Inicio de la Ruta 66 en Chicago, Illinois, EEUU |
Abre este post una captura del inicio de la legendaria Ruta 66
estadounidense, una histórica red de carreteras que se originó en
Chicago, en el estado de Illinois, allá por 1926, para los emigrantes
que huían de las tormentas de polvo que dañaban la agricultura y el
comercio. El trazado, de casi 4.000 km., finaliza en Santa Mónica, California, y a
mediados del siglo pasado se convirtió también en la principal ruta de
veraneantes que viajaban hacia las costas cálidas del oeste de Estados
Unidos. Una especie de ruta desde Madrid hacia el Levante español los
fines de semana, vamos, pero más larga, sin tablet que darle a los niños y haciendo noche en hostales que allí se llaman moteles.
La
ruta tuvo un gran movimiento durante la época de la Gran Depresión
americana y supuso un importante crecimiento económico para los pueblos
cercanos a la carretera, pero ya en la segunda mitad del s.XX fue
sustituida por una red de autopistas más modernas y eficientes.
Actualmente ya no es posible realizar la Ruta 66 completa, aunque su
enorme impacto cultural ha propiciado que asociaciones independientes
sigan trabajando para mantener vivo su espíritu en muchos de los tramos
que permanecen activos.
Sin salir del continente viajamos un poco hacia el sur y cambiamos radicalmente de paisaje. La selva del Amazonas,
esa burbuja de oxígeno en medio de América, el bosque tropical más
grande del mundo, es atravesado por casi 5.000 km. de carretera que
apenas se utiliza y que no se sabe muy bien por qué se sigue
construyendo. De hecho, en la temporada de lluvias la vía se hace
intransitable debido al barro, ya que gran parte de su trazado está sin
asfaltar. Su impacto medioambiental es enorme y ha colaborado en gran
medida a empeorar la deforestación de la Amazonia. Proyectada inicialmente para mejorar las comunicaciones del norte de Brasil con el resto del país, la Rodovía Transamazônica atraviesa
siete estados y conecta el puerto de Cabedelo con el centro del estado
de Amazonas. Sin embargo, tras la inauguración de sus primeros tramos en
1972, el daño causado por las obras y las malas condiciones de trabajo
de los operarios en plena selva hicieron que el proyecto apenas avanzara en los últimos años. Mucho mejor para toda la fauna, flora y
demás especies que habiten en la zona, claro está, puesto que ya se
expolia bastante ese entorno sin necesidad de añadir facilidades de
acceso.
Para contrastar con la tediosa Transamazónica brasileña se me ocurrió saltar hasta el otro extremo del mapa, a la gigantesca Carretera Transiberiana rusa.
Esta red está formada por siete carreteras federales que aglutinan unos
11.000 km. desde el Mar de Japón hasta el Mar Báltico, atravesando todo
el país. El trazado comienza en la provincia de Jabárovsk, y es casi
igual de entretenido que el de la Amazonia. He de decir que, en mi empeño
por descubrir algún detalle menos monótono del recorrido, me desplacé
hacia un lado y otro por las carreteras en el mapa durante un buen rato,
hasta que me salí a la P454, a la altura de un lugar llamado Dappy, y
allí llegué de forma fortuita a la siguiente escena:
A ver, Dimitri va con su señora Yuliya en su
viejo automóvil de cuando Rusia era todavía una federación de repúblicas
soviéticas, por una carretera de 500 km. de trayecto en pleno bosque siberiano,
donde apenas te cruzas con algún coche de vez en cuando. Imagina que Dimitri,
por un casual, tiene una avería o un pinchazo, puesto que el vehículo ya no da
para más (o porque va sin pasar la ITV de este año, que ya se lo decía Yuliya
antes de salir de Vladivostok) y hasta se queda sin rueda por el camino, por lo
que Dimitri se ve obligado a echarse al borde de la carretera. Y aunque están
en plena Siberia y la densidad de población es de
apenas 1 persona por km2., pues ahí mismo, a esa altura en medio de la nada,
se encuentran a la persona que cubre la densidad poblacional de ese kilómetro, que concretamente es un señor vendiendo cosas en un puestito con una sombrilla de colores. Para hacer más entretenida la
espera mientras llega la policía o la grúa charlan con el señor, que niega con la cabeza y
exclama en ruso "eso va a ser la junta de la culata".
