenido en 2003 por su papel de Virginia Woolf en "Las horas".

Aunque "Las mujeres perfectas" pueda parecer a primera vista una película mediocre, la verdad es que hace gala de una interesante crítica social y un planteamiento más serio de lo que se puede esperar en un principio. Por si acaso, spoilers!.

Recordemos que la película es un remake de la cinta de 1975 "The Stepford Wives", traducida en España como "Poseídas", y que se inclinaba más hacia el cine de terror y ciencia ficción que hacia el toque de comedia negra que el director Frank Oz ha dado a su actual versión, realizada en 2004. Ambas películas están basadas en una novela de Ira Levin, uno de los escritores más adaptados al cine con títulos tan destacados como "Los niños del Brasil", "La semilla del Diablo" o "Bésame antes de morir", entre otros.

El argumento central del film narra la vida de varios matrimonios en la pequeña ciudad de Stepford, donde las esposas se han convertido en fieles apoyos de sus maridos, perfectas madres y amas de casa, que velan por la armonía, la tranquilidad y la estabilidad de sus familias. Nada extraño si no fuera porque ninguna mujer que no acepte esas condiciones parece ser bien aceptada en Stepford. Hasta allí se traslada el matrimonio formado por Nicole Kidman y Matthew Broderick con la intención de alejarse del estrés de la gran ciudad y proporcionar nuevas perspectivas a su vida tambaleante como pareja. Pero Joanna, mujer independiente y trabajadora, no comparte los intereses de las otras mujeres de Stepford y llega a la conclusión de que tanta perfección no es posible en ningún ser humano. Las investigaciones del joven matrimonio consiguen desvelar el plan urdido por una eminente doctora que, harta de que su vida laboral no le dejara espacio para el disfrute, decidió crear en Stepford un pueblo en el que lo principal fuera el bienestar aún a riesgo de anular la voluntad.

Interesante planteamiento: mujeres controladas por un mando a distancia, como si fueran un electrodoméstico, que son totalmente perfectas, satisfacen a sus maridos, son fieles, están siempre con la sonrisa en la cara, siempre arregladas, siempre dispuestas y jamás discuten. Sería algo realmente perfecto si ellas estuvieran de acuerdo en esa actitud y no les fuera impuesta. Pensemos en la cantidad de parejas que darían lo que fuera por controlar a su cónyuge, que éste estuviera dispuesto a hacer siempre lo que nos apeteciera, que se encargara de todas las tareas del hogar sin errores ni olvidos y que, aún encima, estuviera siempre guapa, y lo mismo aplicado a un hombre (no es cuestión aquí de machismos estúpidos ni feminismos exagerados). He de admitir que me seduce bastante la idea. La perfección es algo ansiado por unos cuantos mortales (entre los que me incluyo, todos tenemos defectos) y todo error debe ser así eliminado de nuestra vida diaria para dar paso a la tranquilidad y la estabilidad. No es precisamente eso a lo que todos aspiramos? Pues por suerte no :P

Creo que a mí me funcionaría la actitud Stepford pero me jodería no ser dueña de mis actos y que un mando electrónico me programara; si algo tenemos en esta vida que es realmente nuestro es la capacidad para tomar decisiones y actuar en consecuencia. De todos modos, puede que mi acercamiento a la cocina en general, y a la repostería en particular, tenga algo que ver con la necesidad de huir del estrés que, con mayor o menor acierto, se plantea en "Las mujeres perfectas". En definitiva es una Interesante película para pasar un rato agradable, aprender a conocer a los demás y aceptarlos como son y meditar un poco sobre el sentido de la vida (los Monty Python otro día :P).

miércoles, 18 de octubre de 2006

Spandau Ballet

Cuando yo era pequeña, Spandau Ballet era uno de los grupos que escuchaban los jóvenes un poco mayores que yo, incluida mi hermana, que me llevaba tres años. Se trataba de una música más adulta, en la línea de los nuevos románticos y con un estilo cercano al de sus colegas en el tiempo y competidores en las listas de éxitos Duran Duran.

Los cinco componentes de Spandau Ballet (Tony Hadley, Steve Norman, John Keeble y los hermanos Martin y Gary Kemp) comenzaron su andadura como grupo a principios de los 80 alcanzando enorme fama en su país de origen, Reino Unido, y en el resto de Europa. Comprometidos con su tiempo, sus canciones trataban temas profundos, serios e incluso se arriesgaron con una impresionante canción sobre el enfrentamiento entre católicos y protestantes en 1986, "Through the barricades".

