Your Light, by ErinM31 en DeviantArt |
Hoy llega a Lillusion otra de aquellas creaciones guardada durante años en un cajón, un relato intimista de corte lírico marcado por el amor, el dolor, la frustración y el miedo. "La polilla" expresa una dicotomía de sentimientos encontrados entre el querer y el deber, algo que quizás muchos de vosotros hayáis conocido también en algún momento de vuestra vida. Esta historia narra una lucha semántica entre recordar y olvidar y la confirmación de que el resultado de la búsqueda siempre depende de la perspectiva del que busque.
Sin más preámbulo, bienvenidos de nuevo a la mente literaria de Lillu:
La polilla
La lámpara ofrecía una gélida luz blanquecina. Una polilla volaba sin rumbo tras la bombilla, errante como una cometa olvidada. El aire enmohecido apenas se podía respirar. El humo nublaba todo lo que ella había amado alguna vez, todo lo que ella había aferrado entre los dedos y luego había dejado escapar. Su ilusión también volaba, pero muy lejos de sus deseos, muy lejos de su esperanza. Su voz sonaba ronca en susurros, sin llegar a percibirse más que un murmullo apagado.
Él consumía los minutos ante un reloj. Marcando cada minuto con sangre no acertaba a ver más allá del horizonte gris. Gotas de incauto sudor desafiaban el frío. Su puño cerrado golpeó la mesa y el dolor, apenas perceptible, lo llenó de impotencia. Golpeó de nuevo y lloró.
Ella, acurrucada en un rincón, pretendía olvidar todo aquello de lo que el alma no puede despojarse. Su esfuerzo tensaba los músculos hasta hacerlos casi estallar y la tensión la dejaba exhausta en una olvidada esquina de ninguna parte. Él cerraba los ojos pero la intuía en su mente, desesperada y engañosa, como la primera luz del alba en un día de niebla. Ella quería olvidar; él daba su vida por un recuerdo.
Pasaron las horas lentamente, como si el día fuera eterno y el mundo un pozo de metal sin fondo. Ella no conseguía olvidar y él, por más que lo intentaba, no lograba suscitar ningún delirio pasado en su cansada y desnuda mente. En algún momento, hace más tiempo del que quisiera, había vivido pasiones sin nombre, había sentido el calor de un cuerpo a su lado, sin culpables ni inocentes. Lo sabía, pero no conseguía recordarlo.
Ella veía tortuosamente en su memoria día tras día, beso tras beso, entrega tras entrega,... Y le dolía el corazón, aquel corazón de cristal que, muy a su pesar, era más fuerte que mil soldados en batalla y se negaba a caer derrotado. Minutos ajenos sentía como suyos. Un sentir robado la deshacía en arena mojada que el mar jamás arrastra consigo hacia el interior. Dejarse llevar era ya una odisea que un muro de deseos prohibidos le impedía plantearse.
De pronto, un recuerdo, ajeno como todos los demás, cruzó su mente y se detuvo en un callejón sin salida. El recuerdo se mantuvo inmóvil, sin querer avanzar en el tiempo. Él relajó sus miembros y, de repente, notó cómo una leve reminiscencia lo envolvía. No se atrevió a moverse por si perdía aquella sensación olvidada. Ella identificó aquel recuerdo y, al mismo tiempo, él lo encontró entre un millón de escombros de pasiones vividas y calcinadas. Por unos segundos se encontraron los dos en un mismo recuerdo, amargo y dulce a la vez, indescifrable y claro. Claro como la luz de la lámpara, como en un cuento de hadas, donde una polilla revoloteaba sin descanso buscando un recuerdo que, por fin, había conseguido olvidar.
Buenas noches
ResponderEliminarAcabo de leer este cuento. Muy interesante. Mantienes todo el rato la intriga acerca de qué sucede en esa habitación. La imagen de la polilla, de una persona que ha olvidado y quiere recordar y una que recuerda y quiere olvidar. Interesante el contraste.
Un saludo.
Juan
Muchas gracias Juan! Esta historia tiene muchísimos años y sólo la habían leído hasta ahora dos o tres personas muy cercanas. Ya sabes que me sigue costando publicar lo que escribo porque me da bastante vergüenza, jeje, pero es algo que me he propuesto hacer y ahí sigo 😊
ResponderEliminarGracias por leerme ;)
Saluditos!