miércoles, 27 de abril de 2016

Yo tenía un blog

Las Cañadas del Teide, nevada marzo 2016
Hola! Bienvenidos un día más a "Yo tenía un blog", donde analizamos a aquellos bloggers que publicaban asiduamente en sus espacios personales en internet hasta que un buen día dejaron de hacerlo y desaparecieron de la faz de la tierra. Bueno, de esta faz, porque en Twitter, Facebook, Instagram y otros engendros del demonio siguen razonablemente activos. O sea, de vez en cuando.

Pues hoy, en "Yo tenía un blog", nos acordamos de Lillu y su incomparable página Lillusion.

Bien, centrémonos. Como dudo que alguien siga visitándome (aprovecho para saludar a mi madre y a mis primos de Madrid) pero tengo la secreta esperanza de que alguien lo haga, anuncio por este cauce que sigo viva y que amenazo con seguir publicando. Vale, sé que no son amenazas muy creíbles visto lo visto, pero es que ganarse el pan con el sudor de la frente (y del resto del cuerpo) tiene sus consecuencias más directas en esta faceta de la vida tan fundamental: el ocio.

No es que no tenga nada que publicar; es que apenas tengo actividades dignas de publicación fuera de la escena laboral. Y juro que no trabajo por gusto, faltaría más, pero la niña peluda (aka River) tiene que comer y en esta casa tenemos la fea costumbre de pagar el alquiler y las facturas religiosamente. Pero... a dónde nos lleva esta vacua reflexión? Pues a un punto muy concreto: estoy de vacaciones. Sí, lillusianos, si no fuera por ese pequeño detalle a buenas horas podría yo sacar un rato para actualizar este blog contando algo coherente. Vale, tampoco os cebéis con lo de la coherencia, que os conozco.

Ola ke ase?
A lo que voy. En estos largos días de vacaciones estoy teniendo tiempo para algunas de esas cosas que me hacen feliz: para leer algo de lo que no puedo leer a diario y avanzar en mi extensísima, por no decir inacabable e inabarcable lista de pendientes; para ganchillar de nuevo sin que el dolor de la mano lo haga imposible; para cocinar y hornear todos los panes que tenía en mente; para hacer unas pequeñas compras y reformas de hogar que llevaban esperando varios meses; para salir a comer y tomar algo con amigos a horas normales, sin prisas; para ver algunos capítulos de series que no encontraban su momento; para volver a correr, aunque sea a paso de tortuga y con distancias vergonzosamente cortas; y en general, para recuperar mis amadas rutinas de horarios, acostarme y levantarme temprano, olvidar el estrés y sonreír porque en todos estos días no me ha dolido la cabeza ni una sola vez. 

Pero como todo lo bueno se acaba, las vacaciones tendrán su fin y volverá el estrés, la falta de tiempo, el agotamiento y el desorden horario, así que no puedo prometer que este blog tenga la continuidad que desearía. Pero, como siempre, sabéis que estoy habitualmente en Twitter e Instagram, donde puntualmente comento detalles de mis desavenencias con el mundo y publico documentos gráficos de todo aquello que me llama la atención. En la barra lateral podéis acceder a esas cuentas y seguir el blog en Facebook para no perderos ni una de mis (escasas pero geniales) actualizaciones.

Teide, nevada marzo 2016