Pero el grupo también comenzó a sufrir sus propios enfrentamientos a finales de la década. Los hermanos Kemp se separaron del grupo para iniciar proyectos individuales en el ámbito cinematográfico, mientras que los otros tres emprendieron una batalla legal por los derechos de algunos temas firmados por Gary Kemp. El vocalista Tony Hadley tomó su propio camino también con una carrera en solitario poco fructífera, con contactos intermitentes con algunos miembros de su antiguo grupo, pero sin que en ningún momento se haya alcanzado una reconciliación entre los cinco componentes. Su último disco de estudio como Spandau Ballet data de 1990, aunque posteriormente se han editado varios recopilatorios y directos grabados en la época.

Esta semana sonará en el blog "True", una canción de 1983 incluida en su tercer LP y que es una de las más conocidas de la banda. Representa aquel estilo de música sencilla que nos cautivó, nos emocionó y nos dio a conocer el recién nacido pop británico ochentero.

domingo, 15 de octubre de 2006

EverQuest

Era obligado por mi parte hacer un post sobre el juego que me abrió un nuevo horizonte en el mundo del entretenimiento online, que ocupó dos años de mi tiempo de ocio y por el que siento una mezcla de nostalgia y rabia. Nostalgia porque mientras tu vida es EverQuest no necesitas nada más, todos tus amigos están allí, todas tus opciones de entretenimiento están allí, te da todo lo que necesitas para olvidarte de todo lo demás. Y rabia porque tras esos dos años de adicción te das cuenta de que todo lo que has construido en ese tiempo se puede volatilizar en cualquier momento y desaparecer, dejando solamente a su paso una carpeta con screenshots, muchos archivos de información y, eso sí, un montón de anécdotas divertidas y recuerdos entrañables. Pero a fin de cuentas, ¿compensa jugar al EQ? Definitivamente, sí.

EverQuest es un juego creado por Sony Online Entertainment en 1999 y que en la actualidad ya cuenta con 12 expansiones y una segunda parte, EverQuest II, creada a partir de la experiencia de la primera pero con clases y entorno nuevos. El juego en sí responde a las características de un MMORPG (traducido algo así como “juego multiusuario de rol online masivo”), que transcurre en tiempo real y te permite crear un personaje a tu gusto e interactuar con miles de jugadores de todo el mundo que también estén conectados. Los personajes, como en cualquier juego de rol al uso, disponen de unas características físicas y unas habilidades que se pueden desarrollar hasta lograr la maestría. Tu cometido como jugador es matar bichos, realizar quests o búsquedas para obtener determinadas recompensas y trabajar tus habilidades para subir de nivel y mejorar tu posición en el EQ. Actualmente, el nivel máximo del juego es 75, con miles de posibilidades de armadura y equipo para tu personaje y cientos de zonas distintas en las que poder cazar, buscar objetos o simplemente curiosear.

Mi experiencia personal en EverQuest está mostrada en las imágenes de este post. Aunque he tenido hasta ocho personajes distintos, mis principales eran Zeltia (arriba), de clase enchanter y que alcanzó el nivel 67, y Nubla (abajo) elfa del bosque druida que llegaba a 62 en el momento en que abandoné el juego. Con ellas me dediqué básicamente a explorar el juego y a realizar tradeskills o habilidades de intercambio con las que producía objetos para vender a otros jugadores. Personalmente, ésa es la parte que más me entretenía del juego, y que compartía con una lectora habitual de este blog, Giela (muacks!) que también fue la que me habló por primera vez del EQ. En EverQuest podías pescar, forrajear, elaborar ropas y armaduras, aprender a cocinar los alimentos que comprabas en las tiendas o encontrabas por los bosques, realizar objetos de alfarería, componer delicadas joyas... Las posibilidades eran tan amplias que en ningún momento había opción al aburrimiento, puesto que si no te apetecía hacer una cosa tenías varias alternativas en la caza, las quests o el estudio de habilidades.

