Piratas del Caribe. En el fin del mundo

Mucha expectación en el estreno de la tercera parte de la saga de Piratas del Caribe, que se rodó al mismo tiempo que la segunda y se supone que cerraba la trilogía del capitán Jack Sparrow y sus aventuras y desventuras. (Spoilers!) Y digo que "se supone" porque evidentemente se lo montan de modo que quede una ventanita abierta (de par en par) a la posibilidad de una siguiente entrega.

"Piratas del Caribe. En el fin del mundo" continúa con los avatares de Johnny Depp en el papel del capitán Sparrow y sus acompañantes en el intento por huir del reino de Davy Jones y la muerte que le rodea. Aún así, la historia de Sparrow es en esta cinta secundaria, otorgando prioridad a las complejas relaciones de los personajes interpretados por Orlando Bloom y Keira Knightley. Por desgracia, ni uno ni otra consiguen aportarme absolutamente nada en sus interpretaciones. Ella es una pésima actriz, como demuestra en varias escenas del film, mientras que el ídolo de jovencitas continúa sin despegarse de las orejas puntiagudas y la cara de estreñido.

La película en sí es entretenida, eso por supuesto, cuenta con un argumento más elaborado que el de la segunda parte y mucha más acción que su predecesora. Precisamente este último detalle consigue que ciertas escenas lleguen a aburrir por la excesiva duración de las batallas, las tormentas, las explosiones y los continuos movimientos de cámara. No se pierde el hilo pero tampoco es fácil centrar la historia y seguir las imágenes sin despistarse.

Personalmente eché en falta algo más de humor, como en la segunda entrega y un poco más de la sobriedad de que disfrutamos en la primera. Es cierto que se cierra el argumento iniciado en "El cofre del hombre muerto" y en ese sentido se agradece el visionado, pero haber simplificado un poco el envoltorio quizás hubiera hecho que la película pasara de ser buena a brillante, al menos en mi opinión.

Por otro lado, cuenta con algunos momentos muy destacados sobre todo en lo relativo al guión pero también visualmente, como la aparición del padre de Elizabeth en el bote, los delirios de Jack Sparrow junto a su "Perla Negra", el encierro de la diosa Calypso en el cuerpo humano de Tía Dalma o la suerte que correrá el barco fantasma "El Holandés Errante". En esta última entrega hasta la fecha se vuelven a atisbar las influencias de la novela "En costas extrañas", de Tim Powers, referente de las historias de piratas.

Ah, y la aparición estelar de Keith Richards como padre de Jack Sparrow es muy impactante pero se ve que el coco que le cayó en la cabeza durante el rodaje lo dejó atontado, porque apenas dice cuatro frases exentas de cualquier tipo de expresión. Eso sí, como cameo quedará para siempre grabado en los anales de la historia del cine. En general, encaja bien en una película que para mí sufre importantes altibajos pero que al final resulta lo suficientemente agradable y entretenida como para no arrepentirse de haberla visto.