miércoles, 5 de junio de 2013

Día Mundial del Medio Ambiente 2013

Como cada 5 de junio desde hace casi 40 años, hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Este año la ONU ha decidido dedicarlo a la alimentación y, bajo el lema de "Piensa. Aliméntate. Ahorra", pretende concienciar a la población del gran desperdicio de comida que se produce cada año en los países desarrollados y poner en sus manos las herramientas para reducir esa alarmante cifra.

Y cuando hablamos de alarmante nos referimos a que, según la FAO (Food and Agriculture Organization), cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida en el mundo. Aunque los medios ya no hagan tanta referencia como antes a las hambrunas, sobre todo en los países africanos, la realidad es que 20.000 niños siguen muriendo de hambre cada día en el planeta. A mí ese número me impacta bastante, la verdad.

En todo esto influye además la sobreexplotación de recursos a la que sometemos al planeta y la prevalencia de las energías no renovables sobre las que sí lo son, con lo que caminamos firmemente hacia la devastación total de la Tierra. No es una catástrofe inminente pero ya estamos notando pequeños cambios a nivel climático y ambiental que a la larga harán insostenible la producción de muchos elementos básicos para nuestra supervivencia. 

Está claro que gran parte del problema depende de las grandes empresas y que a nivel personal poco podemos hacer para paliar esa situación, pero con pequeños gestos como comprar en mercados locales (ahorrando así costes de transporte y emisiones de gas, por ejemplo) o sin desperdiciar nuestros propios alimentos, conseguiremos que los recursos invertidos en producirlos no caigan en saco roto.

Aunque sé que cada persona tiene sus peculiaridades y no todo sirve para todos, voy a compartir mis pequeños consejos para optimizar la alimentación y evitar en lo posible el desecho de alimentos:

- Yo compro en mercados locales siempre que puedo, sobre todo fruta y verdura. Ya no es una mera cuestión de conciencia ambiental, sino que económicamente suele compensar. Como dije arriba, así evitamos los gastos añadidos de transporte y las consecuentes emisiones de gas que eso supondría. 

- Podemos además elegir alimentos  orgánicos (no tratados químicamente) para reducir aún más los gastos y repercusiones nocivas de la producción agrícola. Ahí he de reconocer que ya influye un factor económico (esos productos suelen ser más caros) y sólo me permito comprarlos en ocasiones puntuales.

- Tanto si como en casa como si lo hago en un restaurante, procuro pedir o servirme sólo lo que creo que puedo comer. Odio dejar comida en el plato y normalmente siempre tengo la opción de repetir si me quedo con hambre. Si estoy en casa, guardo siempre lo que me sobra en un tupper en la nevera porque no me gusta tirar comida. Y no, en contra de lo que muchos podéis pensar, esos restos no suelen morir en mi nevera. No me importa repetir el mismo plato en el almuerzo y en la cena o en días consecutivos, así que siempre acabo por comerme lo que guardo y sólo lo tiro si por alguna razón se estropea.

- En relación directa con lo anterior, si dudo de que vaya a poder comerme lo que he guardado, directamente lo congelo. Casi todo lo cocinado es susceptible de ser congelado en buenas condiciones, salvo algunas cosas como las patatas o alguna verdura que no lleva bien ese proceso. Lo único que hay que tener en cuenta es no volver a congelar lo que ya ha sido descongelado previamente y seguir una buena línea de frío a la hora de consumirlo de nuevo.

- Como último paso a eso, si estoy cocinando y me sobra cebolla, pimiento, zanahoria, etc, mi primera opción siempre será trocearlo y congelarlo crudo. La decisión de dejarlo partido en la nevera suele ser mala porque hay muchas posibilidades de que la siguiente vez que lo uses ya esté pasado y haya que tirarlo

- Sobre los productos caducados, creo que ya se ha hablado mucho de que una fecha de "consumo preferente" no indica necesariamente que el producto no se pueda consumir. Teniendo en cuenta pequeños detalles de seguridad alimentaria como una revisión visual y olfativa del alimento para evitar mohos o similares, o productos potencialmente más peligrosos en mal estado como las carnes o los huevos, la mayoría de los alimentos envasados tienen un amplio margen de vida útil tras haber caducado. Además, en muchos casos, un producto puede ser congelado justo antes de que caduque y mantenerse en perfectas condiciones cuando se descongele días o semanas después. Recuerda, la congelación es tu amiga!