Siendo sincera he de reconocer que a veces echo de menos el juego, en el que conocí a un montón de gente, aprendí muchísimas cosas (incluso idiomas, porque el lenguaje oficial en Norrath es el inglés) y al que dediqué buena parte de mi tiempo libre en una época. El problema del EQ, como el de otros juegos, es que crea una fuerte adicción que a medida que pasa el tiempo se hace cada vez más difícil de controlar. En Estados Unidos existen varias asociaciones en contra del EQ que lo acusan de destrozar vidas y familias... Me parece una exageración absurda, puesto que nadie te obliga a jugar y si lo haces sabes a lo que te atienes. De hecho, la compañía te advierte que el juego es altamente adictivo y no se hace responsable del tiempo que tú decidas libremente dedicar al mundo de EverQuest. Yo dediqué mucho tiempo al juego durante unos dos años, tras los que decidí que era el momento de cambiar y liberarme de los lazos que me obligaban a estar pendiente de lo que necesitaban mis personajes.

Cuando eres jugador habitual sustituyes con facilidad un juego por otro y al EverQuest le siguieron otros muchos que llenaron parte de mis horas de ocio. Y sigo pensando que el EQ es el mejor juego online que se ha hecho, el más completo, el más variado y con el que más aprendes; a todos los demás juegos parece faltarles algo después de haber estado en el EverQuest. La comunidad de jugadores también se encuentra entre las más educadas y agradables que he visto, con mucha gente adulta (influye que es un juego de pago) y muchos sentimientos altruistas difíciles de encontrar en la mayoría de los juegos gratuitos. Si a alguno de vosotros os apetece probarlo os recomendaría que tuviérais en cuenta lo absorbente que puede llegar a ser y lo difícil que resulta abandonar un personaje cuando le has dedicado más horas a buscarle una túnica que le quede bien que a comprarte un pantalón que te quede bien a ti mismo :P Pero como yo digo siempre, la vida son etapas; si no hubiera pasado ese tiempo en el EQ no podría hablar sobre él y no sabría muchas cosas que ahora estoy orgullosa de saber gracias al juego.

viernes, 13 de octubre de 2006

Viernes 13

Hoy quiero rendir mi homenaje personal al cine de terror cutre con uno de sus mejores exponentes: “Viernes 13”. La saga, iniciada en 1980, sembró el pánico en todos los campamentos juveniles durante muchos años. El mayor aliciente de la primera entrega era la abundancia de sangre, algunos momentos de tensión destacables y una hornada de jóvenes actores que pasaron por la gran pantalla sin pena ni gloria, salvo excepciones.

Entre estas últimas se encuentra Kevin Bacon, protagonista en la primera cinta y que con el tiempo se labró una seria carrera cinematográfica, o Corey Feldman, que aparecía en una de las secuelas rodada en 1984 y se convirtió en un nombre imprescindible en el cine de los 80.

El miedo a los viernes que caían en 13 se multiplicó hasta llegar a diez entregas, con argumentos cada vez más inverosímiles. Jason Voorhes moría y resucitaba con una facilidad pasmosa convirtiéndose en una amenaza del más allá para todos los sitios de recreo donde hubiera jóvenes divirtiéndose. A eso en mi pueblo se le llama ser un aguafiestas :P

El éxito de “Viernes 13” se cruzó con el de otras dos sagas imprescindibles del género: “Halloween”, con un Michael Myers pionero en el arte de meter miedo desde 1978, y “Pesadilla en Elm Street” con el infiltrado terrorífico en los sueños, Freddy Krueger. Con esta última se atrevieron a realizar un crossover extraño, más cercano a la comedia que al terror según los críticos, que se tituló “Freddy Vs. Jason” y en el que los dos titanes del cine terrorífico se enfrentaban en unas cuantas peleas ridículas y sangrientas.

Por último comentar la versión “Viernes 13, parte XXL: Jason se lo pasa de muerte”, interpretada en 2001 por la estrella del porno Nacho Vidal, María Bianco, Tony Ribas y otros profesionales del género, que se encargan de que Jason regrese al mundo de los vivos para fornicar como un poseso. Con esta cinta se demuestra una vez más que la industria española del porno, además de disponer de algunos de los mejores actores y actrices del sector, continúa siendo una de las más originales.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Nacha Pop

Pocos artistas han sido tan recordados por una sola canción como Nacha Pop, y el tema en concreto es el que estáis escuchando, "Chica de ayer". A pesar de tener otras muchas canciones que escalaron con facilidad las listas musicales, como "Vístete" o "Grité una noche", "Chica de ayer" cuenta con el privilegio de ser la más versionada, la más cantada, la más admirada y la más emotiva.

