jueves, 27 de septiembre de 2018

Dublín (y VI): Comer, beber y otras curiosidades irlandesas

Calle en Dublín
Ha llegado el momento de cerrar las entradas dedicadas a Dublín, con algunas referencias a la gastronomía irlandesa y las peculiaridades de este viaje realizado en mayo de 2017. Para empezar, es importante destacar que Dublín es una ciudad cara, tanto para alojarse como para comer y beber. Nosotros tuvimos la suerte de tener unos amigos viviendo allí que nos prestaron su cuarto de invitados para quedarnos, pero los hoteles más básicos (estilo hostal en España, con baño privado) superan ampliamente los 100,00 € por noche y un hotel de tres estrellas ronda los 150,00 - 200,00 € por habitación doble, obviamente mucho más caro cuanto más nos acerquemos al centro. Si se viaja en grupo siempre saldrá mejor alquilar un apartamento vacacional.

Puerta de casa típica en Dublín
A nivel de transporte, Dublín tiene un tranvía bastante eficaz que, en nuestro caso, nos solucionó casi al 100% los traslados al centro de la ciudad desde el barrio de Ranelagh donde nos alojábamos. La compañía del tranvía se llama Luas y sólo tiene dos líneas, pero Dublín es una ciudad muy llana que se camina muy bien, por lo que el uso del transporte público resulta realmente opcional. En mayo de 2017 un billete sencillo nos costó 2,40 € por trayecto, pero también hay opciones más económicas para tickets de ida y vuelta por ejemplo. En la web de Luas puedes calcular cuánto te va a costar cada desplazamiento según las paradas. 

Dublín tiene autobuses de dos pisos, pero son amarillos.
A pesar de que el tráfico de la ciudad es un poco infernal (cuando nosotros visitamos Dublín el centro estaba en obras, con lo que el caos era bastante mayor) también se pueden usar autobuses, imprescindibles para los trayectos al aeropuerto, por ejemplo, o algunas excursiones a los alrededores. El Aircoach que realiza el viaje del aeropuerto cuesta unos 8 ó 9 euros, dependiendo de la parada de destino. También se puede adquirir una Leap Visitor Card, que permite usar todos los transportes (autobús, tranvía y tren) de forma ilimitada durante el tiempo de activación. Nosotros no nos planteamos este sistema ya que teníamos programada la excursión a Glendalough en el medio del viaje y vimos que no nos iba a compensar.

También existe una DublinPass para el acceso gratuito a monumentos y atracciones de la ciudad, que nosotros tampoco compramos en esta ocasión. La mayoría de los museos estatales son gratuitos y la entrada a las catedrales nos costó 6,50 € (creo que ahora cuesta ya 7 euros), por lo que hay que estudiar atentamente qué se quiere visitar para ver si compensa una Dublin Pass, que tiene un coste de 59,00 € en la modalidad de un día.

Irish Stew con soda bread en el pub Johnnie Fox's
En cuanto a la gastronomía irlandesa, degustamos algunos platos típicos del país durante nuestra excursión a Glendalough, en el pub Johnnie Fox's: Soda bread, sopa del día (las denominan "sopas" pero en realidad son una especie de cremas de verduras) y el tradicional "irish stew", que es un estofado típico del país elaborado con carne de cordero, patatas, zanahoria y cebolla como ingredientes básicos. Todo bastante rico y abundante, con postre y bebida por un precio cerrado de 20 euros. En ese local una cerveza aparte nos costó 5,60 €, un precio más o menos estándar en los restaurantes irlandeses.

Apañamos un par de almuerzos con compras de supermercado y la mayoría de las cenas en casa o acompañados por nuestros anfitriones. Dublín es una ciudad bastante cosmopolita con restaurantes modernos y de todo tipo. Los precios son los de cualquier gran ciudad europea, es decir, tirando a caros. Es importante señalar que el salario mínimo en Irlanda es uno de los más altos de la Unión Europea, rondando los 1.500 euros, por lo que hasta cierto punto es lógico que los precios al consumo sean también más altos. 

Scone con mantequilla y mermelada casera
No quería dejar Dublín sin probar un típico scone con mantequilla y mermelada casera, en una de las múltiples cafeterías del centro. Un scone y dos cafés nos costaron 7,40 €, para que os hagáis una idea de lo que comento sobre los precios. Un café expresso ronda los 2 euros y un café con leche o latte no baja de los 3 euros. Eso sí, los cafés también son europeos, grandes y ricos. 

Los irlandeses no son especialmente golosos y no tienen muchos dulces típicos, aparte de la amplia variedad de masas y panes tradicionales de Reino Unido e Irlanda, pero yo descubrí una de las marcas de chocolate autóctona y no pude resistirme a comprar varias barritas y tabletas de chocolate con whisky, con crujiente de panal de miel, con Guinness y otras variedades.

