Cosas que nunca te dije

Creo que hay muchísima gente que ha oído alguna vez el título de esta película pero parece que son pocos los que realmente la han visto. “Cosas que nunca te dije” es una de las primeras películas de Isabel Coixet, realizadora catalana que sin embargo rueda casi siempre en inglés y con reparto anglosajón. La película de 1996 habla de lo que es una constante en el personal mundo que ha creado la directora en toda su filmografía: la soledad.

Hace algún tiempo vi “Mi vida sin mí” y me gustó mucho, así que decidí comprobar si “Cosas que nunca te dije” iniciaba de algún modo la línea de cine directo, sincero y reflexivo de Isabel Coixet. Y ciertamente así es, aunque próximamente completaré esta teoría con el visionado de otras cintas suyas.

Para ser sinceros, la película no me entusiasmó tanto como esperaba. (spoilers!) Ann (interpretada genialmente por Lili Taylor) acaba de ser abandonada por su novio, por el que lo ha dejado todo atrás y se ha trasladado a una ciudad desconocida. En su desesperación intenta suicidarse y luego decide grabar unos vídeos a su ex contándole cosas que nunca había compartido con él.

Mientras ella lleva a cabo el exorcismo de sus demonios a través de la cámara, nos presentan a Don (Andrew McCarthy), un voluntario del Teléfono de la Esperanza que ocupa el resto de su tiempo vendiendo pisos para su padre, sin dedicar demasiado esfuerzo a eso ni a solucionar sus problemas reales de soledad y falta de objetivos en la vida. La casualidad hace que sus destinos se crucen y vivan un encuentro apasionado pero sin vocación de continuidad. Don se queda colgado de Ann pero ella decide que su camino debe ser otro, incluso cuando su antiguo novio decide volver. Ella huye de ambos, de sí misma quizás, y elige empezar de nuevo lejos de su pasado reciente.

La historia es bonita, el argumento interesante y los personajes secundarios aportan una importante dosis de frescura, pero aún así, parece que a la película le falta algo. Es como si fuera una obra incompleta, como si estuviera muy bien esbozada pero se quedara a medias al final, o al menos esa fue la impresión que a mí me dio. Las interpretaciones me parecieron también brillantes, con un reparto muy representativo del cine independiente, pero eché en falta algunos detalles para que el conjunto resultara igualmente extraordinario. La relación entre Ann y Don, apenas esbozada, no me convenció del todo. Creo que surge de forma lógica y sincera por parte de él pero no por la de ella, por lo que no me resulta demasiado creíble ni comprendo del todo qué es lo que ella busca en la relación. Aunque también es cierto que la actitud general del personaje de Ann en la película es extraña y poco convencional en casi todo.

Aún así, sin duda la película tiene la marca de Isabel Coixet, la marca del amor, de las complejas relaciones humanas, de las disertaciones filosóficas que acaban simplificándose hasta quedar en un puro sentimiento a favor o en contra. Me gustó el ambiente que crea la película y el universo que comienza aquí y se desarrolla en las siguientes producciones de la directora. Se trata en todo caso de una visión femenina (y sobre todo cercana) del amor y el consecuente sufrimiento vital, con la normalidad que dan los pequeños detalles. “Cosas que nunca te dije” supone pues un muy buen ejemplo de cine personal en el que, a pesar de todo, hay algunas cosas que se quedan sin decir.