Nacha Pop surgió en el inicio de la movida madrileña, con Nacho García Vega, su primo Antonio Vega, su amigo Carlos Brooking y el conocido batería Ñete, que años después abandonaría el grupo. Con esta formación editan su primer disco en 1980, logrando una buena acogida entre un público ávido de nuevas melodías. La sensibilidad de Antonio Vega contrasta con la fuerza que Nacho García Vega aporta a sus canciones, creándose entre los dos un equilibrio que mantuvo siempre al grupo entre la melancolía del primero y el desenfado del segundo. Sin embargo, las compañías discográficas no acaban de confiar en ellos. Antonio Vega comienza a acusar los excesos de la vida nocturna y las desavenencias musicales entre los miembros del grupo se hacen cada vez más patentes. Aún en plena madurez creativa, el grupo decide separarse, editando en 1988 un doble álbum recopilatorio que incluye los éxitos de la banda en sus ocho años de existencia.

Nacho García Vega y Carlos Brooking dan vida a Rico, un proyecto mucho más cañero y vivo, acorde a sus tendencias y gustos musicales, mientras que Antonio Vega inicia una carrera en solitario que le ha convertido en uno de los compositores y cantantes más admirados de nuestro país. A pesar de que la sombra del reencuentro de Nacha Pop siempre ha planeado sobre ellos, nunca volvieron a trabajar juntos, aunque recientemente se han reunido en algunos eventos homenaje a los años 80, con un deteriorado Antonio Vega muy marcado por su pasada drogodependencia y que no supera la pérdida de su pareja sentimental hace un par de años.

"Chica de ayer", incluida en el primer disco de Nacha Pop y compuesta e interpretada por Antonio Vega, representa para muchos de nosotros la nostalgia de unos años que muchos sólo vivimos de refilón pero que nos marcaron profundamente y para siempre.

domingo, 8 de octubre de 2006

Boris Vallejo

Otro de los dibujantes que goza de gran prestigio entre los entendidos es Boris Vallejo, artista peruano nacido en 1941 que ha ilustrado cómics y publicado la mayoría de sus trabajos en forma de calendarios y libros de imágenes. Su estilo se centra en la fantasía y el erotismo, unificando muchas veces ambos con la creación de dioses, monstruos y demonios alados de origen mitológico.

En sus imágenes se aprecia sobre todo el trabajo de los cuerpos humanos, una constante en su trayectoria, mostrando torsos musculados y bien marcados tanto en hombres como en mujeres. Junto a la presencia abundante de criaturas fantásticas de variada condición se encuentra el concepto de fairy o hada, que Vallejo presenta en forma de figuras femeninas con alitas de mariposa a la espalda. Además, también dedica una parte significativa de su obra al mar, con los dibujos de delfines como elemento predominante.

Boris Vallejo está casado con otra importante artista de estilo similar, Julie Bell, con la que ha publicado varios trabajos conjuntos. Ellos mismos se denominan creadores de la fantasía y la ciencia ficción de mujeres bonitas y hombres heroicos. Personalmente me fascinan las imágenes de todo tipo de fairies y mujeres-mariposa de Vallejo, aunque no me llama tanto la atención su faceta como dibujante de superhéroes musculosos y apretados. En esta galería podréis ver más imágenes de Boris Vallejo ordenadas cronológicamente.

viernes, 6 de octubre de 2006

Clerks 2

Como prometí ayer, continúo hoy con la segunda parte de la ópera prima de Kevin Smith: "Clerks 2". La película está obteniendo un gran éxito, lo que confirma a Smith como uno de los directores más aceptados por un amplio sector del público joven. Y aunque sé que a veces amenazo con spoilers que luego no son tales, yo aviso por si se me va la pinza y empiezo a destripar el final y os enteráis de que el asesino es el mayordomo (muacks Giela :P).