Chocolate con leche y panal de miel de abejas de Butlers
En Irlanda las ovejas son animales venerados, por su lana pero también por su carne. Superan en número a los habitantes humanos del país y representan parte importante de su economía, además de un símbolo al estilo del leprechaun. Cuando fuimos a Glendalough nos encontramos con algunos de estos animales (ovejas, no leprechauns...) pastando por los prados y un curioso cartel en el que se advertía que se dispararía sin miramientos a los perros que molestaran de algún modo a las ovejas.

Ovejas en Glendalough
Perros No Permitidos. Se disparará a los perros que molesten a las ovejas!
Volviendo a la gastronomía irlandesa, el precio medio en los restaurantes en Dublín suele ser de unos 12-15 euros por plato, lo que alcanza fácilmente los 25-30 por persona sumando bebida, pan y postre, siempre dependiendo del tipo de establecimiento, claro está. La comida típica irlandesa es bastante contundente, pero está bien elaborada y todo lo que probamos nos gustó bastante. En Howth, durante nuestro último almuerzo en Dublín, pedimos un original plato de bacalao con chorizo y pastel de Guinness con el tradicional puré de patata en el restaurante The Bloody Stream. Todo realmente sabroso.

Pastel de Guinness, acompañado de ensalada
Bacalao frito con patatas, chorizo y cigala

En Irlanda se puede pagar sin problema con tarjeta de crédito o débito. El sistema de propinas funciona como en otros muchos países europeos, donde lo adecuado es dejar alrededor de un 10% del importe total, ya que no suele incluirse en el ticket. El servicio es bastante bueno en general, tanto en tiendas como restaurantes, aunque os recuerdo que el inglés de los irlandeses es un poco difícil de entender para los que no tienen el oído habituado.

A la hora de planificar, hay que tener en cuenta que la mayoría de las tiendas y monumentos cierran alrededor de las 17:00 h. A partir de esa hora ya sólo se encuentra movimiento en pubs y restaurantes, repletos de irlandeses con sus inseparables cervezas en la mano. Ah, y aunque no lo he comentado, supongo que todos sabéis que en Irlanda se conduce por la izquierda, al igual que en Reino Unido, por lo que alquilar un coche para moverse por la isla es una opción sólo recomendable para los experimentados o los valientes, al igual que moverse en bicicleta teniendo en cuenta esas normas.

Bye Bye Dublín
Y aquí termina nuestro corto viaje a Dublín, en un avión de RyanAir de vuelta a Tenerife para planificar nuestro próximo destino. Por si no tenéis Instagram y no sabéis nada del tema os adelanto que ese siguiente viaje ya se ha producido y ha sido a Portugal. Más detalles muy pronto!

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sábado, 15 de septiembre de 2018

Dublín (V)

Howth, condado de Dublín
Nuestro último día completo en Dublín coincidía un domingo, así que lo pasamos con la familia que nos acogió en su casa durante nuestra estancia en tierras irlandesas. Nos llevaron a un antiguo pueblo pesquero que hoy pertenece al condado de Dublín, Howth, destino típico para comer pescado fresco y pasar el día para muchos dublineses. 

Puerto de Howth
Howth es una península situada a unos 15 km. del centro de la capital, con unos bonitos senderos y preciosas vistas. También tiene un castillo típico irlandés y un mercadillo dominical. Al ser el final de una de las líneas de tren de Dublín, muchos turistas se acercan a esta zona para pasar el día o para comer en alguno de sus numerosos restaurantes, donde se ofrece pescado y marisco fresco.

Nosotros almorzamos en un local llamado The Bloody Stream, justo debajo de la estación de tren. En el próximo post dedicado a comer y beber en Dublín hablaré un poco más de nuestras elecciones gastronómicas durante el viaje, pero he de decir que este restaurante de Howth tiene comida muy rica y a un precio muy razonable para el estándar irlandés.

Mapa de Howth
Interior The Bloody Stream, Howth
Otro de los atractivos turísticos de Howth es la presencia de focas en sus muelles, atraídas por los barcos pesqueros que faenan en el puerto. Son animales de lo más sociable y, aunque sólo conseguimos captar la imagen de una, nos contaron que suelen acercarse sin miedo a los barcos y a la gente en busca de restos de pescado. 

Foca en el muelle de Howth
La foca que quiso posar en el muelle de Howth
Tras pasear por la zona y realizar algunas compras en el mercadillo (algunos regalos y nuestro tradicional imán de nevera como recuerdo del viaje), regresamos a Dublín para preparar la maleta, ya que nuestro avión salía a primera hora de la mañana siguiente y había que elaborar concienzudamente el tetris del equipaje de mano para el visto bueno de RyanAir. 

Paseo de Howth
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*** (Continuará...)