viernes, 11 de noviembre de 2011

La Palma (I)

Aprovechando el pasado puente de Todos los Santos y que se daban una serie de circunstancias propicias, acepté una proposición totalmente indecente de Exseminarista ye-ye para viajar a La Palma. Era una de las islas que aún no conocía del archipiélago y he de decir que, aunque esperaba que me gustara, mis expectativas se vieron ampliamente superadas.

Nuestro viaje comenzó en el puerto tinerfeño de Los Cristianos, donde un ferry une Tenerife con La Palma en aproximadamente tres horas, con una corta escala en la isla de La Gomera. Tras una Biodramina, que me hizo el viaje en barco más llevadero, y un par de tuits desde alta mar (que me hacía ilusión, jo), llegamos ya de noche a nuestro primer destino: La Fajana, en el municipio de Barlovento. Allí hay un pequeño paseo a lo largo de la costa y unas piscinas naturales que en invierno permanecen cerradas debido al fuerte oleaje de la zona. Dormirse cada noche con el ruido de las olas y despertarse cada mañana viendo el mar es algo a lo que me está costando desacostumbrarme.

La Palma es una de las islas más occidentales de Canarias y también una de las más verdes. A pesar de su origen volcánico, en su interior esconde un paisaje de bosques de pinos y laurisilva que la han hecho merecedora del distintivo de Reserva Mundial de la Biosfera por parte de la Unesco. Además, el cielo de la isla está también protegido, ya que dispone de uno de los observatorios astrofísicos más importantes del mundo. Resulta casi imprescindible tener coche para moverse porque algunas de las carreteras de montaña, que discurren al borde de los barrancos, no son accesibles para los autobuses. A pesar de la complicada orografía, la red vial no está en malas condiciones, aunque es cierto que algunas señalizaciones se podrían mejorar.

El primer día subimos al Roque de los Muchachos, el segundo punto más alto de Canarias tras el Teide. Se trata de un conjunto rocoso de 2.426 m. de altura, desde el que se divisa el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Lamentablemente las nubes no nos dejaron ver demasiado del impresionante paisaje del entorno. Tampoco íbamos preparados para adentrarnos a pie en las numerosas rutas de senderismo que ofrece la caldera, algo que sin duda tendremos que remediar la próxima vez.

En las inmediaciones se sitúa también el Observatorio del Roque de los Muchachos, inaugurado en 1985 y perteneciente al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Este enclave, protegido de la contaminación luminosa por la altura y el mar de nubes, reúne la mayor cantidad de telescopios del hemisferio Norte del planeta (en total casi una veintena entre solares y nocturnos), incluyendo el Gran Telescopio Canarias, el mayor del mundo, inaugurado hace un par de años. Varios países han construido también en esa zona sus propios telescopios, lo que convierte a La Palma en un centro neurálgico de la investigación del firmamento a nivel mundial.

Aparte del notable descenso de las temperaturas a medida que nos acercábamos a la cumbre, constaté que las vistas desde allí son realmente impresionantes, llegando a apreciarse claramente la silueta del Teide en el horizonte. La mayoría de los terrenos donde están instalados los observatorios pertenecen a Garafía, un extenso municipio que dispone de varios alicientes y sin embargo tiene una capital fantasma, de ésas en las que sólo falta la bola de paja rodando llevada por el viento.

Bajando ya de la Caldera, y todavía sin salir del municipio de Garafía, encontramos el Parque Cultural La Zarza, donde se conservan petroglifos y grabados rupestres realizados por los antiguos habitantes de la isla, los awara.

Recorrimos un corto sendero por el que se llega a los distintos yacimientos arqueológicos, con más de 40 paneles descubiertos en 1941 y conservados sólo en parte debido al vandalismo humano (sí, la gente es muy maja y valora así su propia cultura).


FOTOS:
1. La Fajana.
2. Caldera de Taburiente.
3. Roque de los Muchachos.
4. Telescopios Magic I y II.
5. Gran Telescopio Canarias.
6. Parque Cultural La Zarza.
7. Petroglifos en La Zarza.
8. Sendero en La Zarza.

(continuará…)

5 comentarios:

  1. ¡Oiga, que uno sólo hace proposiciones indecentes, vamos, hasta feo estaría! Y es que has dado la impresión de que de vez en cuando hago alguna que no lo es... :-)

    Me alegro de que le haya gustado. Un día de éstos me pongo y hago una entrada decente y seria, así, como ésta. O no. O yo qué sé :-P

    Besos, salud y saludos.

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  2. Impresionate la vista de los telescopios en la lejanía. Parecen naves extraterrestres recién aterrizadas. :)

    Apetece mucho, pero mucho, visitar esos lugares y supongo que aún me vas a sorprender más.

    Yo quiero iiiiir :(

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  3. osheaa de mi-lata12 noviembre, 2011 16:15

    Qué (in)sana envidia!!! Un sitio precioso más a visitar. Gracias por compartirlo.

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  4. Qué ilusión me habría hecho poder visitar el observatorio...

    Saludos.

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  5. CreatiBea gracias :D Fue un viaje muy bonito! Seguiré con mis crónicas, jeje.

    Exseminarista ye-ye, por supuesto que son todas indecentes, no seré yo quien siembre la duda sobre eso XD Gracias y tal :)

    JuanRa la verdad es que algunos paisajes eran sorprendentes; realmente parecía otro planeta :)

    Osheaa, es un viaje muy tranquilo y recomendable para alejarse un poco del mundanal ruido.

    Kinezoe, supongo que se podrá visitar el interior de algún telescopio solicitando algún permiso, aunque nosotros no nos lo planteamos, la verdad. El entorno es bastante impresionante, la verdad.

    saluditos!

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