Tocaba ya adentrarse en el origen volcánico de la isla. En la parte sur de La Palma se encuentra el Parque Natural de Cumbre Vieja, una de las muchas zonas protegidas, con la intención de preservar los numerosos conos volcánicos y los espesos bosques de pinos y laurisilva. Desde la cumbre se pueden ver claramente los perfiles de las islas de Tenerife, La Gomera e incluso El Hierro.
Continuando hacia el sur encontramos el municipio de Fuencaliente, conocido por su orografía volcánica y porque uno de sus volcanes, concretamente el Teneguía, fue el último en entrar en erupción en las islas, en 1971, antes del fenómeno ocurrido este año en El Hierro. La lava que llegó entonces hasta el mar se solidificó e hizo que la superficie de la isla creciera unos cuantos metros.
La zona ha sido arrasada en varias ocasiones por lava, incendios, inundaciones y otras catástrofes naturales, pero continúa siendo uno de los reclamos turísticos más importantes de la isla. El entorno del volcán, casi pegado al mar, deja un paisaje que parece sacado de una exploración marciana como mínimo.
Aparte de plátanos, de los que hablaré próximamente, este municipio tiene una importante actividad vinícola. Además cuenta con las salinas, situadas al lado del Faro de Fuencaliente, declaradas como Sitio de Interés Científico por el Gobierno de Canarias. El faro, uno de los dos con los que cuenta la isla, acoge también el Centro de Interpretación de la Reserva Marina, una propuesta que pretende concienciar sobre la fragilidad del medio submarino y la necesidad de protegerlo y regenerar los recursos pesqueros.
Entre los lugares que nos sugirieron para comer por la zona estaba un pequeño kiosko al borde del acantilado, en la playa de La Zamora. La elección no pudo ser mejor, puesto que disfrutamos de un buen almuerzo con vistas al mar, en el que no faltaron chocos, chopitos y papas arrugadas con mojo.
Subimos después por la parte suroeste de la isla, donde se encuentra Puerto Naos, una de las nuevas zonas turísticas de La Palma que no me pareció nada del otro mundo, francamente. Atravesamos la isla hasta el extremo más oriental para bordear de nuevo Santa Cruz y parar en alguno de los miradores en los que todavía no habíamos estado.
Fotos:
1. Vista de Tenerife y La Gomera desde un mirador.
2. Volcán Teneguía.
3. Entorno del volcán Teneguía.
4. Faro de Fuencaliente.
5. Playa de La Zamora.
6. Almuerzo al lado de La Zamora.
7. Vista de Santa Cruz de La Palma desde un mirador.
(continuará…)
Uf, fue ver la foto del papeo y ponerme a salivar, no debería haberlo hecho a estas horas... ;-)
ResponderEliminarBesos, salud y saludos.
Pero qué viaje más bien aprovechado, Lillu!! Me sigue pareciendo un lujo vivir allí, lástima la gran distancia con la península.
ResponderEliminarMuy buena la foto del almuerzo con vistas al mar, supongo que con un clima perfecto además. En esas fechas por Yecla ya no se puede comer al descubierto, te lo aseguro.
Un saludo a 12º
Exseminarista ye-ye, yo recuerdo con especial cariño esos chopitos :D
ResponderEliminarJuanRa, la distancia es un problema importante, sobre todo porque encarece mucho cualquier desplazamiento a pesar de los descuentos de residente.
El almuerzo fue una verdadera delicia!
saluditos
No es Galicia, pero tiene bastante encanto ;-P
ResponderEliminarUn kilo más de envidia sana!!!!. Las papas arrugás, qué delicia, este invierno triunfé elaborando tan apetitoso manjar (eso sí el mojo lo compré ya hecho, no se lo digas a nadie)
ResponderEliminarSaludos (también a Firmin)
Javi, eso mismo pienso yo :P
ResponderEliminarSese las papas arrugadas quedan muy bien hechas en el microondas, dentro de una bolsa de plástico con agujeritos. Yo lo he probado y están buenas!
Firmin está esperando ansioso su nuevo destino :D
saluditos
Vaya que ugar tan hermoso ese.... me gustaria conocer eso algun dia porque se ve realmente espectacular :)
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