Doce años después de la primera película, sale a la luz esta segunda parte que cuenta la vida actual de sus principales protagonistas, Dante Hicks y Randal Graves. El Quick Stop, la tienda en la que trabajaron durante los últimos 10 años sufrió un incendio y los obligó a buscarse un nuevo empleo a las órdenes de Becky (Rosario Dawson) en una hamburguesería. Jay y Bob el Silencioso han vuelto a la calle desintoxicados pero ejerciendo su labor de vendedores de drogas de nuevo. A lo largo de la cinta van apareciendo personajes de la primera "Clerks" y de otras películas de Kevin Smith, todos pertenecientes al fértil mundo creado por el director de New Jersey. También en esta cinta aparece la pareja del realizador, algo habitual en sus films (una especie de marca de la casa), interpretando a la prometida de Dante.

Personalmente creo que la película tiene momentos muy divertidos pero en general me gustó más la primera, quizás por la originalidad de su argumento. En esta vemos más de lo mismo, igual de divertido y de ingenioso, pero como si realmente se tratara de una continuación cronológica de "Clerks". De hecho, partes de la película fueron adaptadas a partir de un guión que Kevin Smith había escrito también en 1994 para un proyecto denominado "Busing", que nunca llegó a realizarse.

Por otra parte, la estrecha relación de la primera y la segunda parte de "Clerks" es un punto a favor de la cinta, puesto que diez años después bien podía haberse perdido la frescura de las situaciones y las interpretaciones y en ningún caso ha sido así. Los actores continúan siendo muy cercanos, con los cameos impagables de Jason Lee, Ben Affleck y la incorporación de Rosario Dawson y el casi debutante Trevor Fehrman. En el caso de Jason Mewes, Smith le había prometido a su amigo que si permanecía limpio de drogas podría volver a interpretar a Jay en esta secuela, y así fue, ofreciéndonos una vez más la posibilidad de disfrutar de los dos personajes más irreverentes del cine de hoy.

A pesar de que "Clerks 2" contó con un presupuesto casi 200 veces superior al de su predecesora, consigue que el conjunto siga manteniendo un cierto aroma a cine independiente y sobre todo a cine auténtico y personal, algo muy de agradecer. Cuando ves la película realmente compruebas que el director hace lo que quiere hacer y como lo quiere hacer, de modo que te da una sensación de libertad que en otras películas se ve coartada por convencionalismos sociales. Por poner un ejemplo, Randal critica la trilogía de "El señor de los anillos" en una escena desternillante (al menos para mí lo fue), y no puedo dejar de comentar la aparición estelar de Kinky Kelly y el Semental Sexy, algo que se ve venir pero que no por ello hace menos gracia.

Los que no hayan visto la primera parte deberían hacerlo antes de ver ésta, para ponerse en situación, familiarizarse con los personajes y entender lo que rodea a este grupo de colegas que Kevin Smith tiene el detalle de compartir con nosotros.

jueves, 5 de octubre de 2006

Clerks

Continuando con las cuestiones básicas de la vida como la de "Qué he hecho yo para merecer esto?" del anterior post de Pet Shop Boys, hoy procedemos a comentar una de las lamentaciones más sentidas de toda la historia del cine: "Y hoy no me tocaba venir!". Hablo por supuesto de Dante en "Clerks", y el que no la haya visto que no siga leyendo si no quiere enterarse de todos los entresijos de las 37... cough cough, eso.

"Clerks" fue el primer largometraje rodado por un joven director de New Jersey en 1994, para el que contó con un presupuesto inicial de unos 27.000 dólares y en el que colaboraron varios colegas del propio director, Kevin Smith, incluida su novia de entonces. El inesperado éxito de la cinta en el circuito independiente y entre el público friki arrojó unos beneficios al realizador de más de tres millones de dólares, con los que se dispuso a encarar varios de los proyectos que tenía en mente. Al año siguiente produjo "Mallrats", en la que volvían a aparecer varios personajes presentes en "Clerks" y que también tendrían su espacio en forma de cameo en casi todas sus películas posteriores. En 1997 "Persiguiendo a Amy" cerraba la denominada Trilogía de New Jersey, en la que Kevin Smith había mostrado a través de tres historias diferentes el día a día de un grupo de amigos que iban entrecruzando sus vidas.