Voy a compartir con vosotros, aunque sé que no
debería, que la otra opción de historia que se me pasó por la cabeza al ver la
escena fue la de una persecución policial, más que nada porque en las imágenes hay dos personas vestidas con ropas militares. Que también puede ser el señor de la ventita con los restos de uniformes recogidos del Ejército de Salvación ruso, pero bueno, ahí lo dejo.
En definitiva, que
yo creo que el coche de
Google Street View ha tenido una inmensa suerte captando esta escena para que yo la narre, porque no olvidemos que
estamos hablando del país más grande del mundo y que igual los señores de los
puestitos están solo en su correspondiente kilómetro de carretera de junio a septiembre,
que luego nieva.
Continuando con el periplo de carreteras interminables me desplacé de nuevo hacia América del Sur, donde la Carretera Austral cruza Chile de norte a sur bordeando la Patagonia.
El recorrido es de unos 1.200 km. y une Puerto Montt con Villa
O'Higgins, una pequeña localidad rodeada de parques nacionales y
multitud de atractivos naturales. Durante muchos años esa zona del
continente sólo era accesible por barco o avión y, de hecho, prolongar
la carretera más al sur se hace tremendamente difícil debido a la gran
cantidad de glaciares, fiordos y accidentes montañosos del terreno.
El puestito |
Por cierto, sentí curiosidad por saber qué vendía el buen hombre del paraguas multicolor, y como mi nivel de ruso es como el nivel medio de los idiomas de la mayoría de los currículums (o sea, bajo tirando a inexistente), recurrí a la herramienta de identificación de Google Lens para buscar imágenes similares. Si entendéis ruso ya lo sabréis, pero si sois profanos en lenguas eslavas os informo que se trata de carne de cerdo. Ya si son patas de cerdos flaquitos o ristras de tripas secadas al aire pues lo dejo a vuestra imaginación, porque yo tampoco indagué más.
Villa O'Higgins, Chile |
La
región de Aysén es el comienzo de la zona austral chilena y tiene unos
contrastes espectaculares, con multitud de lagos, ríos, montañas nevadas y unos
paisajes increíbles que el Google Street View ha captado en todo su
colorido. En paralelo, parte de la Patagonia pertenece a Argentina,
compartiendo con su país vecino multitud de glaciares y paisajes
australes. Uno de los más conocidos quizás sea el Glaciar Perito Moreno,
una gigantesca masa de hielo con un frente de unos 5 km. de anchura y
ubicada en la provincia de Santa Cruz.
Y de repente, el Glaciar Perito Moreno, Santa Cruz, Argentina |
Ushuaia por parte de Argentina y Puerto Williams de Chile son las dos ciudades más meridionales de este archipiélago. La primera tiene una población superior a las 70.000 personas y supone un enclave estratégico para los cruceros que parten hacia la Antártida y otras embarcaciones de recreo. Personalmente me parece un espacio maravilloso, visualmente lleno de contrastes, con una naturaleza todavía poco manipulada por el hombre y, en definitiva, un destino más que atractivo para visitar al menos una vez en la vida.
Glaciares y Tierra del Fuego, entre Chile y Argentina |
Ushuaia, Argentina |
Si has viajado por alguna de estas emblemáticas carreteras o si ves alguna inexactitud en el texto no dudes en compartirlo con nosotros.
*** Haz click en las imágenes para ampliar.
Buenas noches
ResponderEliminarY como he leído la segunda parte de tus viajes de Googliver, a comentar un poco también.
Me ha gustado mucho también. No sabía que la ruta 66 ya no era transitable en su totalidad, y, cierto, una vez en la vida me gustaría hacer un viaje por la Tierra del Fuego.
Un saludo.
Juan.
A mí lo de la Tierra del Fuego me llama poderosamente la atención. Me parecen unos paisajes espectaculares, la verdad.
EliminarGracias por pasarte por el blog!