viernes, 24 de octubre de 2014

Londres (VI)

Museum of London
A pesar de ser quizás un "museo menor" dentro de la gran oferta londinense, también decidimos visitar el Museo de Londres, un centro con mucha orientación didáctica que recoge la historia de la ciudad desde la prehistoria hasta nuestros días. 

Placa en edificio situado sobre otro destruido por el incendio de 1666
El museo está situado en Barbican, una zona muy devastada por el gran incendio que asoló la capital en 1666. Emblemáticos edificios de aquella época fueron pasto de las llamas y sobre sus cenizas se levantaron otros que hoy recuerdan a sus antecesores mediante placas conmemorativas. El mismo edificio del museo está construido en uno de los márgenes del London Wall, la antigua muralla romana que bordeaba el Támesis y cuyos restos se pueden contemplar desde los ventanales de una de las salas.

Restos de la muralla romana londinense
De forma cronológica el museo expone objetos procedentes de varias excavaciones realizadas en la zona, maquetas que recrean la estructura de la ciudad en cada época y detalles sobre la forma de vida y las costumbres de sus ciudadanos. Igual que ocurría en el British Museum, también dispone de reproducciones a escala de piezas para que los niños puedan tocarlas y hacerse una idea de cómo trabajaban y vivían sus antepasados. 

Objetos recuperados de excavaciones en el Támesis
Este museo dedica gran parte de su espacio a relatar los pormenores del Gran Incendio que destruyó Londres en 1666. En una de las salas realizan una proyección donde se puede contemplar el inicio y progreso del fuego a lo largo de los días sobre una maqueta, con recreaciones en audio de las declaraciones que recogieron los periódicos y las cartas personales de aquella época. Aquella catástrofe se llevó por delante más de 13.000 casas, iglesias y edificios oficiales entre los que se encontraba el Ayuntamiento y la Catedral de St. Paul, que fue levantada de nuevo con el diseño de Christopher Wren. El incendio marcó desde entonces a la sociedad londinense y su arquitectura, ya que la capital británica fue reconstruida en ladrillo y piedra mejorando todas las condiciones de seguridad que antes no tenía.

Maqueta de un puerto
Se exhiben muestras de la actividad laboral, el vestuario, los transportes y se recrea una pequeña avenida con tiendas y negocios, con todo lo que se ofrecía a los visitantes del siglo XIX. También se puede entrar en una celda que estaba situada originalmente en la cárcel de Newgate, datada en 1750, de la que se han rescatado el suelo y las paredes talladas por los prisioneros, además de la puerta de hierro.

Lord Mayor's State Coach

Hacia el final del recorrido, acercándonos ya a la época actual, podemos contemplar una de las joyas del museo, la Lord Mayor's State Coach, una carroza construida en 1757 por orden del alcalde de Londres. Se trata de un carruaje de madera y cuero, tirado por caballos, que se usa anualmente en el Lord Mayor's Show, un desfile que se celebra regularmente desde el siglo XVI en honor del alcalde, que en su momento fue una de las figuras más destacadas de la ciudad.

Al finalizar la visita al Museo de Londres nos dirigimos hacia la Tate Modern, otra de nuestras paradas obligadas. A escasos metros se sitúa el Shakespeare's Globe Theatre, una reconstrucción moderna pero fiel del Globe Theatre original inaugurado en 1599 y donde actuaba la compañía a la que se supone que pertenecía el escritor. No teníamos previsto entrar y desde fuera fue difícil captar una buena imagen del edificio, ya que teníamos el sol de frente y a esas horas (casi mediodía, un domingo) había ya demasiada gente alrededor para moverse con libertad.

Catedral de St. Paul desde la Tate Modern
Tras comer en un precioso rincón de los alrededores del que hablaré en un próximo post dedicado a la gastronomía londinense, nos zambullimos directamente en la Tate Modern, el museo dedicado exclusivamente al arte moderno más conocido y visitado del mundo. Esta galería está situada en el edificio de la antigua central de energía de Bankside, cuya estructura de acero y ladrillo se mantiene exactamente igual desde su construcción en 1947. En 1996 se reformó el interior para dar cabida a la sección moderna de la Galería Nacional de Arte Británico, que se renombró como Tate Britain.

"Swinging", Vassily Kandinsky
Bajando desde la Catedral de St. Paul hacia el Milennium Bridge se obtiene una imagen perfecta del edificio de la Tate Modern, y a la inversa. Su interior es, como cabría esperar, frío e industrial, con cinco plantas divididas en salas dedicadas a los distintos movimientos de arte contemporáneo. No soy experta en arte moderno y los estilos más innovadores y conceptuales me producen cierto rechazo, por lo que hubo salas completas en las que apenas me paré porque los trabajos que mostraban no me decían absolutamente nada. Aún así, hay determinadas obras surrealistas o cubistas que sí me gustan bastante y en la lista de la Tate figuran autores como Kandinsky, Paul Klee, Braque, Picasso, Dalí, Max Ernst, Jackson Pollock y Andy Warhol. Como plato fuerte también tienen un par de lienzos de Turner y Monet, con lo que la visita ya merece más la pena para mis preferencias.