El inicio de todo, "Clerks", cuenta la azarosa jornada de Dante Hicks en la tienda en la que trabaja, el Quick Stop, en un día en el que a él no le tocaba ir a trabajar. La fauna que visita el establecimiento, tanto en forma de clientes como de amigos del dependiente, componen un mosaico de realidad que Kevin Smith muestra con sincero realismo y cercanía. La película cuenta con un cierto aire independiente que le da la espontaneidad de los protagonistas, algunos de ellos no profesionales del cine, los diálogos increíblemente bien articulados y el hecho de haber sido rodada en blanco y negro, dicen que debido a la falta de presupuesto y no a la intención de asemejarse al cine alternativo. Los temas de las conversaciones, "La guerra de las galaxias", el sexo, la comida o cualquier otro asunto propio de la sobremesa de un grupo de amigos frikis (entre los que me incluyo) constituyen la base para un film con un buen ritmo y entretenido de principio a fin.

De esta película también surgió una de las parejas más extrañas y divertidas del cine de los últimos tiempos: "Jay y Bob el Silencioso", éste último interpretado por el propio Kevin Smith y cuya característica principal es no hablar en ninguna de sus apariciones, salvo una o dos frases lapidarias por película. El personaje de Jay lo encarna el actor Jason Mewes, amigo personal de Smith y fumador compulsivo de hierba en las películas... y en la realidad también. Ha tenido problemas con la Ley por posesión de drogas y relación muy directa con ellas por parte de su madre, que murió de SIDA hace algún tiempo. Kevin Smith ha estado apoyándolo siempre, dándole trabajo como cajero en su tienda de cómics y aceptándolo en su casa, donde vivió durante una temporada. Independientemente de su vida personal, su papel de camello en "Clerks" le abrió las puertas del mundo del cine, aunque la mayoría de sus trabajos como actor han estado relacionados con las películas de su amigo o en proyectos cercanos a Kevin.

Acaba de estrenarse la segunda parte de la película, "Clerks 2", con casi los mismos protagonistas diez años después y algunos cameos interesantes que comentaré en un próximo post.

miércoles, 4 de octubre de 2006

Pet Shop Boys

A finales de los 80 comenzó a escalar las listas de éxitos un dúo británico que hacía música pop con mucho componente electrónico, letras arriesgadas e imagen extravagante. Neil Tennant y Chris Lowe, bajo el nombre de Pet Shop Boys, realizaban temas de discoteca pero sin estribillos machacones ni sonidos estridentes, por lo que enseguida cautivaron a una gran cantidad de público. Como corriente musical, podrían enmarcarse dentro del denominado Synth Pop, subgénero del New Wave que también representan artistas como Gary Numan o Depeche Mode.

La mayoría de los seguidores de la pareja en los 80 ha continuado escuchándolos en los 90 y hasta hoy mismo, sin que en ningún momento el grupo haya dejado de publicar discos. Pet Shop Boys hace gala de un sonido característico que ha sabido fusionar con otros ritmos como la samba o la música de orquesta clásica. Desde los temas más pop de sus inicios como “West End Girls” (su primer éxito internacional) o “Heart” (con su inolvidable vídeo de vampiros interpretado por Ian McKellen) hasta sus últimos trabajos más experimentales han mantenido siempre una línea coherente dentro de la evolución lógica de sus más de 20 años de existencia.

Abanderados también de la cultura gay, nunca han utilizado su condición homosexual como ingrediente en sus trabajos musicales o en las promociones de sus discos, manteniéndola al margen de su vida pública pero sin renegar de ella. De hecho, cuando yo escuchaba a Pet Shop Boys hace 15 años se sabía que el dúo era homosexual pero en ningún sitio podrías leer o escuchar nada que lo confirmara, ni tampoco que ambos formaran pareja sentimental. Si dicha condición influía o no a la hora de componer sus canciones lo ignoro, aunque el grupo se caracteriza precisamente por abordar muchos otros temas interesantes sin necesidad de reivindicar constantemente, como sí hacen otros artistas, el uso que den a sus atributos sexuales.

A lo largo de todos estos años de carrera han colaborado con multitud de artistas conocidos como Liza Minnelli, Dusty Springfield o Kylie Minogue, además de componer el éxito “I’m not scared” para el grupo de Patsy Kensit, Eighth Wonder. Además, se han permitido algunas frivolidades como un medley del “Where the streets have no name” de U2 con la canción pop de los años sesenta “Can’t take my eyes off you” o una versión del tema de Elvis Presley “Always on my mind”. En este artículo en inglés de la Wikipedia sobre Pet Shop Boys podréis encontrar muchísima más información sobre su música y su trayectoria.