- Para aprovechar restos de alimentos cocinados existen también multitud de opciones típicas como las croquetas, que se pueden hacer de casi cualquier cosa, los pasteles de verduras o las tortillas, tanto saladas como dulces en el caso de tener pan de días anteriores. Lo importante es saber reciclar la comida y pensar que lo que estamos tirando a la basura por capricho no sólo atenta contra nuestra economía sino también contra el medio ambiente y nuestro bienestar. Ya sabes, "Piensa. Aliméntate. Ahorra".

Y vosotros, tenéis algún truco para no desperdiciar comida? 

7 comentarios:

  1. Pues yo, como persona que compra y cocina para uno solo, estoy harta de que los envases estén pensados para más gente, hay un montón de cosas que no se pueden comprar en pequeñas cantidades.

    Lo del mercado suena muy bien a priori, pero yo por ejemplo no tengo ninguno ni medio cerca de donde vivo/trabajo, y por mi horario, solo puedo comprar en sitios que cierran tarde.

    Eso sí, compro ecológico todo lo que puedo (y mi bolsillo me permite)

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  2. Sabios consejos y sabias reflexiones.

    Ya lo has dicho tú, poco podemos hacer salvo poner nuestro granito de arena. Mucho me temo que mientras prevalezcan los criterios económicos poco avanzará la cosa.

    Saludos

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  3. Loque, mi pareja también tiene una lucha a muerte contra los packs familiares, que te obligan a comprar 6 de algo cuando tú sólo quieres y necesitas 2, por ejemplo. A mï eso sólo me molesta en cosas perecederas, como los yogures, porque la leche o las latas tienen una caducidad mucho más amplia y sé que acabaré consumiéndolas.

    A mí me gustaría consumir más alimentos ecológicos y eso, pero tampoco puedo hacerlo por una mera cuestión económica, la verdad.

    Sese, quizás lo poquito que esté en nuestra mano acabe notándose, yo qué sé. Por si acaso, yo prefiero poner todo mi empeño.

    saluditos

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  4. Yo también odio desperdiciar comida. En mi casa es costumbre el guardar las sobras, que ya llegará "la rata desperdiciera" (así me llaman :p) que se las comerá.

    Tú lo has dicho, en la congelación está el truco. Cuántas veces se puede volver a comer todo aquello que en su día sobró y que al descongelarlo sigue estando igual de bueno. ¿Qué necesidad de tirar tanto a la basura? La gente no se para a pensarlo.

    Es como bien dices, hacer el esfuerzo y cambiar el chip.
    Y creo que estas campañas algo consiguen. ¿No insistieron con el reciclaje y ahora se recicla cada vez más? Pues hagamos lo mismo con los alimentos.

    La congelación es tu amiga... y las croquetas te aman :D

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    1. JuanRa, yo estoy acostumbrada a que en casa de mis padres también se guardara todo, y a muchas croquetas, buñuelos, guisos de aprovechamiento... :P Y oye, lo bien que viene ahora todo eso para ahorrar y colaborar de paso con el medio ambiente, ya ves!

      saluditos

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  5. Tirar comida es una de las cosas que más odio en el mundo. En mi casa jamás se ha hecho (hasta límites bastante extremos) y siempre me enseñaron a comerme todo lo que hay en el plato. En mi casa tampoco se tira nada, ya me encargo yo de ir rematando todas las sobras...

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    1. Angus, pues estamos de acuerdo en que tirar comida es algo impensable en nuestro día a día y que casi todo se puede aprovechar de una forma u otra. Ojalá todos pensaran como nosotros, no?

      saluditos

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