"La metamorfosis de Narciso", Salvador Dalí
Había dos exposiciones temporales que me interesaban. La primera era la del fotógrafo Robert Mapplethorpe, con acceso gratuito. La muestra recoge sobre todo sus famosos retratos de personajes destacados del arte y la cultura, así como algunos autorretratos. Ver las maravillosas e irrepetibles fotografías originales que le hizo a la cantante Patti Smith, a Grace Jones o al escritor William Burroughs, hicieron que esa visita fuera una experiencia genial. La segunda exposición temporal estaba dedicada al pintor  Henri Matisse, pero al ser de pago y quedar ya pocos minutos para el cierre de la galería no pudimos entrar.

Patti Smith fotografiada por Robert Mapplethorpe
En general, la Tate Modern no nos gustó tanto como los demás museos, a pesar de tener obras muy destacadas. Hay que decir también que nos encontramos con un público mucho más joven y, en general, mucho más maleducado que el de las demás galerías, que se te colocaba delante sin pudor mientras contemplabas un cuadro o que te empujaban al pasar y casi rozaban las esculturas. Vale que en algunas salas era difícil distinguir el montaje del artista de un aparato de aire acondicionado, por ejemplo, pero el ambiente no me embelesó tanto. Será que en el fondo soy una clásica. Eso sí, la tienda de la Tate fue la que mejores precios tenía en general, con muchas ofertas especiales.

"Nude woman in a red armchair", Pablo Picasso
Saliendo ya del edificio de la antigua central eléctrica nos dirigimos al metro para hacer una última parada en la salida de Earl's Court, donde sabíamos que nos esperaba una gran frikada: la Tardis de Doctor Who! Bueno, para los que no vean la serie de TV (muy recomendable) decir que la TARDIS es una nave espacial con forma de cabina de policía azul, desde la que se podían realizar llamadas de auxilio en el Reino Unido y que también podían usar los agentes de la ley como pequeña oficina. En Londres ciudad hay tres cabinas de este tipo situadas en distintos puntos, y la que mejor nos cuadraba era ésta, delante de la cual no pudimos evitar hacernos unas cuantas fotos. 

TARDIS en la salida de metro de Earl's Court
Decir que antes de nosotros había más gente haciéndose la consabida foto con la Tardis y cuando nos fuimos ya estaban esperando los siguientes para tomar la misma imagen. "Doctor Who" es todo un fenómeno en ese país y a nadie le extrañan esta clase de comportamientos friki-turísticos. Con la satisfacción de haber cumplido otro de nuestros objetivos del viaje a Londres volvimos al metro rumbo hacia el hotel.

Saliendo de la TARDIS!
*** Haz click en las imágenes para ampliar.

*** (Continuará...)

4 comentarios:

  1. Hola, Lillu. Un placer volver a pasarme por tu blog.
    Interesante lo que comentas sobre Londres. Increíble, pero no he ido todavía a esta ciudad. Supongo que cuando pueda lo haré. Eso sí para ver la oferta cultural que merece la pena igual no te llegaba un mes. Pero bueno, naturalmente habría que seleccionar.
    Abrazo

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    1. Javi, yo tampoco había ido nunca hasta ahora, pero nunca es tarde para visitar esa maravillosa ciudad :D Y sí, hace falta bastante más tiempo para visitar todo lo que tiene, así que en mis planes está volver a pasarme próximamente por allí ;)

      saluditos y gracias por pasarte!

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  2. Jeje, muy bueno eso de que a veces era difícil distinguir obra de arte de un aparato de aire acondicionado.
    Yo también tengo más gusto por lo clásico que por lo moderno. Y es que si algo no te dice nada, ya puedes mirarlo haciendo el pino, que nada va a transmitirte.

    No conozco nada de nada la serie de Doctor Who, pero cada vez veo más cabinas de esas por todas partes :)

    PD. No podía ser de otra forma: una ciudad envuelta en fuego en el año 1666. Estaba programado :p

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    1. JuanRa, lo del incendio de Londres fue una cosa muy diabólica, en efecto XD

      "Doctor Who" es una serie un poco rara. Cuando yo empecé a verla no me gustó nada, me pareció muy mala (hablo de las nuevas temporadas, porque las primeras datan de los años sesenta), pero no sé qué tiene que poco a poco te va enganchando. Tengo que reseñarla algún día por aquí, pero es tan amplia que tendría que centrarme en cosas concretas y no en el conjunto. Quizás me ponga ;)

      saluditos!

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