La canción que he elegido se titula “What have I done to deserve this”, un tema del disco “Actually” de 1987 cantado a dúo con Dusty Springfield, para la que también han producido varias canciones de sus propios trabajos. La letra cuenta la historia de alguien que lo da todo y lo deja todo por amor y recibe a cambio nada, siendo la pregunta sin respuesta “qué he hecho yo para merecer esto”. Afortunadamente la canción no me trae ningún mal recuerdo y puedo escucharla con todo el placer que merece.

lunes, 2 de octubre de 2006

Cocina sin colesterol

A medida que pasan los años una va adquiriendo nuevas costumbres, manías y vicios que nos acercan cada vez más a eso que evitamos a toda costa: parecernos a nuestras madres (con todo el respeto y cariño para las mamás :P). Últimamente yo he descubierto que cocinar es una terapia anti-estrés increíble, por lo que buscar recetas y llevarlas a la práctica se ha convertido en una de mis aficiones favoritas.

En mi caso, tengo el handicap del colesterol por lo que, aunque mi satisfacción a la hora de cocinar no puede ser completa (es una especie de cocinus interruptus) sí que estoy orgullosa de utilizar de la mejor manera posible los alimentos que están permitidos en mi estricta dieta, sobre todo a la hora de los postres que todo el mundo asocia a un exceso de grasa. Pues bien, el bizcocho de la foto (ayer me desestresé un poco haciéndolo :P) es un dulce sano y muy fácil de preparar, incluso para personas como yo que no tienen demasiada experiencia en la cocina. Esto es como todo, cuestión de probar e ir aplicando la técnica de ensayo/error.


A la hora de hacer el bizcocho debo tener en cuenta que la mantequilla y los huevos son dos de los alimentos que más colesterol contienen, así que directamente los elimino de mi receta personal. ¿Cómo se hace un bizcocho sin huevos ni mantequilla? Pues los ingredientes son, aproximadamente, (yo mido casi todo a ojo o a vasos de yogur :P) 150 gr. de harina normal, 150 gr. de harina integral, 100 gr. de azúcar blanco, 150 gr. de azúcar moreno integral, 1 yogur natural desnatado, ½ vaso de aceite de oliva, 2 pastillas de chocolate negro ralladas o en trocitos, un puñado de almendras trituradas, ½ sobre de levadura Royal y 1 ó 2 vasos de leche, dependiendo de cómo nos vaya quedando la masa de líquida. En vez del chocolate y las almendras también se le pueden añadir trozos de manzana o de alguna otra fruta y quedará todavía más sano. Estudios recientes afirman (y reafirman) que el chocolate negro no contiene colesterol puesto que no cuenta con ningún ingrediente procedente de animales, como sí ocurre con la leche en el chocolate con leche, por ejemplo.

Yo no soy muy metódica a la hora de la preparación; normalmente mezclo las harinas con el azúcar y luego le voy añadiendo todo lo demás y removiendo hasta que se forme una pasta y le añado la leche hasta que quede lo suficientemente líquido como para verterlo en el molde. El horno se precalienta a unos 220º y cuando se mete el recipiente se cuentan unos 25-30 minutos, hasta que el bizcocho suba. Después se va bajando la temperatura durante otros 10 minutos más o menos, hasta que esté cocido. Estos tiempos son orientativos, porque yo no entiendo mi horno y uno de cada tres bizcochos se me suele quemar :P El caso es que con esta receta consigo un bizcocho para desayuno o merienda sin apenas grasa saturada ni colesterol que, si bien no está tan esponjoso y apetecible como los pasteles industriales o los dulces de las abuelas, me lo como bastante más tranquila porque sé lo que lleva y sé que no me hará daño.

Si no tenéis horno convencional, este tipo de bizcocho también se puede hacer en microondas, aunque en un molde no metálico y tened en cuenta que no quedará doradito por encima. Eso se puede solucionar espolvoreando un poco de azúcar moreno sobre el bizcocho para que coja un tono más tostado. Yo he sacado muchas ideas y recetas de la página del canal de televisión Canal Cocina, que tiene por ejemplo un programa específico de cocina para microondas y varios apartados de cocina sana y recetas especiales. Así que ya no hay excusa para los que no sepan cocinar :)