jueves, 28 de junio de 2007

La noche del oráculo

Hace bastantes años leí una novela llamada "Leviatán" que me abrió las puertas de un mundo literario adulto que yo hasta entonces apenas conocía. Su autor era un tal Paul Auster, que en aquel momento me sonaba más bien poco. El resultado de aquella lectura fue un interés creciente por la literatura de corte más personal, más experimental si cabe, con temas y personajes cotidianos sujetos únicamente al devenir de los acontecimientos.

Ahora, leer "La noche del oráculo" me ha devuelto parte de las sensaciones vividas con aquel otro libro, cuyos protagonistas y planteamientos se asemejan bastante a esta obra escrita por Auster en 2004, diez años después de "Leviatán". (spoilers!).

En "La noche del oráculo", Sidney Orr es un escritor que está superando una grave enfermedad que casi acaba con su vida. Con importantes secuelas físicas y anímicas, tampoco encuentra la inspiración para continuar con su carrera literaria, hundida en la oscuridad mientras intenta recuperar la tranquilidad de su matrimonio con Grace. Pero un día, de casualidad, como ocurre casi todo en la obra de Auster, Orr encuentra un cuaderno especial en una extraña papelería regentada por un oriental no menos extraño. En él comienza a escribir casi de modo compulsivo sobre un escritor que investiga sobre otra escritora, formándose una especie de novela secundaria dentro de la principal.

En el libro se aborda además un tema importante en los conceptos literarios de su autor y sobre el que hace hincapié en varias de sus obras: la amistad. Para ello, aparece en escena otro escritor, John Trause, mayor que Orr, de considerable prestigio y con una estrecha relación con la familia de su mujer Grace y con ella misma. El desenlace de la novela contempla la posibilidad inicial (y posterior confirmación) de que Trause y Grace hayan mantenido una relación sentimental previa al matrimonio de ella con Orr, e incluso retomada durante la larga convalecencia de Orr en el hospital debido a su enfermedad. En contra de lo esperado y tras una exorcización personal, el escritor decide que su amistad con Trause y el amor por su esposa constituyen un sentimiento mucho más fuerte que la necesidad de venganza o simplemente de rencor.

Aunque el final no es lo que más me gustó del libro, el desarrollo de la historia me enganchó mucho e incluso la novela secundaria, supuestamente escrita por el protagonista, me robó algunos minutos pensando en la resolución del conflicto. Casi me sentí ofendida cuando Orr decide romper con todo, incluyendo en ese todo el cuaderno donde estaba plasmando esa novela paralela que quedará para siempre incompleta; para mí significaba todo un reto encontrar una solución viable para sacar a Bowen del refugio antinuclear hermético :D

La sencillez de Paul Auster para narrar los hechos conforma un relato con una gran dosis de credibilidad aunque también con toques de surrealismo que en algunos puntos quizás sobresalga más de lo necesario. Aún así, en general el libro se ajusta bastante a lo que yo considero una lectura agradable, emocionante y adictiva, muy en la línea que yo conozco del multidisciplinar Paul Auster, aunque deberé revisar "Leviatán" para comprobar si realmente los recuerdos que tengo de ella son tan coincidentes con este argumento como me parece. En ese caso, "La noche del oráculo" podría ser, con salvedades, como una segunda parte de una misma historia o, al menos, de una misma idea y una misma forma de actuar compartida por los dos protagonistas de ambos relatos.

Como curiosidad, señalar que el título de "La noche del oráculo" es el título del libro que lee Bowen, dentro de la novela que escribe Sidney Orr, al que a su vez da vida Paul Auster. Toda una muñeca rusa de la literatura.

2 comentarios:

  1. Si te gusta Auster y la casualidad como hilo conductor de las historias, no dejes de leer "El libro de las ilusiones". A mí me fascinó.
    Saludos

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  2. Gracias por la sugerencia, Yolijolie, la tendr� en cuenta para una pr�xima lectura :)

    saluditos!

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