La princesa Mononoke

Continuando con mi periplo cronológico por el cine de Hayao Miyazaki, esta semana le ha tocado el turno a “La princesa Mononoke”, una de las cintas más conocidas y valoradas de este genial director japonés. He de decir que me ha parecido una película fantástica pero que me ha recordado en muchos momentos a una obra anterior suya, “Nausicaä. Guerreros del viento”, que ya comenté aquí hace un par de años.

En “La princesa Mononoke” (1997) encontramos, de nuevo, los temas recurrentes de Miyazaki: la naturaleza, el enfrentamiento de ésta con los humanos, la pérdida de recursos, los matriarcados y las mujeres líderes, todo aderezado con grandes dosis de odio siempre mal encauzado. La película nos muestra como base la defensa de la ecología y el respeto por todos los seres vivos, valores muy necesarios para no cargarnos el mundo en que vivimos.

*** Spoilers! ***

Del argumento sólo desvelaré que Mononoke es una muchacha criada por una loba en el bosque y que vive para vengarse de los humanos que están destrozando su hábitat para extraer minerales. En su camino se cruza Ashitaka, un joven príncipe descendiente de una tribu casi extinguida que sufre una maldición al ser tocado por un demonio. Ashitaka busca curarse de su fatal destino en el corazón del bosque, donde los espíritus son los únicos que pueden ayudarle. En su aventura intentará que humanos y fauna salvaje lleguen a una mutua comprensión, respetando cada uno su lugar en el mundo.

*** Fin de Spoilers! ***

Interesante de principio a fin, “La princesa Mononoke” no me ha gustado más sin embargo que “Nausicaä”, que realmente llegó a emocionarme cuando la vi. Ambas transmiten un mensaje muy similar e incluso el peso de sus protagonistas principales recae en dos mujeres de gran carácter. También las dos películas enfocan la historia desde un punto de vista adulto y conciliador, aunque quizás la de Mononoke tenga algún que otro toque de mayor crueldad en relación a lo visto en otras obras del director nipón, algunas de ellas caracterizadas por altas dosis de violencia y destrucción.

Se trata en definitiva de una película muy recomendable, con una historia narrada con mucha fuerza, y una música maravillosa a cargo, como casi siempre, de Joe Hisaishi. De todos modos yo seguiré manteniendo como mis favoritas de Miyazaki a “Nausicaä” y “El viaje de Chihiro”, que son hasta el momento sus dos películas que más me han marcado.